Crónicas Jugonas: Semana 1 del 2015 (29/12 – 04/01)
Primera semana del año con los últimos días del 2014 y los primeros del 2015. Menos partidas que en semanas anteriores, pero con un surtido de títulos y tipos de juegos bastante variado.
El lunes no hubo tiempo para jugar a nada, así que pasamos directamente al martes, que quedamos con Agustín y Pilar para echar una de nuestras típicas sesiones cuando estamos en Sevilla. Comenzamos con Black Sheep, el juego de cartas de Reiner Knizia en el que intentaremos ir consiguiendo una serie de animales para obtener puntos al final de la partida. Para ello irán colocándose en unos corrales robando 2 cartas. Los jugadores irán jugando cartas sobre los corrales hasta que cada uno haya puesto 3 cartas sobre los mismos, momento en el que se completarán. Los animales se los llevará el jugador que haya formado mejor combinación al más puro estilo Póker Texas Hold’Em (aunque con animalitos). Al final de la partida, además de los puntos otorgados por los animales, hay una serie de objetivos (tanto visibles como ocultos) que completarán la puntuación final, sin olvidar que las Ovejas Negras restan en vez de sumar. Esta era la primera vez que jugaba a este juegos a más de dos jugadores (tres en este caso, ya que Pilar tenia cosas que hacer). Sandra ya había jugado a cuatro y se notó. Yo aun ando pez y no he terminado de enterarme de como jugar, si esperar a que los corrales se vayan rellenando o lanzarme de cabeza. Opte por lo segundo y la gran mayoría de jugadas me salieron rana, mientras que Sandra y Agustín se repartieron casi todos los animales. En la lucha por la victoria, Agustín cometió un par de fallos que dejaron vía libre a Sandra para hacerse con los objetivos visibles y, a la postre, con la victoria. Resultado final: Sandra 29 puntos, Agustín 18 y yo unos tristes 8. La verdad es que el juego tiene muchísima mas chicha a 3 jugadores que a 2, y supongo que a 4 ganará aún más, haciéndose más interesante y competitiva la lucha por cada corral. La verdad es que el juego no está mal, aunque es cierto que tampoco me esperaba gran cosa. Pero va mejorando con las partidas.
Nefasta partida |
Después, como Pilar aún no estaba disponible, volvimos a sacar a la mesa el Animal Sobre Animal, ¡A Dar Vueltas! un juego diseñado por Klaus Miltenberger y Kristin Mückel, aparentemente infantil (es de Haba), en el que tendremos que, al más puro estilo Jenga, ir apilando una serie de animales y que no caigan. Para complicar la historia, esta versión incorpora una plataforma giratoria que, a su vez, incorpora dos niveles de dificultad. Esta vez estábamos con el pulso fino y logramos montar una buena torre de animales. De nuevo, la suerte volvió a aliarse conmigo en los momentos puntuales, aunque es cierto que supe escoger muy bien a mis animales y colocarlos en el momento justo para ponerle las cosas difíciles a los demás. Victoria para mí. La verdad es que me parece una edición muy cuidada, añadiendo el nivel ultracomplejo apto para adultos. De hecho, puede parecer incluso excesivo, aunque esta vez si logramos apilar unos cuantos animales.
Empezamos a pillarle el truco al juego |
Ya con Pilar disponible, pasamos al plato fuerte de la sesión. Ellos me llevaban pidiendo mucho tiempo que volviese a traer el Agricola, así que me pareció una buena idea llevar el otro gran juego de Uwe Rosenberg, Le Havre, con mecánicas muy similares aunque con un sabor muy distinto. Un juego de colocación de trabajadores en el que iremos desarrollando una serie de compañías en el puerto con el único objetivo de ser el jugador que más dinero acumule, ya sea en metálico o en propiedades. Un juego que crece en posibilidades a medida que la partida avanza, ya que cada edificio construido puede ser utilizado por cualquier jugador para ejecutar sus acciones. Mira que la intención era buena, y la idea parecía acertada, pero no conté con una de las grandes diferencias de este juego respecto a Agricola, y es la cantidad de información que hay que ir manejando en el juego. En Agricola las acciones son mucho más atómicas y, aunque hay que planificar, no llega a abrumar. Pero en Le Havre no es sencillo hacer una buena primera partida (ni en Agricola, pero al menos no te da sensación de fracaso absoluto). Y les pasó que a mitad de partida ya estaban luchando por sobrevivir y no caer en desgracia en las fases de alimentación. Mientras, Sandra y yo competíamos por la victoria, ajustando nuestros recursos para intentar construir edificios clave. A mí me faltó, tal vez, conseguir algún barco que me permitiese llegar más relajado a los finales de ronda. Como supondréis, la victoria fue para la señorita. Resultado final: Sandra vencedora con 96 puntos, yo segundo con 81, Agustín tercero con 54 y Pilar ultima con 52. La verdad es que me dejó con mal cuerpo que no disfrutasen de la partida al verse sobrepasados por el juego. Tuvieron la sensación de ser meros espectadores. Y mira que a mí es un juego que me encanta. No tanto como Agricola, pero me parece que es el otro gran juego de Uwe, lo suficientemente distinto a su obra maestra como para que no te esté recordando a él constantemente.
