Reseña: Medici
Introducción
Sois tratantes de diferentes casas comerciales en la competitiva pero lucrativa época de la infausta familia Médici. Los barcos navegan a través del Mediterráneo y más allá en busca de mercancías raras y valiosas y de mercados para los bienes adquiridos. Cada jornada acudes a la lonja en donde has de competir con otros tratantes por la mercancía del día. Allí esperas encontrar pieles provenientes de los traperos del norte, grano de los fértiles campos del norte y el este, especias exóticas de las lejanas y extrañas tierras del este, tintes de diversos colores y procedencias, telas de las fábricas cercanas y, a veces, oro de minas cuya ubicación de mantiene en secreto. El tratante que gane más en tres jornadas es el ganador de Médici.
Así se nos presenta este Medici, un diseño del gran Reiner Knizia perteneciente a su trilogía de juego de subastas, junto a Ra y Modern Art. El juego fue publicado por primera vez en 1995 por Rio Grande Games en una edición en inglés. Posteriormente sería editado por AMIGO Spiel en alemán, Lui-même en francés y, recientemente, una nueva edición en inglés por parte de Grail Games gracias a una exitosa campaña de micromecenazgo a través de KickStarter. De las ilustraciones se encargan varios artistas según ediciones: David Cherry de la primera edición de Rio Grande Games (India Rails, Portal), Franz Vohwinkel de la edición de AMIGO (Tikal, Puerto Rico), Dominique Ehrhard de la edición de Lui-même (Serenissima, Condottiere) y Vincent Dutrait de la de Grail Games (Lewis & Clark, Mundus Novus).
El juego no se encuentra publicado en nuestro país, por lo que tendréis que tirar de importación. Afortunadamente, el juego es completamente independiente del idioma (a excepción del reglamento). Permite partidas de 2 a 6 jugadores, con una edad mínima sugerida de 10 años y una duración aproximada de 60 minutos. El precio de compra recomendado de la última edición es de 39,90 €. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la edición de Grail Games.
Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 30,5×22,1×4,2 cm. (caja rectangular fina estilo Tavarua, algo menos alta que Yunnan o Hansa Teutonica), encontramos los siguientes elementos:
- Tablero (de cartón)
- 42 Cartas (44×67 mm.):
- 36 Cartas de Mercancía
- 6 Cartas de Referencia
- 6 Tableros de Barcos (1 de cada color: rojo, verde, azul, amarillo, blanco y beige) (de cartón)
- 36 Marcadores (6 de cada color: rojo, verde, azul, amarillo, blanco y beige) (de madera)
- 5 Marcadores de Evaluación (de madera)
- 2 Marcadores de Ronda (de madera)
- Pieza de Jugador Inicial (de madera)
- Reglamento
Mecánica
Medici es un diseño en el que los jugadores toman el papel de mercaderes en el Renacimiento intentando conseguir las máximas ganancias. El jugador en turno revelará cartas para formar un lote a subastar, con una única puja por jugador. Los jugadores van adquiriendo estas cartas y colocándolas en su espacio. Al final de la ronda se reparten beneficios en función de la suma de las cartas, así como por los tipos de mercancía (acumulado entre las rondas). Tras tres rondas, el jugador con más dinero será el vencedor.
Conceptos Básicos
Empecemos con el eje fundamental de la partida, las Cartas de Mercancía. Estas cartas representan distintos cargamentos de cinco tipos: pieles (gris), grano (amarillo y marrón), especias (azul), telas (morado). Adicionalmente, existe una carta con pepitas de oro.
Cada una de estas cartas muestra, además de la ilustración representativa, un valor asociado. A excepción del oro (que solo hay una copia con valor 10), existen 7 cartas de cada tipo de mercancía con valor 0, 1, 2, 3, 4 y dos con el valor 5.
Los jugadores irán adquiriendo estas cartas en lotes, colocándolas en su Tablero de Barco. Estos tableros muestran 5 espacios para almacenar cartas. Una vez que un jugador complete su barco ya no podrá adquirir nuevas cartas durante la ronda.
