Reseña: Zoollywood – Misión Polar
Introducción
¡LUCES, CÁMARA, ACCIÓN! Zoollywood es la mayor productora cinematográfica del Reino Animal. Está a punto de comenzar la producción del próximo taquillazo de Zoollywood, Misión Polar; y se necesita un pingüino con talento para el papel del protagonista. Dos famosos actores pingüinos han conseguido llegar a la audición final, pero solo el mejor pingüino puede hacerse con el papel.
Así se nos presenta Zoollywood: Misión Polar, un diseño de Liu Xiao (Herbalism, Dim Sum Jam) y HaoYuan Zhang (su primer juego). Publicado por primera vez en 2021 por Bluepiper Studio en una versión en inglés tras una exitosa campaña de financiación mediante micromecenzago. De las ilustraciones se encargan Suzi, Yu Wang y Odie Wu (solo este último tiene experiencia previa en el mundillo).
Se encuentra publicado en español por SD Games (el juego tiene cierta dependencia del idioma en las cartas de efectos). Permite partidas a 2 o 4 jugadores, con una edad mínima sugerida de 10 años y una duración aproximada de 30 minutos. El precio de venta al público es de 39,95€. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la versión en español de SD Games, que la propia editorial nos ha cedido amablemente.
Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 20×20×8 cm. (caja cuadrada mediana de dimensiones similares a las de Coral o Mini Express, pero con mucho mas fondo), encontramos los siguientes elementos:
- Tablero Principal (de cartón con una capa imantada)
- 8 Pingüinos (4 de cada color) (de plástico)
- 32 Huevos (16 de cada color) (de plástico)
- 8 Obstáculos (de cartón)
- 5 Fichas de Terreno (imantadas)
- 5 Peanas (de plástico)
- 37 Cartas (62,5×88 mm.):
- 30 Cartas de Evento
- 5 Cartas de Escena
- 2 Cartas de Referencia
- Reglamento
Mecánica
Zoollywood: Misión Polar es juego abstracto con un tablero hexagonal en el que el objetivo es intentar ser el primero en colocar todos los huevos del jugador. En cada partida se escogerá una carta de escena que determina ciertas particularidades de la misma, como ciertos obstáculos y qué cartas forman el mazo de eventos. Cada jugador comenzará con un huevo en una de las intersecciones del tablero. En cada turno, el jugador activo tendrá tres opciones: colocar un huevo en una casilla libre, eclosionar o explorar, desplazando un pingüino en línea recta hasta que encuentre un obstáculo. Por todas las intersecciones que transite el pingüino se coloca un huevo, teniendo en cuenta que las líneas están conectadas por sus extremos. El jugador podrá jugar una carta de evento en el caso de colocar huevo o explorar, mientras que robará carta de evento en el caso de eclosionar.
Conceptos Básicos
Empecemos por el Tablero. Se tratada de una malla hexagonal con una serie de líneas paralelas que cruzan el tablero conectando sus vértices y dividiendo cada lado en cuatro intersecciones. Estas intersecciones serán las «casillas» de juego. La peculiaridad del tablero es que no tendrá fin, de forma que, a la hora de resolver movimientos, si un peón fuese a abandonar el tablero por uno de sus extremos, aparecerá en el otro extremo de la misma línea por la que se desplazaba.
El objetivo principal de cada jugador será ser el primero en colocar todos sus Huevos en estas intersecciones. Una de las acciones principales permitirá al jugador colocar un huevo de su reserva personal en cualquier intersección.
La segunda acción permitirá al jugador hacer eclosionar estos huevos, sustituyéndolos por Pingüinos, que serán los peones del juego. Un pingüino tendrá la capacidad de desplazarse a lo largo de una línea recta del tablero siempre y cuando logre encontrar un obstáculo en su movimiento, ya que, de lo contrario, entraría en un bucle infinito que no está permitido. Los huevos y pingüinos propios serán obstáculos, mientras que los huevos del rival serán arrasados en el movimiento del pingüino (devolviéndolos a su dueño). Sin embargo, estará prohibido topar contra un pingüino rival. Cada jugador tendrá tres pingüinos normales y un pingüino estrella (que lleva un complemento sobre su cabeza). Este será el último pingüino en entrar al tablero por parte de cada jugador y permitirá obtener cartas de evento de forma alternativa.