Demasiada información. Partida muy descompensada |
Como no podía irme a la cama tranquilo y, aprovechando que acababa de llegar un pedido que había encargado, decidimos estrenar con mi hermano Lobo, el adorable juego de colocación de losetas de Philippe des Pallières en el que cada jugador juega con un determinado color desconocido para el resto de jugadores. Los pastos cerrados contienen una serie de ovejas, y al final de la partida cada jugador puntuará únicamente con un pasto (el que más ovejas tenga), siempre y cuando no esté amenazadas por un lobo en un bosque adyacente. Lo más curioso es que los jugadores pueden retirarse de la partida, premiando al que antes se quite de en medio. La partida me salió redonda, porque logré confundir a Sandra y a Rubén haciéndoles creer que yo iba con el negro. Esperé pacientemente a que ambos dejaran claro sus colores y farolee un poquito. Mientras, iba preparando el terreno para cerrar con una doble colocación de fichas mi gran pasto. Cuando llegó ese momento, les deje con la boca abierta, retirándome acto seguido y consiguiendo una barbaridad de puntos. Resultado final: yo vencedor con 22 puntos, Sandra segunda con 11 y Rubén ultimo con 7. La verdad es que el juego me gustó mucho. Buena edición, ilustraciones llamativas y mecánica conocida con un par de pinceladas que le dan un toque original, como lo del color oculto y el tener que retirarse en cuanto creamos que tenemos una buena jugada para anotar más puntos, a riesgo de que si lo hacemos demasiado pronto el resto de jugadores pueden completar una mejor sin nuestra oposición. Muy recomendable si os gustan los juegos de colocación de losetas.
Precioso y curioso juego |
Mientras terminábamos la partida anterior, llegaron mi hermana Vanesa y su novio Dani, así que les propuse jugar un Polilla Tramposa, un juego de cartas diseñado por los hijos del matrimonio Brand, Emely y Lukas, en el que se deberá jugar una carta cuyo valor será una unidad inferior o superior a la última jugada. Se juegan tantas rondas como jugadores haya, y estas acaban en el momento que un jugador se queda sin cartas, mientras que el resto de jugadores anotan puntos negativos en función de lo que les quede en la mano. La gracia está en que un jugador debe ejercer de guardián, mientras que los demás intentarán hacer trampas deshaciéndose de cartas fuera de su turno, especialmente de las odiosas polillas, las cuales solo pueden ser jugadas por el guardián. Además, algunas cartas permiten realizar ciertas acciones… Tras explicarle esta parafernalia, nos pusimos a deshacernos de cartas como bellacos. Era la primera vez que jugábamos a cinco jugadores y he de decir que es como más se disfruta. El guardián intenta estar a todo y al final no pesca a nadie, mientras que el resto de jugadores no paran de ver como las cartas vuelan y las risas son una constante. Yo mantuve mi racha y apenas fui cazado y lograba deshacerme de las cartas peligrosas antes de que alguien se quedase sin mano. Mi hermano, escarmentado de la semana anterior, también estuvo bastante vivo, y nos disputamos la partida, que finalmente se quedó en mi lado. Resultado final: yo vencedor con 17 puntos, Rubén segundo con 21, Dani tercero con 46, Sandra cuarta con 56 y Vanesa ultima con la increíble cantidad de 129 puntos. Es genial ver cómo la gente le echa morro e intenta deshacerse de cartas delante del que le toca ser guardián. Lo mejor es cuando tú te das cuenta pero el no, y la mitad de las veces no puedes contenerte la risa. Me quedo con esta partida a 5 jugadores, sin duda, la mejor hasta el momento.