El Tablero muestra una serie de círculos concéntricos divididos en 5 porciones. Cada porción corresponde con un tipo de mercancía, y las secciones dentro de él servirán como un track de contabilización del número de mercancías con el que ha comerciado cada jugador. Las tres últimas secciones (las más cercanas al centro) muestran 3 cifras: 5, 10 y 20, correspondientes a bonificaciones durante la partida. En el centro encontramos también una serie de espacios para llevar la contabilización de las rondas y de las evaluaciones de cada tipo de mercancía. Por último, en el marco encontramos el típico track de puntuación (con casillas numeradas del 0 al 99), Estos puntos equivalen a florines, el dinero del que dispondrán los jugadores para comprar mercancías durante la partida.
Para llevar esta contabilización los jugadores dispondrán de seis Marcadores (5 para las mercancías y 1 para el dinero/puntos). Al comienzo de la partida los jugadores dispondrán de una cantidad concreta de monedas/puntos (dependiente del número de jugadores), mientras que el resto de marcadores los colocarán en el espacio más alejado del centro de cada tipo de mercancía.
Con esto tenemos suficiente.
Preparación de la Partida
- Se despliega el tablero en el centro de la mesa.
- Se entrega un tablero de barco a cada jugador.
- En partidas de 2 jugadores cada jugador recibe una extensión de tablero de barco.
- Cada jugador escoge un color y coloca 5 de sus marcadores en la sección más alejada de cada porción asociada a un tipo de mercancía.
- El sexto marcador se coloca en el track de puntuación dependiendo del número de jugadores:
- 2/3/4 jugadores: 40 florines.
- 5/6: 30 florines.
- Se colocan los 5 marcadores de evaluación en el centro del tablero, junto a los 2 marcadores de ronda.
- Cada jugador recibe una carta de referencia.
- Por último, se elige aleatoriamente al jugador inicial y se le entrega el marcador correspondiente.
¡Ya podemos comenzar!
Desarrollo de la Partida
Una partida a Medici consta de 3 rondas. Cada una de estas rondas se compone de 3 fases.
Fase I: Preparación
Se coge el mazo de cartas, se baraja y se retira un determinado número de cartas, sin mirarlas, en función del número de jugadores:
- 2/3 Jugadores: 18 cartas
- 4 Jugadores: 12 cartas
- 5 Jugadores: 6 cartas
- 6 Jugadores: no se retiran cartas.
Fase II: Subastas
Comenzando por el jugador inicial y continuando en el sentido de las agujas del reloj, cada jugador disfruta de un turno en el que actúa como subastador. El proceso es el siguiente:
- El jugador debe componer un lote de cartas, revelándolas del mazo (mínimo 1 carta, máximo 3). El jugador decide cuando parar, dejando conformado el lote. Como pequeña restricción, no está permitido formar un lote que no pueda ser adquirido por ningún jugador, esto es, que el número de cartas sea superior al número de espacios libres en el tablero de barco de aquel jugador o jugadores con más espacios libres.
- Comenzando por el jugador sentado a la izquierda del jugador en turno y continuando en el sentido de las agujas del reloj, cada jugador tiene una oportunidad de pujar por el lote, siendo el jugador en turno el último en hablar. Los jugadores podrán pasar u ofrecer una cantidad de florines al menos en una unidad superior a la anterior puja (no está permitido pujar 0).
- El jugador que mayor cantidad de florines haya pujado recoge las cartas del lote y las coloca en su barco, retrasando su marcador en el track de puntuación tantos espacios como cantidad haya pujado. En el caso de que todos los jugadores que pueden adquirir el lote hayan pasado, este se descarta.
Tras esto, el turno pasa al jugador de la izquierda.
Esta fase finaliza en el instante que solo quede un jugador con espacios libres en su tablero de barco. En ese momento, este jugador completa su barco tomando cartas directamente del mazo, sin pagar por ellas, pero sin poder elegir.
Fase III: Evaluación
En primer lugar, se comprueba el valor de las mercancías. Cada jugador suma los valores de todas las cartas que tienen en su tablero. En función del número de jugadores, cada jugador recibe una cantidad de florines dependiendo de la clasificación entre ellos. En caso de empate, los jugadores suman las cantidades de las posiciones y las dividen entre el número de jugadores (redondeando hacia abajo).
