Reseña: Undergrove
Introducción
Durante más de 300 millones de años, los árboles han establecidos relaciones simbióticas subterráneas con hongos conocidas como micorrizas. Los árboles ofrecen parte del carbono que fotosintetizan a cambio de nutrientes que los hongos extraen del suelo. Los científicos siguen haciendo nuevos descubrimientos sobre este mundo oculto, incluyendo indicios de que parte del carbono parece atravesar la red de hongos y llegar a las plántulas de los árboles.
Así se nos presenta Undergrove, un diseño de Elizabeth Hargrave (Wingspan, Mariposas) y Mark Wootton (Thunderstone Quest, Romance of the Nine Empires). Publicado por primera vez en 2024 por Alderac Entertainment Group (AEG) en una versión en inglés tras una exitosa campaña de financiación mediante micromecenazgo. De las ilustraciones se encarga Beth Sobel (Calico, Arboretum, Cascadia).
No se encuentra publicado en español, por lo que tendréis que recurrir al mercado de importación o de segunda mano (existe dependencia del idioma en las losetas y en las cartas de objetivo). Permite partidas de 1 a 4 jugadores, con una edad mínima sugerida de 10 años y una duración aproximada de entre 60 y 75 minutos. El precio de venta al público es de 59,99€ en su versión retail. Para esta expansión se ha utilizado una copia de la edición de lujo de AEG.
Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 23,9×23,9×10,2 cm. (caja cuadrada similar a Cascadia, pero con más fondo), encontramos los siguientes elementos:
- 4 Tableros de Jugador (de cartón)
- Tablero de Carbono (de cartón)
- Tablero de Modo en Solitario (de cartón)
- 8 Cartas de Objetivo (120×70 mm.)
- 30 Cartas de Modo en Solitario (62,5×88 mm.)
- 24 Fichas de Plántula (6 de cada color) (de madera)
- 16 Arboles (4 de cada color) (de madera)
- 72 Fichas de Raíz (18 de cada color) (de madera)
- 16 Marcadores de Activación (4 de cada color) (de madera)
- 16 Fichas de Bonificación (de madera)
- 4 Marcadores de Carbono (1 de cada color) (de madera)
- 16 Marcadores de Objetivo (4 de cada color) (de madera)
- 48 Losetas de Setas (de madera)
- Loseta de Setas Inicial (de madera)
- Marcador de 2 Puntos del Track de Carbono (de madera)
- 50 Fichas de Carbono (de madera)
- 24 Fichas de Nitrógeno (de madera)
- 24 Fichas de Fosforo (de madera)
- 24 Fichas de Potasio (de madera)
- Bloc de Puntuación (de papel)
- Reglamento
Mecánica
En Undergrove los jugadores van a desarrollar un bosque colocando losetas con hongos que formarán un tablero cuadriculado, intentando colocar raíces en los vértices con las que disfrutar de sus efectos, además de puntuarlas en el recuento final. La partida se desarrolla a lo largo de un número indeterminado de rondas, en las que cada jugador disfruta de un turno en el que podrá resolver una de cinco posibles acciones: reproducir (pudiendo jugar previamente una loseta) con la que colocará una plántula central y una raíz hacia una loseta adyacente, expandir (que permitirá colocar dos raíces entre las plántula que tenga), hacer fotosíntesis (obtener carbono y reactivar los marcadores de características), activar una loseta en la que se tenga raíz (pagando el coste indicado, colocando el carbono necesario sobre la loseta) o absorber (colocando un carbono de una loseta sobre un plántula absorbiéndolo por la raíz). Cuando una plántula acumule tres carbonos se convertirá en un árbol. Cada vez que un jugador absorba carbono progresará en el track de carbono (pudiendo conseguir beneficios diversos). La ronda final se activa cuando un jugador llega al final del track de carbono. Al final de la partida se anotan puntos por las losetas a las que apuntan las raíces de los jugadores dependiendo del carbono que hayan absorbido sus plántulas, por las cartas de objetivo que se revelan al comienzo de la partida y por los recursos sobrantes.
