Reseña: Everdell – Pearlbrook
Introducción
En lo más profundo de las resplandecientes aguas del rio Pearlbrook habita una misteriosa civilización de criaturas acuáticas. Enviarás a tu embajador para reunir un nuevo tipo de recurso: las perlas, además de encontrarte con nuevas criaturas y edificios. Recoge las suficientes para construir fabulosas maravillas y ornamentos y convierte a tu ciudad en el orgullo de Everdell.
Así se nos presenta Pearlbrook, la primera expansión de Everdell, diseñado por James A. Wilson, siendo este su primer juego. La expansión fue publicada en 2019 por Starling Games, que buscó la financiación necesaria mediante una exitosa campaña de micromecenazgo. De las ilustraciones se encarga Andrew Bosley, quien ya demostrase su talento en juegos como Mission: Red Planet, Ciudadelas o Descent.
En nuestro país se encuentra publicada en español por Maldito Games (la dependencia del idioma es importante). Mantiene los parámetros del juego base, esto es partidas de 1 a 4 jugadores, con una edad mínima sugerida de 14 años y una duración aproximada de unos 20 minutos por jugador. El precio de venta al público es de 45€. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la versión en español de Maldito Games, que la editorial nos ha cedido amablemente.
Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 29,7×29,7×5 cm. (caja cuadrada de dimensiones similares a las de Ticket to Ride, pero con mucho menos fondo), encontramos los siguientes elementos:
- Extensión de Tablero Principal (de cartón)
- 25 Perlas (de plástico)
- 4 Maravillas (de cartón)
- 2 Parches de tablero (de cartulina)
- 6 Embajadores Rana (de madera)
- 8 Cartas de Adorno (44×63 mm.)
- 27 Cartas Grandes (63,5×88 mm.):
- 12 Cartas de Río
- 15 Cartas de Criaturas/Edificios
- 6 Fichas de Nutria
- Reglamento
Mecánica
Si no conocéis el juego base os recomiendo que os paséis por la tochorreseña correspondiente, ya que se hacen referencia a muchos conceptos explicados en ella. En esta expansión se añade un nuevo tipo de recurso, las perlas, que se utilizarán en completar los monumentos (que sustituyen a los eventos básicos, además de requerir más recursos además de las perlas) y conseguir adornos (que proporcionan ventajas inmediatas y criterios de puntuación final). Para conseguir estas perlas se habilita un nuevo tablero con acciones en el que colocaremos un nuevo peón especial destinado a estos nuevos espacios de acción.
Conceptos Básicos
Como el nombre de la expansión indica, todo gira en torno a un nuevo recurso, las Perlas. De base, estas perlas proporcionarán cada una un punto de victoria al final de la partida, pero su uso principal será el de construir adornos o monumentos.
Los Monumentos vienen a sustituir a los antiguos eventos estándar. Ahora simplemente se dispondrá de cuatro espacios de acción para poder completar alguno de los cuatro monumentos entregando una determinada cantidad de recursos y descartando cartas. A mayor cantidad de puntos, mayor cantidad de recursos y cartas. Al final de la partida, cada monumento proporcionará su valor en puntos de victoria.
Las Cartas de Adorno son pequeñas mejoras que puede añadir el jugador a su ciudad sin ocupar espacios de cartas. Cada carta muestra un beneficio inmediato (mitad superior) y un criterio de puntuación (mitad inferior).
El tablero principal se ve ampliado con un Tablero de Extensión que se coloca a la izquierda del tablero principal. Este nuevo tablero muestra una serie de espacios de acción con un símbolo de anca de color azul, ya que en ellos solo podremos colocar un nuevo tipo de peón. Tenemos cuatro espacios que admiten solo 1 peón y un quinto espacio general que admite cualquier número de peones. Los cuatro espacios exigirán como requisito disponer en la ciudad de un determinado número de cartas de un tipo concreto.
Estos peones son los Embajadores. Cada jugador recibirá un peón de embajador y podrá colocarlo una vez por estación en un espacio disponible del tablero.
