Reseña: Mijnlieff

Introducción

Imagina un tres en raya, pero con la necesidad de planificar varias jugadas con antelación y con cada pieza teniendo un poder y control particular sobre tu oponente. Esto es Mijnlieff (se pronuncia «Mine-leaf»). Intenta crear el mayor número de líneas de 3 fichas de tu color.

Así se nos presenta Mijnlieff, un diseño de Andy Hopwood (Dodekka, Daring Dustbunnies). Publicado por primera vez en 2010 por Hopwood Games, siendo reeditado por XV Games en 2020.

No se encuentra publicado en español, por lo que tendréis que recurrir al mercado de importación (el juego es completamente independiente del idioma, a excepción del reglamento). Permite partidas a 2 jugadores, con una edad mínima sugerida de 6 años y una duración aproximada de 10 minutos. El precio de venta es de 15€. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la versión en inglés/italiano de XG Games.

Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.

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Contenido

Dentro de una bolsa de terciopelo, de dimensiones 16×22 cm. (medida estándar de los bagstracts de XV Games), encontramos los siguientes elementos:

• 16 Piezas (8 de cada color)
• Reglamento

Mecánica

Mijnlieff es un abstracto para dos en el que cada jugador dispone de ocho piezas en cuatro tipos (dos de cada). El objetivo de los jugadores es intentar conformar líneas rectas de 3 o 4 piezas consecutivas en un tablero cuadriculado de cuatro casillas por lado. Al colocar una pieza, según el tipo, se habilitarán las casillas en las que el rival podrá colocar. Así, se alternan los turnos hasta que se coloquen todas las piezas, anotándose 1 punto por cada fila de 3 y 2 puntos por cada fila de 4.

Conceptos Básicos

Empecemos por el Tablero, que se encuentra en la parte posterior de la bolsa de transporte. En ella encontramos una cuadricula de cuatro casillas por lado en la que los jugadores colocarán piezas.

Piezas que son el elemento fundamental del juego. El objetivo es ocupar casillas que formen líneas de tres o cuatro casillas consecutivas con piezas de su color (una misma pieza puede ser tenida en cuenta para hasta 3 líneas). La particularidad de estas piezas es que condicionan el siguiente turno del contrincante indicando qué casillas son válidas para que pueda colocar una pieza teniendo en cuenta la posición relativa de la pieza recién colocada.

Con esto tenemos suficiente.

Preparación de la Partida

1. Se coloca la bolsa por su parte trasera en el centro de la mesa.
2. Cada jugador escoge un color y recibe sus ocho piezas.

Finalmente se escoge aleatoriamente al jugador inicial.

¡Ya podemos comenzar!

Desarrollo de la Partida

Una partida de Mijnlieff se desarrolla a lo largo de dieciséis turnos alternados por los jugadores, comenzando por el jugador inicial.

En cada turno, el jugador activo deberá colocar una pieza. El jugador inicial en su primer turno podrá colocar cualquier pieza en cualquier casilla. Pero, a partir del siguiente turno (el primero de su rival), los jugadores están condicionados por el tipo de pieza que su rival colocó justo en el turno anterior. Así, tenemos cuatro tipos de piezas:

• Perpendicular. En su próximo turno el contrincante solo puede colocar en casillas libres de la fila o la columna que se cruzan en la casilla ocupada por esta pieza .
• Diagonal. En su próximo turno el contrincante solo puede colocar en casillas libres de las diagonales que se cruzan en la casilla ocupada por esta pieza .
• Adyacente. En su próximo turno el contrincante solo puede colocar en casillas libres adyacentes a la casilla ocupada por esta pieza (ortogonales o diagonales).
• No Adyacente. En su próximo turno el contrincante solo puede colocar en casillas libres no adyacentes a la casilla ocupada por esta pieza (ortogonales o diagonales).

Tras esto, el turno pasaría al contrario.

Si, al colocar una pieza, el contrincante no puede resolver su turno porque no hay casillas libres que cumplan el requisito de la pieza colocada, este deberá pasar y el ultimo jugador que colocó una pieza disfruta de un nuevo turno, pudiendo colocar una pieza sin restricciones.

Fin de la Partida

El final de la partida se detona tras el turno en el que un jugador haya colocado su última pieza. Su rival dispone de un último turno y, tras resolverse, se procede con el recuento final. Cada jugador anota:

• 1 Punto por cada línea de 3 piezas consecutivas (ortogonal o diagonal).
• 2 Puntos por cada línea de 4 piezas consecutivas (ortogonal o diagonal).

El jugador con más puntos será el vencedor. En caso de empate

Opinión Personal

Ya sabéis que los abstractos son mi perdición. Disfruto enormemente de esa dinámica de cálculo en la que, si tuviésemos todo el tiempo del mundo, podríamos dibujar todo el árbol de decisiones de un juego y poder evaluar entre todas las opciones disponibles cuál es la que consideramos que nos llevaría a la victoria, suponiendo qué movimiento va a realizar el contrario en los subsiguientes turnos.