Conceptos Básicos
Empecemos por los Recursos. Estos representan los nutrientes que necesitarán los árboles para desarrollarse. Así tendremos el Fosforo (necesario para desplegar plántulas), el potasio (necesario para expandir las raíces de las plántulas), el nitrógeno (necesario para generar más carbono) y el carbono (necesario para activar a las losetas de hongos a las que se conecten las plántulas).
Estas Losetas de Hongos muestran un coste de activación en el margen izquierdo de su recuadro de efecto, en cuyo interior aparece el beneficio que se obtiene al activarla (aunque algunas losetas muestran un efecto pasivo que no es necesario activar). En la banda superior aparece un rotulo con el nombre del hongo con un icono y un color representativo de su tipo de hongo (hay cuatro). En la banda inferior encontraremos un número de puntos de victoria que se anotarán al final de la partida si las plántulas de los jugadores apuntan a ellas y han absorbido suficiente carbono. Cada jugador tendrá una mano de estas losetas y podrá colocarlas en el tablero mediante dos de las cinco posibles acciones disponibles. El bosque comenzará con una loseta que ya contiene cinco losetas en forma de cruz.
Además de los recursos, la mayoría de losetas de hongos requieren disponer de un Marcador de Acción que muestra el tipo de hongo de la loseta. Estos marcadores podrán reactivarse durante la partida mediante una de las acciones o como consecuencia del efecto de otra loseta distinta.
La presencia de los jugadores en el tablero comenzará con las Plántulas (que son unos cilindros que muestran una raíz troncal). Estas plántulas se colocarán en los vértices de la cuadricula que formarán las losetas de hongo. De estas plántulas surgirán Raíces que permitirán conectar la plántula a las losetas de hongo, lo que habilitará el uso de las mismas así como su puntuación al final de la partida siempre que la plántula haya absorbido una determinada cantidad de carbono. Si una plántula absorbe suficiente carbono se convierte en un Árbol, lo que permitirá puntuar todas sus raíces.
Cada jugador dispondrá de un Tableros de Jugador en el que la mitad izquierda sirve como referencia de las acciones que puede resolver durante sus turnos, así como de espacios de reserva para los recursos, mientras que la mitad derecha servirá de contenedor para las plántulas, raíces y árboles.
Cada vez que un jugador absorba carbono con una de sus plántulas progresará en el track de carbono con su marcador. Este se representa en el Tablero de Carbono con una serie de piedras que progresan de abajo a arriba. Cada nivel muestra una bonificación que el jugador obtiene al alcanzar dicha casilla. El final de la partida se detonará cuando un jugador llegue al final del trayecto.
Algunas casillas del tablero de carbono muestran un espacio para Fichas de Bonificación. Estas muestran puntos de victoria o recursos que el jugador puede obtener inmediatamente.
Al comienzo de la partida se revelarán varias Cartas de Objetivo. Estas muestran un criterio de puntuación que se evaluará al final de la partida, o bien un criterio de activación que permitirá al jugador progresar por un track cada vez que lo cumpla. Para progresar por los track de las cartas cada jugador dispondrá de un conjunto de Marcadores de Objetivo. En las cartas de criterio de final de partida los marcadores solo se desplazarán en el recuento final, mientras que en las cartas de criterios de activación, cada vez que se cumpla la condición indicada el jugador avanzará su marcador.
Con esto tenemos suficiente.
Preparación de la Partida
- Se coloca la loseta inicial en el centro de la mesa.
- Se mezclan las losetas de hongo y se forman varias pilas de robo bocabajo.
- Se forma una reserva general con los recursos.
- Se coloca una ficha de carbono en las casillas de la loseta inicial excepto la central.
- Se coloca a un lado el tablero del track de carbono.
- Se mezclan las fichas de bonificación de carbono y se forman pilas de 3/4 losetas en cada casillas en partidas de 2-3/4 jugadores.
- Se coloca la ficha de 2 puntos en el espacio final del track de carbono.
- Se mezclan las cartas de objetivo y se revelan 3 de ellas que se colocan al lado del tablero de carbono.
- Cada jugador escoge un color y recibe:
- Un tablero personal (que coloca en su zona de juego)
- 4 Marcadores de Activación (que coloca bocarriba en los espacios correspondientes del tablero personal)
- 6 Plántulas (que coloca en la mitad derecha de su tablero personal).
