Reseña: Whale Street
Introducción
En el mundo de las finanzas de activos digitales, el mercado bursátil es un brutal escenario en el que los competidores luchan por controlar compañías y hacer fluctuar sus valores para lograr aumentar su riqueza. Esto genera olas que inundan los mercados con enormes cantidades de capital. Aquellos que acumulan una cantidad significativa de activos digitales se les conoce como ballenas.
Así se nos presenta Whale Street, un diseño de Giun Kim y Juhwa Lee (responsables ambos de diseños como Last Message o Cat Café). Publicado por primera vez en 2023 por Olin Studio en una versión en inglés, coreano y japonés, editorial coreana dirigida por Olin Jeong, que es quien se encarga del aspecto visual del juego, como ya ocurriese con otros diseños de la editorial como NAZCA o GrellHolic.
No se encuentra publicado en español por lo que tendréis que tirar de importación para haceros con una copia (el juego es independiente del idioma a excepción del reglamento). Permite partidas de 3 a 6 jugadores, con una edad mínima de 14 años y una duración aproximada de entre 45 y 60 minutos. El precio de venta al público es de 32€. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la versión en inglés/coreano/japones de Olin Studio, que la propia editorial nos ha cedido amablemente.
Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa con fondo deslizante lateralmente), de dimensiones 7,5×22,5×5 cm. (caja rectangular con un largo similar a la de Linja, aunque con el doble de fondo), encontramos los siguientes elementos:
- 8 Tableros de Compañía (de cartulina)
- Tablero de Mercado (de cartulina)
- Tablero de Valores (de cartulina)
- 99 Cartas (44×67 mm.):
- 40 Cartas de Participación
- 50 Cartas de Tecnología
- 9 Cartas de Referencia
- 8 Marcadores de Valor (de madera)
- 8 Fichas de Accionista Mayoritario (de cartón)
- 77 Fichas de Monedas (de cartón):
- 30 de Valor 1
- 9 de Valor 3
- 20 de Valor 5
- 14 de Valor 10
- 4 de Valor 30
- Marcador de Ronda (de cartón)
- Reglamento
Mecánica
Whale Street es un económico de gestión de cartera de acciones que se mezcla con una especie de Póker Texas Hold’em. Al comienzo de la partida se escogen cinco empresas, cada una con un nivel de iniciativa, un efecto particular y un valor inicial. La partida se va a desarrollar a lo largo de tres rondas en las que los jugadores comprarán/venderán acciones de las compañías para disputarse la mayoría accionarial para, a continuación, entrar en una fase de operaciones en la que los accionistas mayoritarios emplearán los fondos de las empresas en robar y sustituir cartas de un mazo con cinco palos y diez valores por palo intentando conseguir la mejor jugada teniendo en cuenta una mano común a todas las empresas y las cartas de cada empresa. Tras esto se pasa a una fase de resolución en la que se establece una clasificación relativa entre las empresas según sus combinaciones de cartas. Según esta clasificación las empresas aumentarán o reducirán su valor y recibirán ingresos. Finalmente, cada accionista mayoritario decidirá si la empresa reparte dividendos en función de su capital. Al final de la partida, quien más dinero tenga será el ganador, teniendo en cuenta las acciones que posean y el valor de las respectivas compañías.
Conceptos Básicos
Empecemos por las Empresas. Estas se representan mediante tableros alargados con un símbolo representativo a la derecha, un espacio para la tesorería de la empresa, un efecto particular (que aplicará en un determinado momento de la ronda) y una zona para colocar sus participaciones (o acciones). En la zona superior tendremos además un valor de iniciativa y un valor bursátil inicial. En la banda inferior tenemos una serie de espacios para colocar cartas de tecnología.
Este valor se reflejará en el Tablero de Valor, sobre el que progresarán los marcadores de valor con el símbolo de cada compañía. Cada vez que una empresa aumente de valor (por haber tenido un buen desempeño o cuando un jugador compre acciones de la compañía), su marcador ascenderá al siguiente nivel. Por contra, cada vez que la empresa pierda valor (por un mal desempeño o porque un jugador vende una acción de dicha compañía) su marcador descenderá un nivel. Cada nivel tiene un valor asociado y la progresión entre los niveles no es lineal.
Cada compañía dispondrá de cinco Acciones que los jugadores podrán adquirir a un coste igual al valor de la empresa. Estas acciones permitirán a los jugadores competir por el control accionarial de la empresa de cara a tomar decisiones sobre ellas en diversas fases del juego, así como recibir dividendos en función de las ganancias de las mismas.
