Sobre los fillers y la rejugabilidad

Sobre los fillers y la rejugabilidad

El otro día comentando en la reseña de Un Imperio en 8 Minutos en este mismo blog, Neiban, del blog Tableronne (me encanta su temático diseño), discrepaba conmigo (pero siempre desde el respeto y sin malos modos, como debe ser) acerca de la vida de los fillers. Yo sigo manteniendo mi postura, y es que los fillers, por definición (por MI definición), son poco o muy poco rejugables.

Pero para ello tendríamos que aclarar un poco el concepto de rejugabilidad, porque según el enfoque que tomemos, puede significar una u otra cosa. Para mí, un juego posee una vida mas longeva cuantas más partidas sean necesarias para poder afirmar que se dominan todas sus mecánicas y posibilidades. De esta definición excluyo a la variable que suponen los jugadores, pues, obviamente, que cada jugador recorra este camino de aprendizaje en un grupo puede darle, de nuevo, vida al título, aunque esto no ocurre en todos los casos.

Fast Food Games

Fast Food Games

No os asustéis. No se trata de ninguna nueva editorial o algo por el estilo (aunque el nombre dejaría bastante clara su linea de publicación).

De un tiempo para acá, sobre todo ahora que estoy mucho más metido en el mundillo, vengo notando una tendencia que cada vez tiene más peso, la que me ha dado por denominar Fast Food Games.

Crear afición

Crear afición

Si… ya se… llevo unos días sin
publicar. Pero es que he estado de mudanza y no he tenido tiempo para nada.
Muchas reseñas y comentarios pendientes. Pero bueno, ya ha vuelto todo a la
normalidad, por lo que puedo volver a retomar el ritmo habitual.
Y esta entrada está directamente
relacionada con el tema de la mudanza. No ésta última, sino la que tuve que
realizar al mudarme desde mi Sevilla natal hasta mi Gijón actual. Y no es otro
tema que el de encontrar nuevos compañeros de juegos en una nueva ciudad donde
no se conoce a nadie.
Partida al ¡Aventureros al Tren!
Partida al ¡Aventureros al Tren!

Los que ya estamos metidos en este maravilloso universo de los juegos de mesa conocemos y disfrutamos de todas sus
ventajas, como son el entretenimiento, la diversión, la competitividad,
relacionarnos directamente con personas (y no como ocurre más a menudo, que
debido a las nuevas tecnologías tenemos menos contacto humano cada vez). Además
a un precio irrisorio comparado con el resto de entretenimientos que nos pueden
venir a la cabeza. Y una vez que nos introducimos en este mundillo, no queremos
abandonarlo. Pero como es obvio, para poder desarrollar plenamente esta afición,
necesitamos disponer de un grupo de colegas que se unan (salvo que nos encanten
los juegos solitarios).