- 4 Arboles (que coloca en la mitad derecha de su tablero personal).
- 18 Raíces (que coloca en la mitad derecha de su tablero personal).
- Un marcador de carbono (que coloca al comienzo del track de carbono).
- 4 Marcadores de puntuación (que se colocan junto a las cartas de puntación)
- Cada jugador recibe de la reserva general 2 nitrógenos, 2 fósforos, 2 potasios y 4 carbonos.
- Finalmente, se escoge aleatoriamente al jugador inicial, que recibe el marcador identificativo.
¡Ya podemos comenzar!
Desarrollo de la Partida
Una partida a Undergrove se desarrolla a lo largo de un número indeterminado de rondas. En cada ronda, comenzando por el jugador inicial y continuando en el sentido de las agujas del reloj, cada jugador disfruta de un turno.
En su turno, el jugador activo debe resolver una de las cinco siguientes acciones:
- Reproducir. El jugador paga a la reserva general una unidad de carbono y dos de fosforo. Ahora, opcionalmente, el jugador puede pagar un recurso adicional (que no sea carbono) para colocar una loseta de hongo de su mano adyacente ortogonalmente a al menos otra loseta ya colocada en el tablero. Finalmente, el jugador coloca una de sus plántulas en un espacio libre junto con una de sus raíces que apuntará a una de las losetas que convergen en ese vértice.
- Expandir. El jugador paga a la reserva general una unidad de carbono y dos de potasio. Ahora, opcionalmente, el jugador puede pagar un recurso adicional (que no sea carbono) para colocar una loseta de hongo de su mano adyacente ortogonalmente a al menos otra loseta ya colocada en el tablero. Finalmente, el jugador coloca dos de sus raíces conectando cada una a una plántula previamente colocada y con espacios libres (apuntando a una loseta de hongo).
- Activar. El jugador escoge una loseta de hongo a la cual apunte una de sus raíces. Paga el coste de activación (el carbono se coloca sobre la propia loseta) y voltea el marcador de hongo correspondiente (si así lo indicase). Tras esto, aplica el efecto de la loseta.
- Absorber. El jugador escoge una plántula y absorbe una unidad de carbono de una loseta de hongo a la que la plántula se encuentre conectada por una raíz. Opcionalmente, el jugador puede mover un carbono que se encuentre en cualquier loseta pagando un recurso que no sea carbono o agotando un marcador de acción por cada desplazamiento ortogonal que realice hasta colocar el carbono en una loseta de hongo conectada mediante una raíz a la plántula por la que quiere absorber. El carbono se coloca sobre la plántula y el jugador avanza su marcador de carbono un espacio hacia adelante en el track. Si llega a una casilla con recompensa, toma todas las fichas de bonificación, escoge una en secreto y devuelve el resto a la casilla. Si no es una ficha con puntos de victoria, podrá revelarla para obtener la recompensa. Si una plántula absorbe su tercer carbono, automáticamente se convierte en un árbol (se devuelven las fichas de carbono a la reserva). Si todos los árboles ya están colocados, se pueden acumular hasta 4 carbonos en cada plántula.
- Fotosintetizar. El jugador recibe dos unidades de carbono de la reserva. Opcionalmente puede gastar nitrógeno para obtener más carbono (un carbono por cada nitrógeno gastado). También reactiva todos sus marcadores de acción. Por último, el jugador puede descartar cualquier cantidad de losetas de su mano.
Finalmente, si el jugador no tiene tres losetas de hongos en mano, deberá reponer su mano robando nuevas losetas de la pila de robo hasta volver a tener tres. Tras esto, el turno pasaría al siguiente jugador.
Fin de la Partida
El final de la partida se detone cuando un jugador alcanza el final del track de carbono. Se completa la ronda y se juega una ronda adicional. Tras esto, se procede al recuento final, en el que cada jugador anota:
- Por cada plántula, el jugador acumula los puntos de 1, 2 o 4 losetas a las que apunten las raíces de la plántula y esa plántula acumula 1, 2 carbonos o un árbol. Si todos los árboles están colocados, cada plántula puntúa tantas raíces como carbonos tengan (hasta cuatro).
- Los puntos indicados en las cartas de puntuación.
