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¡Pepe un purito! |
Hola amigos. Esta entrada la voy a empezar como muchas otras. Hablando de mi novia. Ayyyy el amor, que te lleva a parajes insospechados. Aquellos que sigáis el blog asiduamente, ya sabréis que mi chica ha ido introduciéndose poco a poco en este mundillo, hasta que ha empezado a entrarle el gusanillo y querer adquirir más y más títulos. Que el hype aumente en uno mismo, vale. Pero que el hype aumente en una pareja es, cuanto menos, peliagudo. Porque, como es obvio, los gustos no coinciden al cien por cien. A ella, como chica que es, le motiva lo visual, las figuritas y los diseños, mientras que a mí me importa más la mecánica, aunque luego el juego sea más feo que pegarle a un padre. Esto implica que en la ludoteca personal empiezan a entrar juegos que, motu proprio, no habrían sido adquiridos. Por otro lado, tener juegos con los que poder invitar a tus amigos a echar unas partiditas está muy bien, pero también aparece la necesidad de adquirir juegos para enfrentarte cara a cara a tu pareja (o a algún amigo concreto), pues la gran mayoría de juegos que admiten partidas sobre 4,5 jugadores, no suelen escalar muy bien a 2. Todo unido provoca que empecemos a adquirir juegos para dos jugadores y que nos guste, tanto en temática como en mecánica, a ambos. Y aquí aparece el juego que nos ocupa.
Famiglia es un juego de cartas diseñado por Friedemann Friese, famoso por su Alta Tensión (entre otros). En el tomaremos el papel de una banda de mafiosos que intentará hacerse con el control de las calles. La mecánica es relativamente sencilla, aunque cuesta un poco pillarla de primeras. Las cartas contienen cuatro tipos de mafiosos (contables, brutos, mercenarios y la familia). Luego, cada carta tiene un valor (que a la postre serán los puntos de victoria). Cada jugador recibe una mano inicial de 4 cartas, una de cada tipo, con valor 0.