Reseña: Stockpile
Introducción
Un trepidante juego económico de inversiones corporativas, tráfico de información privilegiada y manipulación del mercado. Cada jugador actúa como un inversor privado que tiene el objetivo de amasar el mayor beneficio posible. Los jugadores compran y venden acciones e influyen en el mercado accionarial, aprovechando las subidas y bajadas de las distintas compañías para obtener el mayor beneficio posible.
Así se nos presenta Stockpile, un diseño de Brett Sobol y Seth Van Orden (autores ambos de The Reckoners o CrossTalk). El juego fue publicado en 2015 por Nauvoo Games tras reunir los fondos necesarios mediante una exitosa campaña de micromecenazgo. De las ilustraciones se encargan Jacqui Davis (Ex Libris, Manhattan) e Ian O’Toole (Escape Plan, Rokoko).
Se encuentra publicado en español por Arrakis Games (las cartas de estrategia de inversión tienen texto) en su versión épica (con todas las expansiones). Permite partidas de 2 a 5 jugadores, con una edad mínima sugerida de 12 años y una duración aproximada de unos 45 minutos. El precio de venta al público es de 59,95€. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la versión épica en español de Arrakis Games, que la propia editorial nos ha cedido amablemente.
Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 29,7×29,7×7,2 cm. (caja cuadrada estándar tipo Ticket to Ride), nos encontramos con los siguientes elementos:
- Tablero Principal (de cartón)
- 5 Tableros de Jugador (de cartón)
- 7 Peones de Subasta (de madera)
- 6 Cartas de Compañía
- 1 Marcador de Turno
- 6 Marcadores de Acciones
- Tablero de Previsión Anual (de cartón)
- 6 Dados de Previsión (de resina)
- 2 Marcadores de Bloqueo (de madera)
- 211 Cartas Normales (57×89 mm.):
- 60 Cartas de Acciones
- 12 Cartas de Pago de Comisiones
- 8 Cartas de Operaciones
- 26 Cartas de Inversores
- 22 Cartas de Previsión
- Carta de Primer Jugador
- 52 Cartas de Estrategia de Inversión
- 18 Cartas de Mercancía
- 7 Cartas de Impuestos
- 5 Cartas de Referencia
- Cartas Pequeñas (44×68 mm.):
- 110 Cartas de Divisas
- 40 Cartas de Bonos
- 6 Certificados de Acciones (de cartón)
- 1 Marcador de Jugador Inicial (de cartón)
- Reglamento
Mecánica
Stockpile es un juego de gestión de acciones de seis empresas de las que los jugadores adquirirán y venderán acciones. En cada turno, los valores de estas empresas fluctuarán según ciertas cartas (los jugadores conocerán la evolución de algunas de estas empresas, pero de otras no). Previamente, se producirá una subasta con pujas fijas en una serie de pilas de cartas que los propios jugadores conformaron instantes antes. En estas subastas los jugadores irán colocando su peón, de forma que dicha subasta finalizará cuando todos los jugadores estén en una pila de cartas distintas. Cuando una empresa alcance su máximo valor, las acciones que posean los jugadores de dichas empresas se duplicarán, mientras que, si una empresa cae en bancarrota, las acciones que posean los jugadores de dichas acciones se descartarán. En la edición épica se incluyen todos los módulos de las expansiones publicadas.
Conceptos Básicos
Estamos ante un juego peculiar en su edición en español, ya que incluye las dos expansiones. Haré una distinción de los conceptos que pertenecen exclusivamente al juego básico y, a continuación, explicaré los conceptos incluidos en las expansiones, pues el desarrollo de la partida se explicará con todos los módulos integrados, y en las variantes se explicará cómo se juega sin ellos.
Comencemos con el Tablero de Cotización. En este encontramos seis tracks, cada uno asociado a una de las seis empresas contempladas en el juego. Cada track tiene posiciones numeradas, comenzando por cero, con algunos espacios marcados con un círculo y/o con un octógono. Sobre estos tracks se desplazarán lateralmente unos marcadores para indicar en cada momento el valor bursátil de cada compañía. En la zona superior izquierda encontramos el track de progreso de la partida, cuyo número de rondas dependerá del número de jugadores. En la zona derecha encontraremos un espacio para colocar cartas de empresa y de previsión. Y en la banda inferior encontramos las zonas de subasta, con cinco columnas que muestran ocho espacios numerados en progresión (dependiendo del número de jugadores se utilizarán unas u otras). El tablero muestra dos caras. En una los valores de las empresas serán idénticos, mientras que en otras serán asimétricos, teniendo las posiciones del reset distintas.
La cotización de estas empresas variará según unas Cartas de Previsión, las cuales indican en cada ronda cuantos espacios se desplazará el marcador correspondiente, a la derecha si baja de valor o a la izquierda si sube, aunque habrá cartas que detonarán un reparto de dividendos. Para asociar cada carta de previsión a cada empresa, se dispone de un juego de seis Cartas de Empresa.