En los espacios de acción exclusivos se colocarán unas Cartas de Río que permiten activar efectos al colocar el peón de embajador. Inicialmente estas cartas están bocabajo, siendo la primera vez que se active en espacio cuando se revela el contenido. Hay cartas de dos tipos: de ciudadano y de localización, colocándose sobre el tablero 2 de cada tipo en cada partida. Las cartas de ciudadano requieren descartar cartas para obtener puntos de victoria y perlas, mientras que las cartas de localización requieren pagar puntos de victoria y recursos para ganar cartas y perlas.
Con esto tenemos suficiente.
Preparación de la Partida
A la preparación básica del juego se le aplican las siguientes modificaciones:
- Se dejan en la caja los eventos básicos.
- Se colocan los dos parches en los espacios de acción de los eventos básicos y se colocan los monumentos sobre ellos.
- Se coloca la extensión de tablero a la izquierda del tablero principal.
- Se forma una reserva de perlas en el espacio adecuado del tablero de extensión.
- Se mezclan las cartas de rio, separándolas previamente por criaturas y edificios. De cada tipo se cogen 2 cartas de forma aleatoria y se colocan bocabajo en los 4 espacios de acción del tablero de extensión (el resto se devuelven a la caja).
- Se coloca una perla sobre cada carta de rio colocada bocabajo.
- Cada jugador recibe un peón de embajador de su color.
- Se barajan las cartas de adornos y cada jugador recibe 2 de ellas.
Desarrollo de la Partida
El desarrollo normal de la partida apenas sufre variaciones. Simplemente que ahora se habilitan unos nuevos espacios de acción para obtener perlas, cuatro de los cuales exigen disponer en la ciudad de un determinado número de cartas de un tipo concreto. Solo si se cumple esta condición se podrá colocar al peón de embajador en el espacio de acción correspondiente.
La primera vez que alguien coloque su peón de embajador en un espacio con carta, obtendrá la perla que se encuentra sobre ella y podrá voltear la carta, teniendo la posibilidad de resolver su efecto en este momento. A partir de entonces, el espacio permitirá activar el efecto de la carta, aunque ya no proporcionará una perla extra.
Como acción, el jugador podrá emplear una perla en jugar uno de sus adornos, aplicando el efecto inmediato indicado en la carta y habilitando un nuevo criterio de puntuación final.
Por último, se dispone de los espacios de construcción de monumentos, que exigen una determinada cantidad de recursos (perlas incluidas) así como descartar una determinada cantidad de cartas para poder reclamar la construcción que proporcionará los puntos indicados al final de la partida.
Fin de la Partida
El detonante del final de la partida sigue siendo el mismo. En la puntuación final, ahora hay que tener en cuenta los siguientes elementos:
- Los puntos obtenidos por los monumentos construidos.
- Los puntos proporcionados por las cartas de adorno obtenidas durante la partida.
- 2 Puntos por cada perla que le sobre al jugador.
Variantes
Modo en Solitario: en la preparación se tira el dado para determinar en qué carta de río comienza el embajador del bot, retirando la perla y volteando la carta. Durante la partida, se siguen las reglas habituales, cada vez que se juegue un adorno se le dan 5 puntos a al bot. En cada cambio de estación, el embajador del bot baja a la siguiente carta de rio (si hay perla la obtiene). Al final de la partida el bot construye el mejor monumento que pueda usando solo las perlas. Las perlas que le sobren al bot le proporcionan 2 puntos.
Opinión Personal
No tardó mucho en llegar la primera expansión del exitoso Everdell. Cuando un juego tiene un éxito arrollador, hay que aprovechar la dinámica y publicar cuanto se pueda para mantener vivo al diseño en esta época de publicación constante y novedades semana tras semana. Vamos a ver qué aporta no sin antes agradecer a Maldito Games la cesión de la copia que permite la siguiente tochorreseña. Y, como siempre cuando analizamos una expansión, recomendaros visitar la tochorreseña del juego base si no lo conocéis, porque se hará referencia a muchos conceptos que no se han explicado en esta entrada.
