Reseña: Orapa Space
Introducción
¡Un desafío de deducción basado en láseres! El Departamento Aeroespacial nos ha encomendado una misión: usar rayos láser para descubrir las posiciones, direcciones y colores ocultos de piezas con forma de planeta. Analizando cuidadosamente las señales láser que rebotan, los jugadores deben deducir la configuración exacta de los planetas. ¡Pero cuidado, los láseres no siempre se comportan de forma predecible!

Así se nos presenta Orapa Space, un diseño de Junghee Choi y Wanjin Gill. Publicado por primera vez en 2025 por Playte en una versión en inglés, japonés y coreano. De las ilustraciones se encarga Wanjin Gill (Tasso Banana, Plotters, Inc).
No se encuentra publicado en español, por lo que, de momento, tendréis que recurrir al mercado de importación o de segunda mano (el juego es completamente independiente del idioma). Permite partidas de 2 a 5 jugadores, con una edad mínima sugerida de 8 años y una duración aproximada de 20 minutos. El precio de venta al público es de 29,95€. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la versión en inglés, japonés y coreano de Playte, que la propia editorial nos ha cedido amablemente.

Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 20×14×3,5 cm (caja rectangular pequeña similar a Kluster), encontramos los siguientes elementos:
- 2 Tableros Espaciales Imantados con peana (de cartón)
- 15 Piezas de Planeta (de madera con imán)
- Bloc de Hojas de Soluciones (de papel)
- Tarjeta de Referencia (de cartulina)
- Reglamento

Mecánica
Orapa Space es un juego de deducción en el que cada jugador tendrá una cuadrícula sobre la que desplegará un conjunto de planetas. El objetivo es averiguar la disposición de los planetas del rival. Para ello, en cada turno, el jugador indicará una casilla de la periferia por la que se disparará un láser transparente que, al impactar en los planetas, irá cambiando de color y puede que de dirección, ya que si el láser impacta en un lado diagonal, el láser rebotará a 90 grados. El rival deberá indicar por qué casilla sale el láser y de qué color sale. Un jugador podrá emplear su turno en enseñar a su rival su hoja de deducción. Si es correcta, ganará la partida (aunque si este fue el jugador inicial, su rival tendrá una última oportunidad).
Conceptos Básicos
Empecemos por los Tableros Espaciales. Estos muestran una cuadrícula de once columnas y siete filas. Cada columna y cada fila están identificadas por una letra o un número en cada uno de sus extremos. Letras y números que se utilizarán para preguntar al rival. La idea es que por la casilla que se pregunte se está disparando un rayo láser transparente por dicha casilla de forma perpendicular al lado del tablero en el que se encuentre la letra o el número y que, a medida que impacte con elementos, irá cambiando de color hasta salir por otra casilla.

Cada jugador dispondrá de un conjunto de Piezas de Planeta que tienen distintas formas y tamaños. Aunque los planetas son circulares, a efectos prácticos se considerarán polígonos. Así, el planeta rojo pequeño ocupa una casilla, los planetas redondos medianos ocupan cuatro casillas pero formando un rombo, el planeta amarillo grande se comporta como un octógono, el planeta blanco grande es como medio octógono y el planeta blanco con anillo es un rombo con una línea. El rayo láser, al impactar contra uno de estos planetas, rebotará, de forma que cambiará de sentido si rebota contra una cara perpendicular al impacto del láser o girará noventa grados rebotando en una cara diagonal. Además, el rayo láser irá cambiando de color a medida que impacte sobre los distintos elementos (sumándose en caso de impactar en varios planetas, aunque impactar varias veces sobre un mismo color no volverá a cambiar el color). También tendremos un agujero negro capaz de curvar el láser la primera vez que este pase por una de las cuatro casillas ortogonalmente adyacentes, ignorándose este efecto en el trayecto del láser en el resto del movimiento. Si el láser impacta de lleno con el agujero negro, este se perderá, algo que también ocurrirá si el láser queda atrapado rebotando entre dos elementos con lados paralelos.

A la hora de anotar la información que los jugadores vayan extrayendo de los disparos del láser, cada jugador dispondrá de una Hoja de Soluciones. Esta muestra la misma cuadrícula que el tablero en la que se irán dibujando los planetas y tachando casillas en las que no haya nada. En la banda inferior tenemos varias líneas para anotar la información textual que consideremos oportuna.

Con esto tenemos suficiente.
Preparación de la Partida
- Cada jugador recibe un tablero espacial, un conjunto de planetas, una hoja de solución y un lápiz para escribir.
- Cada jugador despliega sus planetas no estando permitido que un planeta quede completamente encerrado, de forma que no sea alcanzable por un rayo láser.
- Se escoge aleatoriamente al jugador inicial.
¡Ya podemos comenzar!

