Reseña: Café
Introducción
En 1713, el rey D. João V ordenó al sargento Francisco de Melo Palheta viajar a la Guayana Francesa con objeto de conseguir en secreto semillas de café para sembrarlas en Brasil. En 1800, Brasil ya era uno de los mayores productores de café del mundo. Beber café se hizo popular en la cultura portuguesa y los granos de café provenientes de Brasil, Santo Tomé y Príncipe, Angola y Timor estaban entre los más apreciados a comienzos del siglo XX. En este juego, los jugadores dirigen compañías que producen, procesan y venden café a las cafeterías más exclusivas de la Bélle Époque portuguesa.
Así se nos presenta Café, un diseño de Luís Costa y José Carlos Santos «Rôla», responsables de Yinzi. El juego fue publicado por primera vez en 2020 por PYTHAGORAS en una versión multilenguaje (inglés, alemán, portugués y español). De las ilustraciones se encarga Marina Costa, siendo este su primer trabajo en el mundo de los juegos de mesa.
En español se encuentra publicado por Maldito Games (el juego es completamente independiente del idioma). Permite partidas de 1 a 4 jugadores, con una edad mínima sugerida de 8 años y una duración aproximada de entre 20 y 45 minutos. El precio de venta al público es de 20€. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la versión en español de Maldito Games, que la propia editorial nos ha cedido amablemente.
Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 17,9×12×5,8 cm. (caja rectangular pequeña similar a las de la serie Tiny Epic, aunque con más fondo), encontramos los siguientes elementos:
- 56 Cartas (80×120 mm.)
- 140 Cubos Pequeños (35 de cada uno de los cuatro tipos) (de madera)
- 4 Cubos Grandes de Puntos de Acción (de madera)
- Pieza de Maestro (de madera)
- Reglamento
Mecánica
Café es un juego con mecánicas principales de draft, puntos de acción y colocación de losetas (que realmente son cartas son seis símbolos que deben ir solapándose) que se desarrolla a lo largo de ocho rondas. En cada ronda, el jugador tomará una de las cartas disponibles en el suministro (pagando café si muestra símbolo de café) y la colocará en su zona personal. Los símbolos de estas cartas proporcionan puntos de acción, así como acciones de cosecha, secado, y tostado con los que ir fabricando el café (de cuatro tipos) de cara a entregarlo en cafeterías (que vendrán en las cartas) o acumularlo en la reserva personal, pues al final de la partida se puntuarán los dos tipos de café de los que menos unidades se posean. La peculiaridad de las acciones es que con un punto de acción se activarán varios iconos de un mismo tipo si se encuentran conectados ortogonalmente entre sí.
Conceptos Básicos
Comencemos por el Café, el elemento estrella del juego. Este se representa mediante cubos de colores que se asocian a las cuatro variedades procedentes de distintas partes del mundo disponibles durante la partida. Estos cubos los encontraremos en una reserva general, de las cuales pasarán a encontrarse en las plantaciones, desde las cuales seguirán el proceso de producción del café (sembrado, secado y tostado) para, finalmente, entregarlo, ya sea en cafeterías que demanden determinados tipos y/o en la reserva personal del jugador, donde será utilizado para comprar cartas y al final de la partida proporcionará puntos en función del aquellos tipos de café de los que se tengan menos unidades.
El eje fundamental del juego serán las Cartas. Estas se encuentran divididas en seis casillas (dos filas de tres columnas). En cada una de estas casillas podemos (o no) un símbolo que podemos englobar en tres tipos. Por un lado, las tazas de café, que representan puntos de acción (y que exigirá pagar café para obtenerlas). Por otro, símbolos de barco, que permitirán evitar el coste si se dispone de al menos una pareja de estos símbolos en la zona de juego. Y, finalmente, los símbolos asociados a las cuatro acciones disponibles durante la partida, esto es, campos para sembrar (con la letra A), secaderos (con la letra B), tostaderos (con la letra C) y cafeterías (con una determinada cantidad de puntos de victoria a cambio de colocar ciertos cubos de café). Estas cartas estarán en un suministro común desde el cual los jugadores escogerán para, posteriormente, colocarlas en su zona de juego, debiendo solapar casillas de las cartas anteriormente colocadas.
