Reseña: Mottainai
Los budistas tradicionalmente empleaban la palabra mottainai para expresar pesar ante el desperdicio o el mal uso de algo de naturaleza sagrada o de gran valor, como puede ser un objeto religioso o la enseñanza. Hoy en día, se emplea profusamente el término para denotar el desperdicio de un objeto material, de tiempo o de otro recurso. Los jugadores se meterán en la piel de monjes en un templo que dedican su tiempo a la ejecución de tareas enfocadas a la recolección de materiales y su uso para la fabricación de diversas obras que poder vender a los turistas o exponer en el propio templo.
Así se nos presenta este Mottainai, un diseño de Carl Chudyk, responsable de otros juegos como Impulse, Red7 o Innovation, siendo el juego que hoy nos ocupa un heredero directo de Gloria a Roma. El juego se publicó por primera vez en 2015 de la mano de Asmadi Games, obteniendo la financiación a través de una campaña de micromecenazgo a través de KickStarter. Se publicaron dos ediciones, una mini (con un único mazo de cartas) y otra deluxe (con dos mazos de cartas iguales). De las ilustraciones se encarga Alanna Cervenak, artista de cabecera de la propia editorial y que ya demostrase su talento en juegos como Equinox, Impulse o Red7.