Reseña: Timeline
Introducción
El juego en el que tienes que saber o adivinar cuando se inventó lo que dice tu carta. O al menos saber colocarlo entre el que se produjo antes y después. El objetivo no es otro que ir deshaciendo te de tus cartas colocándolas en el lugar correcto dentro de la línea de tiempo que forman el resto de las cartas. Fácil, ¿no? Vale, pero, ¿sabes cuándo se inventó la minifalda? ¿Y el globo? ¿Sabes si fue antes el teléfono o la bombilla? Seguro que no tienes problemas para saber que el fuego se inventó antes que el compact disc… pero no siempre va a ser así de fácil…
Así se nos presenta este Timeline: Inventos, el primer título de la serie Timeline obra de Frédéric Henry, responsable de otros títulos como Conan, The Builders o The Adventurers. Esta primera entrega de la serie se publicó en 2010 de la mano de Hazgaard Editions. De las ilustraciones se encargan Xavier Collette (Mysterium, Abyss o Noah) y Nicolas Fructus (Kemet, Takenoko o Zombicide).
El juego se encuentra publicado en nuestro país por Asmodee Ibérica en perfecto español (el juego tiene cierta dependencia del idioma). Permite partidas de 2 a 8 jugadores, con una edad mínima sugerida de 8 y una duración aproximada de 15 minutos. El precio de compra recomendado es de 12,99 €. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la edición en español de Asmodee Ibérica.
Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una lata metálica de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 12,1×12,1×3,8 cm. (tamaño estándar en estas ediciones de metal de Asmodee Ibérica como Los Constructores o Noah), encontramos los siguientes elementos:
- 109 Cartas (64×43 mm.)
- Instrucciones
Mecánica
Timeline es un filler en el que los jugadores intentan deshacerse de una mano de cartas que muestran una serie de inventos/descubrimiento. Para ello deberán colocarlos en una fila respetando el orden cronológico. Si aciertan, reducirán su mano. Si fallan, recibirán una nueva carta.
Conceptos Básicos
Aquí tenemos un único concepto, las Cartas. Estas muestran por ambas caras la ilustración de un invento o un descubrimiento. La única diferencia entre ambas caras es que en una aparece el año en el que se ocurrió. Las cartas que formen parte de la mano del jugador se mantendrán sobre la mesa mostrando la cara sin año, no pudiendo ser volteadas salvo que se utilicen el turno.
A medida que los turnos se sucedan, los jugadores irán conformando una línea temporal con las cartas ordenadas cronológicamente de más antiguo a más actual.
Con esto tenemos suficiente.
Preparación de la Partida
- Se baraja el mazo de cartas y se coloca de forma que la carta superior no muestre el año.
- Se reparten 4 cartas a cada jugador, de nuevo, sin revelar en ningún momento el año.
- Se revela la carta superior del mazo y se coloca en el centro de la mesa, esta vez sí, mostrando el año.
- Finalmente, se elige al jugador inicial.
¡Ya podemos comenzar!
Desarrollo de la Partida
Una partida de Timeline se desarrolla a lo largo de un número indeterminado de turnos alternados, comenzando por el jugador inicial y continuando en el sentido de las agujas del reloj.
En su turno, el jugador deberá escoger una carta de su mano y, sin revelar su año, indicar en qué posición de la línea temporal que forman las cartas del centro de la mesa debe ir. Puede indicarse una posición de los extremos o cualquier posición intermedia.
Entonces se revela la carta:
- Si el año es correcto, es decir la siguiente carta muestra un año superior y la carta anterior muestra un año inferior, entonces la carta se añade a la línea, ocupando la posición indicada por el jugador.
- Si el año es incorrecto, el jugador deberá descartar la carta jugada y robará una nueva del mazo que añadirá a su mano.
Tras esto, el turno pasa al jugador de la izquierda.
Fin de la Partida
La partida finaliza cuando un jugador consigue colocar correctamente su última carta, proclamándose vencedor.
Variantes
Dificultad Elevada: la mano inicial de cada jugador se aumenta. Los jugadores se ponen de acuerdo en cuantas cartas se reparten al comienzo.
Opinión Personal
Hoy pasa por este humilde blog uno de los títulos de referencia en cuanto a fillers se refiere. Uno de esos juegos sobre los que se ha desarrollado una franquicia enorme, incluso dando pie a diseños paralelos. Si Catan, Carcassonne o Ticket to Ride son las tres franquicias estrella entre los eurogames, Timeline lo es dentro de los juegos de relleno. Vamos a ver por qué.
