Reseña: ¡Pingüinos!
Introducción
Atrapa todos los peces que puedas antes de que el suelo se hunda mientras te las apañas para que los otros pingüinos no te roben la merienda, pues como es bien sabido esos simpáticos animalitos solo son pacíficos cuando hay suficiente comida para todos… ¡El resto del tiempo no hay tregua ni cuartel!
Así se nos presenta ¡Pingüinos!, un diseño de Günter Cornett (Kahuna, El Diablo en la Botella) y Alvydas Jakeliunas (Alva). Publicado por primera vez en 2003 por Bambus Spieleverlag en una versión en alemán, siendo numerosas veces reeditado. La última versión corre a cargo de Next Move Games con las ilustraciones de Chris Quilliams (Alma Mater, Coimbra, Reef, Azul).
En español se encuentra actualmente editado por Asmodee Ibérica (el juego es completamente independiente del idioma). Permite partidas de 2 a 4 jugadores, con una edad mínima sugerida de 8 años y una duración aproximada de 20 minutos. El precio de venta al público es de 34,95€. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la versión en español de Asmodee Ibérica, que la propia editorial nos ha cedido amablemente.
Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 25×25×7 cm. (caja cuadrada mediana de dimensione similares a las de Cascadia, aunque algo más pequeña), encontramos los siguientes elementos:
- 4 Tableros Oceánicos (de plástico)
- 16 Pingüinos (4 de cada color) (de plástico)
- 60 Placas de Hielo
- Reglamento
Mecánica
¡Pingüinos! es un abstracto con unos adorables pingüinos que lucharan por hacerse con el mayor botín de peces posible. Un tablero formado por losetas hexagonales en las que nuestros pingüinos se moverán en línea recta tomando la loseta sobre la que estaban al comienzo del movimiento, sin pasar por encima de otros pingüinos ni por huecos. La partida finaliza una vez que todos los pingüinos han quedado bloqueados sin poder ejecutar movimientos legales.
Conceptos Básicos
Empecemos por las Placas de Hielo, representadas por losetas hexagonales que muestran en su interior 1, 2 o 3 peces, que equivalen a puntos de victoria. El objetivo de los jugadores es intentar acumular la mayor cantidad de peces (no necesariamente de losetas).
Estas losetas formarán el tablero de juego desplegándose sobre una estructura de plástico que representa el Océano. Esta estructura dispone las losetas en ocho filas, teniendo un pequeño resalte en el centro que permite retirar las losetas de forma cómoda sin impactar en las losetas adyacentes.
Finalmente tenemos a las estrellas del juego, los Pingüinos. Cada jugador controlará un equipo de pingüinos (el número de pingüinos dependerá del número de jugadores). Los pingüinos se desplazarán sobre el tablero de juego con movimientos rectilíneos, no pudiendo atravesar casillas ocupadas por otros pingüinos ni casillas sin loseta.
Con esto tenemos suficiente.
Preparación de la Partida
- Se ensamblan las cuatro piezas del océano formando una estructura de 2×2.
- Se mezclan las placas de hielo y se colocan en los espacios del tablero de océano.
- Cada jugador elige un color y recibe 4/3/2 pingüinos en partidas de 2/3/4 jugadores (el resto de pingüinos se devuelven a la caja).
- Se escoge aleatoriamente al jugador inicial y, comenzando por este y procediendo en el sentido de las agujas del reloj, cada jugador coloca un pingüino en una loseta libre de 1 pez (en muchos reglamentos este detalle no aparece). Así hasta que todos los jugadores hayan colocado todos los pingüinos.
¡Ya podemos comenzar!
Desarrollo de la Partida
Una partida de ¡Pingüinos! se desarrolla a lo largo de un número indeterminado de turnos alternados por los jugadores, comenzando por el jugador inicial y continuando en el sentido de las agujas del reloj.
En cada turno, el jugador activo deberá desplazar uno de sus pingüinos. Un pingüino se podrá mover cualquier cantidad de casillas en línea recta siempre que no atraviese casillas sin loseta o casillas ocupadas por otros pingüinos. El jugador retirará del tablero la loseta que el pingüino desplazado ocupada al comienzo del turno y la colocará en su pila de puntuación.
Tras esto el turno pasa al jugador de la izquierda.
Fin de la Partida
La partida finaliza en el momento que ningún pingüino pueda moverse. En ese momento, cada jugador tomará finalmente las losetas sobre las que se encuentran sus pingüinos y harán el recuento, sumando los peces que aparezcan en las losetas que han obtenido durante la partida. El ganador será aquel con más peces capturados.
