Crónicas Jugonas: Semana 10 del 2017 (27/02 – 05/03)
Semanita de vacaciones en London. Y, aunque estuviésemos de relax, entre visita a Covent Garden o paseítos por el Soho, alguna que otra partidita.
Empezamos el lunes con un Schotten Totten, un diseño de Knizia, reimplementación del Battleline. cada jugador controla a un bando de clanes celtas en una competición por ver quien consigue hacerse con una serie de piedras que se encuentran colocadas en una hilera entre ambos contendientes. En cada piedra, un jugador podrá llegar a colocar hasta 3 cartas de su mano, de forma que debe intentar conformar una combinación más poderosa que la del rival. Hay 54 cartas (10 de cada uno de los 6 clanes), además de unas cartas especiales que añaden ciertas habilidades. El primero en hacerse con 3 piedras consecutivas o 5 cualesquiera, se proclamará vencedor. Adicionalmente, hay unas cartas de táctica que permiten modificar ligeramente la situación en la mesa. Partida intensa, en la que cada uno jugó bastante bien sus cartas. Sin embargo, Sandra se la jugó en piedras clave y no le salió bien la jugada. Es cierto que no tuvo fortuna a la hora de robar las cartas de táctica, cayéndome a mí las que ella esperaba. Finalmente logré reclamar la tercera piedra consecutiva, obteniendo la victoria. Esta vez si jugamos correctamente (respecto a la primera partida). Muy entretenido, con mucho factor timing a la hora de ir jugando las mejores cartas, aunque una influencia importante del azar, como buen juego de cartas. Esta nueva edición de IELLO está genial, con un aspecto espectacular respecto a la edición original y un precio ajustado. Muy recomendable si os van los juegos para 2.
El martes llegó el momento culmen de la semana. María ya es una experta en Agricola, así que, para añadir algo de variedad a la experiencia, metí en la maleta la mitad de los componentes de Caverna (aquí su tochorreseña). Un diseño de Uwe Rosenberg que no deja de ser una versión 2.0 de Agricola en la que se modifican ciertos detalles, como la sustitución de los oficios por las habitaciones de la caverna, la posibilidad de intercambiar por comida los animales en cualquier momento o el tema de las aventuras, en las que nuestros enanos (trabajadores) irán adquiriendo experiencia y consiguiendo mejores botines. Un juego de colocación de trabajadores en el que cada jugador deberá desarrollar su caverna y alrededores para intentar acumular puntos de diversas formas. Esta vez copié descaradamente la última estrategia exitosa de Sandra, optimizando la habitación de puntos por mineral, así que me dediqué a excavar túneles como si no hubiese mañana, sin perder de vista la zona del campo. Sandra, por su parte, se centró en ampliar enanos y acumular animales, hortalizas y cereales, para poder aprovechar una de las habitaciones disponibles. María la pobre estuvo un poco perdida, aunque finalmente pudo aprovechar las habitaciones que puntuaban en función de las armas de los enanos. Resultado: yo 85 puntos, Sandra 83 y María 78. Como heredero del mejor juego de todos los tiempos (para mi), mantiene el nivel magníficamente. Mecánicamente es igual, aunque aquí hay mucha más libertad y, por tanto, un grado de agobio mucho menor. En Agricola es fundamental desarrollar un motor de comida que te permita desarrollarte. Aquí es más complejo conseguir esto, por lo que las acciones son más versátiles (especialmente las aventuras). Mi recomendación es que, si el agobio te gusta, elijas Agricola. Si prefieres más libertad, Caverna.
El jueves saqué el juego más «novedoso» de la semana, no porque sea reciente o porque sea un estreno, sino porque es uno de los pocos Feld que aún no tengo reseñado. Hablo de Notre Dame. La mecánica principal es un draft simultaneo de cartas entre los jugadores. Cada uno dispone de un mazo idéntico, del que roban 3 cartas, eligen una y pasan el resto a lo demás jugadores. Con estas cartas se pueden ejecutar acciones que, en su mayoría, implican colocar unos cubos de influencia que potencian las acciones. Estos cubos salen de una reserva general, pasando por una personal (al más puro estilo El Grande). Como condimento especial, los jugadores deben intentar mantener a raya la peste. Si no, sufrirán una penalización en cada ronda en la que se sobrepase un determinado nivel. Partida intensa en la que las diferencias se encontraron en los pequeños detalles. Pequeños detalles como no haber guardado una moneda en el momento adecuado para activar cierto personaje que impedía sufrir los efectos de la peste. O detalles como lograr acumular en el jardín un par de cubos de influencia para potenciar la ganancia de puntos de victoria. Sandra logró mantener la peste a ralla y no sufrió sus inclemencias en ninguna ronda. Sin embargo, no tuvo una ganancia de puntos importantes, ya fuese por la activación de algún personaje concreto o en la evaluación de Notre Dame. Yo, en cambio, sí que logré anotar puntos en grandes cantidades, aunque, por contra, me tuve que comer un par de epidemias que me lastraron. María la pobre no sabía por dónde le venían los palos. Resultado: Sandra 53, yo 46 y María 35. Uno de los pesos medios de Feld mas reconocido. A mí, sin parecerme malo, se me queda algo más corto que, por ejemplo, Strasbourg o, por supuesto, The Castles of Burgundy. Eso sí, me parece bastante rejugable y, a pesar de parecer muy solitario, tiene su aquel elegir qué cartas quedarse y cuales pasar al jugador de la izquierda. A ver si le juego otra y puedo sacarle una tochorreseña como Feld manda.
