Reseña: Topiary
Introducción
Hace un fabuloso día soleado, ideal para ir de visita al maravilloso jardín de Poda Artística, en las afueras de la ciudad, para relajarse y disfrutar de la belleza de esas obras de arte esculpidas en la naturaleza. No obstante, habrá que darse prisa, porque el jardín puede llenarse de gente en muy poco tiempo. ¡Asegúrate de que tus visitantes disfrutan de las mejores vistas de esas maravillas botánicas!
Así se nos presenta Topiary, un diseño de Danny Devine (uno de los responsables de Caravana al Oeste, Sprawlopolis o Harvest Dice). El juego fue publicado por primera vez en 2017 por Fever Games en una versión en italiano e inglés, siendo posteriormente editado por Renegade Game Studios en una versión exclusivamente en inglés. De las ilustraciones se encarga el propio autor, quien ya demostrase sus aptitudes en juegos como The Neverland Rescue o Animal Kingdoms.
El juego no se encuentra publicado en nuestro país, por lo que tendréis que recurrir a la importación si queréis haceros con una copia (el juego es completamente independiente del idioma). Permite partidas de 2 a 4 jugadores, con una edad mínima sugerida de 10 años y una duración aproximada de entre 15 y 30 minutos. El precio de venta al público es de 29,95€. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la versión en inglés de Renegade Games Studios.
Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 20×20×5,7 cm. (caja cuadrada mediana de dimensiones similares a las de 7 Wonders Duel), encontramos los siguientes elementos:
- 40 Losetas de Escultura (5 de 8 tipos distintos) (de cartón)
- 32 Peones de Visitante (8 en cada color) (de madera)
- Tablero de Puntuación (de cartón)
- 4 Marcadores de Puntuación (1 en cada color) (de cartón)
- Reglamento
Mecánica
Topiary un juego en el que se conforma un jardín de setos esculturales con losetas. Para cada tipo de seto hay cinco losetas numeradas del 1 al 5, y se forma con ellos un tablero de cinco filas y cinco columnas, inicialmente todas bocabajo excepto la central. Cada jugador recibe una mano de tres losetas y una serie de peones. En cada turno, el jugador activo deberá colocar uno de sus peones en una loseta del borde del tablero en una de las dos esquinas exteriores o en el centro del lado. Desde ese punto, se traza una línea perpendicular (desde el centro) o diagonal (desde las esquinas), no pudiendo haber más de un peón en cada posición (si más de un peón por losetas). El jugador tomará a su mano una de las losetas aun ocultas en dicha trayectoria y, acto seguido, colocará bocarriba una de su mano. El objetivo es intentar que en estas líneas haya esculturas de valor ascendente y, a ser posible, de un mismo tipo. La partida finaliza cuando los jugadores han colocado todos sus peones y se evalúan las líneas que se trazan desde los peones mediante tres criterios. En cada línea, desde el peón, se anotan los puntos en orden creciente, por conjuntos y, finalmente, por la losetas en mano.
Conceptos Básicos
Empecemos por las Losetas de Esculturas. Nos encontramos con un conjunto de cuarenta losetas divididas en 8 tipos de esculturas. Para cada tipo encontraremos 5 valores (del 1 al 5) que representa su tamaño. Estas losetas se dispondrán en una parrilla de cinco filas y cinco columnas para formar el jardín de esculturas, inicialmente todas bocabajo. Adicionalmente, los jugadores gestionarán una mano de tres losetas para ir configurando el jardín según sus intereses, pudiendo primero robar una loseta bocabajo del jardín y, posteriormente, colocando una de su mano (ya bocarriba). Al final de la partida los jugadores obtendrán puntos tanto por las losetas en el jardín como por las que tengan en su mano.