Para representar la mayoría accionarial se dispondrá de unas Fichas de Accionista Mayoritario. El accionista mayoritario será aquel que, tras una acción de compra y venta, sea el jugador con mayor cantidad de acciones de una misma compañía. Para que dicho accionista mayoritario deje de serlo tendrá que aparecer otro jugador con más acciones que el (no basta con igualar).
El recurso principal del juego será el Dinero, representado con monedas de valores 1, 3, 5, 10 y 30. Los jugadores utilizarán este dinero para adquirir acciones de las empresas, colocando el coste de las acciones en la tesorería de las empresas. Las empresas utilizarán el dinero de su tesorería para resolver acciones. En la fase de dividendos, las empresas podrán repartir dinero entre sus accionistas en función de la cantidad de dinero disponible en su tesorería. Al final de la partida el jugador con más dinero (teniendo en cuenta el valor de sus acciones) será el vencedor.
Para llevar el control de la partida se utilizarán los reversos de los tableros de compañía, que muestran los Tableros de Progreso. Estos muestran un track de progreso así como una recompensa de final de ronda para las compañías según su desempeño en la ronda en curso. Esta recompensa será en forma de aumento o bajada de valor, así como de ingreso directo en tesorería. Se dispondrá de un marcador de progreso para marcar la ronda en curso, y en cada ronda se utilizará un tablero distinto.
Cómo uno de los elementos más importantes del juego tenemos las Cartas de Tecnología. Estas representan activos en cinco tipos (palos con colores y símbolos representativos) con valores entre el 1 y el 10. Estas cartas serán utilizadas para conformar jugadas con las que competir con las demás compañías. Estas jugadas podrán ser mismo valor, mismo color o secuencia de números consecutivos. La idea es intentar tener la jugada con mayor número de cartas posible. A igualdad de cartas el valor domina al color, y el color domina a la secuencia.
Las empresas no solo dispondrán de sus cartas, sino que podrán utilizar una mano común presente en el Tablero de Mercado. El conjunto de cartas de este tablero podrá variarse descartando cartas en el extremo derecho que irán empujando al resto hacia la izquierda.
Con esto tenemos suficiente.
Preparación de la Partida
- Se escogen aleatoriamente las cinco compañías que se utilizarán en la partida, colocándolas en una columna ordenadas por iniciativa (de menor valor a mayor).
- Sobre cada tablero se coloca la ficha de accionista mayoritario y las cinco acciones.
- Se coloca el tablero de valores a un lado, colocando el marcador de valor de cada compañía en su valor inicial.
- Los 3 tableros de compañía restante se mezclan y se colocan bocabajo a un lado, colocando el marcador de ronda sobre la primera casilla del track de progreso.
- Se forma una reserva general con las monedas.
- Se coloca bocarriba el tablero de mercado.
- Se mezcla el mazo de cartas de tecnología y se deja a un lado.
- Se revelan 3 cartas de tecnología que se colocan en el tablero de mercado.
- Se coloca sobre cada tablero de compañía una carta en los espacios marcados con cartas, revelando la primera carta de cada tablero.
- Se escoge aleatoriamente al jugador inicial, que recibe 20 monedas. El resto de jugadores reciben una moneda más que el jugador sentado a su derecha.
¡Ya podemos comenzar!
Desarrollo de la Partida
Una partida de Whale Street se desarrolla a lo largo de tres rondas. Cada ronda se compone de cuatro fases.
Fase I: Compraventa de Acciones
En esta fase los jugadores alternan turnos de compra o venta de acciones, comenzando por el jugador inicial y continuando en el sentido de las agujas del reloj.
En cada turno, el jugador activo comprará o venderá una acción de una compañía:
- Comprar. El jugador escoge una compañía con al menos una acción disponible en su reserva y coloca en la tesorería de dicha empresa una cantidad de dinero igual al valor actual de la empresa. Tras esto, el valor de la empresa aumenta un nivel.
- Vender. El jugador escoge una acción de las que tenga en su zona de juego y la devuelve al tablero de la compañía correspondiente tomando de la reserva tanto dinero como el valor actual de la empresa. Tras esto, el valor de la empresa desciende un nivel.
Tras esto, el turno pasa al jugador de la izquierda.
Si, tras resolver una acción, hay un jugador con la mayor cantidad de acciones de una compañía no es el accionista mayoritario, reclamará la ficha que lo indica en este momento (tomándola del tablero de compañía o arrebatándosela al actual poseedor). Si ningún jugador tiene acciones de una empresa, la ficha se devuelve al tablero.