Admitámoslo, en el fondo a todos nos gustan los juegos de preguntas y respuestas porque nos permiten sacar el pedante que llevamos dentro. Nos encanta demostrar a los demás que sabemos algo que ellos desconocen. Solo por esto se explica que Trivial Pursuit sea un clásico de los juegos de mesa (aunque a nosotros nos quede algo lejos ya). Sin embargo, solo los mas sabiondos acaban disfrutando de este juego, ya que los que no dominan ninguna de las seis disciplinas se sienten desplazados en un combate decantado de antemano frente a aquellos que tienen facilidad para retener información concreta.
Menos mal que existen un montón de juegos que, sin alejarse mucho del concepto principal de preguntas y respuestas, ofrecen un mecanismo que balancea el nivel de los jugadores. Y Timeline es el rey en este sentido.
El concepto principal es que, en base a un tema concreto, los inventos y descubrimientos en este primer título de la que más tarde se convertiría en gran franquicia, se nos presenta una serie de cartas con una fecha determinada. El objetivo es bien sencillo: intentar colocar correctamente las cartas que tenemos en nuestra mano en una línea cronológica, especificando la posición en la que debe ir cada uno respetando este orden. En caso de pifia, el jugador deberá robar una nueva carta y vuelta a empezar.
¿Dónde está la genialidad de la idea? Pues, en primer lugar, porque el dato a conocer es siempre el mismo: la fecha, más concretamente, el año. Si un jugador conoce el año exacto en el que lo que se representa en la carta ocurrió, dispondrá de la misma ventaja de la que antes hablábamos en Trivial. Sin embargo, las fechas no son un tipo de información fácilmente retenible. Al fin y al cabo, no dejan de ser unos números ordenados de una determinada forma, y, salvo casos remarcables, lo normal es que casi nadie sepa de memoria casi ningún año de los reflejados en las cartas. Aquí tenemos el principal rasero aplicado a los jugadores.
Entonces, si casi nadie va a conocer las fechas exactas, ¿cómo van los jugadores a acertar? Pues es bien sencillo, gracias a un nivel de conocimiento relativo como es la comparación directa entre los propios elementos a conocer su fecha. Es decir, es muy probable que alguien desconozca el año en el que la Lata de Conserva fue inventada, pero creo que estará bastante seguro de que ocurrió muchos años después del Descubrimiento de América. Aquí es donde está la clave de Timeline y de por qué funciona tan bien. Obviamente, como hemos comentado, siempre habrá alguno cuyo hobby sea memorizar fechas y sea un rival imbatible. Pero lo habitual será conocerse un par de fechas.
Por comparar un poco, Timeline hace uso de la misma idea básica que Las Vegas Quiz (aquí su tochorreseña), con la diferencia de que la pregunta ya está planteada de antemano, mientras que en el juego de Crapuchettes esta se plantea en cada ronda y son los jugadores los que ofrecen la cifra. Pero, en esencia, es el mismo concepto, ya que las cifras ofrecidas por los jugadores se ordenan de forma ascendente y los jugadores tendrán que intentar acercar la cifra correcta (o que más se acerque sin pasarse). Y lo harán comparando con el resto de cifras, más que por conocer la respuesta.
Aun así, un jugador que, en un turno concreto, no tenga ni idea de dónde ubicar una carta, ya sea porque en la línea temporal ya hay un buen número de ellas y muchas muestran fechas cercanas o, directamente, porque no es capaz de ubicar temporalmente, ni siquiera de forma aproximada, la época de lo que se ilustra en la carta. Afortunadamente sigue habiendo esperanza en estos casos, ya que, aun siendo un dato muy específico, siempre podemos jugárnosla y confiar en nuestro instinto. ¡Más de una vez acertaremos!
Aunque, sin duda, los mejores momentos que depara una partida de Timeline son esos en los que algún jugador cree que conoce la respuesta y coloca la carta con seguridad, incluso pavoneándose. Es sublime el momento en el que gira la carta y la sonrisa se borra de su cara.
El juego escala perfectamente ya que la interacción entre los jugadores es prácticamente nula. No deja de ser una carrera en la que gana el primero que se quede sin cartas. Sin embargo, sí que es cierto que el juego luce peor con menos jugadores, ya que la línea temporal apenas sufrirá variaciones entre turnos de un mismo jugador. En estos casos es recomendable aumentar la mano inicial de los jugadores para que la cosa se vaya complicando con el paso de los turnos. Pero salvo por este detalle, el juego funciona exactamente igual a 2 que a 8.