Esto último es lo que les da la gracia a los juegos, ya que, sí, podríamos hacer este cálculo asumiendo todas y cada una de las decisiones de nuestro contrincante como respuesta a nuestras acciones. Pero en el momento en que el rival se desviase de ese camino trazado, estaríamos obligados a recalcular a través de esa ramificación distinta del árbol de decisiones.

Obviamente, no jugamos de esta forma porque, primero y por desgracia, no disponemos de todo el tiempo del mundo. Y segundo, seguramente nuestro rival se levantaría de la mesa a los pocos minutos de vernos en trance calculando opciones. Motivo por el cual los juegos abstractos con movimiento condicionado me gustan tanto.

Que la decisión de un jugador en su turno acote radicalmente las opciones disponibles para el rival resulta muy satisfactorio para ambas partes. Primero, porque al tomar una decisión estamos acotando drásticamente el árbol de opciones de nuestro rival, lo que sí nos permite hacer un cálculo a unos cuantos turnos vista sin que requiera emplear demasiado tiempo. Segundo, porque suelen ser juegos relativamente rápidos.

Y el juego que hoy nos ocupa, Mijnlieff, es un diseño que utiliza este sistema. Un juego particular en muchos aspectos, más allá de este movimiento condicionado, ya que es uno de los que conforman la serie de Bagstracts de XVGames, que utilizan la propia bolsa de transporte como tablero. Vamos a ver cómo se comporta en mesa.

Mijnlieff es de esos abstractos que pertenecen a la familia de construcción de patrones, concretamente el más habitual dentro de este tipo de juegos: líneas de casillas consecutivas ocupadas por piezas del jugador. En este subconjunto encontramos juegos que van desde el clásico Conecta 4 hasta obras maestras como YINSH (aquí su tochorreseña), GIPF (aquí su tochorreseña) o Donuts (aquí su tochorreseña). Pero la combinación de turno condicionado y patrones en línea no es tan habitual, y es donde este juego esconde su belleza.

Y es que no es tan sencillo ocupar casillas consecutivas en un tablero de dimensiones tan pequeñas cuando es tu rival el que determina en qué casillas puedes colocar. Pero claro, ese control tiene un límite, ya que cada jugador dispone únicamente de dos piezas para cada uno de los efectos condicionantes.

Así se genera una tensión creciente, intentando, por un lado, conectar casillas con piezas propias a la vez que buscamos evitar que el rival haga lo propio, aguantando todos los efectos el mayor tiempo posible, que serán cuatro turnos como mucho, ya que en el quinto turno los jugadores ya no tendrán más remedio que colocar su segunda pieza de un determinado efecto, dejando de disponer de él.

Es en este momento cuando los jugadores buscan generar situaciones en las que el rival no pueda colocar para disfrutar de un nuevo turno de forma consecutiva y sin ataduras, de forma similar a como ocurre en Donuts. De hecho, la comparativa con el gran juego de Bruno Cathala es bastante pertinente porque la esencia de ambos diseños es la misma, solo que aquí el condicionante está en las piezas, mientras que en Donuts el condicionante está en el tablero.

Obviamente, Donuts me parece mejor por el simple hecho de que, aunque dure ligeramente más, esos turnos son de mucha calidad. Además, la muerte súbita al conformar la línea genera una mayor tensión, mientras que aquí, al buscar puntuar, habrá partidas en las que estará todo el pescado vendido con varios turnos de antelación, generando un final poco emocionante. Pero, como digo, solo será en algunas ocasiones. Y no se puede ofrecer mucho más con tan pocos turnos.

De rejugabilidad va sobrado, porque, como juego pensado para llevar a cualquier lado, es ideal para disfrutar de unas partiditas en tiempos muertos cuando estemos en cualquier lugar. Lo malo es que este tipo de juegos quedan relegados a este tipo de situaciones casi de forma exclusiva.

Pasemos a la producción. Como en otros productos de la serie, el uso de una bolsa de terciopelo como empaquetado principal no es la mejor del mundo, pues es muy fácil que acumule suciedad (es conveniente utilizar algún elemento protector, como bolsas zip de gran tamaño). Los elementos de madera, de buena densidad y corte, con un uso de colores muy apropiado para el «tema del juego» (la caída de las hojas). El reglamento está bien estructurado y no deja lugar a dudas.

Y vamos cerrando. Mijnlieff es, probablemente, el mejor juego de la serie de abstractos en bolsa de XV Games. Es prácticamente imposible ofrecer más con menos. Este tipo de abstractos con movimiento condicionado son todo un acierto y permiten calcular con cierta facilidad en comparación con otros juegos con un árbol de decisiones más amplio, en el que no hay limitaciones a la hora de escoger una ramificación. Es cierto que, como abstracto, tal vez se puede quedar corto en cuanto a desarrollo, teniendo otros títulos alternativos que prácticamente plantean lo mismo (con alguna que otra diferencia), pero tiene su hueco como juego portátil que se puede sacar en muchas situaciones en las que tenemos tiempos muertos. Por todo esto le doy un…