Desarrollo de la Partida
Una partida de Orapa Space a dos jugadores se desarrolla a lo largo de un número indeterminado de rondas, en las que cada jugador disfrutará de un turno.
En cada turno, el jugador activo deberá lanzar un rayo láser transparente por una de las casillas periféricas del tablero de su rival, indicando su número o su letra. Este deberá responderle con el número o letra de la casilla por la que sale el láser tras rebotar en los planetas de su tablero, indicando, además, el color del láser. Si el láser quedase atrapado rebotando entre dos superficies o impacta directamente contra el agujero negro, el jugador indicará que el rayo láser se ha perdido.
En función de la respuesta del rival, el jugador activo anotará en su hoja la información que sea capaz de deducir de la misma. Tras esto, el turno pasará al jugador contrario.
Fin de la Partida
El final de la partida se alcanza cuando uno de los jugadores utiliza su turno para resolver, entregándole su hoja al contrario. Si todos los elementos están correctamente situados, el jugador ganará la partida, en caso contrario, el jugador perderá (ganará su rival). Si resolvió correctamente y este jugador fue el jugador inicial, su contrincante tendrá la opción de resolver. Si también lo hace correctamente, ambos comparten la victoria.
Variantes
Sin Agujero Negro. Simplemente el agujero negro se deja en la caja y no se utiliza.
Tres o más jugadores. En este modo un jugador es designado como el gestor de un único tablero y su rol es responder a las preguntas que hagan el resto de jugadores. Cada jugador dispondrá de dos opciones para resolver. Si falla los dos intentos, el jugador quedará eliminado.
Opinión Personal
Si sois oyentes habituales de Más Madera (ya sabéis, el podcast para amantes de los eurogames, especialmente los más duros), sabréis que una de las preguntas recurrentes que hacemos a los invitados que acuden por primera vez es esa tan típica de «cómo comenzaste en esto de los juegos de mesa».
Y también es bastante común una respuesta del tipo «pues con los típicos juegos que se podían conseguir en grandes superficies». Obviamente todos sabemos que no es la respuesta que buscamos, pero sirve para romper el hielo y da pie a desarrollar la conversación. Pero lo cierto es que es una realidad, ya que el primer juego de mesa al que jugamos en nuestra infancia fue un Conecta 4, un Quién es Quién o un Hundir la Flota.
Y justamente el juego de descubrir la posición de los barcos del rival es el que conviene mencionar. No para que huyáis de esta tochorreseña, sino todo lo contrario, porque ya tenemos muchos ejemplos de juegos de mesa modernos que toman como punto de partida uno de estos diseños ampliamente conocidos por el gran público para darle una vuelta de tuerca que lo vuelve muy atractivo.

Ahí tenemos casos como el de Trapwords (aquí su tochorreseña) respecto a Tabú, Pictomania (aquí su tochorreseña) respecto a Pictionary o Sospechosos Inhabituales respecto a Quién es Quién. Vamos a ver si este Orapa Space hace lo mismo respecto a Hundir la Flota (conocido como Battleship, que tuvo incluso una película), no sin antes agradecer a Playte la cesión de la copia que posibilita esta parrafada.
En Orapa Space (que no deja de ser una reimplementación de Orapa Mine, de la misma editorial y con la misma premisa) cada jugador va a recibir un conjunto de planetas que va a desplegar en una cuadrícula. ¿El objetivo? Descubrir la posición exacta de cada uno de estos planetas en el tablero del rival. ¿Y cómo lo vamos a hacer? Pues, ¡sorpresa!, preguntando por casillas concretas. Pero, a diferencia del juego originalmente publicado por Milton Bradley, aquí la cosa va a ser un poco más complicada.
Y es que los jugadores solo podrán preguntar por casillas de la periferia. Y no para saber qué hay en esa casilla (al menos no directamente). Y es que lo que va a ocurrir al preguntar por una casilla es que los jugadores van a imaginar que un rayo láser transparente es disparado al interior de la cuadrícula. Este rayo láser va a ir cruzando casillas y, si se cruza con algún planeta, impactará contra él cambiando de dirección o de sentido (dependiendo de si impacta contra un lado que es perpendicular al avance del rayo o lo hace contra una superficie en ángulo).
En ambos casos el rayo láser rebotará, con la particularidad de que irá cambiando de color en función de los colores que presenten los planetas con los que impacte a lo largo de su recorrido. El jugador cuestionado tendrá que indicar al jugador activo (quien ha preguntado) por qué casilla sale el rayo láser y con qué color lo hace.
Así, por ejemplo, si el rayo rebota contra el planeta amarillo, luego contra el planeta azul y, como último rebote, con un planeta blanco, el color del rayo láser a la hora de salir por el tablero será verde claro (amarillo más azul más blanco), indicando, además, la casilla por la que el rayo láser abandona el tablero.
De esta forma, a medida que cruce la información obtenida con varios disparos del láser podrá ir triangulando la posición de los distintos planetas, desarrollándose una carrera por ver qué jugador es capaz de situar correctamente todos los planetas del rival en menos turnos.
Realmente no tiene mucha más historia. De hecho, las sensaciones son similares a jugar a Hundir la Flota, ya que en ambos juegos los participantes actúan de forma algorítmica, calculando con qué pregunta son capaces de obtener más información. La gracia está en que aquí el proceso deductivo es más divertido. Y lo es en ambos sentidos.
Porque cuando actuamos como jugador activo, recibiremos una información que muchas veces nos generará cierta sorpresa porque el rayo acaba saliendo por una casilla muy alejada y con un color resultante de varios impactos. Pero es que como jugador cuestionado en ocasiones como estas en las que el láser rebota en varios planetas cambiando de dirección y sentido con cada uno de esos impactos habrá que visualizar mentalmente por dónde discurre el láser para no dar una información errónea.

