Reseña: Takenoko
Hace mucho, mucho tiempo, en la corte imperial japonesa… Después de una larga serie de conflictos, las relaciones diplomáticas entre Japón y China por fin están recuperándose. Para celebrar adecuadamente esta alianza, el Emperador de China regaló a su homólogo japonés un animal sagrado, un oso panda gigante, como símbolo de paz. El emperador japonés ha confiado a los miembros de su corte (los jugadores), la difícil tarea de cuidar de este animal, mediante la creación de un jardín de bambú.
Así se nos presenta este Takenoko de Antoine Bauza, famoso diseñador francés que se ha llevado algunos de los últimos Spiel des Jahres. 7 Wonders, Hanabi, El Principito son algunos de los títulos que hacen de Antoine un diseñador de referencia entre los juegos familiares y apto para todos los públicos.