Así se quedaba el guardián al final de cada ronda |
Por cerrar la noche de filler, sacamos el Sushi Go!, que a mi hermana le encanta todo lo que tenga aroma oriental. Diseñado por Phil Walker-Harding, toma la mecánica principal del 7 Wonders y la reduce a la mínima expresión, centrándose únicamente en el set-collection. Básicamente, se trata de una mano de carta de la que elegimos una de forma simultánea al resto de jugadores para, a continuación, pasar la mano al siguiente jugador (recibiendo la mano del jugador anterior). Y así hasta que no queden cartas. Otra partida en la que conseguí la victoria. Tuve la suerte de ir a por las combinaciones que no iba nadie y logré anotar muchos puntos en todas las rondas. Y eso que no me quedé con ningún Pudin, por lo que perdí seis puntos al final de la partida. Aunque tenía margen suficiente. Resultado final: yo vencedor con 34 puntos, Sandra segunda 31, Rubén tercero con 29, Vanesa cuarta con 24 y Dani ultimo con 23. Un filler ultrasimpático de esos que enganchan y no puedes jugar solo una partida. Es de esos juegos que tienen las tres B: bueno, bonito y barato. Seguro que rellenará muchas sesiones.
Fiesta del Sushi |
El miércoles. Ultimo día del año, Sandra andaba algo desganada, así que me puse con mi hermano a jugar, por fin, al Marvel Dice Masters, que con tanto hype, desde que me llevó en verano el Starter Pack y los Boosters no lo había jugado en condiciones. Un juego diseñado por Mike Elliott y Eric M. Lang que toma los fundamentos de Quarriors! para proponer un juego de dos jugadores (uno contra uno), con una primera fase de construcción de mazo (héroes que tendremos disponibles) y una segunda con el famoso dice-building y la confrontación directa. Tras releernos las reglas, comenzamos a pegarnos piñas. Primero jugamos el modo básico para refrescar la mecánica. Esta primera partida estuvo bastante igualada, aunque cometí un fallo, deje vacía mi línea de ataque dejando vía libre a mi hermano para asestarme el golpe de gracia. Victoria para él.
Partida al modo básico |
Por la tarde volvimos a sacarlo, esta vez ya jugando en el modo completo. Jugamos a 10 puntos para que no se alargase mucho la historia. Echamos dos partidas porque en la primera me confié, no metí nadie a defender y mi hermano, en dos turnos, me destruyo sin piedad. Como fue un visto y no visto, reiniciamos la partida. de forma que esta vez sí estuvo más disputada, porque no me volví loco y jugué mucho más defensivo, esperando mi momento para atacar. Fui acumulando héroes en mi línea de ataque, y, cuando lo vi claro, lance una oleada definitiva que me dio mi primera victoria. La verdad es que no sé por qué no lo he sacado antes. Muy buen sabor de boca y muchísimo más profundo que el Quarriors! Una pena lo de que sea coleccionable por sobres. Un sacacuartos en toda regla.
Partida con mas chicha |
Mientras terminábamos la partida anterior Sandra le entro un furor jugón y se apuntó a echar algo, así que era un buen momento para estrenar otra de esas adquisiciones que vinieron en el último pedido: Qin de Reiner Knizia. Un juego que tal como te lo explican recuerda muchísimo a Tigris & Éufrates, aunque muchísimo más ligero. Un juego de colocación de losetas rectangulares sobre un tablero con casillas cuadradas (cada loseta ocupa dos casillas). Estas casillas pueden ser de 3 colores, de forma que vamos formando provincias que vamos reclamando colocando una serie de pagodas, hasta que algún jugador las coloca todas, convirtiéndose en el ganador, o no se pueden colocar más losetas, ganando aquel con menos pagodas en su reserva. Empecé fatal, viendo como Sandra y Rubén colocaban pagodas a la velocidad del rayo mientras yo me quedaba estancado. Pero de repente comencé a hilar jugadas, fastidiando al personal y robando provincias y aldeas. Una remontada espectacular me llevó a colocar mi última pagoda y llevarme la partida. La verdad es que el juego nos sorprendió muy gratamente. Como digo, tiene un aire al Tigris & Éufrates, aunque la confrontación es mucho más directa y visual, sin el sistema de puntuación típico de Knizia. Esto provoca que quede claro quién va ganando en cada momento y provoque conflictos constantemente. Hay que buscar la manera de que el que va a ganar no lo haga, de forma que empezamos a confabular, a comerle la cabeza al otro para que fastidie a quien nos interese. Preveo que verá mucha mesa.
