Cómo fabricar tus propias fundas para juegos de cartas
Amigos, ya sabéis que una vez que entráis en este mundo llega un momento en el que nos empieza a entrar una fiebre enfermiza por la conservación de nuestros preciados y queridos juegos. A los primeros títulos que adquirimos no le echamos mucha cuenta, llevamos la caja a cualquier lado, jugamos con las cartas «a pelo». Pero tarde o temprano nos arrepentimos de este negligente comportamiento. Estas primeras adquisiciones comienzan a mostrar claros síntomas de deterioro… y ya no hay vuelta atrás.
Desde ese preciso instante, decidimos que nuestros juegos deben perdurar por los siglos de los siglos (amén), y buscamos todas las formas posibles para que su conservación sea óptima. Y los componentes que más sufren (con diferencia) son las cartas. En unos juegos más y en otro menos, si entre los componentes hay cartas, para cada partida, al menos, barajaremos una o dos veces los mazos incluidos. Esto ya de por sí, teniendo en cuenta la calidad el material del que están hecho, es un desgaste importante para las cartas. No os cuento ya si encima alguna queda marcada claramente y es una carta importante. Nos tiraremos de los pelos hasta quedarnos como bolas de billar.