Reseña: Distilled

Introducción

Un pariente lejano te ha dejado en herencia una destilería abandonada y ahora recae sobre tus hombros la responsabilidad de devolver su antigua gloria al negocio familiar. A lo largo de siete rondas irás adquiriendo ingredientes, objetos, recetas y mejoras para crear los licores más distinguidos del mundo. Quien consiga más Puntos de Licor al final de la partida ganará el reputado título de Maestro Destilador.

Así se nos presenta Distilled, un diseño de Dave Beck (su primer juego en ser editado). Publicado por primera vez en 2023 por Paverson Games en una versión en inglés tras una exitosa campaña de financiación mediante micromecenzago. De las ilustraciones se encarga Erik Evensen (Marrying Mr. Darcy).

Se encuentra publicado en español por Melmac Games (el juego tiene dependencia del idioma en muchas cartas). Permite partidas de 1 a 5 jugadores, con una edad mínima sugerida de 14 años y una duración aproximada de unos 30 minutos por jugador. El precio de venta al público es de 89,95€ incluyendo la expansión de África y Oriente Medio y el pack de extras de Kickstarter. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la versión en español de Melmac Games, que la propia editorial nos ha cedido amablemente.

Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.

Ir a la Opinión Personal

Contenido

Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 30×30×11 cm. (caja cuadrada de dimensiones similares a Rising Sun), encontramos los siguientes elementos:

• 5 Tableros de Destilería (de cartón)
• 333 Cartas Medianas (56×87 mm.):
  • 18 Cartas de Destilador
  • 18 Cartas de Ingrediente Distintivo
  • 88 Cartas de Mercado de Ingrediente/Objeto Básico
  • 36 Cartas de Mercado de Ingrediente Premium
  • 33 Cartas de Mercado de Objeto Premium
  • 30 Cartas de Mejora de Destilería
  • 10 Cartas de Objeto Inicial
  • 60 Cartas de Alcohol
  • 40 Cartas de Sabor
• 68 Cartas Pequeñas (41×63 mm.):
  • 20 Cartas de Objetivo de Destilería
  • 47 Cartas de Objetivo en Modo Solitario
  • Carta de Intercambio de Objetivo
• 20 Cartas de Selección de Recetas
• 5 Cartas de Referencia
• 5 Tableros de Portarreceta (de cartón)
• 18 Fichas de Etiqueta de Receta Distintiva (de cartón)
• 23 Losetas de Premio de Licor (de cartón)
• 59 Monedas (de cartón)
• Tablero de Camión (de cartón)
• Tablero de Mercado Básico (de cartón)
• Loseta de Jugador Inicial (de cartón)
• Barril de Indicador de Ronda (de madera)
• Tablero de Expositor (de cartón)
• 5 Fichas de Puntuación (de cartón)
• 85 Fichas de Etiqueta de Licor (de cartón)
• 37 Cubos de Receta (de madera)
• 5 Marcadores de Puntuación (de madera)
• Reglamento

Mecánica

Distilled es un eurogame de peso medio en el que los jugadores deberán destilar diversas bebidas alcohólicas compitiendo por ser quienes más puntos de victoria acumulen mediante su venta. La partida se desarrolla a lo largo de siete rondas estructuradas en cuatro fases. En la primera los jugadores podrán adquirir ingredientes, objetos, recetas o mejoras para su destilería. En la segunda deberán preparar una receta reuniendo cartas de levadura, agua y azucares, debiendo usar al menos una carta de cada tipo. Se reunirán estas cartas, se mezclarán y se descartarán la superior y la inferior del mazo (que vuelven al almacén del jugador). El resto componen la bebida destilada. Si coincide con alguna de las recetas que el jugador sabe preparar, cogerá una ficha de etiqueta del tipo correspondiente, así como un barril en el que almacenar dicha bebida. Finalmente, los jugadores podrán vender bebidas destiladas que no necesiten envejecimiento o bebidas envejecidas al menos una ronda (si una bebida necesitaba ser envejecida, se colocará en uno de los espacios de reserva e irá ganando valor por cada ronda que no sea vendida), envasando la bebida en una botella. Todas las cartas de la bebida se devuelven a sus respectivos mazos o pilas de descarte, a excepción de las botellas, que se mantienen en una colección personal y la etiqueta se podrá colocar sobre una de las bonificaciones disponibles en el tablero del jugador. Cada jugador dispondrá de un personaje que otorga un efecto especial y proporciona una receta particular. Al final de la ronda se evaluará si algún jugador ha completado alguno de los objetivos. Y al final de la partida los jugadores anotarán puntos por sus colecciones de botellas y sus objetivos privados.