El otro elemento clave del juego son los Peones. En cada partida, los jugadores dispondrán de un conjunto de peones que determinan su margen de maniobra. En cada turno, el jugador activo tendrá que colocar un peón en la periferia de la parrilla de losetas para generar una línea de visión. Esta línea podrá ser perpendicular si el peón se coloca en el centro del lado de la loseta, cubriendo las 5 losetas que dicha línea cubre atravesando la parrilla, o diagonal si el peón se coloca en una de las dos esquinas exteriores de la loseta, cubriendo de 1 a 5 losetas según la trayectoria que parte desde dicha esquina pasando por la esquina opuesta de la loseta. En esta línea de visión habrá que evaluar qué esculturas ve el peón, entrando en juego el valor de las mismas, de forma que una loseta de un determinado valor bloquea la visión de losetas de igual o menor valor que haya tras ella según el punto de vista del peón.
Como es habitual, el objetivo es intentar acumular la mayor cantidad de Puntos de Victoria. Estos provendrán principalmente de los valores asociados a las losetas que cada peón vea en su línea de visión, aunque habrá dos bonificaciones adicionales, una por tipos con losetas repetidas en una misma línea de visión, y otra por las losetas que le resten en la mano a los jugadores, siempre y cuando alguna de sus líneas de visión contemple una escultura de igual tipo, pero mayor valor.
Con esto tenemos suficiente.
Preparación de la Partida
- Se coloca a un lado el tablero de puntuación.
- Se mezclan todas las losetas bocabajo y se forma una parrilla de cinco filas y cinco columnas con losetas bocabajo. Tras esto, se voltea la loseta central (en la que intersectan la tercera fila y columna).
- En partidas a 2-3 jugadores se deja en la caja un conjunto de losetas de un tipo de escultura (se juega con 35 losetas en vez de 40).
- De las losetas sobrantes, se reparten 3 a cada jugador.
- Los jugadores reciben un conjunto de peones del color que elija, cuya cantidad depende del número de jugadores (8/6/5 peones en partidas a 2/3/4 jugadores).
- También reciben un marcador de puntos de victoria que colocan en la casilla de valor 0 del track de puntuación.
- Finalmente, se escoge al jugador inicial.
¡Ya podemos comenzar!
Desarrollo de la Partida
Una partida a Topiary se desarrolla a lo largo de un número determinado de rondas (tantas como peones tenga cada jugador). En cada ronda, comenzando por el jugador inicial y continuando en el sentido de las agujas del reloj, cada jugador disfrutará de un turno.
En cada turno, el jugador activo procede de la siguiente forma:
- Colocar Peón (obligatorio). El jugador toma uno de los peones de su reserva y lo coloca junto a una loseta del perímetro exterior de la parrilla central. A la hora de colocar un peón hay que tener en mente la línea que se va a trazar desde dicho peón, existiendo tres posibilidades: en el centro del lado externo de la loseta o en una de las dos esquinas. Si se coloca en el centro, la línea que se proyecta es perpendicular, cruzando la parrilla de lado a lado a través de 5 losetas. Si se coloca en una esquina, la línea que se proyecta es la continuación de la diagonal sobre la loseta que cruza desde la esquina en la que se coloca el peón y la esquina opuesta. En este caso el número de losetas que atraviesa la línea proyectada puede ir de 1 a 5.
- Tomar Loseta (opcional). El jugador puede, si quiere/puede, tomar una loseta que aun esté bocabajo de las que cruza la línea que se proyecta desde el peón colocado y la añade a su mano. Tras esto, deberá escoger una loseta de su mano (puede ser la misma que se acaba de tomar) y colocarla bocarriba en el hueco que se ha generado.
Tras esto, el turno pasa al jugador de la izquierda.
Fin de la Partida
La partida finaliza cuando todos los jugadores han colocado todos sus peones alrededor de la parrilla de losetas. Se procede al recuento final:
- Para cada peón, el jugador anota la suma el valor de las esculturas que ve en su línea, teniendo en cuenta que una escultura de un determinado valor bloquea a esculturas posteriores de igual o inferior valor.
- Adicionalmente, en cada línea de visión, si el peón ve esculturas de tipos repetidos, recibirá 1 punto adicional por cada escultura de estos tipos.