Al comienzo de la partida se preparará el tablero usando una de las Cartas de Escena. Estas determinan, por un lado, qué obstáculos y fichas adicionales entran en juego. Y por otro, qué cartas de evento forman el mazo de robo.
Las Fichas de Obstáculos interferirán en la partida de diversas formas (desplazándose, haciendo cambiar de dirección a los pingüinos, etc.). Dependerá de la escena qué obstáculos entran en juego y cuales se quedan en la caja. Habrá dos tipos: figuras (con peanas) y terrenos (que se imantan al tablero).
Las Cartas de Evento son pequeños efectos que los jugadores pueden aplicar antes o después de su turno al escoger determinadas acciones, aunque habrá algunas cartas de evento con efectos de reacción que se jugarán fuera de turno. Los jugadores no podrán acumular más de cuatro cartas de evento en la mano.
Con esto tenemos suficiente.
Preparación de la Partida
- Se coloca el tablero en el centro de la mesa.
- Se escoge una carta de escena.
- Se colocan los obstáculos y las fichas de terreno correspondiente.
- Se seleccionan las cartas de evento indicadas en la carta de escena. Primero se mezclan las plateadas y se reparten 4 a cada jugador, que escogerá 2 y devolverá las otras 2 al mazo. El resto de cartas plateadas se mezclan con las cartas doradas para conformar el mazo.
Cada jugador escoge un color y recibe 16 huevos y 4 pingüinos. - Se escoge al jugador inicial de forma aleatoria. El jugador inicial coge un huevo del rival y lo coloca en una casilla libre del tablero. El rival hace lo propio con un huevo del jugador inicial.
¡Ya podemos comenzar!
Desarrollo de la Partida
Una partida de Zoollywood: Misión Polar se desarrolla a lo largo de un número indeterminado de turnos alternados por los jugadores, comenzando por el jugador inicial.
En cada turno, el jugador activo debe escoger una de las siguientes tres opciones:
- Poner un Huevo. El jugador coloca un huevo de su color en cualquier intersección libre del tablero. Antes o después de colocar el huevo el jugador puede utilizar una carta de evento.
- Eclosionar. El jugador coloca un pingüino de su reserva personal en una casilla ocupada por uno de sus huevos, devolviendo el huevo a su reserva personal. Adicionalmente, el jugador robará dos cartas de evento, añadirá una a su mano y devolverá al fondo del mazo la otra.
- Desplazar Pingüino. El jugador escoge uno de sus pingüinos que pueda desplazar en línea recta de forma que acabe colisionando con un huevo de su mismo color, un pingüino de su mismo color o un obstáculo. No estará permitido colisionar con un pingüino rival. Si el pingüino llega al final del tablero aparecerá por el otro extremo del mismo y continuará el movimiento en la misma dirección. El jugador colocará un huevo en cada intersección por la que transite el pingüino, comenzando por la intersección de la que partió hasta justo la anterior a la que finalice su movimiento. Adicionalmente, antes o después de desplazar al pingüino, el jugador podrá jugar una carta. Si el pingüino desplazado es el pingüino estrella, entonces el jugador podrá robar una carta del mazo en vez de jugarla.
Finalmente, si el jugador tuviese más de cuatro cartas de evento en mano, deberá descartarse de una para volver a tener cuatro.
Tras esto, el turno pasa al jugador contrario.
Fin de la Partida
La partida finaliza inmediatamente cuando un jugador consigue colocar todos sus huevos en el tablero, proclamándose vencedor. También finaliza si un jugador no puede realizar ninguna de las tres acciones, proclamándose vencedor su rival.
Variantes
Modo por Equipos. 4 Jugadores pueden jugar formando dos equipos de dos. En la preparación se reparten 4 cartas plateadas a cada equipo. Un jugador del equipo escoge una de esas cartas y la mantiene en secreto, pasando las otras tres a su compañero, que hace lo propio. Las dos restantes se devuelven al mazo, que se vuelve a barajar. Los jugadores alternan turnos entre equipos y entre jugadores. El único cambio es que cada jugador solo puede tener una carta de evento y no puede decirle a su compañero cual es.
