Reseña: Bitcoin Hackers
Introducción
En tu mano están los números y símbolos necesarios para acceder a una gran cuenta de bitcoins en la que has detectado varios fallos de seguridad. Pero no eres el único que está tratando de acceder a la dirección Bitcoin y la contraseña de entrada cambia cada vez que alguien intenta acceder dejando solo un breve espacio de tiempo para reaccionar. Intenta descubrir la clave privada agotando todos los códigos y programas de tu mano. Solo una inteligente gestión de tus recursos hará que consigas las tres tarjetas de acceso requeridas para completar la secuencia numérica y acceder a la cuenta.
Así se nos presenta este Bitcoin Hackers, un diseño de Antonio González, siendo este su primer título publicado. El juego fue lanzado al mercado en 2018 por Ediciones MasQueOca en una versión multilenguaje (inglés, español y portugués). De las ilustraciones se encarga Esperanza Peinado, responsable del aspecto de juegos como 10 Negritos o Huida de Silver City.
Permite partidas de 3 a 6 jugadores, con una edad mínima sugerida de 8 años y una duración aproximada de entre 30 y 50 minutos. El precio de venta al público es de 16,95€. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la versión multilenguaje de Ediciones MasQueOca, que la propia editorial nos ha cedido amablemente.
Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 17,5×13×4 cm. (tamaño de caja estándar pequeña tipo SET o Abluxxen), nos encontramos con los siguientes elementos:
- 110 Cartas (56×87 mm.):
- 13 Cartas de Acceso
- 7 Cartas de Código Maestro
- 5 Cartas de Valor 1+
- 5 Cartas de Valor 9-
- 35 Cartas de Valor Positivo (5 de cada valor entre el 2 y el 8)
- 35 Cartas de Valor Negativo (5 de cada valor entre el 2 y el 8)
- 10 Cartas de Habilidad Especial
- Reglamento
Mecánica
Bitcoin Hackers es un filler en el que el objetivo de los jugadores será intentar quedarse sin cartas, consiguiendo un bitcoin con ello (y recibiendo una nueva mano de cartas). Para ello, en cada turno, el jugador deberá poner en juego una carta cuyo valor sea mayor o menor que la última jugada en función del signo que esta muestre. Al jugar una carta, el numero indicado en ella se utilizará para determinar quién será el próximo jugador (pudiendo incluso repetir turno). Si le llega el turno a un jugador y no dispone al menos una carta que se pueda jugar, deberá robar tantas cartas del mazo como la mitad de las cartas jugadas en el centro de la mesa, descartando estas y comenzando de nuevo el ciclo. Además, hay cartas con efectos especiales que obligan a los rivales a robar cartas, comodines o cartas que permiten modificar el valor de otras cartas o cartas que permiten descartar la mano si se posee un determinado número de cartas en ella. La partida la ganará el jugador que primero consiga 3 bitcoins.
Conceptos Básicos
El eje fundamental del juego son las Cartas Numéricas. Estas muestran un valor comprendido entre el 1 y el 9 y un signo más (+) o un signo menos (-). Para cada combinación de valor y signo hay cinco copias, con la excepción del 1 (que solo hay cinco cartas con el signo más) y el 9 (que solo hay cinco cartas con el signo menos). Además, en función del signo, aparece marcada una de las esquinas superiores de la carta con un triángulo (la derecha en caso de signo más y la izquierda en caso de signo menos). Existen dos conceptos básicos asociados a estas cartas. El primero es que la última carta jugada determinará las cartas que pueden jugarse: si el signo es menos, el valor de la siguiente carta deberá ser inferior al de la última carta jugada, y si el signo, es más, el valor de la siguiente carta deberá ser superior al de la última carta jugada. Adicionalmente, el valor de la nueva carta jugada determinará el siguiente jugador activo, contando en el sentido que apunte el triángulo de las esquinas superiores (según el signo) tantas posiciones como el valor de la carta jugada.
Algunas de estas cartas muestran Efectos. Estas cartas de efecto aplicarán a la vez que el número de forma alternativa o adicional al valor de la carta. Es importante hacer notar que la aplicación de estos efectos depende del jugador en turno, pudiendo siempre optar por aplicar la carta como número (a excepción de los códigos maestros).
El objetivo de los jugadores será acumular tres Bitcoins antes que nadie. Un bitcoin se conseguirá cuando un jugador agote su mano de cartas, reponiendo su mano a continuación si no ha detonado el final de la partida.
Con esto tenemos suficiente.