El viernes unas cuantas partidillas. Empezamos con Kabuki. Uno de los minijuegos de IELLO, en este caso diseñado por Hope S. Hwang. El juego representa una obra de teatro japonés en el que los actores están cambiando de mascara de forma constante. Los jugadores van robando estas mascaras (representadas con cartas circulares) y las van apilando sobre los diversos personajes de la obra. En el momento que un jugador crea que el jugador en turno ha colocado una máscara que ya existía en la pila, detiene el juego para realizar una comprobación. En caso afirmativo, el jugador en turno le entrega a ese jugador una vida por cada copia de la máscara que hubiese en la pila. En caso contrario, el jugador acusador debe perder una vida (que va a la reserva). La ronda dura hasta que se agote el mazo o un jugador se quede sin vidas, y la partida consta de tres rondas. Partida muy divertida en la que María demostró una gran capacidad de retentiva, teniendo una eficacia elevadísima. Solo flaqueó ligeramente en la segunda ronda, ya que confundía pilas respecto a la primera ronda. Tras las dos primeras María y yo estábamos empatados (Sandra sin puntos). Sin embargo, María elevó el nivel en la tercera, anotando tantos puntos como el acumulado que llevaba hasta ahora. Resultado: María 16, yo 8 y Sandra 4. Se confirman las buenas sensaciones. Este si es un caso de pequeño juego que funciona como es debido y que no defrauda. No deja de ser un memory game, pero la distribución en rondas y la multitud de cartas distintas hacen que, a medida que las pilas crezcan, las dudas sean una constante, y uno no quiera arriesgarse a acusar salvo que se esté muy seguro.
Después, un par de partidas a A Game of Thrones: Hand of the King. Un diseño de Bruno Cathala en el que se despliega una matriz de cartas que representan a los diferentes personajes de Canción de Hielo y Fuego. Los jugadores irán desplazando a Varis (uno de los personajes) para intentar atraer a los distintos personajes de las 7 casas más importantes para su causa. ¿El objetivo? Ser el jugador que, en mayoría, controle más casas. El desplazamiento de Varis es en línea recta, de forma que el jugador tomará todas las cartas de la misma casa que se encuentren entre la posición inicial y la final. Al final del turno de un jugador, si posee más cartas de una casa que cualquier otro jugador, reclama el estandarte de dicha casa. Adicionalmente, cada vez que el ultimo personaje de una casa sea retirado, se activará el efecto de unos personajes adicionales que alterarán la situación de la partida. En la primera partida, María dejó bastante decantada la partida al permitir a Sandra hacerse con las 2 casas «menores» (Tully y Tyrell). Desgraciadamente, no salieron personajes que permitieran alterar esta situación, por lo que la señorita se centró en acumular Starks para asegurarse la victoria en un posible empate, tal y como ocurrió finalmente: Sandra y yo con 3 estandartes, por 1 de María. En la segunda ocurrió justo lo contrario, aunque en esta ocasión sí que había muchos personajes que permitían alterar la situación de las casas, aunque ya no hubiese personajes de la misma en el tablero. Esta vez fui yo quien hizo lo propio, acumulando 3 estandarte de las casas más potentes, llevándome la victoria en el desempate (de nuevo, Sandra y yo con 3, por 1 de María). Tengo que admitir que, una vez que todos los jugadores saben jugar, es bastante entretenido. Es cierto que a 3 jugadores ocurre el mal endémico de los juegos tácticos: la dependencia del orden de turno y que un jugador pueda decantar la partida por una mala jugada en favor del siguiente jugador. Y bueno, no deja de ser un abstracto al que se le ha pegado el tema de Juego de Tronos para vender, aunque tengo que admitir que el cómo funcionan los personajes encajan con su historia en los libros/serie.
Y con esto finaliza la semana, ya que el sábado, cuando llegamos a casa, me compré el nuevo Zelda, me desconecté del mundo. He logrado desenchufarme de la consola para redactar estas Crónicas… Con eso lo digo todo.
Jajaja qué gracia me ha hecho lo de llevarse la mitad de componentes del Caverna. No sé cómo se les ocurriría incluir piezas para 7 ¡SIETE! jugadores. Una sugerencia Misut, en las crónicas molaría que incluyeras enlaces a la bgg de cada juego, por ver datos que igual tú no mencionas (máximo de jugadores, dependencia del idioma, qué sé yo). Un saludo jefe.
Qué bueno lo del Zelda. Yo me lo compré el viernes y ya llevo casi 30 horas. Cómo engancha XD
Totalmente, es un robahoras de cuidado!
Hola Misut. Me gustaría que puedas hacer una tochoreseña de Notre Dame de Feld. Un abrazo y saludos desde Perú, de LudoPUCP
Lo tengo en mi lista de pendientes! Pero no me da la vida. Descuida que tarde o temprano se publicará!