Modo Libre. Los jugadores alternan turnos en la preparación eligiendo el set de obstáculos que se colocan en el tablero (dos el jugador inicial y uno su rival). El mazo de eventos debe contener exactamente 20 cartas. Cada jugador recibe 4 cartas plateadas, escoge 2 en secreto y devuelve las otras dos al mazo, que se vuelve a barajar.
Opinión Personal
Como amante de los abstractos, me encanta que se esté intentando llegar al público generalista con diseños que vayan más allá de formas geométricas asépticas. Es cierto que yo encuentro en ellas un especial atractivo, pero la realidad es que la mayoría de los jugadores necesitan un estímulo visual que sirva de gancho.
Y hoy aterriza en el océano de reseñas este Zoollywood: Misión Polar, cuya premisa es la de un estudio de cine de pingüinos que intentan rodar escenas para una producción cinematográfica. Como habréis supuesto por el primer párrafo, tal vez no haya un gran impacto temático, pero nunca se sabe. Vamos a comprobarlo no sin antes agradecer a SD Games la cesión de la copia que posibilita la parrafada que viene a continuación.
En Zoollywood: Misión Polar nos encontramos con un abstracto al que se le puede poner algún pero a la hora de pasarle la lista de requisitos que, a nivel personal, exijo en un juego para ser considerado abstracto, entiendo esto último como juegos que permitan a los jugadores desarrollar una dinámica combinacional al competir por el posicionamiento en un tablero común. Vamos, que transmita unas sensaciones similares a juegos como Ajedrez (aquí su tochorreseña) o Go.
Mecánicamente nos encontramos con uno de esos abstractos con movimiento rectilíneo sobre un tablero hexagonal muy del gusto del que os escribe, porque recuerda a grandes juegos como TZAAR (aquí su tochorreseña) o YINSH (aquí su tochorreseña). De hecho comparte con este último el concepto de tener unos peones principales que desplazar para depositar piezas en el tablero, aunque aquí el objetivo será mucho más simple, pues cada jugador buscará intentar colocar su reserva de fichas antes que el rival, dejando patrones a un lado.
Estos peones serán unos adorables pingüinos que están rodando una escena para una película. Escena que va a determinar ciertas particularidades de la partida, como obstáculos en el tablero o, una de las clave del diseño, las cartas de evento. Este es el detalle que chirría en cuanto a la hora de catalogarlo como un abstracto puro, pues dejamos una rendija a que la aleatoriedad y la información oculta entren en juego, aunque es cierto que lo harán de forma lo suficientemente sutil como para que la dinámica principal se mantenga en pie.
Lo hará porque esas cartas de evento vendrán a funcionar como pequeños giros de guion más que elementos transgresores. El mazo es reducido y los efectos no suelen ir más allá de permutar algunas piezas, evitar alguna acción, retirar o añadir algún elemento, etc. Siempre se puede jugar sin ellas, pero lo cierto es que le aportan cierta personalidad al diseño, sobre todo si tenemos en cuenta el público al que está enfocado.
Es por eso que, de cara a introducir a nuevos jugadores en este género, no me parece mal la decisión de introducir estas cartas. Para los que ya tenemos cierta experiencia, pues saltamos directamente a las obras maestras del Proyecto GIPF. Nada como el sensual atractivo de la baquelita con virutas.
Volviendo al juego, a nivel combinacional estaremos continuamente intentando buscar el trayecto que más intersecciones permita cubrir a alguno de nuestros pingüinos. Algo que suena muy fácil pero que no lo es tanto al tener un rival en frente que buscará lo mismo, intentando torpedear nuestros movimientos. En cierto sentido el juego tiene un aire a Ricochet Robots (aquí su tochorreseña) al tener que realizar la secuencia mental de movimientos aprovechando los obstáculos y, así, intentar alcanzar posiciones ventajosas.