Finalmente, cada jugador dispondrá de una Cartas de Puntos de Acción, donde encontraremos un marcador con casillas numeradas del 0 al 8 para indicar los puntos de acción disponibles para cada turno, así como una zona para organizar el café en la reserva personal (con un espacio multiplicador para no acumular demasiados cubos).
Con esto tenemos suficiente.
Preparación de la Partida
- En primer lugar, se debe preparar el mazo de cartas. Según el número de jugadores, habrá que proceder de la siguiente forma:
- 4 Jugadores: se utilizan todas las cartas.
- 3 Jugadores: se retirarán aquellas cartas que muestran un símbolo de una estrella amarilla en su reverso.
- 2 Jugadores: se retiran las ocho cartas con símbolo de estrella amarilla además de otras ocho cartas escogidas aleatoriamente.
- 1 Jugador: se retiran las ocho cartas con símbolo de estrella amarilla además de otras dieciséis cartas escogidas aleatoriamente.
- Se forma una reserva general con los cubos de café.
- Cada jugador escoge una cafetería y recibe las dos cartas asociadas que coloca en su zona de juego, un marcador de puntos de acción y un cubo de café de cada tipo que se coloca bajo la carta de puntos de acción.
- Finalmente se escoge aleatoriamente al maestro cafetero, al que se le entrega el peón representativo.
¡Ya podemos comenzar!
Desarrollo de la Partida
Una partida de Café se desarrolla a lo largo de ocho rondas. Al comienzo de cada ronda el maestro cafetero revelará las tres primeras cartas del mazo formando un suministro. Tras esto, comenzando por el jugador sentado a la izquierda del maestro y continuando en el sentido de las agujas del reloj, cada jugador disfrutará de un turno.
En cada turno, el jugador activo procede de la siguiente forma:
- Escoger Carta. El jugador debe tomar una de las tres cartas disponibles en el suministro y colocarla en su zona personal. Se deben tener en cuenta las siguientes consideraciones:
- Si la carta escogida muestra un símbolo de taza de café, el jugador deberá pagar una unidad de café de su reserva para poder coger esa carta, a no ser que tenga en su zona de juego dos símbolos de barco visible, en cuyo caso este coste no se asume.
- Si un jugador no dispone de cubos de café y las tres cartas visibles muestran símbolos de taza de café, deberá escoger una de las tres cartas y descartarla directamente.
- Colocar la Carta. La carta debe ser colocada inmediatamente en la zona del jugador, cubriendo entre 2 y 4 casillas de cartas anteriores. Si en las casillas cubiertas se encontrasen cubos, estos se devuelven a la reserva general. Las cartas pueden rotarse libremente. La única restricción es que el jugador debe mantener visible al menos un símbolo de taza de café.
- Acciones. El jugador contabiliza los símbolos de taza de café de su zona de juego y coloca el marcador de puntos de acción en la cantidad correspondiente. Con cada punto de acción el jugador puede activar un grupo de casillas del mismo tipo que se encuentren conectadas entre sí ortogonalmente. Las acciones disponibles son:
- Sembrar: el jugador coloca un cubo de café sobre cada casilla de plantación del grupo, a no ser que ya hubiese un cubo sobre la casilla (en este caso no se coloca).
- Secar: el jugador coloca sobre cada casilla de secadero todos los cubos de un mismo tipo de café que tenga en sus plantaciones (independientemente de donde estén las plantaciones y si están conectadas entre sí o no).
- Tostar: el jugador coloca sobre cada casilla de tostadero todos los cubos de un mismo tipo de café que tenga en sus casillas de secadero (independientemente de donde estén los secaderos y si están conectadas entre sí o no).
- Entregar: el jugador entrega todos los cubos que se encuentren sobre sus tostaderos (independientemente de donde estén los tostaderos y si están conectadas entre sí o no). Si el jugador tiene una o varias cafeterías sin atender, podrá colocar sobre ellas cubos que aun demande (no es obligatorio completar toda la demanda de una cafetería con una única acción de entrega). Los cubos que no se coloquen sobre cafeterías pasan a la reserva personal del jugador.
Una vez que el jugador ha empleado todos sus puntos de acción, el turno pasa al jugador de la izquierda, reponiendo el suministro revelando una nueva carta, a no ser que haya sido el turno del maestro cafetero.
