Crónicas Jugonas: Semana 38 del 2014 (15/09 – 21/09)

Otra buena semana lúdica, con bastantes estrenos, aunque sin juegos de mucho peso. Vamos a ello.

El primer estreno de la semana llegó el martes. Tocaba uno de los juegos más adorables que hemos visto jamás: Shear Panic. Un abstracto disfrazado con mucho encanto. Moveremos una serie de ovejas de diversos colores para ir consiguiendo ciertos patrones a lo largo de una serie de etapas realizando una serie de acciones de un solo uso para toda la partida. En la primera de estas estábamos más perdidos que el barco del arroz, así que fuimos tanteándonos. A medida que avanzábamos íbamos cogiéndole el gustillo, pero con el problema de que acción gastada acción perdida. Encaré el último pasto con una ligera ventaja sobre Sandra. Ella podía terminar la partida, aunque ello suponía su derrota. La convencí para que jugase un turno más, pero no se dio cuenta de que yo si acababa la partida, abriendo aún más brecha. Admito que fui un poco estafador. Resultado final: 34 a 25.

No puede ser mas adorable
No puede ser mas adorable

El miércoles volvimos a repetir con el juego de las ovejitas de cerámica. Ya con la mecánica aprendida, estuvimos mucho más avispados. Sandra tomó la delantera casi desde el principio, y en el segundo pasto (uno de los dos que más puntos otorgan), logro anotarse unos buenos tantos, poniendo tierra de por medio. Ya no pude alcanzarla. En el tercer y cuarto pasto logré reducir algo la ventaja, pero no fue suficiente. Victoria ajustada para Sandra. 28 a 26. La verdad es que cuesta pillarle las estrategias al juego, sobre todo por el tema de solo poder ejecutar cada acción una única vez durante la partida. Un paso en falso y las consecuencias pueden ser fatales.

Segunda partida, primera derrota
Segunda partida, primera derrota

A continuación, otro estreno. Además, el juego de moda. Reciente ganador del Spiel des Jahres y recién nominado a Juego del Año en España. Si amigos, ya está en mis estanterías el famoso Camel Up. Tras leernos las instrucciones nos pusimos a apostar por esos cachondos camellos. La verdad es que el juego no tiene nada, y, básicamente te limitas a ir calculando probabilidades en los tramos y para el resultado final. La cosa es que a dos jugadores es un poco rollo, porque no deja de tener una gran componente de party que los jugadores deben saber aprovechar. Y eso a dos jugadores no es muy viable. Centrándonos en la partida, pocos turnos. Sobre todo por desconocimiento y falta de picardía. Nos limitamos a sacar dados y tomar las losetas más probables. En cuatro rondas estuvo finiquitada la partida. Sandra fue la ganadora, sobre todo por haber logrado meter una carta en la predicción del ganador, siendo la acertada. Resultado: 35 a 24. Pero no dejó buen sabor de boca.

Primera partida que nos dejó un poco fríos
Primera partida que nos dejó un poco fríos

Días atrás Sandra y yo echamos en la BoardGameArena una partidita al Tuareg, con una gran victoria por mi parte. Sandra se quedó picada y me pidió la revancha, esta vez en mesa, para que quedase constancia en estas crónicas. Pero estoy en racha en este juego. Tras estrenarlo y no oler victoria, ahora llevo 4 partidas sin perder. Esta fue la que más rápido se ha desarrollado. Me centré en las cartas de tribu de oasis y tienda, consiguiendo dos filas completas. Además, muchas de mis cartas ofrecían extras al conseguir mercancías mediante cartas, lo que me permitió acelerar el ritmo. De hecho, la partida finalizó antes del tercer asalto, ya que conseguí establecer las dos cartas de tribu. Aunque parecía que la paliza iba a ser tremenda, el marcador quedó bastante ajustado, 35 a 31. De hecho, si la partida hubiese durado una ronda más, seguramente Sandra me habría alcanzado. Grandioso juego. De lo mejor para dos jugadores con mecánica de colocación de trabajadores.

Partida vertiginosa
Partida vertiginosa

Después, para seguir la racha de estrenos de la semana, uno de los últimos Feld que ha entrado en mi colección (que han sido unos cuantos). En esta ocasión, el juego de los almacenes en la ciudad de Hamburgo. Ese nombre impronunciable tomado del famoso barrio de la urbe alemana: The Speicherstadt. Un juego con una mecánica de subastas y pujas implementadas de forma muy original, con una especie de puja invertida creciente (ya desarrollaré el concepto cuando toque reseñarlo). Y con la gracia de los incendios (por lo visto, durante cada estación, es costumbre en Hamburgo meterle fuego a todo lo que se ponga por delante). Pero bueno, a mí lo que me gusta es mover mercancías, así que pasé completamente de este tema, sobre todo cuando vi que Sandra se hacía con el regimiento de bomberos al completo. Y ahí estuvo mi gran error. Cuatro incendios que suponen una brecha de 20 puntos. Muy difícil de remontar. El resto de la partida no tiene sentido ni comentarla. El resultado final: 42 a 20. Aplastante y humillante derrota. Además a un Feld. Quien me ha visto y quién me ve. Eso sí, el juego, muy entretenido. Me recuerda en muchos aspectos al Santiago de Cuba, aunque le veo mucha más vida a este.

