Reseña: Aviador Loco
Introducción
¡El aviador loco es un piloto muy temerario! Si te despistas con sus piruetas, ¡caerá en picado sobre tu granja para robarte tus gallinas!
De forma tan directa se nos presenta este Aviador Loco, diseñado por Masaru Aoki y Carol Wiseley, siendo este el único título publicado bajo la firma de ambos. La primera edición se lanzó al mercado en 1992 de la mano de Milton Bradley (MB) bajo el nombre de Loopin’ Louie. De las ilustraciones se encarga Solomon Au Yeung, quien ha colaborado en Magic: The Gathering o en Romance of the Three Kingdoms Card Game.
En nuestro país ha tenido varias ediciones. La primera por la propia MB bajo el nombre de Piloto Pirueta, y, más tarde, por Goliath B.V. bajo el nombre de Aviador Loco, aunque el juego es completamente independiente del idioma (a excepción del reglamento). Permite partidas de 2 a 4 jugadores, con una edad mínima sugerida de 4 años y una duración aproximada de 10 minutos. El precio de compra recomendado es de 24,95 €. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la edición española de Goliath B.V.
Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una caja de cartón de una pieza (con tapa-solapa), de dimensiones 27×17×14,5 cm. (caja con forma de prisma rectangular con dimensiones poco usuales), nos encontramos los siguientes elementos:
- Aviador Loco (de plástico)
- Base Central (de plástico)
- 4 Palancas (de plástico)
- 4 Bases de Palanca (de plástico)
- Brazo de Aeroplano con Cono Central (de plástico)
- 12 Fichas de Gallina (de plástico)
- Reglamento
Mecánica
Aviador Loco es un juego infantil de habilidad en el que un piloto intentará capturar las gallinas de nuestra base. Para defendernos tendremos una pequeña catapulta con la que elevaremos al piloto y, además, intentar que impacte contra las gallinas de nuestros rivales.
Conceptos Básicos
En primer lugar tenemos al Aviador. Este está conectado a un brazo articulado y pendulante que, a su vez, gira sobre una plataforma.
En su giro, el aviador pasará por encima de nuestros Gallineros. Para evitar impactos, estos incorporan una especie de palanca que funciona como una catapulta, con la que, al pulsar en el momento adecuado, elevaremos al piloto evitando perjuicios. Adicionalmente, podremos intentar ajustar la fuerza de empuje para que si cause daños a nuestros rivales. Esta palanca tiene dos posiciones de actuación, una con una base de impacto alargada en el sentido de giro del piloto (mayor superficie de impacto) y otra con una base de impacto perpendicular al movimiento del piloto (menor superficie de impacto).
En nuestro gallinero almacenaremos tres fichas iniciales de Gallinas, que funcionarán a modo de puntos de vida. Un jugador optará a la victoria siempre y cuando mantenga al menos una ficha de gallina en su gallinero. Si las perdiese todas, puede seguir jugando, pero no podrá ganar la partida.
Y con esto es suficiente.
Preparación de la Partida
- Ensamblamos la estructura (4 gallineros conectados a la base central sobre la que se acopla el brazo articulado con el piloto).
- Cada jugador recibe 3 fichas de gallina que se colocan en la fila del gallinero.
- Por último, se decide el modo de dificultad para cada jugador y se configura la palanca de forma adecuada.
¡Ya podemos comenzar!
Desarrollo de la Partida
Una partida de Aviador Loco tiene una duración indeterminada dependiente de los jugadores, ya que esta finalizará cuando quede un único jugador con gallinas.
Al comienzo de la partida se activará el interruptor que pone en marcha el mecanismo que permite al aviador girar en sentido horario. Los jugadores deberán evitar impactos en su gallinero para no perder fichas de gallina. Para ello utilizarán la palanca de su base a modo de catapulta, de forma que el aviador se elevará por encima de nuestro gallinero e intentaremos que impacte en el de los demás jugadores.
Si un jugador se queda sin fichas de gallinas se mantiene en la partida, pudiendo impulsar al aviador para intentar eliminar fichas de gallinas de los rivales.
Fin de la Partida
La partida finaliza en el momento que solo queda un jugador con fichas de gallina, proclamándose vencedor.
Opinión Personal
Ya sabéis que en mi entorno los juegos infantiles tienen muy buena acogida a pesar de aun no tener churumbeles por el piso. Y dentro de esta categoría, hay un título que destaca sobre el resto, y es el que hoy nos ocupa. Vamos a analizar las claves de este éxito absoluto.
En primer lugar tenemos que hacer notar que la mayoría de títulos enfocados al público infantil son principalmente juegos de habilidad con una complejidad relativamente baja, en los que el objetivo es poner a prueba la coordinación y agilidad de los pequeñajos. Uno de los clásicos de esta categoría es el entrañable y querido ¡Tragabolas!, en el que cada jugador controla a un hambriento hipopótamo con una pequeña palanca que, al accionarla, este alargaba su cuello y abría sus fauces para intentar engullir el máximo número posible de bolas.