Es importante indicar que cada jugador sólo podrá realizar un tipo de operación con cada compañía a lo largo de toda la ronda.
Alternativamente, el jugador podrá pasar, dejando de disfrutar de turnos en esta fase de la ronda.
La fase finaliza cuando todos los jugadores han pasado.
Fase II: Operaciones
En esta fase se activarán las compañías según su cotización, de mayor valor a menor valor (en caso de empate se activa antes la empresa con un menor valor de iniciativa).
El accionista mayoritario de cada empresa consultara en secreto las cartas ocultas de la compañía correspondiente.
Tras esto, el jugador puede resolver operaciones con la compañía. Cada operación tendrá un coste de 5 monedas más que la operación anterior (la primera cuesta 5, la segunda 10, etc.). Con cada operación el jugador robará la siguiente carta del mazo y la consultará en secreto, tras lo cual decidirá entre:
- Colocarla bocabajo en un espacio libre de la compañía
- Colocarla bocabajo en un espacio ocupado. La carta que estuviese previamente en el espacio se coloca bocarriba en el espacio de entrada del tablero de mercado (si hubiese ya una carta en este espacio, se desplazan todas las cartas del mercado un espacio hacia la izquierda).
- Colocarla directamente en el espacio de entrada de tablero del mercado (si hubiese ya una carta en este espacio, se desplazan todas las cartas del mercado un espacio hacia la izquierda).
Una vez que el jugador ya no quiera o no pueda resolver más operaciones, decidirá que cartas revela de las que actualmente están bocabajo en el tablero de compañía, volteándolas.
Tras esto, procedería la siguiente compañía.
La fase finaliza una vez todas las compañías han disfrutado de su turno de operación.
Fase III: Resolución
En esta fase las compañías comparan las jugadas que logran conformar entre las cartas reveladas en su tablero y las cartas activas en el tablero de mercado, generándose una clasificación relativa entre ellas en función de la potencia de cada combinación.
Recordemos que una jugada con más cartas siempre es mejor que una jugada con menos cartas. A igualdad de cartas la prioridad es mismo número de cartas es mejor que color, y color es mejor que escalera. Al menos una de las cartas de la combinación debe estar en el tablero de compañía. En caso de empate a igual tipo de jugada, será más potente aquella con una carta de mayor valor en su combinación. Si la igualdad se mantiene, se aplicará la prioridad entre las compañías.
En función de esta clasificación relativa se aplicarán los incrementos o decrementos del valor en cada compañía y, adicionalmente, se colocará en su tesorería los ingresos indicados.
Fase IV: Dividendos
Al igual que en la fase dos, en esta fase se activarán las compañías según su cotización, de mayor valor a menor valor (en caso de empate se activa antes la empresa con un menor valor de iniciativa).
Para cada compañía se contabiliza cuánto dinero tiene en tesorería en este momento, lo que determinar el máximo de dividendos. El accionista mayoritario debe decidir ahora si reparte dividendos y cuantas monedas por acción recibe cada accionista. El dinero se reparte de la tesorería de las compañías.
Una vez que cada compañía ha resuelto su fase de dividendos y no es la tercera ronda, se realiza el siguiente mantenimiento:
- Se descartan todas las cartas de tecnología reveladas sobre los tableros de compañía. Tras esto, se revela una nueva carta de tecnología que se coloca bocarriba en el primer espacio de cada tablero.
- Se descarta el tablero de progreso actual y se coloca el marcador de ronda en la siguiente ronda sobre el siguiente tablero de progreso.
- Cada jugador recibe 5 monedas de la reserva.
- El accionista mayoritario de la compañía de mayor valor (valor de iniciativa más bajo en caso de empate) será el nuevo jugador inicial para la siguiente ronda.
Tras esto comenzaría una nueva ronda.
Fin de la Partida
La partida finaliza al término de la tercera ronda. Los jugadores suman el dinero que tengan en efectivo al valor actual de sus acciones. El jugador con mayor suma será el vencedor. En caso de empate, el jugador con más acciones será el vencedor. Si la igualdad se mantiene, se comparte la victoria.
Opinión Personal
Cuando uno prepara la lista de lo que más le llama la atención de lo que se va a presentar en la Feria de Essen, tal vez el aspecto de mayor peso es el impacto visual que genere la portada. Si a esto le acompaña una conjunción de mecánicas sugerente, pulsaremos el enlace para profundizar algo más y ver de qué va el asunto.