Empecemos comentando por encima los elementos nuevos. Pearlbrook tiene un añadido principal sobre el que se articulan todos los nuevos elementos y que se nos deja ya indicado en el título de la expansión: las perlas. Se trata de un nuevo tipo de recurso (más llamativo aun que las bayas) que podremos obtener durante la partida. Este nuevo recurso tendrá tres posibles usos.
El primero de ellos es utilizarlas como pago para conseguir adornos, el segundo añadido de la expansión. Cada jugador recibe al comienzo de la partida dos de estas cartas que tienen un doble efecto. El primero es instantáneo y permite al jugador obtener un beneficio nada más poner la carta en juego, mientras que el segundo es un nuevo criterio de puntuación que se aplica al final de la partida, como se una carta morada se tratase.
El segundo fin de las perlas es asumir parte del coste de los monumentos, que son unas estructuras que proporcionan puntos de victoria al final de la partida, pero ante un elevado coste (que no solo incluye perlas, sino recursos de todos los tipos, así como descartar cartas). Eso sí, la cantidad de puntos que proporcionan es más que llamativa.
Estos nuevos monumentos vienen a sustituir a los eventos básicos del juego, los cuales se dejan en la caja y los espacios de acción correspondientes se tapan con unos parches que habilitan los espacios de acción asociados a cada tipo de monumento.
Y el tercero fin es, si no han sido utilizadas para los anteriores, proporcionar puntos de victoria al final de la partida, a razón de 2 puntos por perla. Obviamente, esta será la opción «de emergencia», porque los beneficios de los adornos o los monumentos son muy superiores.
Para conseguir estas perlas se habilitan en cinco nuevos espacios de acción que se disponen en la extensión del tablero que representa el río. Cuatro de estos espacios heredan el requisito de disponer en la ciudad de un determinado número de cartas de cada tipo (exceptuando las moradas de puntuación final) y son espacios bloqueantes (solo admiten un peón), mientras que el quinto es un espacio abierto (admite más de un peón).
Este quinto espacio indica unos requisitos fijos para entregar y conseguir una perla, mientras que para los cuatro siguientes se deberán colocar cuatro cartas de río. Estas cartas muestran ciudadanos y localizaciones de una ciudad submarina y que muestran una condición a cumplir para poder conseguir una perla. En cada partida entrarán dos cartas de cada tipo, ya que, según el tipo, la condición requerirá entregar puntos de victoria o descartar cartas. Al comienzo de la partida estas cartas se encontrarán ocultas, y tendrán proporcionarán una perla extra (sin condiciones) por ser los primeros en activar el espacio.
Como último añadido, cada jugador recibe un nuevo peón, el embajador, con forma de rana, que servirá para ocupar estos nuevos espacios de acción en la extensión del tablero. A todos los efectos, funciona exactamente igual que un peón básico, pudiéndose utilizar cuatro veces en la partida, ya que se recupera con cada cambio de estación.
Hasta aquí la revisión rápida de los añadidos y cómo se integran con el diseño original. Lo primero que tengo que decir es que la sensación que a uno le queda tras echar unas cuantas partidas con Pearlbrook es que le han puesto un corsé al juego que no le sienta nada bien. Este corsé digamos que ya existía en el juego base, aunque apretaba bastante poco debido a la recompensa que suponía.
Estoy hablando de los eventos básicos, cuyo objetivo no era otro que instalar en la mente de los jugadores la idea de intentar colocar en su ciudad lo antes posibles le número de cartas requeridas de cada tipo para poder colocar un peón en el espacio correspondiente y anotarse unos puntos extra. Pero claro, si no salían las cartas o no lograbas jugarlas a tiempo, te quedaba una sensación de que era una recompensa algo injusta, aunque al ser pocos puntos tampoco molesta demasiado.