Remontada espectacular |
Finalmente, antes de las uvas, mi hermano y yo decidimos despedir el año a lo grande con el que, para mí, es el mejor juego de todos los tiempos: mi querido Agricola de Uwe Rosenberg. Un juego de colocación de trabajadores en el que los jugadores deben desarrollar una pequeña granja en todos sus aspectos (casa, pastos, cultivos, animales, mejoras, etc.). Y sin olvidar los duros inviernos en los que tendremos que alimentar a nuestra familia. La partida, como era de prever, fue un paseo militar para mí, con más de 40 partidas a las espaldas, mientras que mi hermano aun lleva menos de 5. Como es costumbre en este juego, hubo momentos en los que se quejó de la suerte que había tenido con los oficios, pero no era excusa para la paliza que le propine. Resultado final: yo 48 puntos y el 24. Un juego maravilloso, con una simplicidad mecánica genial pero una profundidad estratégica inmensa, especialmente jugando con oficios y adquisiciones menores. Es perfecto tal y como es, y no hay que buscar cómo mejorarlo porque no es posible.
Solo hay que ver las granjas para descubrir al ganador |
Y después de las uvas nos fuimos a casa de José Carlos a echar una larga noche con un único juego: The Resistance: Avalon. Un juego de Don Eskridge con mecánica de roles ocultos en el que el juego tiene suficiente cuerpo como para no hacer la partida excesivamente dependiente de los jugadores. Una serie de misiones que los leales a Arturo intentarán cumplir, pero los leales a Mordred intentarán sabotear. A esto le añadimos a Merlín, que conoce la identidad de los malvados, y al Asesino, que si al final de la partida averigua quien es Merlín, arrebata la posible victoria a los buenos. No sé cuántas partidas echamos, pero entre 6 y 8 seguro. Empezamos siendo 6: Sandra, Pilar, Agustín, Elena, José Carlos y el que os escribe. Las primeras partidas fueron un poco de toma de contacto, para que el personal fuese cogiéndole el gustillo a la mecánica. Ya en la tercera y la cuarta se veían muchas sutilezas a la hora de emitir los votos y meter las cartas de resultado de la misión. Y cuando parecía que la cosa no podía mejorar, llegaron Javi y Patricia, a los que hacia eones que no veía, incrementando el número de jugadores, pasando a ser 8, que es un número magnifico. La paranoia ya se apoderó de los leales a Arturo que no daban pie con bola. No voy a hablar de resultados, solo diré que estuvimos jugando 4 horas y paramos porque a algunos se le cerraban los ojos. La verdad es que, para mí, es el mejor juego de roles ocultos. Al menos el más versátil, ya que el juego tiene cuerpo y lleva a los jugadores de la mano, proponiendo un escenario en el que introducirse. Otros como el Hombres-Lobo (incluido el One Night Ultimate Werewolf), hace la partida más dependiente de los jugadores, y esto provoca que a veces no termine de cuajar en ciertos grupos.
