Reseña: ¡Toma 6!

Introducción

¡No es un juego para bueyes! Tienes 10 cartas para jugar, de manera inteligente, en una de las cuatro filas. Pero ¡atención! en cada fila sólo caben cinco cartas. Así que, si colocas la sexta carta de una fila, tendrás que coger las cinco que haya, con todos sus bueyes (puntos negativos).

Portada
Portada

Así se nos presenta ¡Toma 6!, uno de los clásicos en el mundo de los fillers. Diseñado por el incombustible Wolfgang Kramer en 1994 (hace ya 20 años) bajo el original nombre de Category 5. El juego ha sido ya publicado por infinidad de editoriales y en una gran cantidad de países, cumpliéndose este año su vigésimo aniversario. Esta última edición está ilustrada por Franz Vohwinkel, responsable de algunos clásicos como Puerto Rico o Ra.

En nuestro país se encuentra editado por Mercurio Distribuciones, que lanzó hace poco la última edición publicada con el motivo de la efemérides. Permite partidas de 2 a 10 jugadores, con una edad mínima recomendada de 8 años y una duración media por partida de 30 minutos. Su precio de compra recomendado es de 13,20 €. Para esta reseña he utilizado la reciente edición en alemán.

Contraportada
Contraportada

Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.



Contenido

Dentro de una de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 11,9×9,4×2 cm. (caja estándar tipo Famiglia o Bohnanza), nos encontramos con:

  • 104 Cartas del Juego Básico
  • 10 Cartas de la Expansión
  • Reglamento
Contenido
Contenido

Mecánica

¡Toma 6! es un juego de bazas en el que los jugadores juegan las cartas de forma simultánea. Cuando un jugador coloque la sexta carta en una fila, deberá llevarse las cinco que había en dicha fila. Se juegan rondas hasta que algún jugador alcanza o sobre pasa los 66 puntos.


Conceptos Básicos

El elemento básico del juego son sus cartas. Estas cartas se encuentran numeradas y son únicas (no hay cartas repetidas). Además, cada carta posee un número de cabezas de buey (pequeños símbolos encima del logotipo del juego que está presente en todas las cartas). Estos pequeños símbolos representan el número de puntos que aporta dicha carta a la hora de ser tomada por un jugador (de nuevo, el valor de la carta no importa en este sentido).

El número de bueyes de una carta sí que depende del valor de la misma:

  • Cartas múltiplos de 5: 2 bueyes.
  • Cartas múltiplos de 10: 3 bueyes.
  • Cartas múltiplos de 11: 5 bueyes.
  • El 55 es un caso especial: 7 bueyes (es múltiplo de 11 y de 5).
Tipos de Cartas
Tipos de Cartas

El concepto clave del juego es la colocación de las cartas. En la mesa tendremos una serie de filas, compuestas por cartas. Cada carta debe ser colocada en aquella fila cuya última carta sea inferior a la carta a colocar, y, además, la diferencia esa última carta de la fila y la carta a colocar sea menor.

Preparación de la Partida

  1. Se baraja todo el mazo de cartas.
  2. Se roban las 4 primeras cartas y se colocan en la mesa formando una columna.
  3. Se reparte a cada jugador 10 cartas.

Y ya estamos listos para comenzar.

Partida preparada para seis jugadores
Partida preparada para seis jugadores

Desarrollo de la Partida

La partida dura un número indeterminado de rondas. Las rondas se completan totalmente (no se dejan a medias). Por cada ronda se van a jugar 10 turnos. Cada turno se desarrolla de la siguiente manera:

  1. Cada jugador elige una de las cartas de su mano y la coloca bocabajo en la mesa.
  2. Una vez que todos han elegido una carta, la revelan simultáneamente.
  3. Se ordenan de menor a mayor y se van colocando sobre las filas (comprobando si algún jugador debe tomar cartas de alguna fila).
  4. Una vez que se han colocado todas las cartas, se repite el proceso hasta que todos los jugadores se han quedado sin cartas.

En el momento que la carta de un jugador se coloque en la sexta posición de una fila, ese jugador deberá tomar las cinco cartas anteriores, anotando en su marcador el número de cabezas de bueyes impresas en ella, y dejando como inicio de la fila la carta que eligió.

Si la carta de un jugador es inferior a todas las cartas finales de cada fila, entonces el jugador deberá elegir una fila y tomar todas las cartas que la componen, anotando los puntos correspondientes, dejando como comienzo de la fila la carta que eligió.

Si, al finalizar la ronda, ningún jugador ha alcanzado los 66 puntos, se vuelve a preparar una nueva ronda y se continúa jugando.


Fin de la Partida

La última ronda será aquella en la que un jugador haya alcanzado o sobrepasado los 66 puntos. Tras completarla, el ganador será aquel jugador con menos puntos acumulados.