Conceptos Básicos

Comencemos con el Tablero de Destilería. Este muestra en su fila superior una serie de recompensas al ir coleccionando etiquetas de licores. En la fila intermedia tendremos la oficina, donde colocaremos a nuestro personaje, así como tres espacios para mejoras de destilería. En la fila inferior tendremos la despensa (donde colocaremos ingredientes) y el almacén (donde colocaremos objetos), además de la bodega, donde podremos añejar licores para que adquieran sabor. En la banda izquierda tendremos la representación del tanque de destilado y los distintos tipos de cartas necesarios para destilar.

Uno de los elementos básicos del juego será el Dinero. Representado con monedas, este será necesario para adquirir recetas, ingredientes, objetos y mejoras de destilería. El dinero se obtendrá al vender destilados y al final de la partida se recibirán puntos por el dinero sobrante.

Estos los encontraremos en el Mercado Básico, donde tendremos mazos comunes con agua, levadura, azúcar (en tres tipos: grano, planta y fruta), barriles de madera y ánforas de arcilla. Cada una de estas cartas muestra en una etiqueta en su esquina inferior derecha el coste de adquisición. La única limitación es que, en cada ronda, los jugadores solo podrán obtener dos cartas de este mercado. Estas cartas pueden tener en su esquina superior izquierda un valor en monedas y en su esquina inferior izquierda un valor en puntos de victoria que se obtendrán si forman parte de destilado.

Por otro lado tendremos el Mercado Premium, donde podemos adquirir Mejoras de Destilería (proporcionan efectos particulares que aplicarán en momentos determinados de la ronda y, opcionalmente, habilitarán criterios de puntuación para el final de la partida), Ingredientes Premium (en esencia son como los básicos pero cuestan más, dan más monedas y puntos de victoria) y Objetos Premium (lo mismo que sobre los objetos básicos).

Estos Objetos Básicos serán un barril de metal y una botella de vidrio que los jugadores tendrán siempre y no se agotarán pudiendo siempre destilar algún licor.

Al final de las hileras de cartas del Mercado Premium se colocará el tablero de Camión, que servirá como zona de descarte. Algunos efectos permitirán a los jugadores obtener cartas de estas pilas.

Junto al tablero de destilería se colocará el Portarrecetas. Este muestra un espacio para colocar el muestrario de recetas de la partida junto a unos espacios para colocar cubos que representan el conocimiento de dichas recetas (su coste aparece en la parte superior, junto a las dos recetas básicas presentes en todas las partidas). En la parte inferior tendremos un espacio para colocar la receta distintiva del jugador.

El Muestrario de Recetas se representa con cartas que muestran seis posibles bebidas con su etiqueta representativa, la zona a la que pertenece, el coste de la receta, los requisitos de azúcar de la misma, y si necesita ser añejado o no (y en qué tipo de recipiente), junto a la recompensa en puntos de victoria y/o monedas. Cada jugador recibirá una de estas cartas al comienzo de la partida.

Asociados al muestrario de recetas habrá un conjunto de Destiladores, los cuales tienen un efecto particular, un Ingrediente Distintivo y una Receta Distintiva. En el reverso de las cartas de destilador encontraremos, además de un poco de contexto, los recursos iniciales con los que comienza la partida el jugador.

