Autor: iMisut

  • Primeras Impresiones: Diavolo

    Coqueta cada metálica
    Coqueta cada metálica
    ¿Qué queremos? ¡Queremos un juego divertido! ¿Y cuándo lo queremos? ¡Yaaaaaaa!
    Bueno, frikadas aparte, hoy os traigo unas primeras impresiones de un juego que por iniciativa propia difícilmente habría entrado a formar parte de mi pequeña ludoteca (cada mes un poquito más grande). Se trata de Diavolo, de Asmodee. Y ¿cómo ha llegado hasta a ella? Gracias a los chicos de De Oca en Oca, que premiaron a mi novia en uno de sus concursos, ganando una copia de este simpático juego.
    Diavolo es uno de esos muchos juegos que esta casa tiene en el mercado donde lo que prima principalmente es la rapidez (tanto de mente como de cuerpo). Sin ir más lejos, un superventas como Jungle Speed es otra muestra de este tipo de juegos. Sí queridos amigos, si no sois personas ágiles, seguramente este tipo de juegos os parezca un truño porque lo más normal es que perdáis una y otra vez.
    Pero bueno, Diavolo no es solo un juego de habilidad (afortunadamente). Si bien lo principal en este juego son los reflejos, también tiene una gran componente de habilidad mental. Básicamente el juego consiste en ser el último jugador con vida. Para ello cada jugador comenzará con cinco gemas como vidas. En el momento en que nos quedemos sin gemas, dejaremos la partida.
    Pero, ¿cómo se juega a Diavolo? Muy sencillo. Tenemos una serie de dados, 3 grupos de 3 dados de 3 colores distintos (blanco, rojo y negro) más un dado de acción un poco más grande de color gris. Por otro lado tenemos una serie de pequeños diablitos (de los mismos colores que los dados). En juego estarán como máximo 3 diablitos (si solo quedan con vida 3 jugadores, se juega con 2 diablitos de cada color, y cuando solo queden 2 jugadores, con 1 de cada color) más uno gris. La mecánica es sencilla. En cada ronda, cada jugador recoge todos los dados (los 9 de colores más el gris) y los lanza sobre la mesa. En función de la cara del dado de acción que salga habrá que hacer unos cálculos mentales con cada grupo de dados y tomar lo más rápido posible un diablito del color que mejor cumpla la condición. Si hubiese un empate, entonces habría que coger el dado gris. Los jugadores que acierten ganan una gema. Los que fallen, la pierden.
    Todo un caos
    Todo un caos
    Y algo tan aparentemente sencillo depara unos momentos de diversión absoluta. Ese pequeño intervalo de tiempo que transcurre entre que un jugador lanza los dados y todos los jugadores hacen sus cábalas mentales es pura tensión. Y de seguido, se desata la tormenta. Manotazos, arañazos y leñazos a diestro y siniestro (nunca mejor dicho, tanto con la mano derecha como con la mano izquierda).
    Lo resumiré rápido y con juego de palabras: endiabladamente divertido. Risas aseguradas, sobre todo por los fallos que cometan los demás. Es una versión algo más elaborada del tradicional juego de las sillas. Si podéis probarlo, no dejéis pasar la oportunidad.

  • Primeras Impresiones: Jaipur

    Jaipur
    Jaipur

    Durante estas vacaciones he tenido oportunidad de echar unas cuantas partidas a este famosísimo juego de cartas para dos personas. En Jaipur cada jugador tomará el papel de un comerciante que competirá duramente por convertirse en el comerciante del Maharajá.

    Los productos con los que se podrá comerciar serán diamantes, oro, plata, especias, tela, cuero y camellos. Cada carta representará una unidad de un determinado producto. En el centro de la mesa tendremos el mercado, formado por cinco cartas descubiertas. Cada vez que se tome alguna carta del mercado (provocando un hueco), se repondrá tomando otra del mazo de robo.

  • Primeras Impresiones: Hive

    Hive Pocket
    Hive Pocket

    Sigo de vacaciones, y por eso ando algo desconectado del blog. Pero eso no quiere decir que no esté jugando. Aprovecho un rato de asueto para publicar las primeras impresiones de un título al que le tenía muchas ganas, uno de los grandes clásicos de los juegos abstractos. Se trata de Hive (La Colmena). Debido a mi afán coleccionista me quería hacer con la versión original (por el tema de la caja y tal), pero al final adquirí Hive Pocket, pues me salía más barato y encima incorpora las expansiones del Mosquito y la Mariquita.