Durante la partida los jugadores conformaran lotes de cartas de un mazo que contiene Cartas de Acciones de las seis empresas, Pago de Comisiones (que obligará a los jugadores a desembolsar dinero) y Operaciones (que permitirán a los jugadores actuar sobre las cotizaciones de forma adicional a las cartas de previsión). La peculiaridad del sistema es que los jugadores colocarán estas cartas sobre las pilas a subastar una bocarriba y otra bocabajo.
Cada jugador dispondrá de un Tablero Personal en el que acumular sus cartas de acción. Este tablero muestra dos espacios, uno a la izquierda para las acciones «normales» y otro a la derecha para las acciones «dobladas». Una acción se doblará cuando la empresa alcance su máxima cotización. Una acción doblada equivaldrá a dos acciones. Si una empresa alcanza su máxima cotización y ya hay acciones dobladas de dicha empresa, los jugadores con dichas acciones simplemente obtendrán una bonificación económica de forma inmediata, pero las acciones no volverán a doblarse. Por contra, si una empresa entra en bancarrota al bajar a 0 su cotización, todas las acciones que posean los jugadores, dobladas o no, serán descartadas.
Para resolver la subasta cada jugador dispondrá de un Peón que se colocará en los espacios de subasta. En cada ronda cada jugador obtendrá con seguridad las cartas de un espacio de subasta. Para ello, en cada turno de puja, el jugador colocará su peón en uno de los espacios de puja, teniendo en cuenta que podrá sobrepujar a peones ya colocados ofreciendo una cantidad mayor.
El eje del juego es el Dinero, representado con cartas. Este dinero servirá principalmente para pagar las pujas en las subastas. La vía principal para conseguir dinero será mediante la venta de acciones, aunque el juego ofrece otras alternativas.
Hasta aquí llegarían los conceptos del juego original. Vamos con los conceptos de las expansiones. El primero serían los Inversores. Para darle un punto de asimetría, cada jugador dispondrá de un personaje que, por un lado, determinará el dinero con el que se comienza la partida y, por otro, proporcionará un efecto permanente durante la misma.
También tenemos los Dados de Previsión. Al comienzo de cada ronda, para aleatorizar las fluctuaciones de las empresas y que no siempre estén en circulación las mismas cartas de previsión, se dispone de un conjunto de seis dados que determinará las cartas de previsión que se utilizan en cada ronda. Obviamente, el número de cartas de previsión disponibles se ve incrementado.
Se introduce como elemento de mercado la Carta de Jugador Inicial, la cual se añadirá en la fase de asignación a una de las pilas, siendo un elemento a subastar como las acciones, cartas de operación y comisiones.
Otro concepto es el de los Bonos. Serán inversiones mediante las cuales los jugadores obtendrán ingresos al final de cada ronda a cambio de inmovilizar efectivo. Al final de la partida se venderán para recuperar el coste, pero el dinero utilizado para obtenerlos no se podrá utilizar durante la partida.
Seguimos con las Cartas de Estrategia de Inversión. Son cartas con un determinado coste en su esquina superior izquierda y un efecto que podrá ejecutarse en la fase de operaciones. Cada jugador recibirá una mano de estas cartas y podrá ir utilizándolas a lo largo de la partida.
Finalmente tenemos las Cartas de Mercancías e Impuestos, las cuales se añadirán a los lotes que serán subastados en cada ronda. Las mercancías otorgarán puntos por colecciones al final de la partida, mientras que los Impuestos supondrán una perdida que dependerá del número de cartas de impuestos acumuladas.
Con esto tenemos suficiente.
Preparación de la Partida
- Se despliega el tablero de cotizaciones por la cara deseada.
- Se colocan los marcadores de cotización sobre la casilla inicial (la que muestra un círculo).
- Se forma un mazo con las cartas de empresa y de previsión y se dejan en los espacios correspondientes.
- Se coloca el marcador de progreso en la casilla del track de progreso correspondiente al número de jugadores.
- Se saca del mazo una carta de acción de cada empresa, se mezclan y se reparte en secreto una a cada jugador. El resto de cartas se devuelve al mazo que se baraja junto con las cartas de operaciones y comisiones y se deja a un lado.
- Se forma una reserva general con las cartas de dinero.
- Se coloca el tablero de previsión junto a los 6 dados.
- Se mezcla el mazo de cartas de estrategias de inversión y se reparten a cada jugador tantas como rondas haya en la partida más tres. De estas, cada jugador deberá descartar 2, que se devuelven junto al resto de cartas no repartidas a la caja.
- Se mezclan las cartas de mercancías e impuestos para formar un mazo.
- Se mezclan las cartas de inversores y se reparten dos a cada jugador. Cada jugador deberá escoger uno de estos inversores y devolver a la caja el otro, junto con el resto de inversores no repartidos. Cada jugador recibe la cantidad inicial indicada en su carta de inversor.
- Cada jugador escoge un color y recibe un peón y un tablero de acciones, sobre el cual colocará la acción recibida en el espacio izquierdo.
- Se forma una reserva general con los bonos.
