Reseña: Maki Stack
Introducción
El concurso de cocina está a punto de empezar, ¿estáis listos? ¡Es hora de apilar sushi! Ponte la máscara, coordínate con tus ayudantes y prepárate para usar tus dedos como palillos. Ordena y equilibra el sushi, los platos y la salsa de soja según te indica el pedido de la carta de desafío. Pero ¡cuidado!, un movimiento en falso y todo podrá caer… Convertíos en el equipo de cocineros más rápido en dominar el arte de apilar sushi y ¡a ganar!
Así se nos presenta este Maki Stack, un diseño de Jeff Lai (Draconis Invasion, Nut So Fast). El juego fue publicado en 2018 por Blue Orange. De las ilustraciones se encarga Stéphane Escapa (Dr. Eureka, WINK, Go Go Gelato!, Crab Stack).
El juego se encuentra publicado en nuestro país por Mercurio Distribuciones en una versión en español, aunque el juego es completamente independiente del idioma. Permite partidas a 2, 4 o 6 jugadores, con una edad mínima sugerida de 7 años y una duración aproximada de unos 15 minutos. El precio de venta al público es de 24,95€. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la versión en español de Mercurio Distribuciones que la propia editorial nos ha cedido amablemente.
Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 26,4×26,4×5,8 cm. (caja cuadrada mediana de dimensiones similares a Azul), encontramos los siguientes elementos:
- 10 Objetos (de madera):
- 2 Rollitos de Pepino
- 2 Rollitos California
- 2 Rollitos de Pescado
- 2 Botellas de Salsa de Soja
- 2 Platos
- 2 Tableros Mantel (de cartón)
- 2 Mascaras (de foam)
- 40 Cartas de Desafío
- Reglamento
Mecánica
Maki Stack es un juego de habilidad en el que los jugadores se dividen en dos equipos. En cada ronda se revela una carta que muestra una estructura a conformar apilando diversos elementos relacionados con el sushi (soja, maki, rollo, plato, sushi) que deben apilarse en una determinada orientación. El equipo que primero lo consiga se anota el punto de la ronda. La gracia está en que, además, la carta determina el modo de juego, existiendo dos posibilidades. La primera es que el jugador que compone la estructura lo haga a ciegas (con un antifaz), siendo el compañero quien le da indicaciones, mientras que la segunda es cooperativa, teniendo los jugadores que mover cada pieza utilizando únicamente el dedo índice (o meñique en modo extra difícil) de una de sus manos a modo de palillos chinos. Gana el primer equipo que consiga seis puntos.
Conceptos Básicos
En Maki Stack lo fundamental serán unas Piezas de madera que representan diversos elementos relacionados con el sushi. Los jugadores se dividirán en dos equipos, y cada equipo tendrá su propio conjunto de piezas.
Para apilar las piezas cada equipo dispondrá de un tablero que simula un mantel de esterilla sobre el que se colocarán las piezas.
El patrón a conformar vendrá indicado en unas Cartas de Desafío. Por el reverso estas cartas pueden mostrar en su banda inferior un color (además de unos simpáticos personajes realizando la acción). El color determinará el tipo de desafío que se debe llevar a cabo: a ciegas o con palillos. Hay que prestar atención, ya que las piezas se pueden aparecer bocarriba o bocabajo en las cartas.
Por último, el Antifaz se utilizará en los desafíos a ciegas, de forma que el jugador que intenta apilar las piezas no verá absolutamente nada.
Con esto tenemos suficiente.
Preparación de la Partida
- Los jugadores se dividen en dos equipos de 2 o 3 personas (4 o 6 jugadores).
- Cada equipo recibe un mantel, un antifaz y un juego de piezas.
- Se mezcla el mazo de cartas y se coloca bocabajo en el centro de la mesa.
¡Ya podemos comenzar!
Desarrollo de la Partida
Una partida de Maki Stack consta de un número indeterminado de rondas. En cada ronda, los equipos deberán intentar conformar una estructura apilando las piezas de las que disponen, anotándose un punto el equipo que antes lo consiga.
El reverso de la carta que se encuentra en la parte superior del mazo determina el tipo de prueba:
- Máscara (banda inferior roja): uno de los integrantes debe colocarse el antifaz y tendrá que conformar la estructura a ciegas, siguiendo las órdenes de sus compañeros.