Según el muestrario, se tomarán del recetario un conjunto de Etiquetas correspondientes a las bebidas que puedan destilarse durante la partida. Al destilar una determinada bebida y ser vendida, los jugadores podrán colocar la etiqueta correspondiente en uno de los espacios de bonificación de su tablero de destilería para recibir la recompensa correspondiente.

Para indicar que un jugador conoce una determinada receta se dispondrá de Cubos de Receta. Estos cubos aparecen en colores bronce, plata y oro en función del coste de adquisición de la receta. Una vez aprendida y asumido su coste, se colocará uno de estos cubos en la fila correspondiente para indicar que el jugador ya sabe preparar dicha bebida.

A la hora de destilar será necesario siempre incluir en el tanque al menos una carta de agua, una carta de levadora (recursos básicos) y al menos una carta de un tipo de azúcar. Al hacer esto último incluiremos en el mazo cartas de Alcohol. Estas dan valor al destilado, aunque es posible que estas cartas retornen al almacén del jugador por como es el proceso. En caso de disponer de alcohol en el almacén, este podrá utilizarse como agua o como levadura en destilados posteriores.

Al comienzo de cada partida los jugadores recibirán Cartas de Objetivos de Destilería. Estos muestran un determinado criterio de puntuación que se aplicará al final de la partida junto con una determinada cantidad de puntos de victoria si el jugador cumple el requisito indicado.

También se desplegarán Premios de Licor, que son objetivos comunes. Cada premio muestra un determinado requisito y el jugador o jugadores que antes lo alcancen serán recompensados con puntos de victoria.

Algunos destilados requerirán ser envejecidos en la bodega, no pudiendo ser vendidos en la misma ronda en la que sean producidos. Esto provocará que vayan adquiriendo sabor, algo que se representa mediante las Cartas de Sabor. Estas aumentan el valor del destilado entre 0 y 2 monedas, indicando una característica del mismo. Adicionalmente, se obtendrán puntos de victoria en función del número de cartas de sabor incluidas en el lote de cartas.

En el centro de la mesa se colocará Tablero de Expositor, que muestra un track de casillas numeradas del 1 al 50. En la parte superior de este tablero tendremos la zona de reserva para las etiquetas, y en la banda inferior un espacio para colocar fichas multiplicadoras. En la banda derecha tenemos el track de progreso de la partida. El objetivo de los jugadores, obviamente, es intentar acumular la mayor cantidad posible de puntos de victoria, algo que se registrará en el track de puntuación del tablero de expositor con los Marcadores de puntuación.

Con esto tenemos suficiente.

Preparación de la Partida

1. Se coloca el tablero de expositor en el centro de la mesa.
2. Se coloca el tablero de mercado básico a otro lado y se colocan sobre los distintos espacios las cartas correspondientes.
3. Se mezclan las cartas de mercado premium por separado (mejoras de destilería, ingredientes premium y objetos premium) y se colocan en una columna. Tras esto, se revelan las cuatro primeras cartas de cada mazo y se forma una hilera a la derecha de los mismos. Al final de las tres hileras se coloca el tablero de camión.
4. Se colocan a un lado las cartas de alcohol y de sabor (estas últimas se barajan y se colocan bocabajo).
5. Se forma una reserva general con los cubos de recetas y las monedas.
6. Se coloca el barril marcador de ronda en la primera casilla del tablero de expositor.
7. Se escoge una carta de selección de receta y se entrega a cada jugador una de ellas. Se colocan en las casillas del expositor tantas etiquetas de las bebidas mostradas como jugadores en la partida, así como 2 etiquetas de vodka y de moonshine por jugador.
8. Se mezclan las losetas de premios de licor y se revelan tantas como jugadores haya en la partida más uno.
9. Cada jugador recibe un tablero de destilería (que coloca en su zona de juego), un portarrecetas (que coloca al lado de su tablero de destilería e inserta la carta de selección de recetas), un barril y una botella iniciales (que coloca en su almacén).
10. Se mezcla el mazo de cartas de objetivo y se reparten tres a cada jugador.
11. Se escoge aleatoriamente al jugador inicial.
12. Según la selección de recetas, habrá una serie de personajes disponibles. Se reparten dos a cada jugador. Estos escogerán uno de ellos y recibirán su ingrediente distintivo y su receta distintiva (que se inserta en el portarrecetas).
13. En el reverso de cada personaje se indican los recursos y las monedas con las que comienza cada jugador. Tras esto, se coloca bocarriba en el espacio de oficina del tablero de destilería para visualizar su efecto.