Variantes

  • Números Conocidos: se utilizan solo las cartas cuyo número sea igual o inferior al resultado de multiplicar el número de jugadores por 10 más cuatro. A continuación se colocan todas las cartas sobre la mesa y cada jugador va tomando una hasta que todos tienen una mano de 10 cartas. Las 4 restantes serán las cartas iniciales.
  • Dos Rondas: el reparto es ligeramente distinto (12 cartas para 4 jugadores, 10 cartas para 5, 8 cartas para 6 y 7 cartas para 7). Se colocan cuatro cartas iniciales y se procede como habitualmente. Para la segunda ronda se deja la mesa tal y como finalizó en la primera ronda. Al final de la partida el ganador será el que menos puntos haya acumulado (no hay que llegar a 66).
  • Comodines: cada jugador recibe una carta comodín con decimales que se «suma» al valor de la última carta. Es decir, que si, por ejemplo, tenemos un 0,5 y lo ponemos detrás de un 45, el 46 sería superior a nuestra carta.
Comodines
Comodines

Opinión Personal

Estamos delante de uno de esos fillers que aguantan el paso de los años al pie del cañón. Es difícil decirle que no a una partidita a uno de los juegos más famosos del prolífico Wolfgang Kramer (en este caso en solitario). Podríamos decir que este título es a los fillers lo que Los Colonos de Catan o Carcassone a los Familiares o Agricola y Caylus a los Eurogames de nivel superior: un clásico por el que el tiempo no pasa.

Algo que debe tener todo filler que se precie es la capacidad de divertir. No basta solo con que nos proponga un desafío de corta duración. Y este título no falla en ese aspecto. Si de algo puede presumir este juego es de sacarnos carcajada tras carcajada cada vez que algún jugador se lleva alguna fila que no esperaba.

Como todo juego de cartas, el azar está bastante presente durante la partida. Por un lado, como en todo reparto que se precie, es posible que nos toquen cartas interesantes o la dama fortuna se ría constantemente de nosotros. Pero una vez que tenemos nuestra mano, no tenemos más remedio que lidiar con ella. Aquí es donde entra el elemento estratégico del juego. Estratégico o caótico, según el número de jugadores. Y es que en función de la cantidad de personas el control será mayor o menor.

A pocos jugadores se puede ir jugando con cierto control ya que más o menos podemos prever a que fila va acabar yendo nuestra carta, y solo cuando todas las filas anden más o menos repletas es cuando los momentos tensos harán actos de aparición.

A muchos jugadores ocurre todo lo contrario. Cada ronda es un misterio. Muchas cartas a añadir y complicado intentar calcular adecuadamente el orden en el que nuestra carta entrará a la mesa. Al final acabas limitándote a minimizar los riesgos en la medida de lo posible, intentando jugar cartas con un cierto margen de seguridad (aunque solo podremos jugar cartas de forma tranquila si son prácticamente consecutivas a las colocadas al final de la fila.

Además posee el mecanismo de autocontención para que las partidas no se alarguen, ya que las caras van a ir entrando en juego y los jugadores van a coger cartas si o sí. La única forma de que la partida dure es que estos castigos estén repartidos entre todos los jugadores. Pero lo que de verdad divierte una barbaridad es cuando un jugador entra en barrena y no para de coger cartas. En eso soy un especialista.

Las variantes, si bien no son una maravilla, aportan suficiente variedad como para no sentir que siempre se acaba jugando a lo mismo y amplían el universo de posibilidades.

La escalabilidad es un punto delicado, ya que, aunque permita partidas de 2 a 10 jugadores, si hay pocos participantes hay demasiado control y las partidas avanzan lentamente. Y a muchos jugadores tal vez todo es demasiado caótico (aunque esto puede tener su encanto). El rango ideal para jugar es de 4-8.

Partida en juego
Partida en juego

Respecto a la edición, no deja de ser un juego de cartas, por tanto estas son la clave. En este caso nos encontramos con cartas de buena calidad, con fondo predominantemente blanco, por lo que sería difícil marcarlas. Aunque ya sabéis, yo siempre recomiendo enfundar. En este juego se manosean bastante las cartas y si queremos que dure algún tiempo, a dejarse algunos euretes mas en un paquete de fundas

Respecto al aspecto visual, no voy a hacer hincapié en ninguno de los ilustradores que han realizado alguna versión, ya que el estilo sencillo de las cartas hace que cualquiera lo pudiese lograr con un programa de diseño vectorial (con un mínimo de conocimientos). Nada que sea reconocible. Cumple su función, pero no destaca, aunque el logotipo del buey ya es prácticamente una marca. Es verlo y pensar en Kramer.