El frustrante proceso de aprendizaje…

El frustrante proceso de aprendizaje…

Soy una persona a la que le gustan los desafíos, los juegos que ofrecen cuantas más posibilidades estratégicas mejor (aunque también me divierto con juegos más sencillos). Pero siempre me encuentro con un problema, que supongo que nos pasa a todos. Y es que, cuanto más complejo sea, más difícil de aprender a jugar «en condiciones» es. Cuando digo aprender «en condiciones» me refiero a que se conozcan todos los detalles indicados en las normas que pueden cambiar de forma drástica la manera de afrontar una partida.
Y es que cuando empiezas a jugar con un juego nuevo, el proceso de aprendizaje puede ser largo, muy largo. Esto no quiere decir que hasta que no sepamos las reglas al dedillo no podamos disfrutar del mismo. Pero entendemos que esa norma que se nos ha escapado tanto tiempo esta puesta por el diseñador por algo.
Libro de reglas y componentes de Agricola
Aun así, es muy frustrante que, cuando crees que ya dominas un juego y sabes los limites del mismo, alguien te abre los ojos y te muestra que vivías en las tinieblas, rodeado de oscuridad. Entonces todas esas partidas anteriores pasan por tu mente, deteniéndose en esas jugadas que no serían validas con los nuevos conocimientos adquiridos. 
Afortunadamente, de la frustración pasas a la comprensión, asumiendo que en su día no leíste adecuadamente las normas. Así que te armas de valor y vuelves a coger el tocho y lo intentas releer minuciosamente. Obviamente, ahora que se conoce la mecánica del juego y la gran mayoría de sus entresijos, es mucho mas sencillo leer las normas, porque cada párrafo sabes a que se refiere.
Pero no toda la culpa iba a ser nuestra. Y es que hay libros de reglas que parecen escritos por nuestro peor enemigo, con párrafos ambiguos a mas no poder, que por muchas vueltas que les des, siempre te quedan dudas. Y digo yo, ¿tan difícil es? Pero bueno. Eso será motivo de otra entrada en este blog.
Centrémonos en solucionar el problema que nos ocupa. ¿Que podemos hacer para acelerar este proceso de aprendizaje? ¿Que podemos hacer para conocer cada excepción a cada norma que esté contemplada en la mecánica de juego? Obviamente, lo ideal sería releer las normas de vez en cuando. Lo sé, somos unos flojos, y cuando creemos que dominamos un juego, las normas solo sirven de «mantel» del resto de los componentes en la caja. 
Bien, suponiendo que releer las normas tras cada partida desde que compremos el juego, la mejor manera es compartir experiencia con otros jugadores. Y hay diversas formas de conseguir esto. Obviamente, la mas sencilla y deseable es participar en partidas con jugadores diversos que ya tengan experiencia (y experiencia no generada gracias a nosotros, que hayan aprendido a jugar con otra copia del juego distinta a la nuestra). Existen muchas asociaciones y tiendas en las que se organizan eventos y partidas, de forma que compartir experiencia es mucho mas sencillo, además de socializar, que es uno de los puntos fuertes de este hobby.
Pero si no tenemos posibilidad de participar en partidas con gente ajena a nuestro entorno habitual, tendremos que recurrir a la red de redes. ¿Posibilidades? Las que se nos ocurran. Lo mas usual es compartir nuestras partidas y dudas en foros y páginas especializados, donde la máxima expresión a nivel mundial es la BoardGameGeek, y a nivel nacional la BSK. En estas comunidades están, incluso, los propios diseñadores, por lo que detectar estos fallos es mucho mas sencillo. Además, como norma general, la gente es amable y siempre te echará una mano.
Y la prueba la tenéis en este mismo blog. Fue redactar la primera crónica de una partida mía y, en el mismo día, ya tenia indicaciones de fallos que cometíamos. Esa noche no pude dormir.
Pero bueno, esto pone de relieve una de las grandes virtudes de este mundillo: socializar y compartir experiencias, ya sea en vivo y en directo o a través de Internet, que ha acortado todas las distancias. 
Así que ya sabéis, si alguien os descubre un fallo en la forma de jugar, a parte de la frustración momentánea, congratulaos, pues seguramente ese juego cobre nueva vida y.

Yo soy de madera… ¿y tú?

Yo soy de madera… ¿y tú?