Por otro lado los grandes expositores vienen creando expectativas con varios meses de antelación y ahora es relativamente fácil que ya estén confirmados varios lanzamientos en nuestro país antes de que la Feria de el pistoletazo de salida. Es por eso que muchos acabamos poniendo el foco en el mercado asiático, que llega al evento con productos, cuanto menos, llamativo.
El juego que hoy nos ocupa forma parte de ambos conjuntos. Por un lado, la portada, el titulo y las mecánicas generaron en mi un interés inmediato. Y cuando indagué un poco más, al ver el formato y la propuesta me dije a mi mismo que este juego tenía que probarlo lo antes posible. Así que me puse en contacto con Olin Jeong, quien tuvo a bien enviarme una copia antes de la Feria para que pudiésemos darle un tiento.
Ya hablamos en el podcast de él y lo habréis visto en varias Crónicas Jugonas. Ahora llega el momento de analizarlo en profundidad y comprobar si el diseño finalmente cuajaba. Por supuesto, agradecer a Olin Studio la cesión de la copia sin la cual seguramente no estaríais leyendo esta parrafada.
En Whale Street nos convertiremos en inversores ávidos de acumular capital a base de especular metiendo el dinero en diversas compañías tecnológicas con la idea de que aumenten de valor a base de realizar operaciones audaces que eleven su capitalización y su tesorería para, en fin último repartir dividendos.
La peculiaridad del diseño es que estas operaciones consistirán en intentar conformar combinaciones de la mayor cantidad de cartas posibles. Cada compañía podrá tener una serie de cartas jugadas bajo su tablero. En una de las fases de la ronda el accionista mayoritario tendrá la capacidad de realizar operaciones con dicha compañía. Operaciones que consistirán en robar nuevas cartas para aumentar la «mano» de la compañía y/o permutar algunas cartas de las disponibles con la idea de alterar un mercado que viene a funcionar como una «mano común» a todas las empresas al estilo Texas Hold’Em.
Es importante indicar que estas operaciones supondrán un gasto para las compañías, por lo que el accionista mayoritario deberá andarse con ojo si no quiere descapitalizar a la empresa y que sus acciones, a pesar de tener un valor, no reporten dividendos relevantes al final de la ronda.
Una vez todas las compañías han operado, se realiza una clasificación relativa en función de lo buena que sea la combinación de cartas (teniendo en cuenta que la jugada será mejor cuantas más cartas la compongan) y, en función de la posición que cada compañía ocupe en esta clasificación, aumentar o reducirá su valoración y recibirá más o menos ingresos, tras lo cual el accionista mayoritario de cada compañía decidirá si la empresa reparte dividendos y, dependiendo del estado de tesorería de la misma, cuanto recibe cada accionista por acción.
Antes de todo esto, en la primera fase de cada ronda, los jugadores alternarán turnos en los que podrán invertir y desinvertir en las distintas compañías, buscando posicionarse en lo que a control accionarial se refiere. Tener la mayoría de acciones de una compañía permitirá al jugador tomar decisiones con dicha compañía en las siguientes fases, mientras que tener acciones sin tener la mayoría dejará al jugador expuesto a la toma de decisiones de uno de sus rivales.
De esta forma, los jugadores irán especulando a distintos niveles buscando maximizar su beneficio, ya sea mediante la compra-venta de acciones, o esperando obtener beneficios mediante el reparto de dividendos, aunque, al final, lo más importante será intentar hacer despegar el valor bursátil de la empresa de la que más acciones poseamos, pues será muy complicado generar ese beneficio por vías alternativas.
Y aquí es donde tal vez encontramos el principal defecto del juego, esto es, su inmovilismo. Whale Street vendría a encajarse en ese grupo de juegos de corte económico pero con alma de filler y/o party, en el que en un intervalo relativamente corto de tiempo los jugadores se divierten tomando decisiones empresariales pero sin la solemnidad de los económicos de cabecera para muchos jugadores. Así a bote pronto me vienen a la cabeza diseños como Ponzi Scheme (aquí su tochorreseña) o Q.E. (aquí su tochorreseña).
La premisa es muy interesante, porque Whale Street viene a tomar la dinámica de gestión empresarial de los 18XX, esto es, una lucha por el control accionarial para adquirir la capacidad de tomar decisiones con dicha empresa en la fase de operaciones buscando maximizar beneficios y, paralelamente, evitar que las empresas rivales (entiéndase rivales como empresas en las que el jugador no tiene peso accionarial) hagan lo propio.
