Reseña: Manila
Estamos en 1821; hace ya 250 años que las Filipinas se hallan bajo dominio español. Pero son tiempos difíciles; a causa de la guerra de independencia en Nueva España, hace seis años que la gran ruta comercial entre Manila y Acapulco, el famoso Galeón de Manila, ha quedado interrumpida. Mientras, los mercaderes locales, burlando a las autoridades coloniales, se afanan en establecer precarias rutas marítimas con los archipiélagos vecinos y con el continente. Frágiles chalanas de bambú, repletas de nuez moscada, seda, jade y ginseng se escabullen hacia Manila. Pero el éxito no está asegurado: vías de agua, capitanes ineptos e incluso piratas pueden hacer fracasar los mejores planes. Es por ello que, en el mercado negro, los precios se disparan, lo que hace aún más atractiva esta arriesgada empresa, y obliga a los mercaderes a usar compinches para garantizar sus mercancías, sobornar a los prácticos del puerto y contratar dudosos seguros; ¡los menos escrupulosos incluso se atreven a reclutar piratas!
Así se nos presenta este Manila, un juego diseñado por Franz-Benno Delonge, autor de, entre otros, Container, Big City o TransAmerica. El juego salió al mercado por primera vez en 2005 publicado por la editorial Zoch Verlag (en inglés y alemán). También existen versiones en polaco por Egmont Polska, francés por Gigamic, chino por Swan Panasia u holandés por 999 Games. De las ilustraciones se encarga Victor Boden, un clásico de los juegos de Zoch, responsable de juegos como Tobago (aquí su tochorreseña), Niagara, Villa Paletti o Mangrovia.