¡Ya podemos comenzar!

Desarrollo de la Partida

Una partida de Distilled se desarrolla a lo largo de 7 rondas. Cada ronda se estructura en cuatro fases.

Fase I: Mercado

En primer lugar, los jugadores que tengan efectos de inicio de ronda los aplicarán en este momento.

Ahora, comenzando por el jugador inicial y continuando en el sentido de las agujas del reloj, los jugadores alternan turnos de compra. En cada turno de compra el jugador puede:

• Comprar una Carta del Mercado Básico devolviendo a la reserva las monedas correspondientes. Se deja a un lado porque solo se pueden comprar 2 cartas de mercado básico por ronda.
• Comprar una Carta de Mejora de Destilería, Ingrediente Premium u Objeto Premium, devolviendo a la reserva las monedas correspondientes. Las mejoras se colocan en un espacio de mejora (si ya se tienen ocupados los tres espacios, se descarta una de las anteriores), los ingredientes en la despensa y los objetos en el almacén.
• Comprar una Receta. El jugador paga el coste correspondiente según el tipo de receta (2 monedas para bronce, 4 monedas para plata y 6 monedas para oro) y coloca el cubo correspondiente en el hueco del portarrecetas.
• Pasar. El jugador dejará de disfrutar de turnos de compra en esta fase.

La fase finaliza una vez todos los jugadores han pasado.

Al final de esta fase se deben descartar las cartas de la última columna de las tres filas del mercado (colocándolas en el camión), desplazando las restantes y reponiendo el hueco generado. En partidas a dos jugadores se descartan las cartas de las dos columnas más a la derecha.

Fase II: Destilación

Al comienzo de esta fase, cada jugador puede intercambiar una carta de ingrediente o de objeto de su despensa o almacén por un ingrediente básico de igual o menor coste.

De forma simultánea, cada jugador prepara los elementos para la próxima destilación. Para ello coloca cartas de su despensa en el lateral de su tablero de destilería, debiendo colocar al menos 1 carta de agua, una carta de levadura y una carta de azúcar (puede colocar más de cualquiera de los tipos, pero mínimo una). Si el jugador dispone de alcohol en su despensa, este podrá ser utilizado como agua o como levadura.

Una vez el jugador ha decidido qué cartas utilizar, las recogerá para formar un mazo, añadiéndole tantas cartas de alcohol como cartas de azúcar hubiese añadido. Se baraja este mazo y se revelan la carta superior e inferior, que se devuelven a la despensa.

El resto de cartas se revelan para comprobar qué ingredientes quedan. En función de estos, las recetas conocidas y los barriles disponibles, el jugador tomará una etiqueta de licor del tipo correspondiente y la colocará encima.

Si el destilado requiere ser envejecido, se colocará en la bodega, colocando las cartas bocabajo y poniendo el barril sobre ella.

La fase finaliza una vez todos los jugadores han resuelto este proceso.

Fase III: Venta

Comenzando por el jugador inicial y continuando en el sentido de las agujas del reloj, los jugadores alternan turnos de venta.

