Reseña: Chicago Express
Introducción
La expansión industrial de Estados Unidos de América hubiese sido imposible sin el ferrocarril. Su inmenso territorio sólo pudo ser urbanizado porque el material necesario era transportado por ferrocarril a través de larguísimos recorridos. De este modo, el desarrollo de América del Norte estuvo acompañado por la ampliación de la red ferroviaria de distintas empresas. En esa época se fundaron numerosas compañías ferroviarias y se buscaron inversores que proporcionaron a estas compañías el capital necesario. Los nombres como Cornelius Vanderbuilt o Charles Morgan son testimonios de esa época. No obstante, estos inversores no sólo tenían como objetivo la financiación del ferrocarril, sino más bien conseguir la mayor cantidad posible de dividendos.
Con este breve nota historia se nos presenta este Chicago Express, un juego diseñado por Harry Wu, responsable de otros títulos como Samarkand: Routes to Riches o Texas & Pacific. Se publicó por primera vez en 2007 bajo el nombre de Wabash Cannonball por Winsome Games, aunque al año siguiente fue rediseñado bajo el sello de Queen Games recibiendo su actual nombre. A los pinceles tenemos a un clásico que suele encargarse de muchos de los trabajos de la editorial alemana: Michael Menzel. Entre su extenso currículum podemos encontrar obras como Stone Age, Las Leyendas de Andor o The Secret of Monte Cristo.
La edición de Queen Games es multilenguaje, incluyendo el castellano. Permite partidas de 2 a 6 jugadores, con una edad mínima sugerida de 12 años y una duración aproximada de unos 60 minutos. Su precio de compra recomendado es de 40,75 €. Para esta reseña se ha utilizado la edición multilenguaje de Queen Games.
Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa y fondo), con unas dimensiones de 31,1×22,2×9,5 cm. (tamaño de caja rectangular clásica de Queen Games, como Batavia), nos encontramos con los siguientes elementos:
- Tablero (de cartón)
- 20 Títulos Accionariales de las distintas compañías (de papel-moneda)
- 140 Billetes (de 1$, 5$ y 25$) (de papel-moneda)
- 103 Locomotoras (de madera)
- 22 Azules
- 20 Rojas
- 24 Verdes
- 26 Amarillas
- 11 Negras
- 5 Marcadores de Puntos (de madera)
- 4 Tableros de Compañía (de cartón)
- 5 Marcadores de +50 Puntos (de cartón)
- 23 Casitas (de madera)
- Reglamento
Mecánica
Chicago Express es un juego de gestión económica con mecánica principal de subasta de acciones, que, además de creación de redes de transporte y especulación, es el principal pilar de este título.
Conceptos Básicos
Empecemos con el Tablero. Este se encuentra dividido en dos zonas. En la parte superior tenemos el mapa de la región de Estados Unidos en la que vamos a expandir las redes ferroviarias. Este mapa se encuentra, a su vez, dividido en casillas hexagonales con un determinado tipo de terreno (llanura, bosque, montaña o ciudad). En la zona inferior tenemos, en la parte izquierda, los tres indicadores de acciones, en la parte central, los niveles de progreso de las ciudades industrializadas. Justo al lado, tenemos la compañía Wabash, que no entra en juego hasta un determinado momento. Finalmente, tenemos un marcador de puntuación para las compañías ubicados en la parte inferior y que alcanza hasta el margen derecho, de 0 a 50 puntos.
Una pequeña nota sobre los marcadores de acción. Estos se encuentran divididos en sectores, y cada sector representa una acción de dicho tipo. Cada vez que un jugador realice una acción, avanzará la manecilla correspondiente al siguiente sector. El último sector está sombreado en rojo, y cuando la manecilla se encuentra sobre él, dicha acción queda bloqueada hasta que ocurra la fase de reparto de dividendos.
También tenemos las Empresas, que son el motor del juego, ya que los jugadores deberán ejecutar acciones en pos de su desarrollo para obtener beneficios. Estos se consiguen al tener participaciones en las empresas mediante los Títulos Accionariales. Para conseguirlos, previamente habremos invertido nuestro capital en la susodicha empresa. Este capital será del que dispondrá la propia empresa para mejorar sus infraestructuras y aumentar su valor. Para que las tengamos bien identificadas, tenemos las siguientes empresas: Pennsylvania Railroad Company (PPR – Roja), Baltimore & Ohio (B&O – Azul), New York Central (NYC – Verde), Chesapeake & Ohio (C&O – Amarilla) y Wabash (Negra).
