Reseña: Come Nachos

Introducción

No te dejes engañar por el aspecto delicioso de este juego: ¡aquí la cosa va de robarle comida a tus amigos! Tendrás que tentar la suerte para llenarte al máximo el plato de nachos, con la esperanza de comer más que nadie. Pero no te arriesgues demasiado… o acabarás con el estómago tan vacío como tu plato.

Así se nos presenta Come Nachos, un diseño de Ken Gruhl (Happy Salmon, Cahoots). Publicado por primera vez en 2022 por Pandasaurus Games en una versión en inglés. De las ilustraciones se encarga Michael Parla (Sonora, Bumúntú).

Se encuentra publicado en español por Devir (el juego es completamente independiente del idioma a excepción del reglamento). Permite partidas de 2 a 6 jugadores, con una edad mínima sugerida de 7 años y una duración aproximada de 20 minutos. El precio de venta al público es de 20€. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la versión en español de Devir, que la propia editorial nos ha cedido amablemente.

Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.

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Contenido

Dentro de una bolsa zip de plástico, de dimensiones 29×20×3 cm. (bolsa el doble de grande que las de los bagsbtracts de XV Games), encontramos los siguientes elementos:

• 54 Nachos (de plástico)
• 6 Platos (de cartón)
• Bolsa (de plástico)
• Reglamento

Mecánica

Come Nachos es un juego con mecánica principal de forzar la suerte en el que tenemos una bolsa con nachos en su interior que muestran un valor comprendido entre 1 y 7 además de algunos nachos con efectos especiales. En cada turno, el jugador activo comienza a sacar nachos de la bolsa hasta que saque un nacho con un valor igual que alguno sacado previamente en el turno o, alternativamente, se plante antes de que esto ocurra. Los nachos extraídos permanecen frente al jugador hasta que vuelva a tocarle el turno, momento en el que los colocará en el plato, consolidándolos. Si, al plantarse, un jugador tiene frente a si nachos con valores iguales a los que tienen otros jugadores frente a si, los robará y los colocará apilados junto a los suyos. La partida finaliza cuando solo queda 1 nacho en la bolsa, el cual determinar el tipo de nacho que puntúa, ganando quien tenga más nachos de dicho valor en su plato.

Conceptos Básicos

Empecemos por los Nachos Básicos. Dentro de la bolsa tenemos nachos con valores numéricos comprendidos entre el 1 y el 7. De cada valor hay 6 nachos. Estos nachos se colocarán dentro de la bolsa y los jugadores deberán extraerlos de ella intentando no repetir valor. Es importante indicar que la puntuación de un jugador dependerá del último nacho que quede en la bolsa, determinando el valor relevante para esta puntuación final.

Estos nachos se colocarán frente a un Plato que sirve de zona de puntuación del jugador. Cuando al jugador vuelva a tocarle, los nachos que aun queden frente a él se colocarán sobre el plato, ya que los rivales pueden robar los nachos extraídos de la bolsa en un turno.

Además de los nachos básicos tenemos los Nachos Especiales. Por un lado, los comodines, que pasaran a tener un valor de un nacho básico. Por otro, los nachos con acción, que resuelve un efecto inmediato al ser revelado y se coloca directamente en el plato del jugador.

Con esto tenemos suficiente.

Preparación de la Partida

1. Se coloca un plato frente a cada jugador.
2. Se coloca dentro de la bolsa todos los nachos y se coloca en el centro de la mesa.
3. Se escoge aleatoriamente al jugador inicial.

¡Ya podemos comenzar!

Desarrollo de la Partida

Una partida de Come Nachos se desarrolla a lo largo de un número indeterminado de turnos alternados por los jugadores, comenzando por el jugador inicial y continuando en el sentido de las agujas del reloj.

En cada turno el jugador activo procede de la siguiente forma:

1. Si el jugador tiene nachos frente a su plato, los pasará a colocar sobre su plato manteniendo las pilas de valor (si ya tuviese nachos de un determinado valor, apilará sobre estos los del valor coincidente que haya consolidado).
2. Tras esto, extraerá un nacho de la bolsa. Si es un nacho básico lo colocará frente a su plato. Si es un nacho comodín, deberá asignarle un valor distinto a los valores de nachos que ya tuviese frente a su plato (no de los que haya en el plato).
3. Ahora, el jugador tiene dos opciones:
   • Continuar. El jugador volverá al punto 2 y sacará un nuevo nacho. Si este nacho muestra un valor coincidente con alguno de los extraídos en el turno, el jugador fallará el turno y deberá devolver a la bolsa todos los nachos que tiene frente a su plato. Un segundo comodín no detonará un fallo salvo que el jugador ya tenga todos los valores frente a su plato. Los nachos especiales con acciones no detonan un fallo aun sacando nachos repetidos.
   • Plantarse. El jugador mantendrá todos los nachos extraídos frente a su plato. Adicionalmente, si uno o más jugadores tienen nachos de valores coincidentes con los extraídos en el turno, dichos nachos serán robados por el jugador activo y los apilará sobre los valores coincidente frente al plato. Además, aplicará los efectos de cualquier nacho especial que haya extraído en el orden que crea conveniente.