Aquí es de agradecer esas escenas, que altearán ligeramente la forma de enfocar cada partida. No es lo mismo tener a la gaviota, que viene a ser un obstáculo móvil con mucha libertad, que al pingüino emperador, que podrá desplazarse de intersección en intersección (aunque dejando un huevo propio). Lo mismo con las fichas de terreno, que recuerdan ligeramente a los efectos de las piedras especiales en Fearsome Floors (aquí su tochorreseña). Le añade un punto de variabilidad que no suele ser habituales en los abstractos puros que no le sienta nada mal.
Las partidas tienen una duración relativamente ajustada, ya que, una vez los jugadores dominan el diseño, se mantendrán ajustadas hasta el final, con pocos huevos en la reserva de ambos jugadores hasta que alguno cometa un error. Esto permite que el juego vea mesa con relativa asiduidad, ya que mantiene la tensión hasta prácticamente el último turno, dejando un buen sabor de boca.
Vendría a competir en la liga de los Santorini (aquí su tochorreseña) o Ragnarocks, siendo muy similar en concepción a este último, manteniéndose el juego ambientado en la famosa isla griega por encima de ambos (me adelanto a posibles preguntas). Por supuesto, también mencionar a ¡Pingüinos! (aquí su tochorreseña), que, además de compartir ambientación, tambien tiene ese movimiento rectilineo sobre un «tablero» hexagonal, aunque en el clásico de Gunter Cornett se busca lo contrario, dando pie a unos bloqueos mas intensos.
Pasemos a la producción, uno de los puntos fuertes del producto. Es probable que estemos ante los peones más terriblemente adorables dentro del género, prepintados y con un acabado espectacular. El tablero es de cartón, pero tiene una capa imantada para colocar las fichas de terreno y que no se muevan. Las cartas son de un gramaje aceptable, textura lisa y decente respuesta elástica (no veo necesario enfundarlas porque no se barajan ni se manosean tanto). La mayor pega la encontramos con los obstáculos, de cartulina muy fina que cuesta mantener en las peanas y que emborronan la experiencia de juego. El reglamento está bien estructurado y no deja lugar a dudas.
Visualmente es de esos juegos que puede llevar a engaño, porque uno ve la portada y probablemente se espere cualquier tipo de juego menos un abstracto (o un cuasi-abstracto si nos ponemos estrictos). El tablero es muy funcional y las cartas de evento tienen ilustraciones muy adorables. En general es un gran trabajo a nivel artístico.
Y vamos cerrando. Zoollywood: Misión Polar es uno de esos abstractos que, para acercarlo al público generalista, presenta una producción espectacular, con unos peones adorables como pocos componentes se han visto en este mundillo, además aderezarlo con una pizca de azar e información oculta que, aun pudiendo generar una pequeña distorsión en el desarrollo combinacional tan característicos de estos juegos, son un aliciente (y un alivio) para los que no están acostumbrados a este tipo de juegos. Mecánicamente no es que innove especialmente, pero lo que hace lo hace bien y permite a los jugadores disfrutar de partidas entretenidas y tensas hasta prácticamente el último turno. La mayor pega (dejando lo del azar y la información oculta a un lado) es un bajón de calidad importante en los obstáculos con peana, que deslucen bastante el conjunto. Con todo, no lo suficiente como para no recomendarlo abiertamente. Por todo esto le doy un…
Gracias por la reseña! Soy lector en la sombra; suelo leerte con regularidad aunque no me animo a comentar. ¡Hasta hoy!
Zollywood parece un juego que se puede pasar por alto teniendo YINSH, TZAAR y DVONN, aunque los pingüinos son adorables 😀
Una pregunta indiscreta: ¿Podrías decirme tu TOP 10 de abstractos modernos (o no)?
32 «Huecos» (16 de cada color) (de plástico) … en la descripción de los elementos. Supongo que serán hueVos jaja. ¡Eres un crack! Me encanta tu blog y poder mis lunes, miércoles y viernes desayunar con tus crónicas y reseñas. ¡Sigue así!
A corregir! Gracias por el aviso y por seguirme!