Como supondréis, aunque las empresas sean el motor del juego, el eje es el flujo de dinero entre los jugadores y las empresas, siendo este el principal recurso a gestionar durante la partida, tanto de forma individual a la hora de pujar en las subastas de acciones, como de forma general al utilizar los fondos de una empresa para ampliar su red.
Las subastas de acciones son sin reenganche. Es decir, que un jugador tendrá la opción de ofrecer una cantidad superior a la actual o pasar. Cuando un jugador pasa durante una determinada puja, ya no podrá volver a ofrecer ninguna cantidad y, por tanto, dejará de optar a conseguir la acción.
Cada empresa tendrá una capacidad de desarrollo distinta, representada con un número determinado de locomotoras que serán las que iremos colocando sobre las distintas casillas del mapa para ampliar sus infraestructuras. También se crearán nucleos de población en torno al desarrollo de estas compañías, para los cuales utilizaremos las fichas con forma de casa.
¿Y cómo ampliamos estas redes? Como hemos comentado, en el tablero hay distintos tipos de casillas. Estas tienen en su parte superior una pequeña leyenda indicando que indican la modificación del valor de las empresas (en negro) o el coste de construcción (en rojo). A su vez, aparecen dos siluetas: locomotora, para cuando ampliamos la red ferroviaria, y casas, cuando urbanizamos.
Por último, a lo largo de la partida se irán sucediendo una serie de fases de reparto de dividendos en las que los inversores obtendrán beneficios en función del número de acciones que posean de cada empresa y de su valor actual.
¡Y ya estamos listos para comenzar!
Preparación de la Partida
- Se despliega el tablero en el centro de la mesa, colocando los marcadores de acción en el primer sector.
- Se colocan a un lado del tablero principal los tableros de empresas. Sobre ellos se colocan todas las locomotoras de su color, los marcadores de +50 y los títulos accionariales.
- Se depositan las casitas en la ilustración sobre el marcador de las ciudades industrializadas, colocando una en la casilla inicial de cada ciudad: en la casilla 1 para Detroit, en la casilla 3 para Wheeling y en la casilla 4 para Pittsburgh.
- Se colocan los marcadores de valor de cada empresa en su casilla inicial (el numero coincide con el color de la empresa). El marcador de la Wabash Railroads Corporation (negro), se deja aparte.
- Cada jugador recibe unos fondos iniciales (120$ en total para todos los jugadores), dependientes del número de jugadores:
- 2 Jugadores: 60$ para cada jugador
- 3 Jugadores: 40$ para cada jugador
- 4 Jugadores: 30$ para cada jugador
- 5 Jugadores: 24$ para cada jugador
- 6 Jugadores: 20$ para cada jugador
Y ya estamos listos para comenzar.
Desarrollo de la Partida
Una partida de Chicago Express se desarrolla a lo largo de un número indeterminado de turnos hasta que se alcanza la condición de finalización de la partida.
Antes de comenzar, se debe llevar a cabo una fase inicial de subastas de acciones. Empezando por el jugador inicial (el de mayor edad según el reglamento), deberá salir a subasta una acción de las cuatro empresas iniciales en el siguiente orden y con un valor inicial de salida determinado: PPR (7$) – B&O (6$) – C&O (5$)- NYC (8$). Tras esto, el propietario de la acción de la PPR será el jugador inicial.
Empezando por el jugador inicial y, siguiendo en el sentido de las agujas del reloj, cada jugador en su turno podrá realizar una de las siguientes acciones, avanzando una posición el marcador de acción correspondiente del tablero (no se puede ejecutar una acción cuya manecilla está en el sector rojo):
- Subastar una Acción. El jugador en turno elije una de las compañías en juego (Wabash no entra en la partida hasta que suceda un determinado evento) que aun tenga acciones en su correspondiente tablero. El valor inicial de subasta de la acción resultará de dividir el valor actual de la empresa entre el número de acciones en posesión de los jugadores más la que ha salido a subasta (redondeando hacia arriba). La subasta comienza por el jugador que ejecutó la acción. El jugador gane la subasta abonará la cantidad ofrecida a la empresa correspondiente (no a la banca) y obtendrá el titulo accionarial. Si todos los jugadores pasan, la acción permanecerá sobre el tablero de la empresa y no se abonará ninguna cantidad, aunque el marcador de acción si habrá avanzado una posición.