En cada turno de venta el jugador puede vender un licor que haya destilado si no necesita ser envejecido o un licor que haya envejecido al menos una ronda (destilados producidos en esta ronda que requieran envejecimiento no podrán ser vendidos). Para ello escogerá una botella de su almacén y desplegará todas las cartas (ingredientes, barril y botella) para obtener monedas y puntos de victoria. Si tenía cartas de sabor, anotará 1/3/6/10/15 puntos de victoria si el destilado contenía 1/2/3/4/5 cartas de sabor.

Tras la venta, colocará la etiqueta en uno de los espacios de bonificación de su tablero de destilería y aplicará su efecto inmediatamente.

Finalmente, el jugador recuperará las cartas de barril y/o botella inicial si las hubiese utilizado, devolverá a sus respectivos mazos las cartas de ingrediente y barril, las cartas a la pila de descartes de cartas de sabor y colocará la carta de botella en su colección de botellas.

Si un jugador no tiene más destilados para vender dejará de disfrutar de turnos en esta ronda. Si un jugador no hubiese vendido ningún licor podrá perder de 1 a 4 puntos de victoria para obtener de 1 a 4 monedas.

La fase finaliza una vez todos los jugadores han resuelto todas sus ventas.

Fase IV: Envejecimiento

Todos aquellos jugadores que tengan en su bodega uno o dos destilados envejeciendo les añadirán una carta de sabor.

Ahora los jugadores comprueban si han conseguido algún premio de licor. En caso de que varios jugadores lo hayan conseguido, se dividirán los puntos equitativamente (redondeando hacia arriba). Tras esto, se voltea el premio, que ya no podrá ser puntuado por nadie más.

Tras esto, comenzará una nueva ronda.

Al término de la tercera ronda los jugadores deberán descartar una de sus cartas de objetivo de destilería, quedándose con dos.

Fin de la Partida

La partida finaliza al término de la séptima ronda. Se procede al recuento final, en el que cada jugador anota:

• Cada licor envejeciendo en la bodega proporciona sus puntos de victoria y 1 punto pro cada carta de sabor. No se obtienen monedas, ni se podrá embotellar ni se obtendrá bonificación de etiqueta.
• La colección de botellas (2/4/7/10/15 puntos por tener 2/3/4/5/6+ botellas de una misma región, y se evalúa por región).
• 5 Puntos si el jugador tiene al menos botellas de tres regiones distintas.
• Las cartas de objetivo de destilería de cada jugador.
• 1 Punto por cada 5 monedas sobrantes.

El jugador con más puntos de victoria será el vencedor. En caso de empate, el jugador con más monedas al final de la partida será el ganador. Si la igualdad se mantiene, se comparte la victoria.

Variantes

Modo en Solitario. Se plantea una serie de objetivos que el jugador debe completar en orden conformando una estructura de cinco filas. El desarrollo de la partida solo varia en la fase de reposición del suministro al final de la fase de compra, descartándose las cartas indicadas en el dorso de las cartas de uno de los mazos de objetivo. Para ganar la partida será necesario completar al menos un objetivo de cada una de las filas.

Opinión Personal

No son pocos los juegos centrados en la destilación. Glen More, Vinhos, Ora et Labora, Heaven & Ale, Grand Cru, Brew Crafters. Pero casi todos ellos se enfocaban en una bebida en concreto (o tal vez dos).

Ahora nos llega Distilled, un juego que nos va a poner al frente de una destilería a mayor nivel y vamos a competir por conseguir bebidas espirituosas de todo tipo. Vamos a ver qué tal se comporta en mesa no sin antes agradecer a Melmac Games la cesión de la copia que posibilita la parrafada que ya ha dado comienzo.

La premisa del juego es que nos ha caído en herencia una vieja destilería y, como no tenemos nada mejor que hacer, hemos decidido ponernos manos a la obra y conseguir que la empresa familiar recupere su viejo lustre.