- Palillos (banda inferior amarilla): dos de los componentes del equipo deberán utilizar un dedo índice de una de sus manos para, entre ambos, ir apilando las piezas. En partidas de 4 jugadores la carta se revela y se coloca en el centro de la mesa. En partidas de 6 jugadores, la carta solo será visible para los terceros jugadores de cada equipo, quienes, al igual que en el caso anterior, darán las indicaciones a sus compañeros.
Si a un equipo se le cae la estructura, puede volver a intentar levantarla.
La ronda finaliza en el momento que un equipo conforma la estructura indicada en la carta, tomándola como punto de victoria.
Fin de la Partida
La partida finaliza tras la ronda en la que un equipo anota su sexto punto, proclamándose vencedor.
Variantes
- Mascara Nivel Experto: si los jugadores están de acuerdo, el jugador que tiene el antifaz solo puede utilizar una mano.
- MiniPalillos: si los jugadores están de acuerdo, pueden elevar el nivel de dificultad utilizando el meñique en vez del dedo índice.
- Variante Avanzada: independientemente del tipo de desafío, un jugador siempre tendrá el antifaz puesto. En la prueba de palillos en partidas de dos jugadores, el compañero que no tiene el antifaz, además, debe guiar a su compañero.
- Juego a 2: se dejan las máscaras en la caja, ya que solo se juega con el modo palillos, independientemente de lo que indique la carta. Cada jugador utilizará un dedo de cada una de sus manos.
Opinión Personal
Juegos de apilar tarugos de madera hay muchos. Unos mejores, otros peores, pero sin duda son un género vivo y que recibe nuevos títulos cada poco tiempo. Ahora nos llega Maki Stack de la mano de Mercurio Distribuciones. Vamos a ver qué tiene que ofrecer en la categoría, no sin antes agradecer a la editorial la cesión de la copia que posibilita esta tochorreseña.
En Maki Stack los jugadores formarán dos equipos que deben apilar piezas de madera que representan los elementos de un menú de sushi. En cada ronda se relevará una carta que determinará el orden de apilamiento y la orientación de las piezas (en su posición normal o bocabajo) de la estructura que los jugadores deben conformar. El primero equipo lo consiga de forma correcta obtendrá la carta como punto de victoria. Así hasta que algún equipo alcance los seis puntos y se proclame vencedor. Hasta aquí nada del otro mundo.
El aliciente lo encontramos en cómo los componentes del equipo forman la estructura, ya las estructuras a formar vienen divididas en dos tipos de pruebas. El primer tipo exige que solo uno de los componentes del equipo sea el que forme la estructura, con el hándicap de hacerlo a ciegas. Para ello el juego incorpora un resistente antifaz de foam que dicho jugador se colocará en los ojos, debiendo seguir las instrucciones de sus compañeros para intentar formar la estructura. Si esto os parece complicado, el segundo tipo de prueba eleva el nivel, ya que dos de los integrantes del equipo deberán formar la estructura utilizando, cada uno, el dedo índice de su mano, como si de dos palillos chinos se tratasen, para «agarrar» las piezas y colocarlas en la posición adecuada.
De esta forma, un juego que no parecía gran cosa en cuanto a propuesta, pasa a convertirse en uno de los juegos de apilar elementos más complicados a los que me he enfrentado. Y este es, para mí, el mayor defecto del juego, sobre todo como los jugadores tengan un fuerte carácter competitivo. Y es que el juego no es para nada sencillo, en especial la prueba de los palillos, lo que llega a provocar una gran frustración. Soy de los que piensan que este tipo de juegos debe ofrecer un reto medido, de forma que los jugadores aprecien una dificultad ajustada y/o ajustable. Y, si bien es cierto que en Maki Stack podemos variar el nivel de dificultad, solo dispondremos de dos modos: difícil e imposible, este último con las variantes de utilizar solo una mano cuando toque prueba de cocinero ciego y utilizar los meñiques como dedos de los palillos chinos. Si ya utilizando las dos manos cuando no vemos nada (una sirve para tomar la referencia de donde se encuentra la estructura) y los índices como palillos, imaginad pasar a estar aún más mermados en el desarrollo de las pruebas. Uno se siente como un Don Tancredo en ese gran programa que era Gran Prix, presentado por el incombustible Ramón García. Aparecemos en mitad de la plaza y rezamos porque la suerte nos sonría un poco y la vaquilla no empiece a darnos revolcones sin encontrar la manera de evitarlo. He obviado el modo extremo, en el que, cuando toque una prueba de palillos, uno de los jugadores, además, tendrá que llevar el antifaz. Imagino a ambos equipos sudando tinta china para lograr anotar un punto antes de que pasen dos o tres horas. Otra cosa no, pero la virtud de la paciencia la iban a ganar todos los participantes.