- Las fichas de bonificación con puntos de victoria.
- 1 Punto por cada dos recursos no utilizados.
El jugador con más puntos de victoria será el vencedor. En caso de empate se recurre a los siguientes criterios:
- El jugador con más árboles.
- El jugador con más carbono en sus plántulas.
Si la igualdad se mantiene, los jugadores comparten la victoria.
Variantes
Modo en Solitario. El jugador se enfrenta contra otros dos jugadores virtuales que utilizan un mazo de cartas que indican las acciones que resuelven estos jugadores virtuales.
Opinión Personal
Curioso caso el de Elizabeth Hargraves. De esas diseñadoras que consiguen un éxito inesperado y morrocotudo con su primer juego publicado, pero que pone el listón tan alto que rara vez consigue colmar las expectativas de sus seguidores, dejando la sensación esa primera ocasión en la que deslumbró fue más bien una alineación de astros.
Y es que ser responsable principal de Wingspan (aquí su tochorreseña), ha provocado que simplemente con leer su nombre en la portada de un juego muchos estemos interesados en darle un tiento a esa nueva propuesta. Y hoy es uno de esos días. Vamos a ver cómo se comporta Undergrove en mesa.
Como suele ser habitual con esta diseñadora, nos encontramos con un juego que intentar transportar al tablero una dinámica que sucede en la naturaleza, como ya ocurrió con Mariposas (aquí su tochorreseña) o The Fox Experiment. Ahora le toca el turno a la relación simbiótica entre hongos y árboles.
Así, cada jugador va a representar a un Abeto Douglas con unos cuantos años de crecimiento en el noreste de Estados Unidos. ¿Nuestro objetivo? Desperdigar plántulas y ayudarlas a que crezcan de forma satisfactoria hasta llegar a convertirse en jóvenes arboles con los que ir renovando el bosque.
Para ello, tendremos que establecer relaciones simbióticas con los distintos tipos de hongos que se esparcen por el suelo para atraer los nutrientes necesarios para que esas plántulas enraícen adecuadamente y permitan el crecimiento de árboles sanos. Como tema fascinante, veamos ahora si como juego también lo es.
A nivel mecánico nos encontramos con un sistema de selección de acciones bastante sencillo que giran en torno a cuatro marcadores de activación con los cuales podremos ejecutar las acciones que posibilitan las losetas de hongos. Estas losetas formarán el tablero de juego y entre sus vértices los jugadores podrán colocar plántulas desde las que hacer crecer raíces.
Estas raíces permiten conectar las plántulas con las losetas, dando acceso a los efectos en ellas indicados. De esta forma, se ofrecen cinco posibles acciones al jugador en turno, de las cuales tendrá que activar una, a saber: reproducir (permite plantar plántulas con una raíz), compartir (permite hacer crecer nuevas raíces a plántulas ya colocadas), activar (permite activar el efecto de una loseta de hongo conectada con una raíz a una plántula), absorber (permite atraer carbono hacia una plántula a través de una raíz) y realizar la fotosíntesis (permite generar carbono).
Para resolver estas acciones los jugadores gestionarán una serie de nutrientes, esto es, nitrógeno (potenciará la generación de carbono), fosforó (necesario para colocar nuevas plántulas), potasio (necesario para hacer crecer nuevas raíces en plántulas ya colocadas) y carbono (necesario para la activación de las losetas de hongos conectadas a las plántulas).
Estas losetas de hongos serán desplegadas por los propios jugadores de forma opcional antes de resolver una acción que le permita ampliar su presencia en el tablero, esto es, al colocar una nueva plántula (con una primera raíz) o al añadir dos raíces a plántulas ya existentes en el tablero. De esta forma iremos ampliando el número de espacios en los que se pueden ir colocando las plántulas y, paralelamente, habilitando diversos efectos que poder activar a posteriori.
Para poder activar estos efectos no bastará únicamente con estar conectados con una raíz a la loseta, sino que tendremos que emplear carbono de nuestra reserva personal y, por lo general, voltear un marcador de activación de cuatro posibles y que representan las distintas especies de hongos. Al utilizar un marcador, este quedará volteado y no volverá a estar disponible hasta que realicemos la fotosíntesis, a no ser que un efecto de otro hongo lo permita.