Para ello tendremos que ir mejorando nuestros procesos, ya sea a base de nuevo equipamiento o bien contratando personal, además de competir por conseguir los mejores ingredientes y elementos necesarios para completar el ciclo productivo, como barriles o botellas.

Mecánicamente el juego no tiene mucha complicación, desarrollándose a lo largo de siete rondas de cuatro fases, donde la realmente importante es la primera en la que los jugadores alternarán turnos de compra sobre un suministro general estructurado en dos zonas: el mercado básico (del que, por defecto, solo se podrán obtener dos elementos) y el mercado especializado (donde se podrán hacer tantas compras como se quiera pueda).

La idea es intentar conseguir destilar un licor en cada ronda, a ser posible distinto y cada vez más difícil de conseguir, algo que dependerá de las recetas que conozcamos (que también habrá que pagar por ellas) y de los ingredientes que logremos acumular en nuestra despensa.

El resto de fases de la ronda casi que se resuelven de forma automática, pues no son más que decidir qué ingredientes combinamos para destilar (algo que ya prácticamente estaba decidido desde la fase de compra, pues todo lo que adquirimos estará orientado a ese inminente proceso de destilado) y, posteriormente, la venta de los destilados (inmediata si no necesita envejecimiento, o de bebidas ya envejecidas de turnos anteriores). Y vuelta a empezar.

Hay dos elementos que van a modular nuestra toma de decisiones. Por un lado, nuestros objetivos personales. Al comienzo de la partida cada jugador recibe tres objetivos, de los cuales tendrá que descartar uno más o menos a mitad de partida. Puntuar ambos objetivos es un gran paso hacia la victoria.

Estos objetivos harán referencia a como hemos desarrollado la partida, comparándonos en muchas ocasiones con el resto de jugadores, quienes, normalmente, torpedearán nuestros planes de forma involuntaria, pues es bastante difícil leer qué objetivos tiene cada jugador, pero como tampoco es que haya un enorme margen de maniobra, simplemente con hacer las cosas bien es probable que nos lo chafen.

Por otro lado, y probablemente más importante que los objetivos personales, tenemos los objetivos comunes. Estos proporcionan puntos de victoria por ser el primer jugador en alcanzar una determinada meta. Al comienzo de la partida se desplegarán tantos objetivos comunes como jugadores más uno. Gran parte del éxito de la partida radicará en conseguir más de uno de estos objetivos.

Ya si conseguimos tres o más será tremendamente complicado que un rival nos arrebate el primer puesto, pues es muy difícil generar un diferencial de puntos de este calibre por otras vías.

Tal vez solo mediante el envejecimiento máximo de una bebida, algo que hay que plantearse desde muy pronto y asumir que no va a reportar beneficios hasta la fase de venta de las últimas rondas para maximizar su puntuación a base de acumular cartas de sabor (que se van añadiendo al destilado por cada ronda que la mantengamos envejeciendo en nuestra bodega).

Este último detalle me da pie para hablar del principal defecto que muestra Distilled, esto es, la sensación temprana de que no hay demasiado margen de maniobra a la hora de desarrollar una partida. En la primera ronda será muy complicado destilar algo que no sea Vodka o Moonshine, pues los jugadores no es que empiecen con una gran suma de dinero, por lo que adquirir una nueva receta no es algo especialmente viable.

Con esa primera venta intentaremos dar un impulso a nuestra destilería, seguramente obteniendo una mejora de destilería mediante uno de los bonus de nuestro tablero personal al cubrirlo con la etiqueta del destilado recién vendido o, en su defecto, activando el bonus que proporciona cinco monedas.

En la segunda ronda compraremos una de las recetas, intentando no coincidir con nuestros rivales para no entrar en disputa por los mismos ingredientes especiales, aunque en muchas ocasiones no habrá alternativa. Paralelamente intentaremos adquirir botellas para poder formar una colección que compartan región para así recibir una buena cantidad de puntos de victoria.

