Crónicas Jugonas: Semana 49 del 2013 (02/12 – 08/12)

Como ya dije la semana pasada, esta iba a tener visita, por lo que las oportunidades de jugar iban a verse reducidas. Pero bueno, ha ido mejor de lo esperado.

El jueves fue la primera partida que echamos en toda la semana. Después de darnos una buena vuelta por el centro de Gijón (totalmente ambientado para las fiestas Navideñas), mientras hacíamos tiempo para que el compresor para el inflar colchón se cargase, echamos un Noah. Era la primera vez que jugábamos a 4 jugadores, y la verdad es que desarrollar una estrategia es mucho más complicado. Definitivamente este no es mi juego. En la primera ronda me llevé 7 lágrimas (aunque Jesús se llevó 8). Sandra fue la ganadora. En la segunda ronda más de lo mismo. Fue Jesús el ganador, pero Sandra no tuvo lágrimas que aportar, mientras que yo sume otras 7. Rocío también se llevó unas cuantas. La tercera ronda fue la más tensa. Todos íbamos contra Sandra, que se tuvo que comer un par de transbordadores. Si la ronda hubiese finalizado tras haber tenido que coger el primero, habría sido una debacle para ella, pues ese transbordador era Pandalandia (para los que no hayáis jugado, los Pandas son los animales que más entristecen a Noé, y aportan 4 lágrimas). Al final Jesús finiquitó la ronda y Sandra se llevó un buen llanto de Noé. Tanto trabajar para al final caer en la última ronda. El ganador fue Jesús con las 8 lágrimas de la primera ronda, segunda Sandra con 10, tercera Rocío con 11 y en última posición yo con 15. Que desastre.

Anda que Noé iba a salvarme a mí...
Anda que Noé iba a salvarme a mí…

El viernes logré engatusarles para jugar a algo más «serio». Sacamos el Ticket to Ride: Märklin. Jesús nos había visto jugar a Sandra y a mí en el iPad y le llamó mucho la atención. Esta vez Sandra no se apuntaba porque estaba algo cansada, por lo que solo éramos tres y, por tanto, de los trayectos dobles y triples solo se podía reclamar uno, quedando el resto deshabilitados. Tras explicarles las reglas comenzamos a jugar. Yo me confié demasiado. Cogí 1 trayecto largo y 3 pequeños y me los quede todos, cuando era bastante complicado cumplirlos. Rocío cogió 4 pequeños y Jesús 1 largo y 3 pequeños. Comenzamos a jugar y la verdad es que la partida estuvo muy interesante. Jesús y Rocío se pelearon mucho por controlar la zona suroeste de Alemania, donde hay muchos trayectos cortos y sin color. Yo por mi lado me dedique a construir un ramal por la zona este, pues mi objetivo principal era conectar el norte con Austria. Pero a medida que nos íbamos quedando sin vagones, el mapa se iba ajustando. En esta ocasión los pasajeros no supusieron una gran ventaja para nadie, más o menos sacamos todos los mismos puntos. Y al final, la catástrofe. Un par de trayectos cogidos por Rocío me desbarataron todos mis planes y ya no tenía fichas suficientes para cumplir todos mis objetivos. Al final la partida se la llevó Jesús, que cumplió 3 de sus 4 (al igual que Rocío, por tanto ambos se llevaron el bonus). El consuelo que me queda es que incluso sin la intervención de Rocío, no podría haber ganado. Resultado final: Jesús: 148 puntos, yo con 131 y Rocío con 112.

Tanto trabajar para nada...
Tanto trabajar para nada…

El domingo fue día de despedidas. Rocío y Jesús cogían la carretera para volver a mi Sevilla, a la que viajaremos nosotros en menos de tres semanas. Pero bueno, la vida sigue y el juego continúa, así que Juan y Ciro se apuntaron a una tarde de juegos. Sandra tenía muchas ganas de probar las casas nuevas de la expansión del Spartacus, por lo que jugamos con ellas (no así con las cartas de la expansión, que eso será para más adelante). Las dos nuevas casas ofrecen interesantes beneficios en el desarrollo de la partida, aunque en contra, no tienen forma de ganar puntos de influencia directamente. La partida estuvo muy disputada. Sandra logró destacarse muy pronto, por lo que se convirtió en blanco de todas nuestras conspiraciones para evitar una rápida y limpia victoria. Cuando todo se volvió a igualar, yo me puse a dos puntos de la victoria descartándome de varios packs de guardias (yo tenía a Glaber), arriesgándome a convertirme en el objetivo del resto de mis rivales. Afortunadamente me guardé en la mano numerosas cartas de reacción para evitar daños. Sin embargo, cuando creí que la victoria estaba cerca, Juan se había ido formando un gran conjunto de guardias, gladiadores y esclavos, de forma que acabó la partida antes de lo que esperábamos al descartarse de 2 packs de guardia-esclavo-gladiador (tenía a Solonius). La culpa fue nuestra por dejarle campar a sus anchas en el mercado. Todos demasiado pendientes de guardarnos monedas para intentar llevarnos el anfitrión. La próxima vez no pasará.

Estuvimos cerca Claudio
Estuvimos cerca Claudio

Después llegó un momento esperado por mí. Poder probar el Kingdom Builder a cuatro jugadores y poder comprobar lo que dicen. Y efectivamente, el juego gana una barbaridad. A cuatro jugadores no hay tanto espacio y la batalla por cumplir los objetivos es intensa. En esta partida tuvimos los objetivos de los mineros, los comerciantes y el ermitaño. Había que intentar, además de levantar asentamientos cerca de los castillos, intentar interconectarlos con los asentamientos especiales, construir junto a las montañas e intentar crear asentamientos separados. Juan comenzó muy bien, cercando un palacio completo el solo. Ciro anduvo algo más perdido y Sandra estuvo bastante metida en la partida, aunque no pudo llegar a ningún palacio. Yo por mi lado hice una partida muy regular, intentando cumplir lo máximo posible de ambos objetivos y sin descuidar ninguno, haciendo especial hincapié en el de los comerciantes, que era el más jugoso. Al final me llevé la partida de forma clara. Resultado final: yo con 43 puntos, segundo Juan con 34, tercera Sandra con 30 y último Ciro con 28.

Uno que sabe expandirse
Uno que sabe expandirse

Y con esto acaba esta semana de puente (aunque afortunadamente aquí es fiesta). A ver qué momentos lúdicos nos depara esta nueva semana.

3 comentarios

    1. A mi novia le encantó desde el primer momento que jugamos. Es sencillo de explicar, pero esconde mucha chicha bajo esa fachada "ñoña" e infantil. A mi me ha gustado mucho también, solo que pierdo casi siempre. Por mas atención que pongo, siempre salgo escaldado 😛

      Muy recomendable. Además es baratito.

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