- Ampliar la Red Ferroviaria. Un jugador puede ampliar la red de una compañía de la que posea al menos un título accionarial en hasta 3 casillas. El coste de construcción se sufragará con el capital de la empresa (no de los jugadores), y para cada casilla se calcula multiplicando la cantidad en rojo en el interior de la silueta del tren por el número de locomotoras que hay en la casilla, incluyendo la que coloca el jugador en turno. Además, se deberán cumplir las siguientes normas:
- Sobre una casilla de bosque o montaña solo podrá colocarse una única locomotora.
- Sobre las casillas de llano, ciudad o ciudad industrial podrá colocarse una locomotora de cada compañía.
- Todas las casillas de la red de una compañía deben estar conectadas con su casilla inicial
- En las casillas de inicio no se puede construir.
- Urbanizar una Casilla. Esta acción puede realizarse de dos formas, aunque siempre es requisito indispensable que el jugador posea una locomotora en la casilla que desea urbanizar:
- Urbanizando una casilla de ciudad/bosque/montaña, colocando una casita en dicha casilla. Estas casillas solo pueden urbanizarse una vez durante la partida.
- Urbanizando una casilla de Ciudad Industrial (Wheeling o Pittsburgh), avanzando un espacio en el marcador de Ciudades Industriales. Nunca se podrá urbanizar más del valor máximo permitido para cada ciudad.
Hay que indicar que los jugadores están obligados a elegir una determinada acción (avanzando la manecilla), aunque no están obligados a realizar dicha acción, pudiendo renunciar a ella.
Es probable que cuando un jugador amplíe la red ferroviaria de una compañía o urbanice una casilla, el valor de una o varias empresas aumenten. Para ello se comprueba si las compañías se conectan con nuevas casillas en cuya silueta de locomotora haya un número positivo en color negro. Este valor se añadirá al valor de la compañía en el momento de conectar dicha casilla. Lo mismo ocurre con las casillas de ciudad. Al urbanizar aumentará el valor de casillas conectadas con una o varias empresas, por lo que el valor indicado en el marcador de ciudades industriales o el valor encerrado en la silueta de la casita se añadirá al valor de cada compañía.
Cada vez que, al comienzo del turno de un jugador, dos de los marcadores de acción tienen su manecilla en el sector rojo, se desencadena una fase de reparto de dividendos. Se realizan los siguientes pasos:
- Repartir Dividendos: cada jugador recibe unos determinados ingresos en función de las acciones de cada compañía. El dinero por acción se calcula dividiendo el valor actual de la compañía entre el número de acciones en juego (redondeado al alza y sin contar las que queden en el tablero de la compañía).
- Colocar las manecillas de los tres marcadores de acción en el sector inicial.
- Urbanizar Detroit, avanzando una posición la casita del marcador y modificando el valor de las empresas que hayan alcanzado esta ciudad.
Cada vez que una compañía, al extender su red ferroviaria, alcanza Chicago, ocurre una fase Chicago, realizando los siguientes pasos (se debe haber modificado el valor de la compañía antes de proceder):
- Pago de Dividendos Extraordinarios: cada jugador con acciones de la compañía que acaba de alcanzar Chicago recibe dividendos, que se calculan de idéntica forma al reparto estándar de dividendos.
- Apertura de Wabash: cuando la primera compañía alcanza Chicago, la compañía Wabash (Negra) entra en juego, realizando los siguientes pasos:
- Se coloca una locomotora negra sobre Fort Wayne.
- La casilla de valor de la compañía se coloca en la casilla de valor 1 (o 3 si esta casilla ya estaba urbanizada).
- Se subasta la primera acción de la compañía Wabash, empezando la puja por el jugador que realizó la acción de expansión que desencadeno esta primera fase Chicago.
- A partir de este instante, las acciones de la compañía Wabash son tenidas en cuenta para el reparto de dividendos estándar.
Fin de la Partida
La partida finaliza tras una fase de reparto de dividendos estándar si se cumple una o más de las siguientes cuatro condiciones:
- 3 o más compañías ya no tienen locomotoras en sus reservas.
- 3 o más compañías ya no tienen acciones en sus tableros.
- Solo quedan 3 casitas o menos en la reserva general.
- Los beneficios de Detroit ascienden a 8.
El jugador con más dinero será el vencedor de la partida. En caso de empate, los jugadores comparten la victoria.