Cada vez que un nuevo juego pasa a formar parte de mi, aun pequeña, ludoteca comienza un pequeño ritual del que disfruto cada instante. Soy una persona a la que le encanta coleccionar diversos artículos y, obviamente, como una de mis pasiones, trato con mucho mimo mi pequeña colección de juegos de mesa.
Me encanta ese momento de retirarle el embalaje de plástico y abrir por primera vez la caja y encontrarme con esa amalgama de elementos que, no dentro de mucho y organizados adecuadamente, nos permitirán a mis colegas y a mi jugar emocionantes y épicas partidas que permanecerán varios días en nuestras mentes.
Meeples de Carcassonne
Los materiales utilizados son muy comunes entre la gran mayoría de los juegos. Los tableros suelen ser de cartón de un grosor suficiente como para soportar mucho tiempo. También de cartón suelen ser la gran mayoría de marcadores que ofrezcan algún tipo de información. Estos suelen venir troqueladas en una plancha de cartón. Aquí el ritual adquiere tintes casi dramáticos. Hay que destroquelar cuidadosamente cada marcador para evitar accidentes que provoquen que gritemos a los cuatro vientos un «¡Nooooooo!» como si Darth Vader al enterarnos que Padme ha muerto se tratase. Alguna vez me ha pasado que de no ir con cuidado se ha separado la capa impresa del marcador y se me han saltado las lágrimas.
Animeeples de Agricola 
Habitualmente siempre suele aparecer algún mazo de cartas, las cuales podrán ser de infinidad de tamaños. Juramos en arameo cuando el fabricante de turno ha decidido que tocaba innovar y otorga unas dimensiones inusuales a las susodichas, de manera que no existan fundas que se ajusten adecuadamente. Siempre tendremos la opción de buscar aquella que mejor se adapte y comprar las Premium, que tienen mayor consistencia y es mas fácil de barajarlas. Pero recordad que las Premium son cuatro veces mas caras que las básicas (cuestan el doble y vienen la mitad de cartas). Este tema es especialmente sangrante si las cartas son un componente fundamental del juego y se utilizan mucho. A veces este tema puede ser hasta motivo de descarte a la hora de elegir un juego.
Y finalmente nos quedan los componentes mas llamativos: los Meeples. Originalmente el termino se acuño para referirse a los «muñequitos» del Carcassonne, pero se extendió para nombrar a los componentes de diversas formas de madera o plástico que se incluyen en los juegos. Y a mi me encanta la madera. Será un remanente de mi infancia, en la que pasaba las horas jugando con «taruguitos» de madera y colores. Ese tacto, esas formas… me pierden. 
Meeples de Juego de Tronos (Juego de Tablero, 2ª Ed.)
Pienso que el mimo del diseñador y del fabricante en este sentido es fundamental para lograr una ambientación adecuada. Yo adquirí la primera edición de Homoludicus de Agricola, la cual venia con los cubos para representar a los animales (horroroso). Si no hubiese adquirido el pack de animeplees (ovejas, jabalíes y vacas de madera y pintadas de su color correspondiente) y vegimeplees (hortalizas y pilas de trigo) seguro que la mayoría de mis amigos que han probado el juego no se habrían introducido en el juego tanto. Tendría muchísimo menos encanto. Afortunadamente Homoludicus las añadió de serie los animeplees para la segunda edición del que es mi juego favorito.
Donde esté la madera que se quite el plástico, tan aséptico, tan industrial. No tiene el encanto de la madera, que parece que cada meeple ha sido tallado y pintado a mano. Por ejemplo, en Juego de Tronos (Juego de Tablero,2ª Ed.) de Edge Entertainment, los meeples son de plástico (además con un tintado algo peculiar). Y no es lo mismo. No tiene el encanto que tiene la madera.
Y vosotros… ¿sois de madera? 

¿Qué es un «Filler»?

¿Qué es un «Filler»?

Hoy nos toca abordar otro de esos palabros que se utilizan en el mundillo de los juegos de mesa. Se trata, nada mas y nada menos, que la palabra Filler.

Como muchos sabréis, es una palabra directamente traída del idioma de Shakespeare que en español significa «Relleno». Empezando por la literalidad, la verdad es que el termino no suena nada atractivo, ¿verdad? Algo que sirve de «relleno» suele ser algo que no tiene importancia, que está ahí para ocupar un hueco que nadie se digna a cubrir. Cualquier cosa que se nos ocurra será relativamente despectivo. Los únicos rellenos que gustan a todo el mundo son el de un pavo en Navidad o el de un nórdico en un invierno frío.
Dominion
Pero centrémonos en el universo en el que estamos, el de los juegos de mesa. Estrictamente hablando podríamos decir que un Filler cumple, en general, las siguientes características:
  • Mecánica de juego sencilla, explicable en unos pocos minutos (el libro de reglas suelen ser muy pocas paginas).
  • Duración de partida inferior a una hora.
  • Normalmente no ocupan mucho espacio físico.
  • La preparación de la partida no suele requerir mucho tiempo (en pocos minutos ya está todo listo para jugar).
7 Wonders