Preparación de la Partida
- Se mezcla el mazo de cartas y se reparten cinco cartas a cada jugador, dejando el resto del mazo en el centro de la mesa.
- Se forma un mazo con las cartas de bitcoin.
- Se escoge aleatoriamente a un jugador para que revele la primera carta del mazo para determinar el jugador inicial. Si se cuentan tantas posiciones como el valor muestre la carta, comenzando por el jugador sentado a la derecha y continuando en sentido antihorario si la carta muestra un símbolo mas (+) o por el jugador sentado a la izquierda y continuando en sentido horario si la carta muestra un símbolo menos (-). Este será el jugador en disfrutar el primer turno. Si se revelase un código maestro, se descarta y se revela otra carta.
¡Ya podemos comenzar!
Desarrollo de la Partida
Una partida de Bitcoin Hackers se desarrolla a lo largo de un número indeterminado de turnos.
El jugador activo, en su turno, deberá jugar una carta de su mano en el centro de la mesa cuyo valor cumpla el requisito impuesto por la última carta jugada en el centro de la mesa:
- Símbolo + (Mas): el valor de la carta jugada deberá ser superior al valor de la última carta jugada.
- Símbolo – (Menos): el valor de la carta jugada deberá ser inferior al valor de la última carta jugada.
Tras esto, el turno pasará a otro jugador dependiendo del valor y el signo de la carta jugada:
- Símbolo + (Mas): se cuenta, comenzando por el jugador de la derecha al jugador activo y en sentido antihorario, tantas posiciones como el valor de la carta para determinar el siguiente jugador.
- Símbolo – (Menos): se cuenta, comenzando por el jugador de la izquierda al jugador activo y en sentido horario, tantas posiciones como el valor de la carta para determinar el siguiente jugador.
Si el jugador no puede o no quiere jugar una carta, será hackeado. A continuación, contará el número de cartas colocadas en el centro de la mesa y robará del mazo tantas cartas como la mitad de esta cantidad (redondeando hacia arriba), añadiéndolas a su mano. Las cartas del centro de la mesa se descartan y el jugador hackeado vuelve a ser el jugador activo, pudiendo jugar cualquier carta.
- Si el jugador activo se autohackea al haber jugado una carta cuyo valor coincide con el número de jugadores en la partida y repetir turno, en vez de seguir siendo el jugador activo, se revelará la siguiente carta del mazo para determinar el siguiente jugador como al comienzo de la partida. Si se revelase un código maestro, se descarta y se revela otra carta.
Cuando un jugador agote su mano, ganará una carta de bitcoin y robará 5 nuevas cartas para continuar la partida.
Algunas cartas muestran efectos que pueden ser aplicados de forma adicional o de forma alternativa, dependiendo del efecto:
- Código Maestro: es una carta comodín que puede ser jugada sea cual sea la condición, pero, al jugarla, se descartan todas las cartas de la pila y se revela una nueva carta para determinar el siguiente jugador en ser el jugador activo. Si se revelase un código maestro, se descarta y se revela otra carta.
- Ransomware: la carta apunta a uno o ambos vecinos del jugador activo, quienes deberán robar una carta del mazo y añadirla a su mano.
- Los jugadores afectados pueden evitar este efecto negativo mostrando una pareja de cartas de un mismo valor, pero signo contrario.
- Keylogger: son cartas que se pueden alternativamente junto a otra carta para modificar el valor de dicha carta (en positivo o negativo). Esta modificación solo aplica en el momento de jugarla, no afectando a la hora de determinar el siguiente jugador en el orden de turno y el requisito para ese nuevo jugador. La carta keylogger se coloca bajo la carta jugada. No está permitido utilizar una carta de keylogger para modificar la primera carta jugada en el centro de la mesa.
- Backdoor: son cartas que muestran un símbolo de mayor que (>) junto a un número (5 o 7). El jugador activo puede, antes de jugar carta, si posee una de estas cartas en su mano y el número de cartas en su mano, contando la carta de backdoor, es superior al número indicado en la carta de backdoor, entonces el jugador puede descartar toda su mano (incluida la carta de backdoor) y robar del mazo tantas cartas como la mitad del número de cartas descartadas (redondeando hacia arriba). Tras esto, resuelve su turno de forma habitual.
Fin de la Partida
La partida finaliza inmediatamente cuando un jugador consigue su tercer bitcoin, proclamándose vencedor.
Variantes
- Modo Básico: se juega sin aplicar los efectos especiales de las cartas, de forma que éstas actuarán simplemente como valor con su signo.