En segundo lugar, cada jugador avanza sus marcadores de mercancías en función de las cartas que tengan en su tablero (los marcadores del centro del tablero con el símbolo de cada tipo de mercancía son volteados a medida que se evalúa un tipo, para evitar repetir). Por cada carta de mercancía, el marcador correspondiente avanzará una posición. Si el marcador ha alcanzado la máxima posición (la más cercana al centro) ya no progresará más. Ahora, para cada mercancía, el jugador cuyo marcador esté más cercano al centro recibe 10 florines, mientras que el segundo jugador más cercano al centro recibe 5 florines. En caso de empate, se suman las cantidades (si corresponde) y se divide entre el número de jugadores empatados (redondeando hacia abajo). Adicionalmente, cada jugador que posea un marcador en alguna de las tres últimas posiciones, recibe tantos florines como la cantidad impresa en el espacio (aquí no hay empates ni repartos).
Tras esto, comenzaría una nueva ronda, volviendo a formar el mazo con todas las cartas (las utilizadas, las que no se han revelado y las que fueron descartadas), aunque los marcadores de mercancías mantienen su posición. Se retira uno de los marcadores de ronda del centro del tablero. El jugador inicial será aquel con menor cantidad de florines.
Fin de la Partida
La partida finaliza al término de la tercera ronda. El jugador con más florines será el vencedor. En caso de empate, los jugadores comparten la victoria.
Opinión Personal
Reiner Knizia, probablemente el autor más prolífico del mundillo de los juegos de mesa. Probablemente también el que más ha reutilizado sus conceptos, llevando ya un tiempo lejos de los focos en cuanto a grandes diseños, centrándose mas en el mundo de los dispositivos móviles. Aun así, es innegable que es uno de las grandes estrellas del mundillo, siendo toda una referencia. Su década fue la de los noventa, apagándose poco a poco con el cambio de siglo. Pero durante ese periodo fue capaz de lanzar al mercado grandiosos títulos que quedarán para la historia. Y el juego que hoy nos ocupa fue de los primeros.
En la BGG existen varias familias asociadas al doctor en matemáticas, agrupando juegos en trilogías, aunque la conexión entre los juegos es mas a nivel mecánico que otra cosa. Aparte de la conocida Trilogía de Colocación de Losetas (Tigris & Éufrates, Samurai y A Través del Desierto), Medici pertenece a otras dos trilogías. Por un lado, la Trilogía de Subastas, completada con Modern Art y Ra. Por otro, la Trilogía de Subastas Florentinas, junto a Strozzi y Medici Vs. Strozzi. En este párrafo hemos mencionado casi todos los grandes éxitos del autor alemán. Para que os pongáis en contexto.
Alguien que conozca Medici os lo podría definir como uno de esos juegos clásicos de Knizia que, con dos ideas simples bien hiladas, consigue un diseño elegante y que funciona a las mil maravillas. Lo opuesto a la tendencia actual de sobrecargar los juegos con diversas mecánicas y vías de puntuación, por no hablar de la casi obligatoria variedad en la preparación de la partida para «asegurar» la rejugabilidad.
Como digo, Medici es todo lo contrario. El diseño es simple como pocos: los jugadores forman lotes de mercancías que se subastan (con una única puja por jugador). El objetivo es intentar obtener las máximas ganancias posibles, las cuales llegan de dos formas: por un lado, por la suma de todas las mercancías obtenidas, creándose una clasificación relativa entre los jugadores y recibiendo florines en función de la posición, y por la clasificación en cada tipo de mercancía (acumulada entre rondas). El turno de un jugador está, igualmente, libre de artificios. Se revelan de 1 a 3 cartas y se subastan con puja única, siendo el jugador en turno el último en hablar. Y así hasta que se completan todos los barcos menos uno.
¿Fácil verdad? La mayoría de fillers actuales requieren una mayor asimilación de normativa. Pero que esta simplicidad no os lleve a engaño. Medici es de esos juegos en los que cada turno implica decisiones importantes. Nada es superfluo.