Ahora se han sustituido por los monumentos, que impactan de forma mucho más importante en el tanteador final y son uno de los grandes objetivos de la partida. Hablamos de una horquilla que va de los 10 a los 25 puntos. Una barbaridad. Conseguirlos solo requiere entregar recursos y cartas en cantidades nada despreciables, por lo que habrá que enfocar la partida a ir reuniendo los elementos necesarios para, en la última estación, hacernos con alguno de ellos.
Como sustituto de los eventos a mí me parece una opción muy interesante y que le da ese objetivo a largo plazo común entre todas las partidas que no le sienta mal al juego. El problema que sí le veo es que dentro de los costes de estos monumentos se hayan añadido las perlas.
Y es un problema porque conseguir perlas es una pequeña travesía por el desierto (ironías de la vida). Las perlas solo se pueden obtener en los nuevos espacios de acción haciendo uso de nuestro flamante peón con forma de rana. Estos espacios de acción son muy exigentes en cuanto a lo que hay que entregar para conseguir una perla, especialmente los que requieren puntos de victoria (los que exigen descartar cartas te dejan algo más de margen).
Durante toda la partida vamos a disponer de tan solo cuatro oportunidades para activar alguno de estos espacios, dependiendo de que comencemos muy bien la partida el poder activarlos en la primera estación, ya que es muy complicado reunir el número de cartas de alguno de los cuatro tipos en esos turnos iniciales, mientras que el espacio común es un auténtico dolor en cuanto a costes cuando nuestras miras están puestas en hacer arrancar nuestra ciudad lo antes posible.
Fijaos si la cosa está apretada que el diseñador nos deja respirar un poco colocándonos una perla «gratuita» si somos los primeros en activar uno de estos cuatro espacios de acción, pero con la contraprestación de tener la carta oculta, obligando al jugador a intentar llegar a ese momento con puntos de victoria (en monedas) y cartas en su mano para poder aprovechar el efecto de la carta que se va a revelar.
Daos cuenta que en una partida estupenda, y suponiendo que nuestros rivales también se desenvuelven bien con el diseño, como mucho optamos a obtener seis perlas. Dos de ellas porque somos los primeros en activar dos de los cuatro espacios y conseguimos la perla de regalo, pudiendo, además, satisfacer la condición de la carta que justo acabamos de revelar, siendo esta la forma en la que obtenemos las 4 perlas restantes. Pero ya os digo, esto no es lo habitual.
Para apretar aún más el asunto, se nos han añadido los adornos, que, personalmente, son el elemento que más me gusta de toda la expansión. Uno de los problemas que se presentan en Everdell es que los jugadores tienen que intentar hacer funcionar a su ciudad lo antes posible para generar beneficios mediante activaciones recurrentes de cartas verdes, así como disfrute de los efectos recurrentes de las cartas azules. El problema es que, si no se tiene mucha suerte con la mano inicial y/o con las cartas dispuestas en el prado, esto puede ser una misión complicada.
Estas cartas de adorno proporcionan un pequeño empujón a cambio de una perla, además de un criterio extra de puntuación que nos dará cierta dirección para el resto de la partida. No me parece mala opción en la primera estación utilizar al peón del embajador en el espacio común, descartar 2 cartas y devolver 2 recursos para obtener una perla con la que jugar alguno de nuestros adornos, sobre todo por lo dicho anteriormente en cuanto a la dificultad de disponer de 3 cartas de un mismo tipo jugadas en la ciudad en esa primera estación. Pero claro, si jugamos nuestros dos adornos, habremos gastado 2 perlas que no podremos destinar a los monumentos. ¿Sentís el corsé?
Queda hablar de las nuevas cartas que se añaden al ya de por si gran mazo del juego base. Muchas de ellas, como es obvio, diseñadas para interactuar con las perlas, permitiendo incluso conseguir alguna unidad de este preciado nuevo recurso. Pero claro, tienes que disponer de ella (vía mano o vía prado), disponer de los recursos necesarios y ser el momento adecuado para ponerla en tu ciudad, por eso no las he contado en el flujo estándar de las perlas.