Las unidades de carbono utilizadas al ejecutar los efectos de las losetas de hongos quedarán almacenados sobre ellas, dando pie a la acción más importante del juego, esto es, absorber carbono. Si una plántula tiene una raíz apuntando a una loseta con unidades de carbono (porque alguien ha activado su efecto), podrá una de estas unidades hacia su plántula.
Esto permitirá aumentar el número de raíces que se puntuarán al final de la partida, obteniendo los puntos impresos en las losetas de hongos a los que apunten estas raíces. Así con un carbono se evalúa una raíz, con dos se evaluarán dos raíces, y con tres raíces la plántula habrá alcanzado el grado de madurez necesaria para ser considerada un árbol, de forma que puntuará todas las raíces que tenga (el máximo es cuatro, una para cada loseta que converge en ese vértice).
De esta forma, los jugadores se ven envueltos en una dinámica relativamente cíclica en la que tienen que activar las losetas de hongos empleando carbono y sus marcadores para generar recursos con los cuales expandir su presencia en el tablero y el tablero en sí mismo con nuevas losetas para, finalmente, atraer el carbono utilizado en estas activaciones para hacer crecer sus árboles.
El crecimiento de las plántulas marcará el ritmo de la partida, ya que, cada vez que un jugador absorba carbono, hará avanzar su marcador en un track que, además de proporcionar diversas bonificaciones, detonará el final de la partida cuando un jugador alcance su última casilla, tras lo cual se realizará una evaluación final.
Evaluación final en la que también se tendrán en cuenta una serie de objetivos que se habrán revelado al comienzo de la partida. Algunos de estos objetivos permitirán a los jugadores progresar en un track particular cada vez que cumplan una determinada condición, mientras que otros establecerán una clasificación relativa entre los jugadores atendiendo a un determinado criterio. En ambos casos, según la posición de los marcadores de los jugadores, estos recibirán puntos de victoria.
Y no tiene mucho más. Ahora la pregunta clave. Esta dinámica tan aparentemente cíclica, ¿es interesante? Pues la verdad es que no. Nos encontramos con un juego donde aparentemente vamos a poder disfrutar de interesantes combos, pero en los que, al final, la toma de decisiones es muy reducida. Al final acaba consistiendo en buscar un pequeño combo que, en primer lugar, nos genere una cantidad curiosa de nitrógeno para, cuando hagamos la fotosíntesis, recibir suficiente carbono como para no tener que estar repitiendo esta acción de demasiada frecuencia.
Lo más interesante del juego es localizar una secuencia de activación de losetas que nos permitan encadenar efectos con los que, al final, generar los recursos necesarios para poder colocar losetas, plántulas y raíces lo más rápidamente posible y, posteriormente, absorber el carbono depositado sobre las losetas.
Únicamente las cartas de puntuación añadirán un punto de diferenciación, ya que establecerán determinados criterios a los que atender para generar un diferencial de puntos respecto a los rivales, ya que la interacción entre los jugadores no será especialmente elevada, ya que cada loseta admite hasta cuatro plántulas, por lo que, potencialmente, todos los jugadores en la partida podrían conectarse a una loseta, independientemente de quien la haya colocado.
Aquí la clave será intentar diversificar y tener acceso a losetas de los cuatro tipos de hongos para poder activarlos en secuencia y poder reactivar los marcadores al realizar la fotosíntesis y poder reiniciar el ciclo. Un ciclo que resulta igual de interesante que ver crecer los árboles en el bosque. En un time-lapse queda precioso, pero en tiempo real se echa en falta más dinamismo.
Así, una vez más, un diseño de Elizabeth Hargraves que intenta captar la esencia de un proceso de la naturaleza acaba fallando como juego de mesa. Y no porque el proceso no esté bien representado, que lo está, sino porque, al igual que en la realidad, el proceso no resulta interesante de observar de forma reiterada. Lo mismo que ocurría con Mariposas.
Es cierto que a cuatro jugadores puede que haya algo de tensión porque hay más ciclos entrecruzándose entre sí, por lo que el oportunismo sube. Uno puede aprovecharse de que un rival acaba de activar una loseta para absorber carbono y progresar en el track, lo que le otorga una recompensa y permite habilitar una de las raíces del árbol para puntuación final, mientras que a dos jugadores puede darse la situación de que un jugador esté centrándose en una parte del tablero alejada de las plántulas del contrario.