Burn, baby, burn
Burn, baby, burn

Y seguimos con los estrenos. El sábado, antes de irnos a dar una vueltecita y cenar por ahí, sacamos el juego de Andrei Novac, Praetor. Un curioso juego que mezcla colocación de trabajadores con colocación de losetas y gestión de recursos, además de incorporar un grado de experiencia para los trabajadores (representados con dados). Ligerito, pero con gran profundidad. La partida no tuvo mucha historia, ya que Sandra amplió su cuadrilla demasiado pronto, y quedó hipotecada casi desde el principio de la partida, teniendo que gastar muchas acciones en conseguir el dinero necesario para no ver la moral de su equipo mermada. Yo fui más pausadamente, ampliando la experiencia de mis muchachos, y levantando poco a poco la ciudad italiana. Eso sí, como buen estreno, hicimos una cosa mal (o fatal). Y es que, exceptuando las minas, pasábamos de la experiencia de los trabajadores a la hora de ir a las losetas de obtención de recursos. Claro, así la partida se nos trabó un poco. Yo pegué el acelerón con un par de losetas que me permitían aumentar la moral de mi gente y puntuar por el nivel de moral. Mientras, Sandra seguía enfrascada en sus historias. Resultado final, paliza: 141 a 84. Me ha gustado mucho. Hay que jugarlo más.

Magnífico juego. Deseando volver a probar
Magnífico juego. Deseando volver a probar

El domingo se vinieron a casa Juan y María, con los que llevábamos tiempo intentando quedar. Pero entre pitos y flautas, no lográbamos encontrar un hueco en nuestras apretadas agendas. Empezamos repitiendo juego, el famoso Camel Up. Tenía ganas de comprobar si a más jugadores el juego ganaba. Y vaya si lo hace. Como comenté anteriormente, es un juego muy dado al cachondeo. Si los jugadores están con el ánimo apropiado, la partida es muy divertida. Y así lo fue. Seguramente a mas jugadores, mas diversión aun. La partida comenzó muy de cara para Juan, que atinaba con todas las predicciones, y fue aumentando su fortuna poco a poco. Yo más o menos me mantenía, mientras que María estaba negada totalmente. Todo discurría a un ritmo más o menos aceptable, pero los astros se alinearon y, cuando parecía que podían quedar dos rondas mínimo, ciertas losetas de oasis y el orden de salida de los dados provocaron que la clasificación diese un vuelco absoluto, precipitándose hacia su final. Un final totalmente inesperado, el cual solo fue capaz de pronosticar María, que logró remontar algo. Aun así, paliza de Juan. Resultado final: Juan vencedor con 26 libras, yo segundo con 18 y Sandra y María últimas con 13. Mucho mejor que el martes.

Mejores sensaciones, igualmente derrotado
Mejores sensaciones, igualmente derrotado

Después sacamos el desesperante Gardens de Perepau Llistosella. Un juego capaz de ponerte de los nervios gracias a esas magnificas losetas ilustradas por Pedro Soto, configuradas de tal forma que, en un gran porcentaje de las ocasiones, la única forma en la que encajan en el tablero es, precisamente, la menos conveniente. Yo le llamo el «enroscalosetas», porque la gente comienza a darle vueltas y vueltas y más vueltas… Como si eso fuese a cambiar el color de las flores. Centrándonos en la partida, una victoria sin paliativos de María. Poco a poco, parterre a parterre fue abriendo distancia. Hubo un momento en el que su avance se frenó un poco y Juan y Sandra parecían darle alcance. Pero fue solo un espejismo. Fue la que cerró la partida llevándose la victoria de forma incontestable. Resultado final: 8 parterres para María, 6 para Juan, 5 para Sandra y únicamente 3 para mí. Que partida más catastrófica.

Mejor que cuelgue la regadera... porque vaya tela
Mejor que cuelgue la regadera… porque vaya tela

Sandra tenía ganas de que nos diésemos leches, así que sacamos otra de nuestras recientes adquisiciones: Jungle Speed: Rabbids. La verdad es que las pequeñas variantes que se añaden en esta versión mejoran mucho la experiencia de juego, consiguiendo aún más tensión durante la partida, ya que los jugadores pueden hacer más cosas además de intentar atrapar el tótem. La partida duro bastante más de lo esperado, sobre todo porque Juan, que siempre estaba a punto de obtener la victoria, recibía alguna carta de regalo ya que casi todos íbamos a por el Rabbid (una de las variantes que incluye), de forma que casi nunca lograba acabar su mazo, aunque finalmente lo consiguió. Muchas palmadas y golpes (de hecho casi todos acabamos algo lastimados).