Cuando completa su turno el maestro cafetero (el último en actuar durante la ronda), descartará las dos cartas restantes en vez de revelar una nueva, pasando el marcador de maestro cafetero al jugador de la izquierda.
Fin de la Partida
La partida finaliza al término de la octava ronda. Cada jugador anota:
- Los puntos correspondientes a las cafeterías completas (no solapadas ni total ni parcialmente) con los cubos de café requeridos.
- 2 Puntos por cada cubo de café del tipo con menor cantidad en la reserva personal.
- 1 Punto por cada cubo de café del segundo tipo con menor cantidad en la reserva personal.
El jugador con más puntos de victoria será el vencedor. En caso de empate, se recurre a los siguientes criterios:
- El jugador con más cubos sobre casillas de tostar.
- El jugador con más cubos sobre casillas de secar.
- El jugador con más cubos sobre casillas de sembrar.
Si la igualdad se mantiene, los jugadores comparten la victoria.
Variantes
Variante Avanzada. Al comienzo de cada ronda el maestro cafetero revelará tantas cartas como jugadores haya en la partida más una. Ahora se procede a realizar una subasta por ser el nuevo maestro cafetero. Comenzando por el maestro actual y continuando en el sentido de las agujas del reloj, cada jugador puede:
- Pujar, ofreciendo una cantidad de café que se descarta automáticamente (mínimo 1 cubo). Si ofreció la misma cantidad de café o superior al anterior jugador en pujar, obtendrá el peón de maestro.
- Pasar, y ya no se disfrutará de más turnos en esta fase de subasta.
Si todos los jugadores pasan en su primer turno de puja, el peón del maestro permanece en poder del mismo jugador.
Tras esto, comenzando por el maestro y continuando en el sentido de las agujas del reloj, cada jugador escogerá una de las cartas disponibles. La carta sobrante se descarta.
Opinión Personal
Hoy tenemos entre las manos uno de esos fillers que llegan al mercado sin hacer mucho ruido, de autores que tampoco es que lleven mucho tiempo expuestos en el panorama lúdico internacional. La cosa es que, hasta el momento, los señores Costa y Rôla han demostrado que tienen ideas interesantes y con diseños de diverso peso, teniendo como gran referente hasta el momento Yinzi, uno de los títulos de Spielworkxx de los que parece haber salido bueno.
Pero no nos desviemos, ya que hoy toca hablar de Café, un juego en el que, como ya supondréis por su nombre, nos convertiremos en maestros cafeteros con el objetivo de alcanzar el mayor prestigio posible siguiendo el proceso productivo del cultivo de una de las bebidas más consumidas en el mundo (junto al Agua, obviamente, y al Té). Vamos a ver qué tal se comporta en mesa no sin antes agradecer a Maldito Games la cesión de la copia que posibilita esta tochorreseña.
Café es un juego relativamente sencillo en el que, a lo largo de ocho rondas, los jugadores irán obteniendo unas cartas que muestran seis casillas en las cuales pueden encontrarse símbolos. Estos símbolos proporcionarán puntos de acción, acciones propiamente dichas o descuentos.
La gracia del asunto es que con cada punto de acción el jugador podrá activar un grupo de casillas de un mismo tipo de acción que se encuentren interconectadas entre sí ortogonalmente, por lo que el eje fundamental de la partida es lograr conectar los distintos símbolos de forma eficiente, pues cuanto mayor sea un grupo de un mismo símbolo, más beneficios obtendremos al activarlo con un único punto de acción.
¿El problema? Que el diseño nos obliga a solapar al menos dos casillas (y hasta un máximo de cuatro) de casillas que pertenezcan a cartas que ya se encuentren en nuestra zona de juego. Y claro, aquí comienzan los dilemas, pues en cada turno el jugador siempre tendrá la opción de escoger entre tres cartas visibles, con la única restricción de que si la carta escogida muestra un símbolo de puntos de acción, el jugador deberá entregar un cubo de café de su reserva personal.