Nos encontramos con dos casos. En primer lugar, cuando se es el jugador activo, hay que decidir formar el lote. Obviamente, aquí el factor azar tiene un peso importante, ya que este lote es el único sobre el que el jugador en turno posee autentico control. El resto pueden encarecer el precio de venta, pero, en última instancia, la pelota está en el tejado del jugador activo.
Por tanto, conformar el lote no es algo trivial. Por ejemplo, conformar un lote de tres cartas puede ser jugoso si estas tienen valores elevados (de 3 para arriba), pero conlleva un peligro importante, ya que el resto de jugadores podrán dejarnos en fuera de juego al formar nuevos lotes de tres. Obviamente, el ultimo jugador de la ronda está deseando que esto ocurra, ya que le permitirá formar un lote de tres cartas y llevárselas por 1 florín.
También tiene mucha importancia la situación de la partida. Es tremendamente fácil quedar expuestos y ver como el resto de jugadores completan sus barcos mientras que nosotros aún no hemos conseguido ni una mísera carta, teniendo que encomendarnos a los hados para que las cartas que completen nuestro mercante merezcan la pena.
Por otro lado, está el momento de pujar. Aquí hay dos enfoques posibles: jugar a lo loco o ponerse a calcular. Seguramente el doctor nos aconsejaría, como no podría ser de otra forma, que optásemos por la segunda opción, pero tampoco es plan de que el resto de jugadores mueran de aburrimiento por un ataque severo de análisis-parálisis. Cuando digo jugar a lo loco me refiero, como es obvio, a tirar de instinto. Evaluar el retorno de inversión es complicado, pero lo que está claro es que, en una ronda, la máxima cantidad de florines que se pueden obtener es la suma de las primeras posiciones en las 6 evaluaciones que se realizan. Hay que intentar repartir lo que uno está dispuesto a gastar en cada ronda.
La clave está en tener las cosas claras, como en todo juego de subastas. Si el lote que pasa por delante nuestra interesa, habrá que evaluar cuanto creemos que nos va a reportar. Sin embargo, si no es interesante, habrá que evaluar si el lote interesa a alguno de los que queden por pujar, para intentar elevar el precio final lo justo, obligando a dicho jugador a «dejarse los cuartos». Pero cuidado con apurar mucho, no vayamos a ganar un maravilloso lote que no nos interesaba para nada.
Uno de los objetivos claros que puede tener un jugador es intentar escalar posiciones rápidamente en alguno de los tracks, ya que alcanzar las posiciones finales asegura ingresos, independientemente de lo que ocurra durante la ronda. Es otro elemento más a la hora de tener en cuenta cómo proceder. Dejar que un jugador se destaque de esta forma puede decantar la partida.
Como veis, mucha miga recogida en poco más de 2 páginas de reglas. Elegancia pura de cuando Knizia comenzaba a demostrar el por qué es considerado uno de los grandes.
Pero, siendo un gran juego, hay que tener en cuenta las tendencias del mercado actual. Una partida de Medici puede saber a poco estando acostumbrados a diseños más pesados o, incluso, fillers que parece encerrar mayor complejidad. Pongo como ejemplo el diseño con el que Alexander Pfister despegó definitivamente: Port Royal (aquí su tochorreseña). Explicar este filler requiere el doble de tiempo que Medici, y la duración de la partida es similar. Con este enfoque, alguien podría alegar que Medici no deja de ser un filler sobreproducido que se ventila en poco más de 40 minutos. Yo no soy de esta opinión, pero seguro que habrá gente que tenga esta percepción. Así que ojo con esperar algo con un peso considerable.
La mayor o menor rejugabilidad de estos eurogames clásicos recae sobre los jugadores. Las reglas son las que son, el punto de partida siempre es el mismo. Lo único que cambia de una ronda a otra es que, si somos menos de seis en la mesa, habrá ciertas cartas que se quedarán fuera, introduciendo una pizca de incertidumbre. Pero no es algo habitual que un jugador requiera imperativamente una carta específica, así que afecta más bien poco. La clave está en saber leer la situación de la partida y adaptarse a los lotes. Será la interacción indirecta y la competición por alcanzar las primeras posiciones en las distintas clasificaciones lo que dará vida a la partida.