- Modo Experto: al inicio de la partida se reparte a cada jugador dos cartas de habilidad junto a su mano inicial de cartas. Tras examinarla, escoge una y devuelve la otra a la caja. Para toda la partida, cada jugador disfrutará de las ventajas de su carta de habilidad.
Opinión Personal
Soy de los que tienen la opinión de que diseñar un buen filler no es tarea sencilla, aunque pueda aparentar ser una labor menos exigente para el autor que producir un juego de tablero mecánicamente más complejo.
Lograr un diseño con pocos conceptos mecánicos y, preferiblemente, una reducida cantidad de componentes y que resulte atractivo, fresco y, sobre todo, adictivo, es muy complicado. Porque complicar un diseño siempre es una opción.
Además, al ser los juegos más económicos de producir, la cantidad de títulos que se publican es abrumadora, por lo que encontrar ese punto de originalidad que le permita destacar sobre el resto es una meta aún más exigente.
Nunca sabes dónde se va a encontrar el siguiente filler que cale en el público. Por eso hay que probarlo todo. En esta ocasión le toca el turno a Bitcoin Hackers, una propuesta que, al menos en su presentación, resulta llamativa. Vamos a ver qué tal se comporta en la mesa, no sin antes agradecer a Ediciones MasQueOca la cesión de la copia que posibilita esta tochorreseña.
En Bitcoin Hackers nos convertimos en piratas informáticos compitiendo por robar una importante cantidad de bitcoins. Para ello necesitamos hacernos con la clave para acceder a la cuenta. Esto lo haremos mediante una mano de cartas de la que tendremos que deshacernos para conseguir una carta de blockchain. El que consiga reunir tres de estas cartas conseguirá los fondos de la cuenta.
Este sería un buen resumen de Bitcoin Hackers, un juego estilo UNO en el que tendremos que ser los primeros en agotar nuestra mano de cartas por tercera vez.
Está claro que, dentro de los fillers de corte familiar, UNO es una referencia. No tanto por su calidad como diseño, pero si por expansión a nivel mundial. Es entendible que existan tantos «clones» que intenten aprovechar ese posicionamiento para convertirse en «El Nuevo UNO».
El último caso de éxito que hemos tenido en nuestro país es el ya archiconocido Virus!. Un auténtico éxito que cuenta ya hasta con una secuela. ¿Por qué los chicos de Tranjis Games alcanzaron la gloria? Pues, básicamente, por una agresiva campaña de marketing, un aspecto atractivo y un diseño que, si no bien no será un juego especialmente querido por quienes ya tienen cierto bagaje en el mundillo, pero que encajaba como un guante para esos jugadores casuales para los que los juegos de mesa modernos no son especialmente conocidos.
Ahora los chicos de Ediciones MasQueOca intentan hacerse con su parte del pastel repitiendo jugada. El problema está en no saber calibrar el diseño adecuadamente. Y eso es lo que, en mi opinión, ha ocurrido en esta ocasión. Ya a uno le huelen a chamusquina el asunto cuando un filler de este tipo nos obsequia con un reglamento de nada más y nada menos que dieciséis páginas. ¿Dieciséis páginas para un filler tipo UNO? ¿Tanto se ha complicado el asunto? Pues sí y no.
Que el reglamento sea tan largo no es tanto consecuencia de una carga conceptual exagerada, sino de unas decisiones de diseño cuanto menos peculiares que exigen una buena cantidad de ejemplos para intentar aclarar el asunto antes de sentarse a la mesa. Conceptos ligeramente enrevesados consecuencia de querer aportar cierto grado de originalidad (esto se consigue, sin duda) pero sin separarse del espíritu de filler asequible y reconocible.
UNO se caracteriza por tener una regla bien sencilla: en tu turno puedes jugar carta si es del mismo color o del mismo valor que la última carta jugada. Al jugar mismo color, cambias el valor, y al jugar mismo valor, cambias el color, obligando al siguiente jugador a adaptarse, siempre y cuando su mano se lo permita. Aquí las cartas también tienen dos parámetros: signo y valor. Para poder jugar una carta ahora no habrá que copiar uno de estos dos parámetros, sino, de forma conjunta, cumplir una restricción que los de la última carta jugada impone. Así, si el signo es positivo, el valor de la nueva carta debe ser superior al anterior, y si el signo es negativo, el valor debe ser inferior al anterior.
