Reseña: Sheepland
Introducción
Una soleada tierra de onduladas praderas verdes, exuberantes bosques, y majestuosas montañas. La pacífica gente de la isla Sheepland no quiere nada más que recorrer la región con sus pequeños rebaños de esponjosas ovejas blancas. Todo marcha de maravilla, hasta que alguien tiene la brillante idea de levantar algunas vallas…
Así se nos presenta este Sheepland, un diseño de los ahora famosos Simone Luciani y Daniele Tascini (Tzolk’In: El Calendario Maya, Los Viajes de Marco Polo o Grand Austria Hotel). El juego se publicó por primera vez en 2012 de la mano de Cranio Creations en una edición multilenguaje (inglés, francés, alemán e italiano). De las ilustraciones se encarga Giulia Ghigini, artista de cabecera de la editorial (Horse Fever o Potion Explosion son ejemplos).
En nuestro país se encuentra publicado por Games 4 Gamers, aunque el juego es completamente independiente del idioma (a excepción del reglamento). Permite partidas de 2 a 4 jugadores, con una edad mínima sugerida de 8 años y una duración aproximada de 30 minutos. El precio de compra recomendado es de 24,95 €. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la edición multilenguaje de Cranio Creations.
Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 26×26×8 cm. (caja cuadrada algo más pequeña que las estándar tipo Ticket to Ride, es un formato poco común), nos encontramos los siguientes elementos:
- Tablero (de cartón)
- 30 Losetas de Terreno (de cartón)
- 6 Losetas de Terreno Iniciales (de cartón)
- 60 Monedas (de cartón):
- 16 de Valor 1
- 12 de Valor 3
- 16 de Valor 5
- 16 de Valor 10
- Marcador de Jugador Inicial (de cartón)
- 6 Pastores de madera (2 azules, 2 rojos, 1 amarillo y 1 verde) (de madera)
- 20 Vallas (de cartón)
- 12 Vallas Finales (de cartón)
- 18 Ovejas blancas (de madera)
- 1 Oveja negra (de madera)
- 1 Dado
Mecánica
Sheepland es un juego de especulación en el que los jugadores irán adquiriendo participaciones de distintos tipos de terrenos entre los que irán desplazando ovejas, las cuales elevarán su valor de cara al final de la partida mediante una mecánica principal de puntos de acción. El jugador con más dinero (entre efectivo y participaciones) al término de la misma será el vencedor.
Conceptos Básicos
Empecemos por el tablero. Este muestra una serie de regiones de seis tipos (3 regiones por tipo) separas por unas fronteras. En cada frontera que divida 2 regiones existe un espacio circular con un valor comprendido entre 1 y 6, de forma que, para una región dada, nunca se repetirá un mismo valor entre los de sus fronteras (aunque muchas regiones no tendrán 6 fronteras, por lo que tendrán menos valores). La única región especial es la central, que no pertenece a ninguno de los tipos de terreno que tienen relevancia durante la partida.
Cada vez que un peón abandone una posición, esta quedará anulada para el resto de la partida. Para esto se utilizan las fichas de vallas. Hay dos tipos de fichas. Las primeras (vallas de día) determinan la duración de la partida. Las segundas (vallas de noche) se utilizarán una vez el final de la partida se haya disparado.
Las ovejas ocuparán las regiones del tablero, pudiéndose desplazar de una a otra, siempre y cuando estas se encuentren adyacentes. Las ovejas aumentarán el valor de las regiones. La oveja negra es especial, ya que su valor es doble. Sin embargo, su movimiento no dependerá de los jugadores, sino que se realizará mediante un lanzamiento de dado. El resultado obtenido en la tirada indicará la frontera que debe atravesar la oveja (salvo que ese valor no esté disponible).
Los peones de Pastor serán la representación de los jugadores sobre el tablero. Estos peones se desplazarán entre las posiciones con valores que comentábamos anteriormente. Si un peón se desplaza a una posición directamente conectada con la que ocupa, el viaje será gratuito. Si no, tendrá un coste. Un peón en un espacio permitirá que las ovejas de una de las regiones colindantes pasen a la otra. Digamos que funcionan como puentes entre regiones para las ovejas blancas.