Tras esto, el turno pasará al siguiente jugador.

Los efectos de los nachos especiales son:

• Robar: el jugador roba una pila de nachos frente al plato de otro jugador de un valor que no tenga ya el jugador activo frente a su plato.
• Puntuar: el jugador coloca directamente en su plato una pila de nachos que haya reunido en este turno.
• Eliminar: el jugador devuelve a la bolsa una pila de nachos que un rival tenga frente a su plato.

Fin de la Partida

La partida finaliza inmediatamente cuando un jugador roba de la bolsa el penúltimo nacho (solo queda uno) y este nacho no provoca un fallo. Al llegar a este punto el jugador se plantará automáticamente y todos los nachos que los jugadores tuviesen frente a sus platos se consolidan.

Ahora, cada jugador despliega los nachos de su plato para que se pueda contabilizar fácilmente cuantos nachos de cada valor tiene (los comodines siguen formando parte de la pila que permitió obtenerlos). Los nachos especiales forman un grupo independiente.

Se saca el último nacho de la bolsa, que determinará a qué nachos hay que prestar atención para puntuar:

• Si es un nacho básico (numerado), el jugador con más nachos de dicho valor será el vencedor. En caso de empate, el jugador con más nachos en total.
• Si es un nacho especial (incluido un comodín), el jugador con más nachos en total será el vencedor.

Opinión Personal

Muchos sabéis que Cheeky Monkey (aquí su tochorreseña) es uno de mis fillers con mecánica de forzar la suerte favoritos. El diseño de Reiner Knizia es de esos que tienen un rendimiento espectacular, minimizando complejidad mecánica y maximizando diversión. Recientemente se han publicado un par de reediciones (Pelusas e HIT!) pero pasando a un formato en cartas que le resta cierto impacto (aunque manteniendo gran parte de la esencia).

Detalle Nachos

Como no había una alternativa a Cheeky Monkey consístete en meter la mano en una bolsa, Ken Gruhl junto a Pandasaurus vieron la oportunidad y han publicado este Come Nachos buscando ser el verdadero heredero del diseño de Knizia. ¿Lo habrán conseguido? Vamos a comprobarlo en unos instantes, no sin antes agradecer a Devir la cesión de la copia que posibilita la parrafada que ya ha dado comienzo.

Come Nachos es, en esencia, exactamente el mismo juego que Cheeky Monkey y, especialmente, que las nuevas reediciones, esto es, Pelusas o HIT!. En cada turno el jugador activo va a meter la mano en la bolsa y va a sacar un nacho, los cuales tienen un numero comprendido entre 1 y 7 más algunos nachos especiales. Este nacho lo colocará frente a su plato y decidirá si volver a sacar otro nacho o plantarse. Si saca un nuevo nacho y es de un valor distinto a los previamente extraídos en el turno, volverá a decidir. Si llegase a sacar un nacho con un mismo valor, deberá devolver a la bolsa todos los extraídos en ese turno.

Si se planta sin pifiarla, por un lado aplicará los efectos de los nachos especiales (que es una de las dos principales diferencias de este juego) y, por otro, podrá robar nachos de valores coincidentes a los extraídos que el resto de jugadores tengan frente a sus respectivos platos, esto es, que no hayan aun consolidado, y los apilará por valores. Cuando el turno le llegue a un jugador con nachos frente a su plato obtenidos el turno anterior, esto es, han logrado aguantar sin que otros jugadores se los roben, entonces sí que se colocarán sobre el plato, quedando a salvo de las garras de los rivales.

De esta forma los turnos se van alternando hasta que en la bolsa queda un único nacho, detonándose inmediatamente el final de la partida y todos los nachos que quedasen por consolidad entran en sus respectivos platos. Este último nacho determinará qué nachos de los que tienen los jugadores en sus platos es relevante a la hora de determinar al ganador, ya que solo aquellos de valor coincidente equivaldrán a un punto (si es un nacho especial entonces se cuentan todos los nachos). Y no tiene más.

Detalle Nacho Especial

Esta forma de determinar al ganador es la decisión de diseño más polémica del juego con mucha diferencia. A un juego que ya tiene una componente de azar bastante elevada con la mecánica de forzar la suerte se le aplica un sistema para determinar al vencedor igual o más aleatorio, ya que resulta tremendamente complicado controlar algo así salvo en turnos finales.