    Como hemos dicho, Hive es un juego abstracto pero lo han tematizado para que no fuese tan frío. Este juego, como su título indica, es una colmena, en la que nuestra abeja reina deberá ser protegida por un ejército insectiloide (formado por varios especies) que estará presto para librar una dura lucha contra el enjambre rival.
    Ganan las blancas
    Ganan las blancas

    Definiéndolo mal y pronto, diríamos que es una especie de ajedrez con bichos. La mecánica es sencilla. Tenemos una serie de fichas hexagonales con un determinado insecto dibujado en ella. La partida comienza con cada jugador colocando una de sus fichas (cualquiera) enfrentadas entre si. La norma fundamental es que la colmena no puede partirse. Es decir, todas las fichas deben formar una única superficie. No se permitirá realizar movimientos que separen la colmena en dos. Por otro lado, para añadir nuevas fichas a la colmena, solo podremos hacerlo colocándolas adyacentes a fichas de nuestro bando. Es decir, no podremos colocar fichas si estas tocan a fichas del otro jugador. Finalmente, la gracia reside en que cada ficha posee unas características propias a la hora de realizar los movimientos.

    Coincidiendo con varias reseñas publicadas por otros compañeros, el juego es sencillamente genial. Es un juego abstracto al que le han pegado el tema de los bichos, pero que no le queda mal (sobre todo por aquello de las celdas hexagonales de los panales de abejas). Sin azar, pura estrategia. Un ajedrez insectiloide. Sesudo a más no poder. Una maravilla que no debería faltar en ninguna ludoteca.

  • Reseña: Eclipse

    Hace poco publiqué la reseña de Juego de Tronos: El Juego de Tablero (2ª Ed.), un gran Wargame con toques de Eurogame, imprescindible sobre todo para los fans de la saga (ya sean los libros o la serie). Pues bien, hoy toca reseñar un juego que podría ser una alternativa a la hora plantearse una posible compra. Se trata, nada más y nada menos, que de Eclipse.

    La galaxia ha sido un lugar tranquilo durante muchos años. Después de la brutal Guerra Terran-Hegemónica (30.027-33.364), todas las grandes potencias espaciales han realizado un gran esfuerzo conjunto para evitar que acontecimientos similares se repitan. Por ello, se creó el Consejo Galáctico, el cual realiza valientes esfuerzos para prevenir la escalada de actos malintencionados que hagan peligrar la preciada paz.

  • Primeras Impresiones: Takenoko

    Takenoko, de Antoine Bauza
    Takenoko, de Antoine Bauza

    ¿Qué es lo que ocurre cuando vas introduciendo poco a poco a tu novia en el mundo de los juegos de mesa? Pues que, como es normal, se engancha y empieza a tener inquietudes y ciertas apetencias. Tú, como iniciado en la materia, te llaman la atención los juegos sesudos, profundos, con mil posibilidades para hacerse con la victoria, todas ellas perfectamente balanceadas, y empezamos a ver a Stefan Feld como un ser superior. Sin embargo, para una chica hay otros elementos relevantes que tal vez para ti no entren en la ecuación a la hora de adquirir un nuevo juego. Elementos como el preciosismo o la «adorabilidad». Y claro, ya la introdujiste en el mundo, ahora no puedes decirle -¡eh! ¡Los juegos los elijo yo, tu solo juega!-. Y entonces, un buen día, descubre esta «cucada» diseñada por Antoine Bauza llamada Takenoko. Por supuesto, como novio cumplidor que se desvive por su amor, acabas comprándolo.

    Tras años de innumerables disputas entre Japón y China se ha llegado a un momento de calma. Para sellar esta nueva alianza, el Emperador chino regala a su homologo japonés un animal sagrado, un adorable panda. Pero claro, el Emperador no dispone de un espacio adecuado para el plantígrado, por lo que decide convoca a los mejores jardineros que, con ayuda del Jardinero Imperial, cultivarán las distintas variedades de bambú en magníficos jardines para que el panda se sienta como en casa. Pero esto no será tarea sencilla, pues el dichoso animal se encargará de que el bambú que tanto trabajo nos ha costado se convierta en su almuerzo día sí y día también.