Opinión Personal
Bueno, aquí hemos llegado. Esta vez ha sido rápido e indoloro. Y, por si no fuesen suficientes reseñas y juegos, hoy venimos con otro juego económico con tema ferroviario. Como nos gusta el vapor despedido hacia el cielo. ¿Qué podemos esperar del título de Harry Wu? ¿Una copia de Ticket to Ride? ¿Un paso hacia los temibles pero, a la vez, impresionantes juegos tipo 18XX? ¿O se quedará en tierra de nadie? Veámoslo.
Acabo de plantear una serie de cuestiones, y voy a comenzar por una de ellas. Ante un resumen laxo de la mecánica del título que hoy nos ocupa, alguien podría decir que Chicago Express se trata de un juego tipo 18XX reducido a la mínima expresión. Expansión ferroviaria de empresas, participación accionarial de los jugadores sobre estas, reparto de dividendos, etc. Visto de este modo si, comparten muchos elementos en común. Pero toda la parafernalia que rodea a uno de estas bestias de gestión económica es barrida, de forma que, al final, nos quedamos con un juego cuya gran y principal mecánica es la subasta y, en menor medida, la construcción de redes. Esto no quiere decir que sea un mal juego, pero debe ser tenido en cuenta para evitar sorpresas.
Aclarado esto, nos encontramos con un juego cuyo motor económico brilla de forma genial. Todo gracias a un flujo económico en el que, a la hora de adquirir acciones de una compañía no solo tenemos que sobrepujar a nuestros rivales, sino que también tendremos que hilar fino con los fondos aportados, ya que este capital será, posteriormente, la fuerza de estas compañías en las que una parte es de nuestra propiedad. Si racaneamos en este sentido, es probable que, a la hora de colocar railes sobre el terreno, esa compañía en la que tenemos intereses se quede corta.
Seguro que aquí a más de uno se le dibujará una sonrisa maléfica. Y es que, además de la fuerte interacción intrínseca a la mecánica de subastas, aquí entra el factor de fondos «públicos», ya que tendremos acceso al dinero aportado por otros jugadores al poseer títulos accionariales de una misma empresa. Y aquí caben estrategias de todo tipo, con los extremos como máximos exponentes. Los chicos buenos se dedicarán a aunar esfuerzos en pos de un desarrollo económico óptimo, beneficioso para ambos. Pero los malvados seguramente aprovecharan el tener representación minoritaria en una compañía para trabar su avance, incluso malgastando dinero que no pasó nunca por sus manos y dando rodeos inútiles con las locomotoras.
Independientemente de las decisiones de los jugadores, lo que sí es palpable es que las compañías están situadas para seguir desarrollos asimétricos. Esto entrará en conflicto con lo anteriormente expuesto y, salvo ocasiones muy puntuales, los trayectos de cada compañía seguirán trazos similares en sucesivas partidas. Pero como digo, esto depende mucho de los jugadores y, especialmente, de cómo capitalicen a las empresas. Al final el objetivo de cada una debería ser alcanzar Chicago lo antes posible. No hacerlo sería una muy mala señal para sus accionistas mayoritarios, ya que estarían renunciando a una fase de dividendos extra que, probablemente, si disfrutarán el resto.
Dicho todo esto, de nuevo recalcar la extrema sencillez del juego que, gracias a unos pocos conceptos, consigue montar un diseño con bastante profundidad. Como supondréis, nos alejamos bastante de Ticket to Ride, especialmente gracias a esas tensas fases de subastas de acciones en las que tendremos que caminar sobre el alambre para optar a la victoria. Será un título que entusiasmará a los amantes de esta mecánica. Pero cuidado con elegir mal a la hora de pujar, ya que podemos quedarnos estancados con suma facilidad.
El juego permite partidas de dos a seis jugadores, aunque, como buen juego de subastas, mínimo necesitamos tres participantes para que la experiencia no sea excesivamente insulsa. Así que en pareja ni probarlo. Considero que los guarismos ideales son entre cuatro y cinco. A seis tal vez se puede hacer algo pesado tanta fase de subasta con tantas voces.
La rejugabilidad reside únicamente en el reparto de las acciones y las expansiones ferroviarias que los jugadores vayan ejecutando a lo largo de la partida, pero el punto de inicio es el mismo siempre. Una vez que cojamos ritmo con el juego, las sensaciones no serán muy distintas de una ocasión a otra. Como digo, mucha interacción y es aquí donde encontraremos los distintos matices, ya que cada jugador es un mundo.