Es cierto que, gracias a los comodines, es posible intentar robar valores para los que aun queden nachos en la bolsa, pues los nachos son visibles (se apilan por valor sobre los platos), algo que puede dar su juego si lo que se roba es un comodín, ya que permite al jugador nombrar un valor y así dar un golpe sobre la mesa.

Pero al final te acaba quedando la sensación de que puede pasar cualquier cosa al final de la partida. Para los que amamos Cheeky Monkey esto puede ser considerado incluso un sacrilegio, pero entiendo el porqué de esta decisión. Uno de los pequeños problemas que puede tener Cheeky Monkey es que haya jugadores que se queden descolgados de la partida de forma clara. Es cierto que hay unas mayorías y a lo mejor se hace con alguna. Pero, por lo general, una pila de fichas grande ganará a una pila de fichas pequeña, mayorías incluidas.

Que el ganador se decida en función del último nacho tiene la virtud de mantener la incertidumbre hasta el final de la partida, y siendo un filler que tira hacia el party game, en el que lo emocionante es lograr robar a los demás y no cometer pifias, pues determinar al ganador puede llegar a ser algo secundario. Y, bajo este enfoque, esta forma de definir al ganador puede resultar efectiva, ya que, salvo que un jugador no tenga muchos nachos, puede que tenga los nachos adecuados.

Los nachos especiales le dan un punto de personalidad al juego que no está mal, aunque no son nada del otro mundo y muchas veces aparecen en el momento menos indicado. Por ejemplo, extraer un nacho que permite robar un grupo de nachos a un rival y que ninguno tenga, o sacar un comodín como primera ficha en el turno. No molestan y pueden dar un vuelco en la puntuación final si uno de estos nachos es el último, pasando a contar el número de nachos.

Con todo, yo soy de los que se posiciona en el lado contrario y a mí el sistema para determinar un ganador no me convence y creo que a la mayoría de mis lectores le puede pasar lo mismo. Es cierto que se podría aplicar una regla casera y puntuar como en el Cheeky Monkey o en Pelusas, pero aquí criticamos el diseño tal y como ha sido publicado, y creo que, en general, no gustará mucho porque puede ser bastante frustrante que gane alguien que, en general, no ha tomado buenas decisiones pero ha tenido la suerte necesaria en momentos puntuales.

Y eso que el desarrollo de la partida sí que mantiene la esencia de Cheeky Monkey, con esos turnos emocionantes en los que es difícil contenerse y no robar uno más, sobre todo cuando hay nachos esperando frente a los platos de los jugadores. Yo tengo que admitir que este sistema de aguantar los elementos una ronda antes de consolidarlos y que ya no se puedan robar no me disgusta, pero me resultaba más emocionante el sistema de robo de Cheeky Monkey que generaba vuelcos espectaculares en la situación de la partida si un jugador pasaba a ser robado continuamente.

Como buen filler-party, escala muy bien y como mejor funciona es con el máximo de jugadores, ya que se maximizan las opciones de robar y lo normal es que los nachos se repartan más, aumentando la incertidumbre de cara al recuento final. Y la rejugabilidad es la habitual en este tipo de juegos centrados en una mecánica principal, en este caso forzar la suerte, siendo esta una de las que más adicción llega a generar.

Lo que es un acierto es la producción. Nos encontramos con una bolsa zip que simula a un paquete de patatas fritas en cuyo interior colocaremos los nachos. Me habría gustado un mayor tamaño para los nachos, pero tampoco nos vamos a quejar, porque es muy gustoso meter la mano en la bolsa y revolver todas esas fichas de plástico ligeramente curvadas. Lo peor es el reglamento, que siendo un prospecto de muy pocas caras, hay detalles que no resuelve, como qué ocurre si un jugador saca dos nachos especiales iguales o como se deben gestionar los comodines, que simplemente te dicen que digas un valor, pero deja un poco en el aire qué ocurre con ese nacho a posteriori. A nivel visual el diseño de la portada es bastante llamativo y los nachos especiales son muy coloridos. Tal vez yo habría desarrollado algo más los platos para añadirles algún tipo de ornamentación, pero tampoco nos vamos a poner especialmente exquisitos. Cumple.

Y vamos cerrando. Come Nachos es un «homenaje» del autor y de la editorial a Cheeky Monkey manteniendo su formato físico, esto es, una bolsa en la que hay fichas de plástico de la que los jugadores tienen que extraerlas mediante una mecánica de forzar la suerte. Se diferencia del diseño mencionado en la inclusión de unas fichas especiales con efectos cuando se termina el turno y una decisión de diseño a la hora de determinar qué fichas se tienen en cuenta para determinar al ganador que no va a dejar indiferente a nadie, en mi caso para mal, porque le añade una capa más de aleatoriedad que el juego no necesita y puede frustrar bastante si acaba ganando alguien que no ha jugado bien pero ha tenido suerte en momentos puntuales. A pesar de que la producción es llamativa, le voy a dar un…