En este sentido, tal vez uno de los momentos más interesantes del juego es justo el despliegue inicial, porque los jugadores realizarán un proceso a la inversa, intentando ubicar los planetas de forma que generen el máximo número de rebotes posibles intentando evitar los impactos directos que provoquen un rebote perpendicular que ofrezca mucha información.
Especialmente crucial es intentar esconder lo mejor posible al planeta pequeño rojo, que es el más difícil de localizar porque el rayo tiene que impactar directamente en él. Y claro, cada disparo del rayo láser no solo nos dirá en qué casillas puede haber un planeta, sino que, probablemente, también nos informará de en qué casillas no hay nada, de forma que iremos reduciendo los grupos de casillas viables para los planetas de grandes dimensiones. Pero el pequeño rojo ocupa una casilla y cubrir todo el mapa puede consumir muchos turnos.
De hecho, diría que localizar rápidamente el planeta rojo es una herida de muerte para el jugador al que le han descubierto la ubicación de ese planeta si él no consigue hacer lo propio de forma casi inmediata, porque el resto de planetas son más o menos fáciles de localizar. Solo el planeta con anillos tal vez tenga algo más de enjundia porque no solo hay que localizar su posición, sino también su orientación.
Tal vez este es el mayor hándicap que podemos encontrar en el juego, y es que hace falta que los jugadores visualicen de forma ágil la trayectoria del láser para no ralentizar la partida. Por eso, si algún jugador no es especialmente hábil en lo que a capacidad espacial se refiere, lo cómodo es dejarle una segunda hoja para que dibuje en ella su propia distribución pero convirtiendo los planetas a polígonos y así seguir con el dedo o con el lápiz la trayectoria del rayo.
Me gusta que se haya añadido un punto de complejidad con los agujeros negros, que, como ocurre en la realidad, generan una distorsión sobre la luz (aunque solo una vez, cosa que no es tan realista), pero hay que tener cuidado de utilizarlo en primeras partidas, especialmente con jugadores como los que hacía referencia en el párrafo anterior, que si ya tienen dificultades con rebotes simples, imagina con un elemento que aplica un giro o, eventualmente, puede absorber el rayo láser y que no salga por ninguna casilla.
El juego permite partidas a más de dos participantes, pero en este caso un jugador se tendrá que sacrificar actuando únicamente como una de las partes en el juego (el jugador al que se le pregunta), siendo el resto de jugadores los que compiten por ubicar todos los planetas en primer lugar. No me convence, ya que el juego claramente está pensado para dos, pero ahí está la opción.
Antes mencioné que este Orapa Space es una reimplementación de Orapa Mine (que podéis probar en la BGA). En esencia son el mismo juego, pero a esta nueva versión se le ha dotado de un tema más atractivo (aunque tampoco es que tenga un gran impacto en la partida) y, sobre todo, una subida de nivel en la producción.

Producción que, para ser un juego de Playte que viene en una caja reducida, me parece, cuanto menos, llamativa, con esos tableros de cartón con una capa imantada en el medio para que los planetas, de madera con una cara imantada, se queden fijados al tablero, quedando un despliegue tremendamente llamativo. Como única pega, las tiras de cartulina que sirven de atril son un tanto endebles y vienen plegadas de una forma que es tremendamente fácil doblarlas por donde no toca. El reglamento está bien estructurado y no deja lugar a dudas. Se agradece la hoja de referencia con la que se facilita responder las preguntas.
El trabajo a nivel visual de Wanjin Gill es adecuado. Es cierto que la portada es bastante llamativa, con un rayo láser que va rebotando entre los planetas cambiando de color y dando una idea muy clara de lo que va el asunto. También me gusta que los planetas no sean meras figuras geométricas y tengan sus correspondientes ilustraciones.
Y vamos cerrando. Orapa Space es un diseño ingenioso que reinventa con frescura la mecánica de deducción espacial mediante láseres que rebotan entre planetas ocultos, cambiando de color y dirección, permitiendo a los jugadores reunir información con la que poder ir triangulando la posición de los mismos. La colocación inicial de planetas, priorizando rebotes complejos para ocultar posiciones, es uno de los momentos más interesantes de la partida. El planeta rojo pequeño, como el más esquivo, añade un desafío que puede inclinar la balanza si se descubre pronto, y los agujeros negros introducen distorsiones impredecibles que elevan la profundidad sin añadir complejidad mecánica (aunque sí a la hora de visualizar la trayectoria del láser). Un diseño accesible, de duración contenida y bastante entretenido. Por todo esto le doy un…