La edición mantiene la línea Queen Games, es decir, componentes de calidad y una buena cantidad de aire germano. Los elementos de madera son más o menos estándar, aunque las locomotoras de maderas tienen bastante encanto. Los billetes y los títulos accionariales son de papel moneda. Con los títulos no queda más remedio que tragar, pero los billetes, si tenemos un set de fichas de póker a mano, se quedarán en la caja. Los tableros de las compañías son puro attrezzo, aunque nunca están de más. Buen cartón con grosor adecuado. Y la joya de la corona es el tablero principal, con un grosor superior al de los tableros de compañía, doblado en seis pliegues y con los curiosos marcadores de acción simulando indicadores de una locomotora. Como he dicho, la caja es el doble de grande de lo que podría ser, como suele ocurrir con esta compañía. Y, para mantener el conjunto completo de costumbres de la editorial, unas reglas en castellano con erratas, en este caso muy importantes. Menos mal que la comunidad está siempre al quite para evitar meteduras de pata descomunales.
Respecto a las ilustraciones, creo que no voy a descubrir al que probablemente sea uno de los artistas más reputados del sector. Independientemente de la calidad del juego, los dibujos de Michael Menzel elevan el conjunto. Muchos títulos se salvan de la quema por este motivo, aunque el que hoy nos ocupa no llega a esos extremos. A destacar, por un lado, el tablero principal que, a pesar de no ofrecer muchas florituras, cumple perfectamente su cometido y resulta agradable a la vista. Y por otro, la portada, donde Menzel si se explaya más, mostrándonos detalles de todo tipo, consiguiendo una composición soberbia. Seguramente con ella se habrán realizado muchas ventas.
Y vamos cerrando. Chicago Express es un gran juego de subastas, con un bonito envoltorio de juego de desarrollo ferroviario. De reglas sencillas pero con gran profundidad, será un plato de buen gusto para los amantes de las pujas. Por contra, si esta mecánica no casa mucho con vuestras preferencias, probablemente el título de Harry Wu os resultará uno más del montón. Pero, obviando el tema de afinidades, considero que es un juego bastante elegante en su desarrollo, erratas del manual en castellano aparte. Por todo esto le doy un…
Como buen guiño a los juegos españoles de hoy en dia, erratas!
"Añadir leyenda" en la foto de las casitas.
Y al propio Chicago Express!! xD
Muchas gracias Lord Alex 😛
Yeah! 😀
Pueees, no me convence mucho. Muy bueno tiene que ser un juego de trenes para que me atraiga, es un tema que me deja algo frio.
"pero los billetes, si tenemos un set de fichas de póker a mano, se quedarán en la caja. " Muy de acuerdo. Por qué se siguen haciendo juegos con billetes? Señores, no son bonitos ni cómodos, yo les tengo muchísima mania.
Pero la reseña en sí, muy buena (y) Notable alto (que si no, se te sube!)
Al final no deja de ser un juego de subastas. Pero eso, el circuito económico es lo mejor. El tener que calcular cuanto vas a querer expandir un trayecto a la hora de aportar pasta le da un toque distinto respecto a otros juegos de este tipo.
Gracias por el notable alto 😛
Hola 5 años después jaja!
Estoy pensando en hacerme con una copia del juego. Todo ha empezado mirando 18xx jeje, que me han llevado a juegos más ligeros de trenes, y me he topado con éste, que me ha llamado la atención sobretodo la parte de la subasta, que es una mecánica que suele gustarme.
La pregunta: crees que a día de hoy hay algún juego que ofrezca algo parecido pero lo haya mejorado o te parezca mejor en definitiva?
Sabes alguna cosa de la expansión por cierto?
Y ya que estoy te pregunto, has probado el Irish gauge?
Muchas gracias como siempre!!
El Irish Gauge no lo he probado. Y si, hay un juego muy similar que yo creo que es mejor: American Rails que forma parte de la colección de masterprints de Quinned Games. Échale un ojo.
Mini express se sentaría mas entonces en la expansión, es menos económico que este.?
Mini Express quita de en medio el uso del dinero y lo «diluye en las acciones». Es económico, pero el calculo es mas liviano.
Hay algún parecido con airlines europe? Ambos los recomiendas
Hombre, tienen ese punto económico y de gestión de rutas, pero son bastante distintos. Entre los dos me quedaría con Airlines Europe.
Y teniendo el Pan Am vale la pena ese Airlines Europe?
Valer vale la pena porque tienen una dinámica distinta. Otra cosa es que a mi Pan Am me parezca mejor.