- Finalmente, se escoge aleatoriamente al jugador inicial y se le entrega la carta y el marcador de primer jugador.
¡Ya podemos comenzar!
Desarrollo de la Partida
Una partida a Stockpile se desarrolla a lo largo de un número fijo de rondas (dependiente del número de jugadores). Cada ronda se compone de seis fases.
Fase I: Información
El jugador inicial lanza los dados de previsión y selecciona seis cartas que muestren los valores resultantes. Se mezcla el mazo de cartas de empresa y este subconjunto de cartas de previsión y se forman seis parejas. Se entrega una pareja a cada jugador, otra pareja se coloca visible en los espacios del tablero y las parejas restantes se despliegan bocabajo junto a la pareja visible.
Comenzando por el jugador inicial y continuando en el sentido de las agujas del reloj, cada jugador podrá comprar hasta 3 bonos.
Fase II: Suministro
Comenzando por el jugador inicial y continuando en el sentido de las agujas del reloj, cada jugador robará dos cartas del mazo de cartas de acciones, las consultará en secreto y las colocará en las pilas del tablero, debiendo colocar una carta bocarriba y la otra bocabajo (independientemente de en qué pilas se coloquen).
Tras esto, robará la siguiente carta del mazo de mercancías y la colocará en cualquiera de las pilas (independientemente de donde colocase las cartas anteriores).
El jugador inicial, adicionalmente, deberá colocar la carta de jugador inicial en cualquiera de las pilas (independientemente de donde colocase las cartas anteriores) una vez que todos los jugadores hayan colocado sus tres cartas (es la última carta en colocarse en la fase), tras lo cual la fase finaliza.
Fase III: Demanda
Comenzando por el jugador inicial y continuando en el sentido de las agujas del reloj, los jugadores alternarán turnos de puja en los que colocará su peón en una casilla libre de uno de los track de pujas de cualquiera de las pilas. Si en el track ya hubiese un peón, solo podrá colocarlo en un espacio de puja de valor mayor al que ocupe el peón. En este caso, el peón sobrepujado retorna a su dueño, quien deberá volver a colocarlo cuando sea su turno. Si llega el turno a un jugador cuyo peón no ha sido sobrepujado, simplemente pasará.
La fase finaliza una vez que cada peón ha sido ubicado en una pila distinta, procediéndose al pago de las pujas. Cada jugador recogerá la pila de cartas en la que se encuentre su peón.
Si un jugador ha obtenido cartas de comisiones, deberá pagar en este momento, colocándolas en la pila de descarte.. Si un jugador no tuviese fondos suficientes para pagar, deberá mantener la carta en su zona de juego hasta que obtenga el dinero suficiente para pagarlas.
El jugador que haya obtenido la carta de jugador inicial podrá decidir quedársela o pasársela a otro jugador, aunque el orden de turno no variará hasta el final de la ronda.
Fase IV: Acciones
Ahora, comenzando por el jugador inicial y continuando en el sentido de las agujas del reloj, cada jugador que haya obtenido cartas de operaciones deberá ejecutarlas en este momento, alterando el valor de las compañías que crea conveniente. Si esto provoca que alguna empresa pague dividendos, los jugadores con acciones de dicha empresa deberán mostrarlas (las acciones dobladas proporcionan el doble de dividendos).
Si mediante estas operaciones una empresa entra en bancarrota, todas las acciones de dicha empresa que posean los jugadores (dobladas o no) se descartan, y el marcador de cotización se coloca en el espacio circular del track correspondiente.
Si mediante estas operaciones una empresa alcanza su máximo, todas las acciones de dicha empresa que posean los jugadores que no estén dobladas pasarán a doblarse. Los jugadores con acciones dobladas de dicha empresa obtendrán inmediatamente 10K por acción doblada. Tras esto, el marcador se volverá a colocar en el espacio con un octógono.
Adicionalmente, cada jugador en su turno podrá jugar una carta de estrategia de invasión antes o después de aplicar las operaciones y/o efectos de sus inversores. Se paga el coste de la carta, se aplica el efecto y se devuelve a la caja.
Fase V: Venta
Comenzando por el jugador inicial y continuando en el sentido de las agujas del reloj, cada jugador podrá vender acciones al valor actual. Las acciones dobladas proporcionan el doble del valor actual de cotización de la empresa.
Fase VI: Movimiento
Ahora se revelan las cartas de previsión asociadas a cada empresa y se actualizan las cotizaciones de las mismas. Al igual que en la fase de acciones, si una empresa cae en bancarrota, los jugadores perderán las acciones (dobladas o no) de dicha empresa, y si una empresa alcanza su máxima cotizaciones, las acciones sin doblar serán dobladas y las acciones dobladas proporcionarán 10K a sus respectivos dueños.
Tras esto, cada jugador obtiene un ingreso de 1K por cada bono que posea.
Finalmente, se pasa el marcador de jugador inicial al jugador que posea la carta de jugador inicial.
Tras esto, salvo que sea la última ronda, se avanza el marcador de progreso y comenzaría una nueva ronda.
