Semana de vuelta a la normalidad. O al menos eso parecía, porque ya el lunes y martes tuvimos que lidiar con la intervención quirúrgica de mi cuñada para, acto seguido, empezar a encontrarme mal (de hecho no pude grabar el esperado episodio de Más Madera en el que íbamos a comentar lo acontecido en el Campamento Barton). El martes por la tarde-noche ya empecé a encontrarme raruno, y el miércoles estuve en modo zombi, cayendo definitivamente por la noche (he ido publicando contenido a duras penas). Tras un par de días en cama, el viernes por la tarde ya me encontraba mejor y pude disfrutar de nuestra sesión matutina tradicional de los findes, aunque mascarilla en boca para evitar contagiar a nadie. Dicho todo esto, haber logrado mantener la racha de partidas me ha parecido algo bastante remarcable. Y no solo eso, sino que han caído unos cuantos estrenos, a saber: NMBR 9++ (la expansión de uno de los multisolitarios más satisfactorios que tengo en mi ludoteca), Wyrmspan (la versión draconiana de Wingspan), El Valle de la Eternidad (un juego de cartas y combos que está dando mucho que hablar), Sand (la nueva propuesta de Devir, esta vez con sabor argentino), Bröwl (un refrito de Knizia), y Rebel Princess (un juego de bazas protagonizado por princesas de cuento).