La gran ventaja de este tipo de juegos son muy disfrutables por los adultos, ya sea porque en el fondo seguimos siendo niños, o porque hay alcohol de por medio, de forma que nuestras facultades físicas se vean perjudicadas y la risa se nos escape por cualquier tontería.
La gran ventaja de Aviador Loco es que, además de incluir un doble nivel de dificultad, el sistema de eliminación de jugadores con un ligero nivel de interacción lo convierte en un diseño tremendamente adictivo que sacará el niño competitivo que llevamos dentro. Tensión, emoción y precisión. Todo esto se percibe en los pocos minutos que dura una partida.
Obviamente, el juego no da mucho más de sí, pero es adictivo como pocos. Me recuerda a estos videojuegos de atletismo en los que teníamos que realizar unas maniobras perfectas para conseguir buenas marcas. Cada ocasión en la que el aviador va a pasar por encima de nuestra catapulta tenemos que acertar para evitar un impacto. Los músculos se tensan y mantener la concentración es fundamental para lograr impactar en el avión y evitar la pérdida de fichas. Cuanto más dure la partida, las probabilidades de fallar irán en aumento.
Como todo juego de habilidad, cuanto más parejo sea el nivel entre los jugadores, más entretenida y competida será la experiencia. Es por eso que me parece un acierto absoluto el poder configurar la dificultad de cada palabra de forma individual. Así podremos jugar con los más pequeños o gente con una coordinación menos afinada igualando el nivel y que la partida tenga algo de emoción.
Un problema habitual de este tipo de juegos, en el que los jugadores se sitúan físicamente en una parte del sistema, es que no escalan bien al estar diseñados idealmente para el número máximo de jugadores. En el momento que alguno de estos falte, el juego quedará desnivelado. A tres jugadores, aquel jugador que no tenga contrincante sentado a su izquierda tendrá ventaja, ya que es más complicado elevar al aviador para que impacte en el jugador de en frente, mientras que los dos jugadores siguientes estarán más expuestos. Y a dos jugadores es muchísimo más complicado lograr impactar.
Pasemos a la edición. Tengo que admitir que el diseño es muy ingenioso, ya que el único elemento mecánico es un pequeño motor bastante alejado de impactos que puedan dañarlo, delegando la mayor parte del diseño en elementos articulados y los efectos de la inercia y la gravedad. Todos los elementos son de plásticos consistente y al que habría que maltratarlo a base de bien para causar desperfectos notables. Mi copia viene empaquetada en una caja de cartón con solapa que viene tremendamente justa (hay que jugar al Tetris con el juego para volver a guardarlo), lo que puede enervar a más de uno. Pero por lo demás, bastante correcto.
El aspecto visual se ha mantenido inalterado desde la primera edición, por lo que ya se puede considerar un clásico. Obviamente, el elemento que más destaca es el propio aviador, con una cara de obseso de las gallinas dispuesto a todo por llevarse por delante a nuestras aves de corral.
Aprovechando el reciente furor por La Fuerza, Hasbro (quien en su día absorbió a MB) lanzó una retematización cambiando al aviador por un pequeño Halcón Milenario con Chewbacca al mando con el atractivo nombre de Loopin’ Chewie. Los jugadores son comandantes imperiales que intentan evitar que se lleven por delante a sus tropas imperiales. Lo más destacable de esta reimplementación, a parte del tema, es que se reduce el número de jugadores a tres en un cambio incomprensible, ya que no solo reduce el número de jugadores, sino que además provoca que a dos jugadores ocurra lo mismo que a tres en la versión que estamos analizando hoy. Pero bueno, siempre cabe la posibilidad de adquirir esta nueva versión y utilizar el brazo con la del juego original, ya que creo que son compatibles. Aunque eso de tener al Halcón Milenario tapiñandose gallinas puede quedar raro.
Comentar que el juego se llevó en su día el Spiel des Jahres para niños (antes de que existiese la categoría que hoy conocemos como Kinderspiel des Jahres) en 1994 y que, a pesar de los años que ya tiene, se mantiene en muy buena forma ocupando la tercera posición en el ranking de la BGG de juegos infantiles, solo superado por dos auténticos superventas como son Coconuts (aquí su tochorreseña) y Super Rhino! (aquí su tochorreseña).
Y vamos cerrando. Aviador Loco es uno de los juegos infantiles que ha logrado perdurar en el tiempo, algo al alcance de muy pocos. Y tiene la gran ventaja de ser disfrutable por adultos y niños casi a partes iguales. Incluso solo por adultos si se enfoca como competición o juego de chupitos. Un sistema de palancas con las que tendremos que evitar que un aviador robe nuestras gallinas, que servirán como puntos de vida. Su principal problema es que solo es realmente disfrutable a cuatro jugadores, pero la satisfacción es suprema cuando los cuatro puestos están ocupados. Por todo esto le doy un…