Opinión Personal
¡Pingüinos! o Hey, That’s My Fish! que es como originalmente se publicó el juego es uno de esos diseños a los que le tengo un tremendo cariño. Fue el primer juego que Sandra quiso comprar al ver esa pequeña caja con una portada muy sugerente y juguetona, siendo de los juegos a los que más partida le hemos echado desde que este blog existe.
En 2023 llega una nueva versión de la mano de Next Move Games, ya sabéis, esa submarca de Plan B Games que surgió a raíz de la compra de Z-Man Games por parte de Asmodee con la idea de publicar juegos de corte familiar pero con un nivel de producción por encima de la media, siendo Azul (aquí su tochorreseña) el mayor éxito cosechado hasta la fecha. Aprovechemos que ha sido lanzada en español para darle una vuelta de tuerca a una de las tochorreseñas más antiguas del blog (con una antigüedad superior a los 10 años), no sin antes agradecer a Asmodee la cesión de la copia que posibilita esta mano de pintura.
En ¡Pingüinos! nos encontramos con un juego abstracto de dos a cuatro jugadores con una mecánica muy sencilla a la vez que diabólica. Cada jugador va a controlar una serie de peones que va a desplazar sobre un tablero de casillas hexagonales con la idea de acumular la mayor cantidad de puntos, los cuales se encuentran sobre las losetas.
El concepto clave es que, para conseguir una loseta, el jugador debe haber posicionado un peón sobre ella, pero no podrá retirarla del tablero hasta que vuelva a desplazar a dicho peón (salvo que quede bloqueado y entonces la obtendrá al final de la partida). Esto va a provocar que el tablero de juego vaya colapsando poco a poco, generándose huecos que impedirán el tránsito de los peones a través de dichos espacios libres.
Podríamos decir que el juego propone una dinámica de control de áreas un tanto particular, con nuestros pingüinos actuando como si de perros pastores se tratasen intentando cercar grupos de pescados para, en última instancia, aislar dicho grupo del resto de jugadores para asegurarse la obtención de todas las losetas que lo componen. Pero claro, los rivales no van a permitirnos (o no deberían) conseguir esto de forma sencilla.
La cosa está en que al comienzo de la partida los jugadores tienen un objetivo inicial que, además, requiere una atención temprana. Este objetivo inicial nace de los valores de las losetas. Obviamente es mucho más interesante conseguir una loseta de tres peces que una loseta de un pez, por lo que los primeros turnos de la partida suele ser una carrera encarnizada por intentar conseguir la mayor cantidad de estas losetas de tres pescados.
Una vez que estas losetas ya no suponen un foco de atención, se desarrolla la dinámica anteriormente comentada, pero ya con un tablero en forma de queso gruyere en el que el desplazamiento de los pingüinos ya no es tan cómodo, por tener que lidiar no solo con los espacios bloqueados por otros pingüinos, sino también por los espacios libres.
Los jugadores expertos tendrán en mente ambos objetivos, llegando a renunciar a losetas de valor 3 con tal de dejar posicionado un pingüino que corte el paso a otros pingüinos y asegurar un tránsito más cómodo en futuros turnos. Es por eso que este juego, siendo muy táctico, tiene un punto estratégico que resulta muy satisfactorio cuando se consigue generar estos grupos. Y es que, al final, la partida suele decidirse por las losetas de dos peces, casi igual de numerosas que las de 1 pez y por las que, inicialmente, la gente no muestra tanto interés. Esos jugadores expertos visualizan el tablero como si fuese un mapa de calor, intentando detectar cuales son los grupos más valiosos y, una vez posicionados los pingüinos, maniobrar para aislarlos y quedarse con ellos.
¡Pingüinos! es de esos abstractos que permiten partidas a más de dos jugadores, introduciéndose ese punto de caos cuando hay tres o cuatro participantes. Gracias a que cada jugador controla varios peones, a tres o cuatro jugadores no se genera esa dinámica tan marcada en la que cada jugador debería intentar fastidiar al siguiente que le toque actuar, sino que se puede diversificar a la hora de generar bloqueos e intentar «parar» al jugador mejor posicionado, dando pie a esa dinámica de intentar persuadir al jugador activo para que bloquee a tal jugador «porque va ganando». A dos jugadores se convierte en un abstracto de toda la vida, con su cálculo combinacional planteando amenazas al rival que debe actuar en consecuencia para no quedarse encerrado.
De rejugabilidad va sobrado como cualquier abstracto, y más con esta nueva edición en la que la preparación de la partida se realiza de forma ágil (era el principal defecto de las versiones anteriores sin soporte para las losetas) y las partidas son rápidas y muy entretenidas, por lo que ve mesa con mucha facilidad. Además es un diseño apto para todos los públicos y muy sencillo de explicar.