- Finalmente, cada jugador revela su mano y anota el valor de las losetas que ha guardado, siempre y cuando alguno de sus peones vea en su línea de visión una escultura del tipo correspondiente a cada loseta y cuyo valor sea superior al de la loseta.
El jugador con más puntos de victoria será el vencedor. En caso de empate, el vencedor será el jugador que más puntos haya obtenido con losetas de su mano. Si la igualdad persiste, el vencedor será el jugador que actuó en último lugar de entre los empatados.
Variantes
Draft Inicial: en vez de repartir 3 losetas a cada jugador, el que vaya a actuar en último lugar recibe todas las losetas sobrantes, de las cuales escoge 3, pasando el resto al jugador de su derecha. Se procede de esta forma hasta que todos los jugadores han escogido 3 losetas, devolviendo las sobrantes a la caja.
Opinión Personal
Hoy toca analizar uno de esos juegos que no han tenido una especial repercusión y, por tanto, no ha llegado al público español. Un pequeño juego de colocación de losetas con un aspecto agradable que puede dar más de una sorpresa. Vamos a ver qué nos ofrece este Topiary.
Lo primero que hay que saber es que nuestro objetivo será llevar de paseo a un grupo de turistas que visitan el gran jardín de esculturas botánicas (podado mediante) y conseguir ubicarlos en las mejores posiciones del mismo, de forma que sean capaces de admirar tantas obras como sea posible. Cada jugador dispondrá de un grupo de peones (cuya cantidad dependerá del número de jugadores en la partida) y que delimitarán su margen de maniobra.
Este jardín se conformará mediante un conjunto cuarenta de losetas de ocho tipos de esculturas (5 losetas por tipo) que se disponen en una parrilla de cinco filas y cinco columnas (veinticinco losetas en total), de las cuales solo la que se encuentre en la posición central estará bocarriba (el resto comienzan ocultas). De las losetas sobrantes, cada jugador recibirá una mano de 3 losetas, y el resto quedarán fuera de la partida.
En cada turno, el jugador activo colocará uno de sus peones en una loseta de la periferia de la parrilla, pudiendo escoger la posición central del lado externo de la misma o una de las dos esquinas. Este detalle tan particular es especialmente relevante, ya que, desde esta posición, se trazará una línea que se corresponde con las esculturas que el peón es capaz de ver desde dicha posición y, por tanto, será las que pueda puntuar al final de la partida.
Al colocar el peón, el jugador podrá tomar una de las losetas contenidas en dicha línea que se encuentre aun bocabajo y llevarla a su mano para, acto seguido, colocar una loseta de su mano en el espacio generado, pero ahora ya bocarriba. Es decir, podrá escoger entre cuatro opciones, siendo válido escoger la loseta recién robada.
¡Y ya está! Sencillo ¿verdad? Pues os tengo que confesar que cada uno de esos turnos en Topiary es un pequeño drama, ya que durante toda la partida se respira un aire de incertidumbre que llega a ahogar a la hora de tomar decisiones.
El aspecto clave es ese posicionamiento tan peculiar de los peones, ya que, al actuar solo desde la periferia, peones que se encuentren enfrentados en una misma línea de visión estarán compitiendo de forma doble, ya que habrá que calibrar muy bien qué valor se pone en cada loseta para intentar maximizar la ganancia de puntos de nuestro peón y, por consiguiente, minimizar los puntos que va a recibir el rival.
Pongo un ejemplo. Si un jugador coloca un primer peón en el centro de una loseta (proyectando una línea recta) y toma la primera loseta desde su punto de vista, lo normal es que coloque un valor bajo para poder establecer una sucesión ascendente de esculturas. Pero claro, puede que justo en el turno siguiente el jugador rival coloque uno de sus peones en el lado opuesto y, en vez de optar ir de menor a mayor, haga lo contrario, y tome la cuarta loseta desde su punto de vista, o, lo que es lo mismo, la segunda loseta desde el punto de vista del peón anterior. Y claro está, colocará, seguramente, un cinco. Y, a ser posible, de un tipo de escultura distinto al de la loseta que colocó el jugador anterior. De esta forma cierra la línea de visión de ese primer peón, ya que esa enorme escultura de tamaño cinco cubrirá con su sombra al resto de losetas, y ya no podrá obtener más puntos.