Pero en vez de tener mecánicas adicionales para articular estas operaciones (normalmente el establecimiento de rutas y/o el pick-up and deliver), aquí nos encontramos con un sistema de cartas estilo Póker donde las empresas tienen que actuar en busca de la mejor combinación posible. Una idea sencilla y que, a priori, sonaba genial.
Sin embargo, como he dicho antes, una vez que entiendes el juego, este suele entrar en una dinámica de inmovilismo que drena gran parte de la diversión que prometía. Los jugadores se posicionan en empresas en la primera fase de la primera ronda y en las dos siguientes rondas se tiende a consolidar esas posiciones porque realmente el azar lo es todo a la hora de operar con una compañía.
Y es que al final las fluctuación de valor como consecuencia de las operaciones son, en muchas ocasiones, poco intensas y al final queda la sensación de para estar en la lucha por la partida hay que tener varias acciones de la empresa o empresas con mayor valor al final de la misma. Y como los máximos accionistas tenderán a no vender, pues al final acabarás con la sensación de que no hay margen de maniobra. Es una pena porque la idea de utilizar un sistema de mano privada y mano común a lo Texas Hold’Em tenía muy buena pinta.
También me gusta la idea de la habilidad particular de cada compañía y como los jugadores toman decisiones en base a ella. Habrá veces en las que, no pudiendo tener la mejor jugada, se opte por intentar ajustar el mercado para poder disfrutar del beneficio particular y así compensar la diferencia respecto a la compañía que quede mejor en la ronda.
Yo creo que al juego le ha faltado un punto de desarrollo para terminar de calibrar algunos aspectos. Por ejemplo, la escalabilidad. No se entiende que haya el mismo número de empresas con el mismo número de acciones a tres que a seis jugadores. En contra de lo que pudiese parecer, como creo que funciona mejor a pocos jugadores (tres o cuatro) ya que hay suficientes acciones como para que los jugadores se peleen por ellas durante al menos dos rondas y tengan margen para vender alguna y hacer algún cambio. A seis jugadores se va a hacer un reparto inicial y en la segunda ronda no van a quedar acciones disponibles.
Este inmovilismo conduce también a una monotonía en las partidas que genera una pérdida de interés por parte de los jugadores con cada ocasión que lo saquen a mesa. Le falta esa chispa divertida que se espera en un juego de este corte y que mantenga a los jugadores en tensión.
Pasemos a la producción. El acabado de este Whale Street es uno de los aspectos que más llama la atención. De entrada, tenemos una caja tipo estuche, con el fondo que se desliza en el interior de la tapa. En su interior encontramos un par de departamento para colocar las cartas (de muy buen gramaje, textura en lino y buena respuesta elástica), los tableros (de mismas calidades que las cartas), los marcadores de madera (algo pequeños pero suficientemente funcionales) y las monedas (de un cartón algo pobre, eso sí). El reglamento está bien estructurado y con suficientes ejemplos como para resolver las dudas que surjan.
A nivel visual el juego también es muy atractivo, con un diseño minimalista. Destacan los diseños para las tecnologías y las compañías. Es cierto que no dejan de ser logos, pero encajan bien con el nombre de cada empresa y con el juego de palabras entre animales marinos y compañías relativamente reconocibles. Muy buen diseño gráfico.
Y vamos cerrando. Whale Street es de esos juegos que plantean una premisa muy interesante como es la de una gestión empresarial simplificada al máximo, sustituyendo el desempeño de las mismas mediante un sistema de combinaciones al más estilo Póker Texas Hold’Em. Los jugadores compiten por ser accionistas mayoritarios para elevar su cotización y con ello obtener beneficios, tanto en forma de dividendo como en valor final al término de la partida. El problema es que al final el juego se queda corto, con poco margen de maniobra, derivando en un inmovilismo relativamente continuo entre partidas, por lo que al final te queda la sensación de que, a medida que avanza la partida, menos cosas se pueden hacer. Además no escala bien, funcionando mejor a pocos jugadores. Eso sí, la producción es magnífica. Por todo esto le doy un…
Maldita sea, Álex me metió aquí un gol pero majo, jaja. ¿Se te ocurre alguna regla casera para que el juego mejore algo? Como comentas, algo que haga que las acciones fluctúen más o ajustes según el nº de jugadores, o algo. Es un pena que haya salido regulero porque visualmente es muy bonito como dices, y si hubiera cuajado mejor habría cubierto un nicho muy interesante ( y vale, también porque no va a haber forma de que lo venda sin perder un mojón de pasta, XD)