Nos faltó liarnos a puñetazos
Nos faltó liarnos a puñetazos

A continuación sacamos el magnífico ¡Toma 6! del gran Wolfgang Kramer. Explicación corta y risas aseguradas. Ideal para la recta final. Esta vez, aprovechando, que teníamos a dos novatos, esperaba poder hacer una partida más decente. Y así fue. De hecho, estuve prácticamente en cabeza durante la mayor parte. Pero de repente, entré en barrena y me comí un par de filas jugosas, repletitas de filetes de buey, de forma que Sandra y yo nos pusimos muy a la par. María la pobre no paraba de anotar puntos, mientras que Juan, que comenzó embalado hacia el 66, logró estabilizarse. Finalmente, en la ronda decisiva, en el último turno, Sandra metió una carta un par de valores más alta que la mía, obligándome a tragarme la fila que más sumaba, otorgándole la victoria. Resultado final: Sandra vencedora con 37 puntos, yo segundo con 49, Juan tercero con 54 y María ultima con 68. ¡Qué maravilla de juego!

Como perder en la última jugada
Como perder en la última jugada

Para cerrar la velada y la semana, un Love Letter, que hacía mucho que no lo sacábamos. Tras explicarle a María de que iba la historia, nos pusimos a intentar conquistar a la esquiva Princesa. Bien rápido que cogió el concepto María. Y bien poco que duró la partida. De hecho, solo una ronda no fue ella quien se llevó el punto, jugando únicamente 5 rondas. Victoria aplastante: María 4 puntos, yo 1 punto y Juan y Sandra de vacío.

Al menos conseguí un puntito
Al menos conseguí un puntito

Y con esto finaliza la semana. Sabor agridulce el domingo, que no logré vencer a nada. Pero bueno, al menos echamos unas buenas risas. A ver qué tal se da esta semana que entra.

13 comentarios

  1. Respecto al Camel Up, en mi opinión es un juego divertido sin grandes pretensiones. Últimamente he podido jugarlo con bastante gente 5, 6 e incluso 8 jugadores. Es un juego que a mi me ha funcionado muy bien con ese numero de jugadores y si es en un ambiente distendido después de una cena o con unas cervezas o similar, mejor. En ese ambiente el juego funciona perfectamente y es muy divertido. No puedes esperar un juego para pensar y tomártelo en serio. Es un juego familiar ideal.

    1. Si, no deja de ser un party-filler. Yo creo que a este juego le puede hacer bastante daño el SdJ y la nominación para el JdA. La gente puede pensar que es mas de lo que es.

  2. Tio, cuando te he leído lo del Camel Up a 2 jugadores estaba pensando "vaya manera de cargarse un juego! así normal que no te guste!". Menos mal que dps lo enmendásteis a 4 jugadores. Es uno de esos juegos que a 2 no tiene sentido ninguno, aunque te diga al manual q se pueda a dicho número.
    Al Shear Panic le tengo ganas. Una vez lo iba a jugar pero me tuve q ir y me quedé con todas las ganas.
    Saludos!

    1. Si, menos mal que lo he podido probar rápido. A dos es un coñazo absoluto. El Shear Panic se me está atravesando, es un abstracto mucho mas complejo de lo que parece. eh?

  3. Hola Iván. Estupendo blog. Por cierto, seria edtupendo si en las partidas del finde incluyeses una opinión personal de 2 o 3 líneas. Estaría muy agradecido.

    Un saludo

    1. Hola Fernando. Ante todo, gracias por comentar.

      Normalmente suelo meter 2 o 3 filas, sobre todo cuando el juego es nuevo o he descubierto algo interesante. Pero intentaré siempre ofrecer un apunte.

      Gracias de nuevo!

  4. Gran y peligrosa semana lúdica, enserio, estoy lesionada de verdad por culpa del Jungle Speed Rabbids… pero mola tanto! Así que como dice mi madre… "sarna con gusto no pica", nos faltó un Speed Cups para terminar de descalabrarnos 😛

  5. Otra semana bien cargada de novedades. Por cierto, ¿el camel up se parece al Banjoli xeet? ¿crees que debería ir judicialmente contra ellos por plagiarme los camellitos de madera que creé para el Yspahan?.
    Gran semana, a ver si para la siguiente organizamos una buena megasesión.

    1. Sin duda te robaron el diseño camellil. Respecto al Banjooli Xeet, te diría que no se parecen en absoluto, exceptuando el tema de que hay una carrera con animales. Este es mas de apuestas y probabilidades.

  6. Buenas! A mi el SHEAR PANIC me enamoró desde la primera partida que jugué, hace bastantes años en casa de unos amigos, y fue uno de los primeros juegos en mi colección. Por desgracia, mi grupo de juego no comparte mi opinión y las ovejas no salen a pastar fuera de su caja 🙁
    Lo tenía casi olvidado y después de tu crónica me han vuelto las ganas de echarle una partida. ¡Volveré a intentarlo!
    Saludos!

    1. A mi me ha gustado, pero aun no he terminado de verle la forma de jugar. Voy a tener que buscar estrategias y demás historias, porque cada vez que juego ando mas perdido que el barco del arroz!

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