Magnífica entrada de año |
El viernes tocaba descanso, pero el sábado volvimos a quedar con José Carlos, Elena, Agustín y Pilar. El plan era colgarnos por un circuito de tirolinas y escalada, pero luego, después de quedarnos suspendidos por los aires, sacamos un ratito para echar un ¡Toma 6!, del gran Wolfgang Kramer. Un juego de acción simultánea en el que tendremos que ir colocando cartas en orden sobre cuatro filas colocadas en la mesa, con la condición de que nuestra carta ira a aquella fila en la que sea superior a la última carta y más cercana. El que tenga que colocar la sexta carta de una fila se tendrá que comer las cartas contenidas en ella, anotando los puntos correspondientes. La partida finaliza al término de la ronda en la que alguien sobrepasa los 66 puntos. La partida estuvo genial. Al principio había algunos que no tenían muchas ganas de jugar, especialmente cuando les expliqué el juego. Pero luego se sumergieron en la mecánica y estábamos todos más tensos que Espinete en una fábrica de velcro. José Carlos fue el que se mantuvo en cabeza toda la partida, pero unas rondas finales fatales le privaron de la victoria, que se la llevó Elena. Yo en mi línea, comenzando bien, a continuación una racha infernal que casi me lleva a sobrepasar los 66 puntos, y, finalmente, unas cuantas rondas sin anotar ni un solo puntos para acabar en una honrosa posición. Resultado: Elena vencedora con 41 puntos, José Carlos segundo con 44, Agustín tercero con 45, yo cuarto con 59 puntos, Pilar quinta con 69 y Sandra ultima con 79. Una maravilla de filler que tiene ya más de 20 años y sigue funcionando a la perfección.
Añadiendo dificultad visual con el mantel |
Para cerrar la semana, el sábado antes de irnos a la cama estrenamos la copia de Sons of Anarchy: Men of Mayhem que le hemos regalado mi hermana y yo a mi hermano. Un juego del triunvirato formado por Aaron Dill, John Kovaleski y Sean Sweigart, responsable de Spartacus: Un Juego de Sangre y Traición. Un juego en el que controlaremos una de las cuatro principales bandas de moteros que aparecen en la serie. Nuestro objetivo: ser los que más dinero consigamos a lo largo de 6 rondas. Para ello tendremos que enfrentarnos con nuestros rivales por conseguir el control de diversas localizaciones en las que podremos realizar diversas acciones para traficar con armas y material de contrabando. Pero cuidado con la policía, que estará alerta, y cuanto más férreo sea su control, menos capacidad de mover nuestras mercancías tendremos. Tras explicarle de qué iba la historia, comenzamos a traficar y a ampliar nuestro club de moteros. La partida tuvo dos momentos claves. El primero, una carta de oportunidad en la que se obtenían 9.000$ a costa de obtener dos marcadores de tensión. Y mi hermano activo dicha carta sin oposición por parte de ninguno de nosotros dos. Y la otra, un despiste brutal entre Sandra y yo que fuimos a pelear por una localización que ya había sido activada. Además, tuve la negra toda la partida cada vez que había que realizar tiradas de dados en una confrontación. No saqué nunca mas de un 2, y la única que gané fue porque llevé a todo mi club. Desastroso. Como era de esperar, la partida se la llevó mi hermano con 48.000$, por 36.000$ de Sandra y 27.000$ míos. La verdad es que, gustándome la partida, es cierto que me quedó un regusto amargo, ya que, como dice Rod (Coop-Land), el que el único objetivo sea el dinero provoca que todos los jugadores intenten ir a lo mismo en cada ronda. Esto provoca que haya muchos palos, pero también que la partida esté un poco guiada. Por esto mismo la próxima partida la jugaremos con las reglas especiales para cada club y con las cartas rojas, para darle algo más de picante.
En esta partida no pude hacer gran cosa |
Y con esto acaba la primera semana del año. Ya de vuelta en Asturias y con un cargamento enorme de juegos nuevos que estoy deseando estrenar.
Tiene buena pinta el Qin, a ver si le echo un ojo.
En la partida de Agrícola, el jugador azul ha construido pastos no adyacentes a los otros pastos. Hasta donde sé, esto no es posible. Están unidos por establos, es eso lo que permite la separación?
Buena primera semana, la mía sólo ha sido una partida de Fórmula D y quedé 5º de 7 xD
Efectivamente, mi hermano cometió un error y yo no le corregí. De todos modos, aceptaremos barco, porque no influyó en nada en la partida. Muchas gracias por el detalle.
Y el Qin me gustó bastante. Bastante dinámico. A ver cuando repito!
Gracias por pasarte!
Qin joyita!! 🙂
Efectiviwonder! Nos ha molado mucho! Deseando repetir. Además lo trinqué superbaratito! A 15 pavetes!