Everdell es un juego de desarrollo de cartas, y como tal, cuantas más cartas mejor. Mas sinergias y combinaciones, que son el núcleo del juego. Tal vez habría sido interesante que se hubiese añadido algún nuevo tipo de carta (me refiero a color y generalidad del efecto). O no habría estado mal añadir algo que limite el problema de que los jugadores puedan finalizar su actuación en momentos distintos y que no se quede nadie mirando. Pero bueno, hay que trocear adecuadamente las expansiones para mantener el interés del juego.
Ahora la pregunta clave con toda expansión que se precie ¿es imprescindible hacerse con ella? Mi respuesta es rotunda: no. En primer lugar, por lo comentado anteriormente, ya que enfoca el juego demasiado a las perlas. Muy buena partida hay que hacer para compensar los 25 puntos que podría conseguir un rival mediante el faro. Y este enfoque tan marcado a mí no me hace demasiada gracia.
Y, en segundo lugar, porque, en comparación con el juego original, la relación cantidad-precio es tremendamente dispar. Ya sabéis que no suelo hablar de precios a la hora de evaluar un producto salvo casos extraordinarios. Y este es uno de esos casos. Hablamos de una caja que trae una cantidad de material ínfima a un precio que supera el 80 por ciento del coste de juego base. Y no, no es porque las perlas sean de verdad.
Es un producto para muy cafeteros y completistas. Para jugadores que hayan exprimido Everdell al máximo y necesiten ampliar opciones. Pero en cuanto a sensaciones, no hay mucha diferencia entre jugar a Everdell con Pearlbrook y sin Pearlbrook.
Pasemos a la edición, otro de los aspectos sangrantes del juego. No porque los elementos sean de mala calidad, ya que el nivel en cuanto a cartas y recursos se mantiene respecto al juego base, o incluso se supera en el caso de las perlas, y el reglamento es claro. El problema viene cuando uno abre la caja y se encuentra con un inserto con espacio para un montón de elementos que no vienen en el juego y una cantidad de aire como hacía mucho tiempo que no se veía. Uno se lleva las manos a la cabeza cuando consulta lo que contenía la expansión cuando fue lanzada por KickStarter y no termino de explicármelo. En la versión de KickStarter se incluían monumentos en tres dimensiones (que solo hacía falta incluir una segunda plancha de cartón pequeña como la que contiene a los monumentos), así como unos marcadores para remarcar cartas con espacios abiertos, una idea interesante porque es algo que pasa desapercibido en las partidas. Además, también se ha cercenado el número de cartas incluidas, con menos adornos, y ninguna carta de evento o de bosque (en la edición de KickStarter entra una buena cantidad de nuevas cartas de estos tipos). Entonces volvemos a acordarnos del precio… Me parece una toma de decisiones nefastas por parte de Starling Games a la hora de montar el producto retail (obviamente aquí Maldito Games no tiene mucho que hacer).
Y vamos cerrando. Pearlbrook es la primera expansión para Everdell que incorpora un nuevo recurso (las perlas) en torno al cual giran todos los nuevos elementos. El problema es que este giro es demasiado acentuado y la partida adquiere una dirección muy marcada que encorseta al jugador. Además, la cantidad de material incluido en la caja en comparación con su precio es sangrante. Una de esas expansiones para completistas o amantes del juego base, pero que está lejos de ser imprescindible. Por todo esto le doy un…
Completamente de acuerdo con la desinflada que produce el aire de la caja!!! El que los monumentos no se puedan poner erguidos es frustrante, Pero los marcadores de espacios abiertos, sí que me parecen indispensables, sin ellos es difícil advertir el posible uso de una carta que este al otro lado de la mesa, y son los que estaban destinados a la mayor parte de espacio del inserto.!
En cuanto a lo que aporta al juego, me ha gustado. Sufro de debilidad estética más que completitsta y ver el juego desplegado con pearlbrook me deleita, ese corsét no me incomoda ….
