Reseña: Anachrony
Son los últimos años del Siglo XXVI. La Tierra está recuperándose de una explosión catastrófica que exterminó a la mayoría de la población hace siglos y provocó que casi toda la superficie se volviera inhabitable, debido a las sobrenaturales condiciones atmosféricas. Los humanos supervivientes se organizaron de acuerdo a cuatro ideologías radicalmente distintas, llamadas Caminos, para reconstruir el mundo como consideran oportuno: Harmonía, Dominación, Progreso y Salvación. Los seguidores de los cuatro Caminos viven en una frágil paz, pero en casi completo aislamiento respecto a los demás. Su único punto de encuentro es la última gran metrópolis de la Tierra, ahora conocida como la Capital. Al suministrarle energía a las misteriosas Grietas Temporales que se abrieron a raíz del cataclismo, cada Camino logró volver y contactar con momentos específicos de su pasado. Hacer esto les permite acelerar en gran medida su progreso, pero entrometerse demasiado puede poner en peligro el continuo espacio-temporal. Pero el progreso es más importante ahora que nunca: si debemos creer el misterioso mensaje que ha llegado a través de la Grieta Temporal, un cataclismo aún más terrible acecha en el horizonte: un asteroide portador de una sustancia misteriosa llamada Neutronio se dirige hacia la Tierra. Pero hay algo más extraño todavía, los científicos han descubierto que la impronta energética del asteroide encaja con la explosión de siglos atrás…
Así se nos presenta Anachrony, un diseño de Richard Amann, Viktor Peter (ambos dos con (Cerebria: The Inside World o Trickerion: Legends of Illusion) y Dávid Turczi (Petrichor, Dice Settlers, Kitchen Rush). El juego fue publicado en 2017 por Mindclash Games, buscando la financiación necesaria mediante una exitosa campaña de micromecenazgo. De las ilustraciones se encarga Laslo Forgach, siendo este su primer trabajo en el mundo de los juegos de mesa.