Fin de la Partida
La partida finaliza al término de la última ronda según el número de jugadores. Se procede al recuento final, donde cada jugador suma:
- El dinero en efectivo que posea.
- Los bonos, que se venden por su valor inicial.
- Cada conjunto de 1/2/3/4/5/6 cartas de mercancías distintas proporcionan 3K/8K/15K/24K/35K/48K.
- Disponer de 1/2/3/4/5/6/7 cartas de impuestos penalizan en -2K/-6K/-12K/-20K/-30K/-42K/-56K.
- Se determina que jugador es el accionista mayoritario en cada compañía (las acciones dobladas cuentan doble). Cada máximo accionista recibe 10K (en caso de empate, los jugadores empatados reciben 5K).
- Finalmente, las cartas de acciones, que se venden a su valor actual (las cartas de acción dobladas proporcionan el doble de dinero).
El jugador con mas dinero será el vencedor.
Variantes
- Partidas a 2 Jugadores: cada jugador recibe 2 inversores (se reparten dos parejas y se escogen dos, aunque hay que consultar la tabla correspondiente para partidas a 2 jugadores de cara a recibir el efectivo inicial) y 2 peones. La partida se prepara como si fuese para 4 jugadores. A la hora de aplicar efectos, estos tendrán en consideración ambos peones de un mismo jugador.
- Jugador Inicial: se puede jugar sin la carta de jugador inicial, de forma que el marcador de jugador inicial pasa al jugador de la izquierda al final de cada ronda.
- Sin Dados de Previsión: se juega solo con seis cartas de previsión, las mismas para cada ronda (variando solo el reparto).
- Sin Cartas de Estrategia: simplemente se retira el mazo de cartas de estrategia y en la fase de acciones solo se ejecutan las cartas de operaciones obtenidas en la fase anterior.
- Sin Cartas de Mercancías ni Impuestos: se retira el mazo correspondiente y en la fase de demanda cada jugador solo coloca 2 cartas.
- Sin Bonos: se retiran los mazos de bonos y los jugadores no pueden comprarlos para obtener ingresos recurrentes al final de la ronda.
- Sin Inversores: no se reparten cartas de inversores y cada jugador comienza la partida con una cantidad fija de 20K.
Opinión Personal
Hoy toca analizar uno de esos proyectos que surgieron cuando las campañas de financiación por micromecenazgo comenzaron a instaurarse como una vía recurrente a la hora de publicar juegos. Es cierto que muchos proyectos resultaban fallidos, pero otros, como el que hoy nos ocupa, son un claro caso de éxito.
Con todo, aun funcionando adecuadamente, Stockpile en su edición original tal vez se quedaba un pelín corto, por lo cual fueron lanzadas dos expansiones que ampliaron la experiencia de juego sin apenas añadirle cargo conceptual. Es por eso, que pasados cuatro años de la primera edición, se lanzó una versión recopilatoria que aunaba en una misma caja todo lo publicado hasta la fecha.
Se le denominó Edición Épica y es la que ha llegado en español de la mano de Arrakis Games, a quien agradecemos la cesión de la copia que posibilita esta tochorreseña. Vamos a ver qué tal se comporta en mesa.
Stockpile es un juego económico centrado en la especulación de acciones, donde los jugadores invertirán en activos cuya cotización fluctuará a lo largo de la partida, intentando obtener rendimiento económico tras completar diversas transacciones (normalmente vendiendo acciones cuando su cotización sea superior a la que tenían cuando fueron compradas).
Aprovecho para tomar un desvió y establecer una pequeña clasificación en cuanto a juegos económicos, ya que, como ocurre con otros géneros, a veces se utiliza la categoría a la ligera, como por ejemplo decir que un juego es económico simplemente porque haya gestión de un recurso al que se le denomina «dinero», algo que no deja de ser una convención por la cual un enorme porcentaje de los eurogames podrían encasillarse en esta categoría.
Creo que para que un juego pueda ser considerado económico debe implementar uno o varios conceptos relacionados con esta rama del conocimiento, aunque en juegos de mesa suelen ser dos: gestión de la oferta y la demanda (esto es, juegos en los que, debido a las acciones de los jugadores intentarán satisfacer los requerimientos de diversos elementos), especulación (donde los jugadores intentan obtener réditos de la gestión de una cartera de bienes cuyo valor fluctúa) o juegos de inversión (en los que los jugadores emplean sus recursos en desarrollar unas infraestructuras que vayan ofreciendo rendimiento económico).
Ejemplos en estas tres categorías tenemos unos cuantos. Para los juegos de oferta y demanda el rey absoluto es Food Chain Magnate (aquí su tochorreseña). Para juegos de especulación teneos ejemplos como Hab & Gut (aquí su tochorreseña). Y para juegos de inversión otro clásico sería Alta Tensión (aquí su tochorreseña). Por supuesto hay más ejemplos que tocan varios de estos palos, pero creo que son tres ejemplos bastante representativos de cada una de las categorías (como siempre no pretendo sentar cátedra, y si alguien quiera realizar algún apunto, tiene la caja de comentarios para dar rienda suelta a sus argumentos). Pero lo que quiero dejar claro es que juegos como Los Viajes de Marco Polo, Caylus o Gaia Project, aun teniendo una gestión de dinero, para mí no son juegos económicos.