Tras esto, en función de los puntos de acción visibles en su zona, podrá ir activando grupos. Mediante estas acciones el jugador sembrará café, lo secará, lo tostara y, finalmente, lo entregará, pudiendo tener como destino una o varias cafeterías que se encuentren en las cartas del jugador, o bien colocarlos en la reserva personal para poder costear cartas futuras, aunque sin perder de vista el final de la partida, pues los jugadores deberán intentar equilibrar las reservas de cada tipo de café al puntuarse aquellos dos con menos unidades.
Y realmente no tiene mucho más. Ocho turnos en los que los jugadores están intentando completar un puzle hasta cierto punto exigente para generar un motor de producción de café cada vez más eficiente. Pero ocho turnos en los que estaremos completamente metidos en encontrar la mejor forma de colocar las cartas, con ese punto de visión espacial que generar más de un dolor de cabeza.
Porque está claro que el principio general del juego es intentar conectar los símbolos del mismo tipo de acción. Pero claro, aquí los autores se han esmerado en que nada encaje como a nosotros nos gustaría. Aquí es donde entra la segunda y crucial mecánica de puntos de acción, porque no tendremos que olvidar que nuestro objetivo es intentar obtener el mayor número de puntos de victoria, los cuales se dividirán casi a partes iguales entre cafeterías y cubos de café en la reserva personal.
Por eso escoger adecuadamente qué cubo de café devolvemos a la reserva a la hora de escoger una carta que aumente nuestro margen de maniobra, pues un paso en falso y podemos estar perdiendo uno o dos valiosos puntos de victoria.
Los dos problemas principales que le encuentro al juego son, por un lado, una total falta de interacción que, en su modo básico, se reduce a que el jugador que actúa en el turno anterior escoja la carta a la que más ojitos le estamos poniendo y que la que aparezca como reemplazo no nos venga tan bien según nuestra zona de juego. Fijaos si el juego es solitario que no incluye un modo en solitario propiamente dicho, sino que simplemente se quitan cartas del mazo y a intentar batir el récord personal de partidas anteriores.
Por otro, que es de esos juegos en los que cada turno se va haciendo más cosas y si no tenemos jugadores ágiles y resolutivos en la mesa se puede acabar generando un entreturno demasiado largo que desconecte a algunos jugadores. Es cierto que, al ser tan solitario, realmente podría resolverse la primera fase de selección de cartas y que ya luego cada jugador desarrollase su chiringuito de forma paralela confiando en que nadie va a hacer trampas.
Para intentar paliar esa falta de roce entre los participantes se incluye una variante avanzada muy interesante en la que, en vez de escoger de entre tres cartas, se revelan tantas como jugadores haya y los contendientes resuelven una puja para determinar qué jugador escoge primero, aunque no termino de verla especialmente afinada, pudiéndose dar situaciones en las que un jugador pasa pero tiene la suerte de que el que se sienta a su derecha acaba siendo el maestro, por lo que este jugador que no ha gastado ni un cubo de café se encuentra el segundo escogiendo, mientras que otros jugadores que sí hayan pugnado por ser el primero y hayan entregado café, pueden encontrarse escogiendo en último lugar.
Si el juego tuviese una duración mucho más extensa y/o una carga conceptual elevada, estos dos problemas serían bastante graves. Afortunadamente es un diseño muy contenido en ambos aspectos y resulta bastante agradable. Si estáis buscando un filler en el que se ponga a prueba la capacidad visual y de organización, aquí tenéis un diseño que cumple con su cometido y en poco más de veinte minutos os habréis quedado con la sensación de haber tomado un buen puñado de decisiones.
Por poner algunos ejemplos de juegos con los que vendría a competir, me viene a la cabeza los entretenidísimos NMBR 9 (aquí su tochorreseña) o Take it Easy! (aquí su tochorreseña). Es cierto que estos dos ejemplos recurren a esa mecánica tipo «Bingo» mediante la que todos los jugadores deben resolver «el mismo puzle» pero buscando la forma óptima, desconociendo a priori el orden y las piezas de las que van a disponer. Este café transmite unas sensaciones similares, con muy poca interacción pero lo suficientemente ajustado para que siempre deje un buen sabor de boca, siendo un juego con, tal vez, un punto mayor de exigencia en comparación a los ejemplos mencionados.