Para mi es un caso similar a las exps. De Wingspan o Venus Next para Terraforming Mars. Añadidos que realmente no mejoran el producto base, pero tampoco molestan. Si se le saca jugo al base, pues se agradece. Pero en general, no es un producto para comprar obligatoriamente.
Wingspan tiene una diferencia: la caja de Pearlbrook es prescindible pero la de Wingspan, aunque se acomode todo su contenido en la caja base, queda el contenedor de cartas, que es raro deshecharlo…. para mi, a estas alturas, el espacio es oro a la hora de adquirir una expansión…
muchas gracias por el comentario misut,…. era un juego que me llamaba y con la expansión igual me lanzaba a por él, pero ahora evito gastar a lo tonto,… quizás de segunda mano si lo encuentro bien. jjjjjj..
por cierto, que llevo esta semana varios días escuchando tu podcast con muevecubos , me lo estoy pasando genial ….
buen trabajo,
Muchas gracias! A mi el juego me gusta mucho. Pero la expansión me parece que no le aporta lo suficiente como para recomendar su compra. Lo que no quiere decir que sea mala.
Totalmente de acuerdo, yo me he comprado la expansión por completísimo y al abrir la caja una lágrima se ha deslizado por mi frente y luego por mi mejilla…
Coincido plenamente y me atrevería a decir que de las tres expansiones es la menos interesante de todas. Para gente muy fan el juego y ya (no suelo meterme mucho con el tema precio / componentes, pero lo de esta expansión es escandoloso). Gracias una vez más por la reseña y opinión!
Madre mía. Por 45 euros hace años te comprabas un juegaken de los de quitarte el sombrero (y todavía los hay por ese precio aunque parezca mentira). Como nos empecemos a poner en la dinámica de 130 euros el juego y 45 euros las miniexpansiones vamos a tener que volver a jugar a las tabas.
Es muy exagerado. Pero bueno, si al menos la expansión fuese la repanocha, no dolería tanto.
Madre mía, si yo pillé la expansión en Kickstarter y ya me parecía cara, esto ya es dolor puro.
Es que además en la edición Kickstarter venían meeples de TRES razas más, además de las nutrias (una especie de cuervos, los ajolotes y los castores)
Es que por lo que veo ningún Stretch Goal se ha incluido en la versión retail. Fatal.
Bueno, lo de los meeples es secundario porque no afecta a la experiencia de juego. Pero que siendo una expansión con tan pocas cartas no se hayan incluido las cartas desbloqueadas… Al menos que hubiesen reducido el precio, que hablamos de 4 tokens de carton, una extension del tablero, unas perlitas y poco mas de 30 cartas…
Una expansión que duele comprarse, si aporta poco más aún, por 30€ no lo dudaria por completismo pero 45€ es otro cantar, mejor invierto ese dinero en la expansión del root.
Como siempre, yo recomiendo probarla, porque a lo mejor tú si sientes que te aporte algo relevante al conjunto del juego. Pero comprar a ciegas es un riesgo (como casi siempre).
Se podría decir que les ha salido una expansión «rana».
Badummm tsss
xD
Gracias por la reseña. ¿Las otras expansiones las recomiendas? Creo que Bellfaire no cambia mucho el juego y en cambio Spirecrest sí que le da una vuelta, pero no sé si será en el mismo sentido que Pearlbrook o vale más la pena.
Gracias 🙂
Pues me acaban de llegar. Tengo pendiente probarlas. Espero hacerlo esta semana, así que estate atenta a las Crónicas del lunes. Saludos!!
Con lo que comentas de la relación cantidad – precio… ¿Crees que valen la pena las ediciones de coleccionista?
Gracias
Definitivamente no. Hablamos de que en Pearlbrook hay una diferencia de 35 € en PVP solo por unas pocas cartas y por 4 estructuras en 3D y los mastiles de abierto… Ya de por si la expansión normal me parece carisima…