Tras el segundo destilado lo normal será seguir mejorando nuestra destilería, ya sea obteniendo un objeto o una receta de coste elevado o, si no hay nada interesante en el suministro, activando nuestro ingrediente distintivito (cada jugador tendrá un personaje con un efecto particular y una receta única que requerirá el uso de dicho ingrediente).

Como veis el desarrollo de la partida está bastante guiado, lo que traslada el buen o mal desempeño en la misma al impacto del azar, que actúa en dos vías. Por un lado, a la hora de ir reponiéndose el suministro, típico cuando tenemos un despliegue de cartas sobre el que los jugadores realizan draft. Puede que estemos esperando ingredientes o botellas concretas y estas no hagan acto de aparición en toda la partida, mientras que alguno de nuestros rivales vea como la fortuna le sonríe revelando cartas que encajan con sus objetivos.

Por otro, y este es el más frustrante, a la hora de destilar. Ese encorsetamiento del que hablamos deja poco margen a la hora de conseguir suficientes cartas como para tener un colchón que nos asegure obtener como resultado la bebida para la que nos hemos estado preparando. Si, tras barajar, una de las dos cartas reveladas es uno de los azucares que hemos metido, muy probablemente la receta se nos haya quedado corta y tengamos que preparar otro barril de vodka o de moonshine.

Es cierto que hay mejoras de destilería que permiten reducir el impacto de este azar, pero es como pagar un seguro. Si luego no te ocurre una desgracia, tendrás la sensación de haber tirado el dinero. Pero si no pagas y te ocurre, te arrepentirás amargamente de no haber pasado por caja.

Quedaría un tercer impacto del azar, aunque tal vez menor, en las cartas de sabor. Es cierto que es de los elementos con mas sentido temático, pero, de nuevo, es frustrante que a un jugador le salga una bebida top, y a otro le salga aguachurri por pura aleatoriedad.

Al final la sensación que acaba quedándote es que, como eurogame, es algo plano y que lo que hay que hacer queda más o menos claro desde que se realiza la preparación de la partida en función del personaje y los objetivos que te han tocado, los objetivos comunes desplegados en el centro de la mesa y la carta de recetas, volviéndose algo repetitivo en su desarrollo, donde lo mucho que llegamos a decidir es si metemos mas o menos cartas en el proceso de destilación para diluir la probabilidad de que determinadas cartas salgan del conjunto.

Esto se nota en algunas decisiones de diseño como el no permitir comprar más dos cartas del mercado básico, que las cartas de barril y de botella básicas siempre estén disponibles (para que sea complicado no vender un licor en cada ronda), apretarles con el dinero cuando realmente tampoco es que haya mucho entre lo que escoger o el permitir a los jugadores intercambiar cartas al comienzo.

Sin embargo y por desgracia, se le notan las costuras en detalles como el tema de la reserva de etiquetas y que si estas se agotan el jugador ya no pueda recibir bonificación por ellas. Es cierto que puede seguir vendiéndolo, pero se pueden dar situaciones extrañas como que se hayan agotado las etiquetas de un licor que sea necesario envejecer y no tengamos forma de marcar qué bebida se preparó.

Es de agradecer que el autor haya intentado disparar la variabilidad a base de introducir combinaciones de distintos licores. Pero al final no dejará de funcionar como una especie de escenario que varía ligeramente los elementos sobre los que enfocarse, apenas alterando las sensaciones de una partida a otra.

Donde tiene cierta potencia el juego es en su aspecto temático. Y es que, aun siendo un eurogame a todos los efectos, da pie a meterse en la historia y realizar comentarios divertidos en función de lo que pretendamos destilar, las pifias durante el proceso (los vecinos escucharán los lamentos) y, sobre todo, los chascarrillos que se introducen con las cartas de sabor. Será inevitable ponernos en plan catador a la hora de realizar la crítica de nuestro brebaje recién embotellado.