Pero ahí no queda la cosa, porque claro, ya un propio jugador tiene que ajustar muy bien cada movimiento para no autosabotearse, ya que el segundo factor importante del juego es que se otorga una bonificación si en una misma línea de visión hay esculturas visibles por el peón (no cubiertas por esculturas de igual o mayor tamaño en posiciones anteriores desde su punto de vista) que pertenezcan al mismo tipo de escultura.
Aquí también vuelve a aparecer la posibilidad de meter el dedo en la oreja a los rivales, ya que podríamos ocupar un espacio intermedio de una línea de visión para colocar una loseta que, de forma directa no le penaliza, pero si puede impedir que el peón visualice dos esculturas de un mismo tipo al poner delante otra de igual o mayor valor.
Si a esto le sumamos que cada línea de visión solo podrá ser alterada una vez desde dicho punto de vista, nos encontramos con un reto mucho más profundo de lo que uno cabría esperar, intentando optimizar no solo la línea de visión actual, sino las anteriores y, paralelamente, cortar las de los rivales. A veces tendremos que hacer sacrificios, y ocupar líneas de visión de pocas losetas, aceptando recibir pocos puntos por dicho peón, pero permitiéndonos alterar una línea de visión mucho más valiosa para un peón ya colocado.
En este sentido, es un juego que guarda similitudes con un diseño que dio bastante que hablar en su día gracias a una vistosísima producción como es Photosynthesis por aquello de los tamaños de los árboles (aquí esculturas) y lo que se ve desde un punto de vista. Aunque, a mi modo de ver, Topiary plantea un problema mucho más interesante sin necesidad de recurrir a atrezo para causar impresión.
Como último detalle, la gestión de la mano reserva una pequeña sorpresa para el final de la partida, ya que todas las losetas que nos hayamos quedado son susceptibles de puntuar, teniendo que conseguir que alguna de las líneas de visión de nuestros peones visualice una escultura del mismo tipo pero de mayor tamaño. Optamos a anotar nada más y nada menos que doce puntos si nos hemos guardado tres losetas de valor cuatro si los peones correspondientes ven las losetas de valor cinco de esos tipos. Este detalle me recuerda a Mottainai (aquí su tochorreseña) con el tema de los pedidos pendientes e intentar hacerse con la mayoría para cada tipo de material en las ventas y dar la sorpresa en el recuento final.
Con esto ya deberíais poder haceros una idea de lo que ofrece este sencillo (que no simple)pero interesante juego. Además, bastante elegante. Como digo, incertidumbre constante, con el tema de las líneas de visión que aun puedan ser alteradas porque tengan losetas intermedias sin descubrir más los puntos finales que nos estamos guardando en la mano. Es de esos juegos en los que, aunque sería posible hacer un cálculo aproximado de cómo va la partida, hasta que no llega el recuento hay emoción.
El mayor problema que le encuentro al juego es que puede resultar demasiado caótico para algunos, especialmente en partidas a cuatro jugadores, donde cada jugador dispone de pocos peones y el tablero varia de forma importantísima entre turno y turno de un mismo jugador. A mí como más me gusta jugarlo es a dos, porque hay un puntito mayor de control y el conflicto entre ambos rivales es bastante agradable. A más de dos jugadores se abre la puerta al kingmaking de forma peligrosa y puede no resultar trivial visualizar a quién se está ayudando y a quien se está fastidiando a la hora de colocar una loseta.
