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Nos trasladamos al distrito de almacenes de Hamburgo, donde lideramos una casa comercial que busca prosperar adquiriendo mercancías, completando contratos y protegiendo sus bienes del fuego. Un diseño de Stefan Feld, pero que se aleja de sus habituales ensaladas de puntos y compendio de mini-juegos para centrarse en una interacción feroz. La mecánica estrella es su sistema de subastas posicionales. Los jugadores colocan trabajadores en colas frente a las cartas disponibles; la clave está en que el coste de la carta es igual al número de trabajadores en la cola. El primer jugador decide si compra al precio actual o se retira, bajando el coste para el siguiente. Esto crea una tensión constante y permite encarecer artificialmente las cartas a los rivales. Una interacción directa y maliciosa como su gran virtud. Un juego de decisiones constantes, donde gestionar el dinero y calcular cuándo bloquear o encarecer a los oponentes es vital.
Nos ponemos en la piel de arqueólogos del siglo XIX buscando financiación para excavar y exponer hallazgos en el Museo de Pérgamo. Destacada su ingenioso sistema de financiación y orden de turno. En cada ronda, los jugadores eligen una posición en un track que determina cuánto dinero recibirán y hasta qué profundidad pueden excavar. La gracia está en que la cantidad total de fondos es incierta (se conoce un intervalo), y el reparto es secuencial: si pides demasiado y los anteriores se llevan el dinero, te quedas sin nada. Esto genera una ligera dinámica de forzar la suerte. Posteriormente, con el dinero obtenido, se excavan losetas para formar colecciones que, al exponerse, otorgan puntos y devalúan las exhibiciones rivales más antiguas. Un peso medio-ligero que se explica en diez minutos pero ofrece decisiones tácticas constantes y una interacción muy marcada, tanto en la lucha por los fondos como en la competencia por el interés del público del museo.
Nos ponemos al frente de una mina de carbón a principios del siglo XX, gestionando la extracción y entrega de mineral para satisfacer pedidos. La premisa combina mecánicas de colocación de trabajadores con tintes de subasta y un punto de pick-up & deliver. Los espacios de acción no se bloquean. Si un espacio está ocupado, puedes usarlo colocando un trabajador más que el grupo anterior. Esto elimina la frustración de quedarse sin opciones, pero introduce una decisión económica crucial: ¿vale la pena gastar más trabajadores por esa acción o busco otra alternativa más barata? Un muy buen juego de peso medio, ideal como paso siguiente a iniciarse en los euros. Destaca la satisfacción de gestionar el pozo minero, moviendo el ascensor y las vagonetas físicamente por el tablero personal, y cómo la tensión se mantiene hasta el final gracias a las puntuaciones por mayorías en cada ronda.
Gestiona el destino de una familia en busca de prosperidad y prestigio, con una particularidad única: el tiempo avanza inexorablemente y nuestros familiares envejecen y mueren. Un sistema de seleccion de acciones que se ejecutan tomando cubos de colores de las distintas zonas del tablero, no colocándolos. Además, el tiempo es un recurso tangible; muchas acciones cuestan tiempo, lo que hace avanzar un marcador personal. Cuando este da una vuelta completa, un miembro de la familia fallece. Sin embargo, la muerte no es un castigo, sino parte del plan: gestionar cuándo y dónde mueren tus familiares es crucial para ocupar los limitados espacios de honor en las "Crónicas de la Villa" y puntuar. Es un diseño original, fluido y con cierta carga temática.
Nos transportamos a un antiguo monasterio donde, como jefes, competimos por elaborar la mejor cerveza celestial. Para ello, debemos mejorar la cosecha de nuestro claustro mediante la adquisición de recursos y monjes, buscando la máxima sinergia entre ellos. Mecánicamente se trata de un rondel de selección de acciones con colocación de losetas. Los jugadores mueven su peón por un circuito cerrado, deteniéndose en casillas para comprar recursos o activar puntuaciones. La genialidad radica en la gestión del tablero personal: las losetas colocadas en la zona sombría generan dinero, mientras que las de la zona soleada generan puntos. El equilibrio entre generar ingresos y avanzar en los tracks de puntuación es vital y tensísimo. Ofrece una libertad de decisión casi absoluta en cada turno, restringida solo por la feroz competencia de los rivales. Es un juego tenso, adictivo y muy exigente.