Cerramos el paréntesis y retornamos a Stockpile, que, como su nombre indica, entraría en el grupo de juegos de especulación, ya que esta es la piedra angular del diseño. Los jugadores comienzan la partida con un determinado capital y su objetivo es intentar maximizar las ganancias a través de la especulación. Y para ello el diseño propone unas cuantas ideas interesantes.
La primera es que los jugadores tendrán una información parcial de cómo van a fluctuar las compañías. Así, en una de las fases iniciales de cada ronda, a cada compañía se le asignará una carta de previsión que determinará cómo va a variar su cotización al final de la ronda, justo después de que los jugadores hayan tenido la oportunidad de vender acciones.
Así, cada jugador conocerá el destino de una de las seis empresas que se incluyen en el juego, más una segunda que será de dominio público. Lo que vaya a ocurrir con las cuatro empresas restantes es, hasta cierto punto, desconocido. Digo hasta cierto punto porque lo que sí que se conoce las cartas de previsión que hay en juego en cada ronda (independientemente de si se juega con la variante de los dados de previsión o no), de forma que cada jugador puede, en función de la cotización actual de las empresas, evaluar los riesgos para aquellas empresas de las que no tiene información.
Por poner un ejemplo, supongamos que un jugador dispone en su cartera de tres acciones de la empresa azul, pero no es la empresa de la que conoce información. Su valor actual está cerca de la bancarrota (le faltarían dos bajadas para ello), y en las cartas de previsión solo hay 2 cartas negativas, una de las cuales, curiosamente, es la que posee el jugador (la otra visible es una carta positiva). Por tanto, habrá un 25% de probabilidades de que la carta negativa haya coincidido con la carta de la empresa azul.
Solo faltaría esperar a ver si algún jugador ofrece algo de información al respecto, ya que si un jugador en una situación parecida, de repente, comienza a vender acciones de esa empresa, es probable que sea el poseedor de la carta de esa empresa y, desafortunadamente, le haya tocado la carta negativa, por lo que esté intentando salvar los muebles antes de la quema.
Este flujo de información secreta y el juego con las probabilidades ante lo desconocido es, sin duda, lo mejor de Stockpile como juego económico. Es tenso, es divertido y, hasta cierto punto, se siente como si estuviésemos jugando en la bolsa de verdad, apostando por empresas de las que no sabemos lo que va a ocurrir. Es muy divertido cuando un jugador arriesga y la empresa cae en bancarrota (a veces a causa de las acciones inesperadas por parte de algún jugador) o como las acciones doblan y es como si a los jugadores les tocase la lotería.
Pero ahí no para el tema de la información oculta y el juego con la misma. La segunda pata sobre la que se sustenta Stockpile es por el reparto que hacen los jugadores de las cartas de acciones, comisiones y operaciones en una de las fases más importantes del juego. De nuevo en cada ronda saldrán a subasta una cantidad de cartas igual al doble de jugadores en la partida (con la excepción de a dos jugadores, que se actúa como si fuese una partida de cuatro), de las cuales, la mitad se desplegarán ocultas y la otra mitad visible. Adicionalmente se colocan cartas de mercancía, aunque estas son siempre visibles.
Dicho de otra forma, cada jugador conocerá 5 de las 8 cartas (las 4 visibles más la que él colocó de forma oculta). Así, los jugadores conforman unos lotes de forma conjunta para los que hay que andar especialmente finos, ya que entra en juego una importante cantidad de factores que deben ser tenidos en cuenta, en especial el orden de turno y la capacidad económica de nuestros rivales. Por ejemplo, si el jugador inicial tiene el máximo capital que se puede pujar, tenemos que ser conscientes de que tiene la opción de cerrar una pila con su primer turno, por lo que no resulta especialmente conveniente conformar una pila muy valiosa.
Es por eso que hay que ir jugando con las compensaciones y la picaresca. Colocar cartas ocultas en posiciones que generen dudas, por ejemplo colocando una carta «mala» como oculta cuando la que hemos dejado revelada es la «buena» (por norma general, los demás jugadores tenderán a pensar que la que hemos colocado oculta será mejor que la que hemos colocado visible).
Una vez establecidos los conjuntos, pasamos a una fase de subastas al más puro estilo Amun-Re del gran Reiner Knizia, donde cada jugador es consciente de que va a recibir una de los cuatro conjuntos a subastas, pudiendo realizar una serie de pujas fijas (no se podrá ofrecer lo que uno quiera, existiendo un valor máximo que, una vez alcanzado, elimina la opción de sobrepujar). El jugueteo con los peones, ver como un jugador se veía en buena posición mientras otros luchaban por un lote que, al encarecerse demasiado, provoca que el «perdedor» de esa pequeña competición pase a disputarnos nuestra posición. Muy divertido.