En cierto modo me recuerda a Riff Raff (aquí su tochorreseña), para mí, uno de los juegos de apilar tarugos con un despliegue más espectacular, donde un barco se balanceaba a medida que enganchábamos cosas en su cubierta o en los mástiles con un ingenioso sistema de movimiento pendular. El problema del juego es que dejaba de lado la gratificante experiencia de apilar cosas y que no se caigan, pasando a ser más un juego de reflejos en el que sabes que las piezas no van a aguantar en su posición más de dos o tres turnos, teniendo que intentar atraparlas al vuelto cuando estas van al suelo. Pues algo parecido ocurre en este caso, en especial con la prueba de los palillos. Es posible que logremos una gran conexión con nuestro compañero y tampoco nos parezca gran cosa. Pero me inclinaría a pensar que la mayoría de jugadores van a sufrir de lo lindo, pudiendo alargarse la ronda de forma importante si ninguno de los equipos da con la tecla. Que sea frustrante no significa algo malo, al menos a priori. Pero, teniendo en cuenta el público familiar al que este juego está enfocado, esa frustración puede provocar que deje de ver mesa con facilidad, salvo que los dueños del juego disfruten del agobio ajeno.
Otro pequeño inconveniente que podemos encontrarle a Maki Stack es el tema de la escalabilidad. Es, claramente, un juego pensado para cuatro personas. Admite dos modos más en configuraciones pares, pero con modificaciones. A dos jugadores se abandona la prueba a ciegas (para mí la más divertida, tanto de jugar como de ver), por lo que perdemos medio juego. Y a seis jugadores la prueba de los palillos pasa a tener un guía que es quien tiene que dar las indicaciones a los dos que utilizan los dedos, como si se tratase del modo a ciegas, pero sin antifaces. No está mal, pero es un rol menos divertidos que los que realmente participan en la prueba, ya que las instrucciones son realmente sencillas una vez que los jugadores ven qué pieza tienen que coger.
Por establecer otro paralelismo, me viene a la mente otro juego de apilar elementos con cierto toque de originalidad como era Brick Party. En este la gravedad no era nuestra enemiga, ya que los jugadores simplemente tenían que conformar estructuras conectando piezas de LEGO. La complicación venía cuando en cada equipo de dos jugadores, uno daba indicaciones y el otro construía, siempre aplicando a este segundo un hándicap (dos de ellos los presentes en Maki Stack). En este sentido, Brick Party me parecía más interesante al ofrecer más modos de juego y una mayor rejugabilidad, además de no resultar frustrante más allá de la torpeza a la hora de transmitir ordenes de los jugadores (es más complicado indicar cómo se deben conectar piezas de LEGO existiendo unas cuantas piezas distintas), aunque mostraba el importante problema de no incluir ningún elemento para desacoplar las piezas, por lo que a veces teníamos que perder un valioso tiempo en intentar separarlas, llegando a tener que recurrir a los dientes.
El parecido con Riff Raff también aparece, salvando las distancias, en el tema de la producción. Maki Stack entra por los ojos y es inevitable querer probarlo, tal y como ocurría con el juego del barco bailongo. En este sentido el juego es un diez, comenzando por la portada, pasando por las cartas (ambos elementos responsabilidad de Stéphane Escapa) y culminando con las esplendidas y enormes piezas de madera, en especial el bote de salsa de soja, que dan ganas de ponerse a jugar con ellos olvidando el reglamento. Todo viene recogido en un inserto que separa todas las piezas y encaja las cartas para evitar que los elementos se golpeen entre sí. El reglamento es escueto y no deja lugar a dudas.
Y vamos cerrando Maki Stack es un vistoso juego de habilidad en el que los jugadores se dividen en equipo e intentan, en cada ronda, formar una estructura marcada por una carta. Esta carta, además, determinará el modo de juego, con un jugador construyendo a ciega bajo las ordenes de otro o con ambos jugadores moviendo las piezas utilizando cada jugador un solo dedo. La propuesta es interesante, pero considero que resulta más frustrante de lo esperado para un juego orientado a un público familiar. Como gran punto positivo, hay que destacar la producción, con unas piezas de madera serigrafiadas muy chulas y con las que apetece juguetear desde que uno despliega el juego en la mesa. Por todo esto le doy un…