Este pequeño giro de tuerca es, dentro de lo que cabe, aceptable. El problema lo encontramos en el intento de simplificación de los efectos de las cartas. Y es que las cartas especiales de UNO se han intentado mantener, pero utilizando ciertos artificios. El más llamativo es el que permite cambiar el sentido de juego o saltar a jugadores, que se ha aunado en un único sistema y dependiente también de los dos parámetros de la carta jugada. Ahora, el siguiente jugador activo será aquel que, comenzando por un jugador vecino y continuando en sentido horario o antihorario (dependiendo del signo de la carta), se cuentan posiciones igual al número de la carta, determinándose de esta forma al nuevo jugador activo.
¿Es original? Sin duda. Pero también es uno de los sistemas más farragosos y poco intuitivos al que me he enfrentado. Durante gran parte de vuestra primera partida pasaréis los turnos adecuándoos a este abigarrado sistema de orden de turno, llegando a generar risas nerviosas por lo increíble de la situación, más que porque el diseño resulte divertido. Además, le añade un nivel de caos importante al asunto, llegando a darse casos en los que un jugador se queda mirando durante una gran cantidad de turnos consecutivos porque los valores jugados nunca lo convierten en jugador activo.
Además, también se ha hecho dependiente de este sistema la mayor penalización del juego sobre los rivales. Cuando un jugador no tiene cartas en la mano que permitan salvar la restricción impuesta por la última carta jugada, este deberá robar tantas cartas como la mitad de la pila jugada. Si tenemos la mala suerte de que se alineen los astros, haya una tanda de turnos en los que no juguemos y cuando el turno nos llegue se haya jugado uno de los valores más restrictivos (2 negativo u 8 positivo, que solo permiten jugar 1 y 9, las cartas con menos copias en el mazo), pues lo más probable es que, encima, tengamos que robar un buen puñado de cartas para deleite del resto de jugadores. Pero un deleite sin sustancia, porque será una maldad más fruto de la casualidad que de intención de los jugadores.
Para completar un poco el asunto y resolver alguno de los problemas comentados, se incluyen ciertas cartas especiales, entre las que destacan las de keylogger y las de backdoor. Las primeras son modificadores temporales de la carta jugada, que puede permitirnos salvar la situación en el último momento y, además, jugar dos cartas en vez de una. Y la segunda será un salvavidas ante situaciones peliagudas con manos enormes consecuencias de nuestra mala fortuna y que se hayan encadenado varios turnos anteriormente.
Considero que es un diseño fallido porque intenta apuntar a dos públicos y se queda entre dos aguas, con un sistema demasiado enrevesado como para que resulte divertido en una primera partida (algo fundamental en este tipo de juegos). Por un lado, se ha querido un juego tipo UNO, y por otro intentar atraer a un público más jugón, con un sistema de turnos maquiavélico. No ha sido una gran decepción porque tampoco tenía muchas expectativas puestas en este diseño, pero opino que el juego falla estrepitosamente en cuanto a su objetivo. Si luego resulta ser un éxito de ventas, pues tendré que tragarme mis palabras, pero no le auguro una buena carrera a este título.
Además, es un juego que no escala especialmente bien, siendo como mejor funciona a 4-5, más que nada por el caos que se genera, que al menos nos hará soltar alguna carcajada ante situaciones inverosímiles. Pero no pasará de anécdota dentro de una experiencia que difícilmente resultará exitosa. Si encima le quitamos esto en partidas de tres jugadores, pues no hay mucho más que decir.
La rejugabilidad vendría a ser la propia de un juego tipo UNO, que depende directamente de la capacidad de conexión a primera partida con el diseño. Como creo que esta no va a darse habitualmente, lo normal es que la mayoría de jugadores, especialmente si tienen cierto bagaje en el mundillo, rehúsen volver a sentarse a la mesa ante este diseño. Repito, no sé cómo va a encajar este juego entre un público más casual. Pero, teniendo en cuenta que no estoy viendo una campaña publicitaria relevante, creo que pasará sin pena ni gloria por las estanterías de algunas tiendas y caerá pronto en el olvido.
Pasemos a la producción. Nos encontramos con un juego de cartas en una caja de tamaño estándar con un inserto de plástico y unas cartas aparentemente decentes, con un gramaje adecuado, textura lisa y respuesta elástica aceptable. Sin embargo, parece que el acabado de las mismas no es lo suficientemente aceptable, pues ya en una primera partida, y sin barajar de forma agresiva (ya sabéis como trato yo a los juegos), ya me he encontrado cartas descascarilladas por el borde. No sé si habrá sido algo puntual, pero parece que el enfundado es obligatorio si no queremos que las cartas queden demasiado marcadas desde muy pronto. Respecto al reglamento, a mí me parece excesivo la cantidad de texto incluido que seguramente tire para atrás a muchos jugadores (cuando realmente se puede explicar todo en unos pocos párrafos). Y, si bien no hay erratas, sí que hay alguna norma explicada que puede generar confusión. Nada especialmente importante pero que empeorar esa primera experiencia.