Para ser un juego de preguntas (siempre la misma) y respuestas (siempre del mismo tipo), es impresionante la rejugabilidad de este juego. De nuevo, gracias a lo complicado que resulta retener este tipo de información (fechas). Es cierto que, si se saca habitualmente a mesa, habrá jugadores que sí recordarán fechas y comparaciones directas, pero serán casos aislados, ya que, gracias a la gran cantidad de cartas, rara vez se formará una misma línea temporal. Mucho juego en una pequeña lata.
Pasemos a la edición. Nos encontramos una coqueta lata metálica a la que ya estaremos acostumbrado en cuyo interior encontramos dos mazos de cartas sobre un inserto con tacto aterciopelado. Es de agradecer que el inserto admita las cartas enfundadas y la lata pueda seguir cerrando sin presiones. Las cartas son de gran calidad, con un gramaje generoso, textura en lino muy agradable y una respuesta elástica magnifica. Como siempre, se recomienda el enfundado, aunque en este caso las cartas solo se barajan una vez por partida y los jugadores no las pueden tener en la mano, así que tampoco es algo imprescindible. El reglamento no deja lugar a duda.
Respecto a las ilustraciones, hay que admitir que el trabajo de Collette y Fructus es más que interesante. Es cierto que el tono de las cartas es algo sombrío para tratarse de un party, pero bueno, mantienen cierta coherencia entre ellas teniendo en cuenta que abarcan casi toda la historia. Eso sí, un pequeño tirón de orejas por la maldad de los ilustradores en algunas cartas, en las que la representación del invento no parece corresponderse con el original, sino con una versión «más moderna», induciendo al error. Pero bueno, se les perdona porque así elevan el factor sorpresa.
Como ya he comentado al comienzo de este apartado, el éxito de Timeline ha propiciado el desarrollo de una gran franquicia en torno a su concepto principal. Así tenemos varios temas para Timeline además del que nos ocupa: Descubrimientos, Eventos Históricos, Cine y Música, incluso Star Wars. Y también se ha desarrollado la franquicia Cardline (aquí tenéis la reseña de Cardline: Marvel), como si de una línea de desarrollo paralela se tratase (en vez de fechas se utilizan otros parámetros, pero el concepto es el mismo). Sin embargo, a pesar de tanta variedad, yo sigo quedándome con el titulo original, ya que me parece el más puro y el que tiene ese punto de dificultad extra al desconocer la mayoría de los datos, algo que no sucede tan claramente en otros elementos de la franquicia.
Y vamos cerrando ya. Timeline es uno de los fillers más famosos y que ha dado pie a una franquicia de títulos con diversas temáticas y mecánicas. Algo tan simple como intentar ordenar cronológicamente elementos cuya fecha suele ser desconocida, al menos de forma exacta. Ideal para toda la familia y sin el hándicap habitual de los juegos de preguntas y respuestas, ya que se puede alcanzar el éxito sin conocer el dato exacto. Por todo esto le doy un…
Muy bien filler. Este es el típico juego para desengrasar y dejar de hacer cálculos de puntos y jugadas para, simplemente, colocar la carta en su fecha correcta. Mecanismo simple y sencillo y, como comentas, reírte (hasta de ti mismo) cuando colocas la carta con toda seguridad y luego no corresponde.
Una variante que usamos para añadir dificultad es no descartar la carta cuando se falla sino colocarla igualmente. Esto lo veo especialmente útil en partidas a pocos jugadores pues no es necesario aumentar el número de cartas de la mano inicial pero sí consigues que aumente la longitud de la línea temporal.
Ah, y otro detalle, la posibilidad de mezclar varias latas, aunque sean de tematixas distintas, le da un toque especial y lo hace apto para que otro jugadores que no dominen un tema específico pueda disfrutar del juego.
Una duda que tengo, comentas que el inserto admite las cartas enfundadas, pero yo las tengo asi, y entrar, entran muy justas, y al sacarlas, estan las fundas dobladas, asi que yo no diria que caben las cartas enfundadas, y eso en las que entran, que en otras versiones, ni eso.
Compre el timeline de inventos para mi hija de 9años y mi decepción fue que no hay ninguna mujer…eso sí la cara de la portada un hombre y otros tantos en las cartas. A estas alturas me parece muy fuerte que un juego educativo no incorpore a mujeres en la historia cuando está claro que han habido muchas y muy importantes.
No he podido ver la nueva edición, pero te refieres a que ante determinados inventos solo aparecen hombres en las ilustraciones. Para la edición que tenía cuando hice la tochorreseña creo recordar que no había personajes en las cartas (y la portada era una mujer, que era la misma para todos los Timeline).