Respecto al azar, es relativamente contenido porque no hay cartas claramente buenas o claramente malas, sino que más bien depende de la disposición de cada uno. Habrá ocasiones en las que una carta encaje de forma genial con lo desplegado por dos o más jugadores en sus respectivas zonas, mientras que en otras solo le vendrá bien a uno, que verá cómo le llega su turno sin que nadie la haya escogido.
Pasemos a la producción. Nos encontramos con un acabado correcto, donde tenemos unas cartas de gran tamaño, con buen gramaje, textura lisa y respuesta elástica aceptable. No se tienen en mano y solo se barajan al comienzo de la partida, por lo que no considero necesario el enfundado. Los cubos de madera para el café tal vez son un poco pequeños, pero cumplen su función. El reglamento no está muy bien estructurado que digamos, dejando conceptos clave como el de no poder colocar cubos donde ya hay cubos (con la excepción de las cafeterías aun sin completar) para paginas posteriores a aquellas en las que se explica la acción, pudiendo llegar a no aplicarse una norma (aunque por sentido común se saca).
A nivel visual es un juego que genera sensaciones encontradas. De primeras puede resultar tremendamente soso, con unas cartas sin apenas ilustraciones más allá de los símbolos de las acciones y un motivo como de salpicado de café sobre un fondo predominantemente blanco. Con el desarrollo de la partida la verdad es que se agradece este aspecto minimalista que facilita la resolución del puzle. Si que llaman la atención tanto la portada como el reverso de las cartas, pero esto es algo que apenas tiene impacto sobre el juego desplegado.
Y vamos cerrando. Café es un filler que, a lo largo de ocho rondas, los jugadores tendrán que optimizar un puzle personal mediante solapamiento de cartas intentando conectar casillas de un mismo tipo para, posteriormente, emplear los puntos de acción visibles sobre estas cartas en activar grupos de casillas del mismo tipo conectadas entre sí. Su mayor problema es una casi total falta de interacción (tan solo en el draft inicial pero no es muy intenso que digamos), pero al estar muy contenido tanto en carga conceptual como en duración de la partida, no llega a molestar (salvo que exijáis a todo tipo de juegos un nivel de confrontación elevado). Cumple su cometido, dejando una sensación de haber tomado un buen puñado de decisiones en poco tiempo. Por todo esto le doy un…
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Salud
Este juego parece que ha sorprendido para bien, dentro de lo que es y su categoría de «minieuros» (o «filleuro», jajaja). Aunque, personalmente, la casi total falta de interacción me echa mucho para atrás en este título (y esa puja, como dices, tampoco es que resuelva mucho aparentemente).
Me quedo, de todas formas, con las ganas de probarlo. Estos juegos que aportan un pequeño extra a lo que es montar las cartas tipo rompecabezas resultan atractivos.
Gracias por la reseña.
Hasta luego 😉
Que sea rápido es un plus que compensa esa falta de interacción y el puzle es interesante. Si logras echarle una partida, comentanos qué te ha parecido!
En primer lugar, felicitarte por la web y darte las gracias por todas las tochorreseñas que haces.
Solo quería comentarte una errata en el tamaño de las cartas (80×120) por si lo quieres corregir.
Gracias por el gran trabajo que haces.
Corregido!! Muchas gracias por el apunte!
Lo primero muchas felicidades por el blog
Este juego lo conocí gracias a tu reseña y es una de las mejores compras que he hecho últimamente, lo he jugado a 2, 3 , 4 y en solitario y es un juego muy entretenido y sencillo de explicar, pero te hace romperte el coco más de lo que parece. me gusta el que no haya cartas «malas» o «buenas» sino que dependa de tu habilidad para colocarlas. Y aunque el reglamento podría estar bastante mejor explicado, se termina entendiendo.
Un saludo
Buenas, gracias por la reseña.
¿Qué tal escala?
Saludos
Bastante bien. La interacción está en el draft, asi que funciona bien a cualquier numero de jugadores.
Hola Misut. Gran reseña, como siempre. Me gustaría hacerte una pregunta. Conoces algún euro ligero/medio, que quepa en una mesita de hospital?
Graxxx
Mmmm, a lo mejor juegos tipo Jaipur o algun juego de la serie 19XX (por ejemplo Channel Tunnel no ocupa tanta mesa). Abstractos tienes un monton para escoger, pero ya no son euros.