Encarnaremos a rancheros en una carrera constante por transportar rebaños de ganado desde Texas hasta Kansas City. El objetivo es entregar los lotes de reses más valiosos y variados posible para obtener beneficios y prestigio. Una interesantisima combinacion de rondel y construcción de mazos. Los jugadores mueven a su vaquero a través de una ruta fija con bifurcaciones, deteniéndose en edificios para ejecutar acciones. Estas acciones permiten mejorar el mazo de vacas, construir nuevos edificios que ofrecen mejores opciones, contratar personal y expandir la red ferroviaria. Es un engranaje complejo donde todo está conectado: la gestión del ritmo es vital, decidiendo si avanzar rápido para entregar antes o detenerse a optimizar. Aunque la interacción puede ser sutil, la competencia por los recursos limitados y el tempo de la partida generan una experiencia tensa y muy satisfactoria.
Nos ponemos al frente de un prestigioso taller de costura en la época de Luis XV. El objetivo es ganar fama confeccionando los vestidos más deslumbrantes para el gran baile real, pero la tarea va mucho más allá de coser: debes gestionar recursos, contratar personal y financiar decoraciones. Nos encontramos con una elegante construcción de mazo con gestión de mano. Los jugadores comienzan con cartas de empleados básicos, pero deben contratar nuevos talentos para realizar acciones más potentes. La clave está en que el nivel del empleado determina qué acciones puede ejecutar. Múltiples vías de puntuación sin que ninguna domine sobre las demás. Es un diseño táctico donde optimizar las bonificaciones de los empleados y los espacios del tablero es vital, resultando en partidas tensas y ajustadas hasta el final.
Los jugadores asumen el papel de rectores universitarios en el Renacimiento, compitiendo por convertir nuestra institución en la más prestigiosa atrayendo a los mejores estudiantes y profesores. Un juego de colocación de trabajadores con un giro económico muy interesante. Aunque la base es enviar maestros a espacios de acción (que no se bloquean, pero se encarecen si están ocupados), la clave reside en la gestión de los libros. Cada jugador produce un color de libro único y actúa como proveedor para los demás. Para contratar personal, necesitas combinaciones específicas de colores, lo que te obliga a comprar libros a tus rivales, generando un flujo económico de oferta y demanda constante y y muy tenso. Dependes de lo que produzcan y vendan los demás. Es un diseño exigente, profundo y muy satisfactorio, donde saber leer el mercado y gestionar el dinero es tan vital como la propia colocación de trabajadores.
Los jugadores encarnan a inversores durante la época colonial en África, compitiendo por adquirir participaciones en cuatro grandes compañías y expandir sus puestos comerciales por el continente para maximizar el valor de sus acciones. Los jugadores eligen sus cartas de acción simultáneamente, pero una vez usadas, estas van a columnas de descarte separadas. La genialidad radica en que solo puedes recuperar una columna completa al final de la ronda, lo que obliga a planificar cuidadosamente en qué turno volverás a tener disponibles tus mejores cartas, creando un bloqueo temporal estratégico muy interesante. Uno de los imprescindibles de la editorial.
Los jugadores se convierten en líderes de antiguas casas en la Portugal de la Era de los Descubrimientos, buscando prestigio mediante la obtención de favores de ciudadanos influyentes. Destaca por un sistema draft de dados con doble uso. Tras lanzarlos, los jugadores los colocan en espacios de acción para adquirir cartas o beneficios, pero aquí radica la genialidad: el valor del dado determina el orden de selección y el coste a pagar, mientras que el color del dado define qué track de ingresos (y qué tipo de recompensa) se activará posteriormente en la fase de ingresos. Un juego tremendamente cohesionado y elegante. La gestión de tiempos es crucial, ya que un dado alto asegura la carta deseada pero encarece su coste, mientras que el color condiciona tu estrategia a largo plazo. Ofrece una experiencia tensa, interactiva y muy satisfactoria, condensada en una duración ajustada y con un ritmo magnífico.
Incomprensible lo de Coimbra. Tantas reimpresiones y reimplementaciones en el mercado, pero con éste no hay manera. Y encontrar el original es harto complicado y a precios desmedidos. Solo con reimprimirlo se vendería como pan caliente…