Y más divertido es cuando tomamos el lote y descubrimos las sorpresas que nos han deparado el resto de jugadores o incluso nosotros mismos si nuestra memoria no está especialmente desarrollada (son geniales los momentos en los que alguien descubre que ha pujado por una pila en la que creía haber colocado una carta oculta y resulta ser otra).
Con todo, lo que a mi más me llama la atención de esta fase es que la oferta disponible es aleatoria y semidesconocida, por lo que el juego adquiere una carga táctica brutal, donde una acción de una empresa relativamente devaluada puede llegar a ser lo más interesante a adquirir. Pero claro, al desconocer la mitad de los elementos en disputa, es muy difícil evaluar qué lote es el bueno, sobre todo teniendo en cuenta, por norma general, nuestros competidores intentarán generar desconcierto en el reparto.
El tercer elemento llamativo del juego sería el sistema de recompensa de las empresas. Lo divertido de Stockpile es que sobre las empresas pende una Espada de Damocles durante toda la partida, puesto que si la empresa entra en bancarrota, las acciones que los jugadores posean de dicha empresa pasarán al descarte (perdiendo la inversión), aun habiendo alcanzado su máximo de cotización varias veces durante la partida, algo cuyo principal efecto será el doblar las acciones que posean los jugadores (o recibir bonificaciones si ya estaban dobladas).
A esto hay que sumarle que al final de la partida hay una recompensa para cada máximo accionista en cada empresa, de forma que los jugadores intentaran retener todo el tiempo que puedan las acciones (a no ser que se encuentren en dificultades económicas y/o prevean que la empresa se va a desplomar). Es por eso que la fase de fluctuación es tan divertida. Es esa sensación de un rasca y gana que despeja la incertidumbre y nos descubre si hemos actuado correctamente o corrimos un riesgo demasiado elevado.
Es cierto que puede dar pie a situaciones en los que varios jugadores intenten hundir una determinada empresa al conocer que un jugador concreto es el actual máximo accionista y, además, es quien parece estar ganando en la partida. Pero para eso primero tienen que aparecer cartas de operaciones, que no hay tantas en el mazo.
Pero vamos, estas situaciones son incluso deseables, porque les aportan mucho sabor a las partidas, dando pie a discusiones acaloradas e intentos de persuasión a los jugadores que no tengan claro cuando atacar a otro. Es un juego divertido, bien pensado y que como juego económico accesible cumple sobradamente con su cometido, viniendo a competir directamente contra Hab & Gut como ese juego de gestión de cartera de acciones de referencia.
El problema del Stockpile original es que se quedaba tal vez algo corto en cuanto a opciones. Es por eso que se publicaron dos expansiones que, sin añadir una especial carga conceptual al juego, sí que abren diversas vías para que cada partida de Stockpile tenga un sabor especial. Vamos a desgranarlas en orden de importancia.
En primer lugar, y tal vez más importante, los dados de previsión. Pasamos de tener seis cartas fijas de fluctuación de los valores de las empresas a tener veintidós, con combinaciones alcistas o bajistas que añaden incertidumbre a cada ronda al no saber qué opciones va a haber para la siguiente ronda.
A este hay que sumarle el tablero alternativo con tracks de cotización asimétricos entre las empresas, teniendo cada una entidad propia. Así, la compañía azul es la más volátil, porque tiene muy poco recorrido y tan pronto alcanza su máximo como entra en bancarrota, mientras que otras empresas tienen tracks de mayor recorrido, mostrando peculiaridades como el reparto de dividendos en aumento de cotización o saltos entre los niveles más acentuados. Estos dos elementos en conjunto les aportan una variabilidad a las partidas remarcable y considero que son fundamentales.
El segundo elemento que más llama la atención es el de las cartas de estrategia que, como su nombre indica, nos aportan una cierta guía durante la partida, ya que cada carta proporciona un beneficio que dependerá de diversas circunstancias que los jugadores intentarán forzar al disponer de dichas cartas desde un primer momento. Ese punto estratégico le sienta muy bien al juego, hasta el punto de que se puede llegar a generar confusión entre los rivales al no entender por qué un jugador actúa de cierta forma que parece errática, cuando lo que está buscando es alcanzar una determinada posición para maximizar la rentabilidad de dicha carta.
Luego tenemos la variante del jugador inicial, cuya inclusión también es muy recomendable, especialmente en partidas con un numero de rondas que impide que todos los jugadores sean el inicial el mismo número de veces, ya que, como hemos comentado anteriormente, ser jugador inicial tiene su importancia. Ahora la carta de jugador inicial se introduce como un añadido a uno de los lotes, siendo otro elemento más por el que pujar, aunque de forma conjunta con las cartas de acciones, operaciones y comisiones sin tener que resolver una puja adicional.