Y es una pena porque el tema si me llamaba la atención. Es de lo poco que salvo de la quema (supongo que por deformación profesional). Me parece que está bien hilado el tema del hackeo y las nuevas tecnologías, así como los distintos efectos relacionados con conceptos informáticos tan actuales como puertas traseras, cortafuegos o programas maliciosos. Y el arte de Esperanza Peinado está magnifico, aun siendo un batiburrillo de referencias tecnológicas importante (fondos de las cartas que recuerdan a Matrix, representación de software que es un calco de las naves de Space Invaders, monedas de bitcoin que parecen las de Mario Bros o unas traseras con cartas son símbolos que pueden recordar a emojis abstractos o conexiones que parecen de una placa de circuito impreso). La portada es tal vez lo menos llamativo de todo el conjunto, pero sin alejarse demasiado de las ilustraciones de las cartas.
Y vamos cerrando. Bitcoin Hacker me parece un diseño fallido que intenta abarcar demasiado y se queda en tierra de nadie. Es un juego estilo UNO, pero con un mecanismo de orden de turno enrevesado y poco intuitivo que añade caos y confusión a la partida. Partidas extrañas y con una dinámica que puede desconectar a los jugadores a las primeras de cambio si se llevan un buen rato sin jugar. Lo único positivo que le encuentro es la ambientación escogida y las referencias en el aspecto visual. Pero, desgraciadamente, hace aguas por todos sitios. Por todo esto le doy un…
A mi me gusto bastante el juego, creo que lo valoras desde una perspectiva de lo que esperabas a lo que es. Yo le daría un 7 porque es de lejos el mejor filler de los que he jugado 🙂
Saludos.
Lo valoro como un uno farragoso que no ha gustado a nadie de los varios y diversos grupos. Lo de que un jugador se pueda llevar mirando un buen rato me parece horrendo.
Cada cual que valore el juego como quiera. Pero desde luego no es un juego hecho con prisas. El juego ya existía como prototipo desde hace más de 8 años y ha ido madurando con el tiempo. Por otra parte el juego es simétrico (demostrada su simetría por profesores compañeros de Matemáticas), lo que significa que si el mazo se agota todos jugarán el mismo número de turnos. Lógicamente los efectos especiales de las cartas rompen esta simetría y puede hacer que un jugador juegue algún turno más que otro. Pero ahí está la gracia: es un juego de orden de turno variable. Lo de que contar sea complejo, ayer mismo les enseñé el juego a dos grupos diferentes de amigos y en una primera partida no tuvieron ningún tipo de problema, porque se juega con los múltiplos de forma que a 4 jugadores por ejemplo la carta 9+ significa que tendrá que jugar el jugador a mi derecha (el cuarto jugador y octavo soy yo mismo). Además es el jugador que juega la carta el que tiene que enunciar a quién le toca jugar en voz alta (solo él tiene que contar). Echamos dos partidas en cada grupo y todos quisieron seguir repitiendo. De hecho, tres se van a pillar el juego.
A todo el que se lo enseño le gusta y muchos se lo compran. Con eso me quedo.
QUE LASTIMA… MUY BUENA PINTA Y NOVEDOSA TEMATICA… 😬
«El último caso de éxito que hemos tenido en nuestro país es el ya archiconocido UNO. Un auténtico éxito que cuenta ya hasta con una secuela. ¿Por qué los chicos de Tranjis Games alcanzaron la gloria?»
Supongo que querrías decir VIRUS
Correctisimo. Voy a corregirlo.
Pues para nosotros el VIRUS es uno de los peores fillers, todo azar, y se resume en ¿»puedes jugar algo que has robado en el turno anterior a alguien sin casi opción a elegir?»
Es bonito, nada más, las partidas son largas, tediosas y sin emoción alguna.
A mi no me gusta, pero entiendo su éxito teniendo en cuenta el público al que está enfocado. El problema de este Bitcoin Hackers es que, estando enfocado a ese mismo público, incurre en muchos errores.
Antonio González: Nos gustaría entrevistarlo para DiarioBitcoin