Y poco más. Un filler que sigue dando guerra 20 años después, que nunca viene mal para pasar un buen rato. Es la perfecta definición de juego piscinero. Como todo filler, abusar de él implica dejarlo en la estantería una buena temporada. Pero tened por seguro que tras ese descanso, volverá a la mesa. Lleva haciendo veinte años. Por todo esto le doy…

Notable

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21 comentarios

  1. A mi me encanta las risacas que te echas con este juego para lo tonto que es. De hecho, ahora voy a ir a comer donde mis padres y me arrepiento de no habérmelo llevado para echarme unas ronditas 😀

  2. es un filler que me encanta y que ya no sale a mesa en la vida 🙂
    Si quieres un poco mas de control sobre la partida es mejor que juegues al toma 11 (de la misma familia pero con mas estrategia sin perder simplicidad), y si quieres mas risas el Tanz der Hornoschen (que es un Toma 6 de tablero, pero le da mas diversion a cada fila de cartas añadiendo puntuaciones adicionales y algun cambio momentaneo de reglas)

    1. La próxima vez echamos el Tanz der Hornoschen, que ya nos lo dijiste la última vez y me quedé con las ganas. Se acumulan las solicitudes: Goa, Troyes, este 😛

  3. Sin duda es uno de los reyes entre los fillers y como bien dices, cumple a la perfección su cometido. Sencillo, ligero, turno simultáneo y con un punto de estrategia.

    Hay más variantes que las que indicas, una de poner por encima de la última de la fila o por debajo de la primera (una variante brutal cuando se sabe jugar) Nosotros solemos jugar tantas rondas como jugadores haya.

    1. Confieso que yo lo tuve enfundado, pero es imposible colocar las cartas con funda en la caja. Tuve que volver a la realidad y quitarlas.

    2. por el amor de Dios!!!!!! un Tichu enfundado!!!!!! voy a dejar de jugar contigo!!!!!!!
      el proximo dia te enseño como esta mi tichu, para que veas como tiene que estar un tichu enc ondiciones 🙂

    3. Si os fijáis en la foto del contenido, veréis dos de mis famosas "fajitas", con las cuales formo dos mazos que no se mueven dentro de la caja, de forma que, aunque esta no llegue a cerrarse completamente, el encajonado es suficiente como para que todo quede recogido 😛

  4. Hemos coincidido de juego y día con la reseña. Ni hecho aposta. Gran reseña (estoy por robarte alguna foto, xd)

    1. xD. Y Cesar de 2 Maracas también ha publicado reseña de este juego esta semana. Respecto a las fotos, usa la que necesites!

  5. Es un juegazo increíble sobre todo a muchos jugadores, vale que no sea muy previsible los números que pueden salir pero te echas unas risas que no veas jajaj. No puede faltar en ninguna ludoteca.

    Un saludo!

    1. Si, a muchos jugadores, a pesar de ser caótico, es extremadamente divertido. Como dices, no puede faltar!

  6. Me ha encantado leer esta reseña. Toma 6 es uno de los juegos a los que más cariño le tengo. Me siento "embajador" de este juego. Siempre hablo maravillas de él y le he jugao miles de partidas. Todas buenísimas.
    Por cierto, algunas partidas incluso las he jugado con 11 y 12 jugadores, y es que este juego, si quieres, no ha de limitarse a 10 jugadores. Incluso con 13 o 14 si me apuras lo puedes jugar.

    Ah, y por cierto, mi copia de Toma 6 -que la compré en 2008 y ha sido ultra-utilizada- sigue estando "en buena forma" para jugarse. A mí fue uno de esos juegos que me quitaron las ganas de enfundar todo. Si éste ha aguantado el batalleo que ha tenido… ¡¡¿qué no soportarán los demás!!?

    Saludos!

  7. En el anime Houkago Saikoro Club en el Episodio 4, en este episodio explican como se juega y muestran una partida, en el atribuyen una frase a Kramer, el autor de toma 6, «los juegos crean puentes que conectan a las personas a través de fronteras y generaciones». Y desde que descubrí este dato le tengo más cariño al juego.
    También explican en ese episodio que el juego «Beat the Buzzard» de Alex Randolph fue el primer juego en llevar el nombre de su autor, ya que Randolph lucho por los derechos de los autores de juegos ya que veía que los juegos de mesas eran obras no meros productos y merecían reconocimiento por la creación de los mismos.

  8. Tal como menciona vilvoh, falta mencionar la variante que te permite poner una carta al comienzo (en vez de al final) de una fila tambien, que en BoardGameArena se llama modo profesional (por cierto esta gratis en esa pagina web asi que pueden probarlo por ustedes mismos esta joyita de juego). Buena reseña como siempre 🙂

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