También tiene su influencia el factor azar, ya que es posible que un jugador tenga algo más de suerte a la hora de ir revelando losetas y que estas le vayan cuadrando según el posicionamiento de sus peones, y otro jugador a lo mejor no esté tan afortunado y tenga que lidiar con una mano rebelde. Pero bueno, hablamos de un juego cuya duración difícilmente sobrepasará los treinta minutos con el máximo de jugadores en la mesa.
Como última pequeña pega, el tema de posicionar los peones en las esquinas a veces puede no quedar claro, y hay que jugar con cierta precisión a la hora de realizar el despliegue. Si los jugadores no son cuidadosos, es posible que alguno se confunda a la hora de interpretar donde se encuentra un determinado peón, si en una esquina o en el centro del lado de la loseta.
Es de esos juegos que con bastante poco, te deja un regusto muy agradable y yo nunca le diría que no a una partida. Tampoco os esperéis la octava maravilla de los juegos de mesa, pero creo que es de esos diseños que dejan satisfecho al personal tras su paso por la mesa gracias a una estupenda relación entre diversión, complejidad y duración. Obviamente, no es un título para sacar de constante porque la variabilidad depende única y exclusivamente de la distribución de las losetas (como si de un juego de cartas se tratase), y abusar de él puede generar empacho.
Pasemos a la producción. Nos encontramos con un juego de losetas bastante bien acabado, con un cartón de un grosor más o menos estándar, aunque con una capa externa algo porosa que, aun siendo muy agradable, da la sensación de que puede absorber líquidos con gran facilidad. La caja tal vez es demasiado amplia para el contenido (existe una versión mucho más reducida que me parece la ideal) y los marcadores de puntuación podrían haber tenido más cuerpo (o ser de madera). Lo que resulta más llamativo es la forma de cada peón según el color, destacando el color verde con visitantes en sillas de rueda. El reglamento está aceptablemente bien estructurado y no deja dudas, sobre todo teniendo en cuenta lo peculiar del sistema de puntuación.
En cuanto al aspecto visual, Topiary mantiene ese tono agradable con arbolitos de distintos tamaños y forma, y con una portada que mezcla minimalismo (mucho blanco alrededor) con una de las esculturas más llamativas (un dinosaurio) que encontramos en las losetas. De hecho, si uno no conoce la traducción de la palabra topiary, puede incluso llevarse a engaño con la portada pensando que realmente hay dinosaurios, hasta que nos acercamos los suficiente para percatarnos de que es una escultura botánica, con esa pequeña ardilla a sus pies. A mí me gusta bastante el acabado que el propio autor ha conseguido.
Y vamos cerrando. Topiary es un juego en el que mediante un peculiar sistema activación de líneas de visión iremos modelando un jardín botánico conformado por losetas con esculturas de distinto tipo y tamaño que gestionaremos desde la mano. Elegante, con un margen de maniobra muy ajustado y que exige a los jugadores tomar decisiones más importantes de lo que podría parecer en un primer momento. Como puntos débiles encontramos que puede resultar algo caótico, especialmente en partidas con el máximo de jugadores, y que el azar puede tener cierta influencia teniendo en cuenta los pocos turnos de los que dispone cada jugador. Pero con todo, es un juego muy agradable. Por todo esto le doy un…
Me ha parecido un abstracto con una idea original e interesante, pero no pagaría ese precio. Se puede probar mezclando dos barajas de naipes con palos del 1 al 5.
Genial reseña, como siempre. A nosotros nos gusta mucho el juego, pero nunca lo jugamos a más de dos jugadores porque creemos que pierde bastante.
Si es cierto que el precio es algo elevado, pero para jugar en pareja es fácil darle un buen número de partidas.
Es que a cuatro es caos absoluto. Ojo, que hay gente que disfruta de no ver por donde le llueven los palos y de poder comer un poco de oreja diciendo ehh mira lo que tiene este ahí. Pero sí, como yo lo disfruto mas es a 2. Y de precio, tampoco es que sea especialmente caro segun está el mercado ahora. Renegade es una editorial que no es barata. Pero bueno, siempre hay ofertas 😛