Reseña: Dominion – Edad Oscura (Cartas)
Han sido tiempos difíciles. Para ahorrar dinero has abandonado tu viejo castillo y te has trasladado a un lujoso barranco. A fin de cuentas, ese castillo tampoco te gustaba mucho; no paraban de saquearlo y siempre a horas intempestivas. Y si no eran los bárbaros era la peste bubónica, o a veces las dos cosas a la vez, y para colmo siempre faltaban sillas. En cambio el barranco es estupendo: le da el sol a todas horas y puedes tirar la basura donde te dé la gana. En tu tiempo libre te has aficionado a mendigar. El concepto de mendigar es, en teoría, brillante, pero en la práctica es algo más complicado porque nadie tiene dinero. Les mendigas unas ramitas a los aldeanos y ellos te las vuelven a mendigar, con lo cual nadie sale ganando mucho. Pero así es la vida a veces. Poco a poco y con paciencia vas conquistando el corazón de la gente, sin meterte con nadie, y de repente viene la peste, o los bárbaros, o todo el mundo es analfabeto y lo único que puedes hacer es agarrarte a un clavo ardiendo y esperar a que amaine la tormenta. Aun así estas convencido de que, como siempre, lograras superar las adversidades (o, como mínimo, que las cosas te irán algo mejor que a los demás).