Los tres añadidos que restan son, tal vez, los que menos me terminan de entusiasmar. Por un lado, los Inversores, que añaden un punto de asimetría confiriendo a cada jugador una habilidad que estará activa toda la partida. Efectos que pueden llegar a condicionar en demasía la actuación de los jugadores, desviando la atención del eje fundamental del juego. Es cierto que cada inversor modula la cantidad inicial de la que dispone cada jugador, pero he tenido partidas en lo que eso no ha parecido suficiente. De todos modos, yo siempre lo añado, pero que hay que ser conscientes de que hay que actuar de cierta forma para que un determinado rival no pueda aprovecharse en demasía de su efecto.
Por otro, las cartas de mercancía, que vienen a darle un punto de sal a los lotes, pero no terminan de resultar tan interesantes como podría parecer a priori. Si, hay efectos de personajes y de cartas de estrategia que bonifican la obtención de estas cartas, pero no sé, me da la sensación de que entorpecen el flujo de la partida más que otra cosa.
Y por último, los Bonos, que simplemente vienen a ser un fondo a plazo fijo en el que los jugadores saben cuanta rentabilidad van a obtener desde el momento en el que se adquieren hasta el final de la partida. Es cierto que planta una decisión interesante, especialmente en rondas iniciales, pero se pueden generar ciertas inercias que desequilibren la partida, además de desviar el foco de lo que importa. Si hay un modulo que yo no metería, sería este.
Con esto queda repasado todo lo que contiene la caja de esta edición épica que, para los que aún no hayáis bajado hasta la nota y estéis esperando a que arroje luz sobre qué hacer ante la duda de si comprarlo, ya os digo que es una adquisición bastante recomendable, sobre todo si no se tiene cubierto ese nicho de juegos económicos con gestión de acciones sin tener que irse a un monstruo.
Stockpile es un juego que se le puede poner por delante a muchos tipos de jugadores distintos, pues su carga conceptual es muy reducida (incluso con casi todos los módulos añadidos), ofreciendo una experiencia siempre divertida, emocionante y de buen ritmo.
Uno de los hándicaps a los que se suelen enfrentar los juegos económicos es que requieren de cierto punto de caos para ser divertidos. Y el caos solo se consigue teniendo suficientes jugadores en la partida para que haya una distorsión importante y no sea tan sencillo prever qué va a pasar. Es cierto que Stockpile esto lo palia mucho gracias a la asignación de las fluctuaciones sin que los jugadores tengan que influir en ello (aunque tengan ciertas vías para hacerlo), pero al final la mecánica de subastas es dominante, y a menos de cuatro jugadores la experiencia se resiente. La variante a dos no está mal, pero la diversión de la que se disfruta en una partida a cuatro o cinco jugadores no se alcanzará jamás en una partida a tres ni a dos.
En cuanto a la rejugabilidad, Stockpile aventaja a sus competidores gracias a los diversos módulos, en especial el de las cartas de inversión y el de los inversores, que serán los que le aporten ese punto estratégico en base al cual cada partida puede ser enfocada de una forma distinta, más allá de la enorme interacción e incertidumbre que ya, de por sí, proporcionan sensaciones diversas. Hay juego para rato.
En cuanto al azar, es obvio que hay bastante, pero es una de las gracias del juego, ya que, aunque los jugadores roben cartas, estas no son inicialmente para ellos. Si que puede haber algo de azar en el reparto de las cartas de estrategia de inversión y que algún jugador reciba una combinación más potente que otros. Pero bueno, son muchas cartas y los jugadores tienen opción de escoger qué quedarse, por lo que tampoco me parece que tenga un impacto especialmente relevante.
Pasemos a la producción. Nos encontramos con un producto de calidad media-alta, donde destacan unas cartas de muy buen gramaje, textura lisa y una respuesta elástica bastante adecuada (no veo necesario enfundar porque solo se baraja una vez al comienzo de la partida y las cartas apenas se tienen en mano). Los elementos de madera tienen buena densidad y formas estándar. Los elementos de cartón tienen bue grosor y prensado. Y los dados de resina personalizados tienen un tamaño generoso. El reglamento está perfectamente estructurado y no deja lugar a dudas, con numerosos ejemplos y párrafos remarcados para llamar la atención.
En cuanto al aspecto visual, es de esos juegos que, sin tener nada que llame especialmente la atención, desplegados en mesa resultan agradables. Tiene detalles llamativos como el uso de calculadoras para los tracks de subastas o un calendario para el track de progreso. Tal vez la mayor queja la podemos tener en la selección de los colores para las empresas, donde el gris y el azul son fácilmente confundibles (especialmente en las cartas de empresa). Lo mas destacado es el uso de personalidades conocidas de la Politica y la Economía en los inversores, teniendo referencias claras a Bill Gates, Barack Obama, Donald Trump o Bernie Sanders.