Esto da pie a mencionar a otro juego del que se ha hablado mucho, esto es, Obsession. Ambos juegos son, a nivel mecánico, normalitos tirando a algo planos, con una relación coste/diversión tal vez poco equilibrada pero que tienen la virtud de permitir a los jugadores montarse una historia divertida que sirve como principal excusa para no hacerle ascos a volver a tenerlo desplegado en mesa.

Obviamente el problema es importante si, como jugador de euros, priorizamos mecánicas y toma de decisiones sobre temática. Si encima nos encontramos con un juego sobredimensionado, repleto de componentes, pues al final te acaba viniendo a la mente eso de «para este viaje no hacían falta estas alforjas». Es por eso que la rejugabilidad no es la mejor del mundo aun cuando te metas en la película. Al final es temático hasta en eso, no debiéndose abusar de él, pues si le pegamos demasiados tragos, es probable que no las ganas de volver a sacarlo a mesa tarden en volver a aparecer.

Y eso que salió con una expansión que podría hacernos sospechar de un conveniente troceo para obligar a los que recurran al circuito habitual de compra a pasar por caja en caso de tratarse de un añadido fundamental para una mejor experiencia. Sin embargo simplemente añade más personajes, recetas y escenarios, apenas impactando en el juego más allá de rellenar los huecos de los insertos. Es entendible que en España se venda todo de forma conjunta por qué.

En cuanto a la escalabilidad, al tener como única fase interactiva la primera, que no deja de ser un draft, el juego escala a la perfección porque realmente es bastante solitario. El azar hará más por el éxito o fracaso de tu partida que el impacto del resto de las decisiones que tomen el resto de jugadores. Por eso tal vez me centraría en jugarlo a dos, para reducir el entreturno al máximo.

Pasemos a la producción. En este apartado no se le puede poner ningún pero al juego. No es que estemos ante un nivel excesivo en cuanto a cantidad de elementos y calidad de los materiales. Tenemos unas cartas de muy buen gramaje, textura en lino y buena respuesta elástica (que no se barajan tanto como para necesitar ser enfundadas), unos elementos de cartón de un grosor ligeramente superior a la media pero sin abusar, destacando el portarrecetas en el que se encajará la carta que funciona como escenario de la partida y tiene doble capa para también encajar los cubos y alguna ficha. Tal vez los marcadores de puntuación sí que pueden estar algo sobredimensionados y no son cómodos de desplazar sobre el track de puntuación. El reglamento está aceptablemente bien estructurado y todo viene recogido en un inserto magnifico para un despliegue rápido de la partida. Teniendo en cuenta el nivel de producción y los precios actuales, por contenido no es un juego caro (tampoco barato).

A nivel visual sensaciones encontradas. Por un lado, todo lo que son objetos, ingredientes, tableros y tal, tiene aspecto de eurogame clásico, sin necesidad de rozar el fotorrealismo. Es en los personajes donde a lo mejor las perspectivas y las proporciones no sean las mejores del mundo, acordándonos del bueno de Dennis Lohausen (es como si Erik Evensen fuese un discípulo suyo). No está mal, pero no enamora.

Y vamos cerrando. Distilled es un eurogame de peso medio con un tema relativamente potente y que, si los jugadores están predispuestos, puede resultar entretenido al entrar en la ambientación. Pero a nivel mecánico es un juego relativamente plano y que te va a dejar la sensación de no tener demasiado margen de maniobra y un impacto del azar lo suficientemente relevante como para que, aun haciéndolo todo bien, te puedas quedar lejos de la victoria. Escala bien por no tener un nivel de interacción elevado y la producción está muy bien, sin llegar a la sobreproducción. Tal vez le ha faltado un par de giros de tuerca para que, como eurogame que es, mantuviese el interés con el paso de las partidas. Por todo esto le doy un…