Uno de los detalles interesantes de Medici es su escalabilidad. Esta última versión admite un rango amplio, de 2 a 6 jugadores. Pero hay que matizar. Un juego de subastas a dos suele funcionar mal, pues es fácil evaluar los retornos y controlar lo que ocurre en el tablero. Es necesario esa pizca de caos para que la incertidumbre esté presente en todo momento y la partida pueda ser emocionante. O, al menos, algún elemento que aporte, como era el push your luck en Ra (aquí su tochorreseña). Así que, como mínimo, 3. A ser posible, 4 o 5, con muchos turnos y subastas. A 6 me echa para atrás el que estén todas las cartas disponibles y haya jugadores que se dediquen a buscar cartas. Así que, aun admitiendo muchas configuraciones, al final nos quedamos con las de siempre, de 3 a 5.
Pasemos a la edición. Los chicos de Grail Games han conseguido un producto de magnifica calidad. El cartón utilizado es de gran grosor y con una rigidez estupenda. Las cartas son de tamaño estándar y también tienen un gramaje generoso, con una respuesta elástica magnifica y con una textura en lino muy agradable. Una pena que las cartas se barajen tanto y sea recomendable el enfundado, porque son de esas que da gusto manosear. Los elementos de madera, si bien no tienen imperfecciones y tienen serigrafiados un símbolo asociado al color, están fabricados con esta madera que tiene poco cuerpo. Da la sensación que, si apretásemos los marcadores entre si lo suficiente, podríamos llegar a quebrarlos. El reglamento está perfecto y no deja lugar a dudas, teniendo incluso un par de aclaraciones más que pertinentes.
Pero, si por algo destaca esta nueva edición de Medici es por el trabajo de uno de los ilustradores punteros del sector. El señor Dutrait vuelve a «obligarnos» a adquirir un juego tan desligado del tema (yo no he visto a ningún miembro de la famosa familia florentina) y abstracto como este simplemente por su belleza. El colorido, los detalles las composiciones son, como siempre, sublimes.
Y vamos cerrando. Medici es uno de esos juegos de Reiner Knizia que, con dos sencillas ideas, consigue un resultado magnifico. Tenso y con decisiones constantes sobre qué comprar y qué dejar pasar, satisfará a los amantes de las subastas. Es cierto que puede saber a poco, pues las partidas duran poco más de 40 minutos, pero sigue funcionando como un reloj. Además, esta última edición de los chicos de Grail Games es una auténtica maravilla. Por todo esto le doy un…
Hola, buenas tardes.
Me he convertido en fiel seguidor de tu blog y he leído muchas reseñas tuyas que me han llevado a adquir unos cuántos de los juegos que reseñas. Me he decidido a comentar por que me compré Medici y lo he probado. De momento sólo a 2 y tengo que decir que seguramente, como comentas, será mejor con más jugadores.
Mi comentario viene al caso de una regla que aparece en las instrucciones que has omitido, o eso creo. Se trata de que cuándo acaba la ronda, el jugador con espacio en su barco lo completa si se puede con las siguientes cartas de la pila, de forma gratuita pero evidentemente sin poder elegir. Eso cambia un poco ya que un jugador que podría pensar que ha de perder por fuerza la ronda la podría ganar si tiene suerte.
Sólo lo comento por que en tus tochoreseñas explicas las reglas completas de los juegos.
Por cierto, me gustaría comentar que me fascina lo metódico que eres al organizar el material de los juegos para hacer las fotos, que además quedan preciosas. Estoy seguro de que para hacer una reseña dedicas mucho tiempo a la composición de las fotos. ¡Bravo!
Saludos y enhorabuena por el blog.
Correctísimo!!! Ya lo he arreglado. Muchísimas gracias por el aviso. Desgraciadamente no soy infalible… 😛
Y gracias por seguir fielmente los tochos y chorradas que suelto semanalmente xD
Un saludo!