Y vamos cerrando. Stockpile se ha convertido por derecho propio en uno de los juegos de referencia en cuanto a económicos de especulación se refiere. Es cierto que tiene algunos problemas de escalabilidad (lo recomendable es tender cuatro o cinco participantes) y en su versión original puede quedar algo corto, pero en su versión épica, que es la que nos ocupa, dispone de suficientes elementos como para que cada partida sea una experiencia divertida, emocionante y muy ágil, sin apenas entreturno, destacando el cómo el juego nos obliga a gestionar información oculta en diversos aspectos. Por todo esto le doy un…
Otro juego económico con temática de la bolsa es 1920 wall street, viene en una caja pequeñita y cargada de buenos componentes y para mí es muy bueno.
Caramba iMisut, despues de oirte hablar tanto de este juego, siempre de modo excelente, esperaba un sobresaliente. ¿El notable es solo por el tema escalabilidad?
Saludos!
Tengo la misma duda jajajaja
Intuyo que es por los módulos de Bonos y el de personajes, que no terminan de cuajar… Debe ser un 8,5 en toda regla.
Yo todo juego por encima de un 8 ya lo considero un gran juego. Pero eso, es de esos juegos que aún divirtiendote mucho, sientes que otros de su categoría llegan más lejos.
Bueno, que hay módulos que cojean y que el base solo se queda corto. Me parece un estupendo juego, pero eso no es condición suficiente para llevarlo a lo más alto. Tembien el tema del azar y ese punto de caos que, aunque es muy divertido, a veces frustra. Si lo comparo con Alta Tensión, que vendría a tener un peso similar, el juego de Friese me sigue pareciendo un escalón por encima. Pero vamos que tengo juegazos a los que no les he dado el sobresaliente como Grand Austria Hotel o Concordia, y los jugaría antes que otros sobresalientes. Es cuestión de poner en la balanza los elementos.
¡Gracias por la reseña! Sé que es una tontería, pero yo también me he extrañado un poco al ver el Notable, jeje.
Lo espero en breve como regalo de cumpleaños en dos semanitas… ¡Qué ganas!
Buenas noches,
¿Que te parece este juego con respecto a otros juegos económicos similares que ya tengo en mi colección como Acquire o Airlines Europe?¿Aporta algo diferenciador?
Por cierto, a ver si un día se cae tochoreseña del Acquire, un juego de 1964 que sigue en el top 200 de la bgg parece pieza interesante.
Saludos!
Tengo pendiente la reseña del Acquire. Es un gran diseño. Este Stockpile tal vez está un ligero peldaño por encima en cuanto a diversión (incluyendo todas las expansiones, en base si se quedaría por debajo). La gracia de este juego es que las variaciones de las cotizaciones no dependen de las acciones de los jugadores, o al menos no en mayor medida, y eso le da un punto de «apuesta» y de gestión de la información que no tienen los que mencionas.
Saludos!
Hola iMisut, ¿qué tal?
Quería plantearte un par de dudas con respecto a las expansiones:
– ¿El módulo de los Bonos se juega solo en conjunto con el módulo de los Dados de previsión? En el apartado de los Bonos indica que se tiran los dados, aunque es curioso y confuso que el módulo de los dados se explique más tarde.
– Si no he entendido mal, todas las cartas de previsión se juegan cuando se usa el módulo de los Dados de previsión. Y son todas (las 22), aunque el manual diga que reemplace las del juego base por las de la expansión.
¿Correcto? ¡Gracias por tu ayuda!
Los bonos se puedne jugar con o sin los dados de prevision.
Y si, hacen falta todas las cartas de prevision, porque si no habría configuraciones que no se podrían establecer. Es una pequeña errata.
Saludos!!
¡Muchas gracias! Con las cartas de previsión el manual es un poco dejado, porque si bien al prinicipio dice que se usen todas al jugar con expansiones, sólo en el módulo de los dados es donde se refiere a ellas en la preparación. Por lo demás todo bien.
Gracias de nuevo. ¡Saludos! 😉
Buen día,
Pregunta, que juego económico o especulación estaría por encima del stockpile?
Saludos
Pues centrándose en esa mecánica, de los que yo he probado Stockpile puede ser el mejor. Se me queda a las puertas del sobresaliente por esos detalles que comento en la tochorreseña, pero es un grandioso juego especialmente en esta edición con todo incluido.
Hola Ivan! Tengo un problema! Tengo casa rural la semana que viene.
Nos vamos 3 amigos. Siempre me dicen que me lleve juegos de mesa. Uno de ellos cuando lleva cierta complejidad el juego (el año
Pasado me lleve Arquitectos en el reino del oeste se aturullaba) dice que no jugaba más.
Y este año de nuevo, me dice que me lleve juegos.
A él cuando estaba en la uni le encantaba el monopoly. Más recientemente le gusta mucho Skull King y hace unos años se compró Catan.
Necesito que me digas cuál es el juego que tengo que llevar Jajajaja. Sino lo tengo lo compro, pero tienes que acertar. A finales de diciembre te comentaré: yo había pensado Stockpile. (Tenemos 33/35 años ). Espero tu respuesta gracias.
Uf, a mi Stockpile me parece más complicado que Arquitectos. Yo apostaría más por juegos de corte euro clásicos. Por ejemplo Manhattan, Acquire, Blue Lagoon y similares. Muy pocas reglas.