Los objetivos tampoco son nada del otro mundo y no llegan a generar un nivel de competición suficientemente emocionante. No serán más que patrones sencillos que orientarán la partida desde el primer turno. Y la gestión de la mano de las losetas (que podemos desplegar previo pago de un recurso antes de realizar las acciones que permiten colocar plántulas y/o raíces en el tablero) tampoco es especialmente interesante.
Se echa en falta un suministro común del que poder robar y no estar vendidos exclusivamente al azar, que muchas veces interesará colocar una loseta de un determinado tipo adyacente a una de nuestras plántulas y, si la suerte no acompaña, pues no podremos hacerlo. Es cierto que al fotosintetizar podemos descartarnos de nuestra mano, pero es que el suministro de losetas es bastante generoso y la partida no dura tanto como para depender tanto de la Dama Fortuna.
Es por esto que la rejugabilidad es baja, pues es de esos títulos que ya desde la primera partida te muestran todo lo que pueden ofrecer, y no es mucho. Se echa en falta una mayor progresión durante la partida. Al final, haberse acercado tanto al tema provoca que nos encontremos con un juego que resulta poco interesante y que va a tener difícil ver mesa con asiduidad. Y la variabilidad que aportan las fichas de recompensa del track de carbono, el orden aleatorio de las losetas o los objetivos no es suficiente.
Pasemos a la producción. Aquí solo os puedo hablar de la edición de lujo, ya que este juego fue publicado gracias a lo recaudado mediante una campaña de financiación mediante micromecenazgo. Y la verdad es que es una locura. Prácticamente todos los componentes son de madera y vienen encerrados en pequeñas cajitas que sirven como cuencos durante la partida. Las losetas son una autentica viguería, con una impresión de altísima calidad. Lo único malo es que la loseta central, por el corte que tiene, viene combada y no hay forma de enderezarla. Las cartas tienen un buen gramaje, textura lisa y una respuesta elástica interesante (no es necesario enfundar porque no se tienen en mano). Podría haberse mejorado algo el cartón de los tableros, que, aunque tiene buen grosor, el prensado podría ser mayor. El reglamento está estructurado de una forma extraña, ya que empieza explicando acciones que no se entienden bien sin las posteriores, aunque con dos lecturas ya queda todo más o menos claro.
A nivel visual el trabajo de Beth Sobel es una auténtica locura. Una gran cantidad de losetas con hongos ilustradas a todo detalle y una portada que resulta sugerente para ser simplemente tres champiñones erigiéndose sobre el césped. La artista no tiene rival a la hora de representar la naturaleza, con ilustraciones tremendamente bellas.
Y vamos cerrando. Undergrove es un nuevo juego que intenta llevar a tablero un proceso que ocurre en la naturaleza con un resultado parecido al de otras ocasiones, esto es, que la dinámica que se genera en el juego es tan monótona como el proceso que intenta reproducir. Es cierto que tiene detalles interesantes, como el ciclo de generación de recursos, activación de losetas y posterior crecimiento, representando bastante bien el tema escogido. Pero lo dicho, ya desde las primeras partidas el juego te muestra todo lo que ofrece, y no es suficiente para querer tener el juego de forma recurrente en la mesa. Eso sí, el trabajo de Beth Sobel a nivel de ilustración es tan impresionante como de costumbre, aunque no basta para recomendar abiertamente el juego. Por todo esto le doy un…
Mariposas es in juego excelente, la sensación que consigue la diseñadora del revoloteo de mariposas sobre el tablero, yendo de un sitio a otro, buscando alimento, descubriendo lo que deparan las estaciones es fantástica. Creería que Hargrave es al mundo natural lo que Fryxelius a la terraformación. Así de obsesivos son. Además, y no es detalle menor, aprendes jugando, de aves, de movimientos migratorios, de insectos y su discurrir. Tengo muchas ganas de jugar este último juego suyo. La señorita es una enciclopedia andante. Qué suerte de tenerla en la afición. Saludos