Además es de esos abstractos que han escogido un tema que encaja a la perfección con cómo se desarrolla la partida. La idea de que el tablero va colapsando bajo las pisadas de los pingüinos que se desplazan en línea recta en busca de alimento no podría ser más acertada.
Hay muchos juegos de este corte y que admitan de dos a cuatro jugadores con los que podría compararse ¡Pingüinos!, como Batalla de Ovejas (aquí su tochorreseña), Fjords (aquí su tochorreseña) o el reciente Ragnarocks (aquí su tochorreseña), siendo este el juego que hoy nos ocupa superior a todos ellos en todas sus configuraciones.
Como mayor pega que se le puede poner a este ¡Pingüinos! es que, al fin y al cabo, no deja de ser un juego de movimiento rectilíneo sobre un tablero hexagonal. Si los juegos abstractos no son lo vuestro, puede que se os quede muy corto, tanto en mecánicas como en duración de la partida. Y si os van los abstractos, también se os puede quedar corto porque tampoco es que tenga una profundidad de cálculo muy elevada. Pero en su nicho, es un juego muy recomendable.
Pasemos a la producción. Aquí el trabajo de Next Move Games es impecable. Losetas de buen grosor y prensado, pingüinos de tamaño generoso, prepintados y con unas llamativas bases de colores. Es cierto que pueden resultar ligeramente inquietantes por no tener ojos pintados, pero me gusta ese toque minimalista. Lo mejor de la producción es el soporte del océano para no tener que perder tiempo alineando losetas. El reglamento está bien estructurado y no deja lugar a dudas (aunque en español, de nuevo, no se indica en la preparación que los pingüinos deben colocarse en casillas de un pescado). El único problema de esta nueva edición es que es menos portable que la anterior (que cabía en un bolsillo).
Respecto al aspecto visual, el trabajo de Chris Quilliams con la portada es, como siempre, espectacular. Es de esas portadas llamativas, con ese plano nadir en el que vemos bajo el agua un pez flotando tranquilamente (sobre el que está inscrito el título del juego) y, más arriba, a través de una abertura en el hielo, unos hambrientos pingüinos con la mirada fija en él. Sublime. Es cierto que tal vez habría sido conveniente resaltar los colores de los peces para una más rápida identificación, pero bueno, es un detalle menor.
Y vamos cerrando. ¡Pingüinos! es todo un clásico de los abstractos que consigue combinar un tema que encaja a la perfección con mecánicas y dinámicas. Un juego que plantea una lucha intensa entre los jugadores por acaparar la mayor cantidad de peces contenidos en losetas que conforman el tablero, el cual irá colapsando hasta que los pingüinos queden aislados en pequeñas isletas. Un juego intenso, ágil, entretenido, con su punto de cálculo combinacional que se hace predominante en partidas a dos jugadores, mientras que a tres o cuatro entra en juego un punto de caos que resulta muy divertido, además de abrir la puerta a intentar convencer al jugador activo para que actúe de forma que nos interese y fastidie a otros rivales. La producción de Next Move Games solventa el problema de la preparación de la partida a costa de perder la facilidad de transporte que tenía la versión anterior. La mayor pega que se le encuentra a este juego es que no deja de ser un diseño abstracto con movimientos rectilíneo que tampoco admite una gran profundidad en el cálculo y a muchos se les puede quedar corto. Pero si esto no es un problema, es un juego muy recomendable. Por todo esto le doy un…
Este juego ha encatando tanto a familia, como a peques de unos 7 años, ademas tengo la misma edicion que tu.
Que otro juego recomendarias para familia, aunque sobre todo peques entorno a las 7 u 8 años, despues de que les haya gustado este. (El diamantes no me lo digas que tambien lo han probado :D)
Pues ahí van unas cuantas recomendaciones que con esa edad pueden jugar sin demasiados problemas:
– Carcassonne (una apuesta segura). Si parece demasiado complicado, se juega sin la regla de los granjeros.
– Cacao (como alternativa a Carcassonne).
– Osopark (un buen juego de puzles y muy entretenido).
– Junk Art. Un juego de apilar tarugos que casi funciona como un juegos reunidos de este genero.
– Pictomania. El mejor party de dibujar.
– ¡Aventureros al Tren! Otro clásico que resulta muy sencillo de jugar y que, con el tiempo, se le saca mucho jugo porque estategicamente tiene mucho recorrido. Existe una versión infantil, pero si ya han jugado a pingüinos no deberian tener problemas.
– Azul, como familiar del momento. Todo un acierto y que permite sentar en la mesa desde los mas pequeños hasta los mas creciditos.
De todo hay tochorreseña en el blog. Echales un ojo a ver si te encajan.
Saludos!