Los tipos de región funcionarán como empresas. Los jugadores podrán obtener participaciones (representadas mediante losetas) de las mismas, las cuales tendrán un valor asociado en función del número de ovejas que contengan al final de la partida. Estas participaciones se representan con losetas con coste creciente (de 0 a 4).
Por último, los jugadores comenzarán con un capital inicial (monedas) que emplearan en desplazar a su pastor y en comprar losetas de terreno. Durante la partida nunca se podrá recuperar dinero, así que habrá que gestionar bien este capital inicial, ya que será el que tendremos para toda la partida.
Con esto tenemos suficiente.
Preparación de la Partida
Esta preparación es para 3/4 jugadores:
- Se despliega el tablero en el centro de la mesa.
- Se prepara una reserva con las fichas de valla (separadas las de día de las de noche).
- Se prepara una reserva general con las monedas.
- Se mezclan las 6 losetas de terreno iniciales, y se reparte en secreto una a cada jugador (que podrá consultar en secreto).
- El resto de losetas se organiza en pilas por tipos, estando en la parte superior la de menor coste (0) y en el fondo la de mayor coste (4).
- Cada jugador elige un color, toma el peón correspondiente y recibe monedas por valor de 20 como capital inicial.
- Se coloca la oveja negra en la región central.
- El resto de ovejas se coloca 1 en cada región.
- Se elige al jugador inicial (según el reglamento, el que más recientemente haya acariciado una oveja) y se le entrega el marcador correspondiente.
- Por último, comenzando por el jugador inicial y continuando en el sentido de las agujas del reloj, cada jugador coloca a su peón de pastor en una de las seis posiciones que rodean a la región inicial.
¡Podemos comenzar!
Desarrollo de la Partida
Una partida de Sheepland se desarrolla a lo largo de un número indeterminado de rondas hasta que se cumple una determinada condición. En cada ronda, cada jugador dispondrá de un turno, comenzando por el jugador inicial y continuando en el sentido de las agujas del reloj.
Al comienzo del turno, el jugador lanzará el dado negro para determinar si la oveja negra se desplaza o no. Si resulta un valor disponible adyacente a la región que la oveja negra ocupa actualmente, esta se desplaza hacia la región adyacente conectada por dicho valor.
A continuación, el jugador dispondrá de tres acciones a repartir entre las siguientes en el orden que desee, pudiendo repetir (aunque hay una pequeña restricción):
- Mover al Pastor: el jugador desplaza su peón de pastor a un espacio libre distinto (sin peón ni ficha de valla). Si el nuevo espacio está directamente conectado al espacio que ocupaba, el desplazamiento es gratuito. En caso contrario (hay más espacios intermedios, ocupados o no), el desplazamiento tendrá un coste de 1 moneda. En el espacio que el peón abandona debe ser cubierto con una ficha de valla (de día si quedan en la reserva, de noche en caso contrario).
- Mover una Oveja: el jugador traslada una oveja (incluso la negra) de una región que sea adyacente a la posición del peón del jugador hacia la otra región adyacente.
- Comprar una Loseta de Terreno: el jugador devuelve a la reserva la cantidad de monedas correspondientes a la loseta que desea adquirir, teniendo en cuenta que solo se podrán comprar losetas de los tipos de terreno que se encuentran en las regiones adyacentes al pastor del jugador. Las losetas adquiridas se mantienen en secreto.
Se deben aplicar, adicionalmente, las siguientes normas:
- Una de las tres acciones deberá ser, obligatoriamente, mover al pastor.
- La restricción que debe cumplirse a la hora de repetir acción es que, antes de repetir una acción de mover oveja o comprar losetas, es obligatorio haber desplazado al pastor.
- No está permitido desplazar dos veces a la misma oveja, volviéndola a dejar en su posición inicial.
Una vez ejecutadas las tres acciones, el turno pasa al jugador de la izquierda.
Fin de la Partida
La ronda final se activa en el momento que las vallas de día se agotan. Se completa la ronda hasta que todos los jugadores han disfrutado el mismo número de turnos (si hay que poner vallas, se utilizan las de noche) y se procede a evaluar la puntuación final. Para ello, los jugadores revelan las losetas de terreno y cada una proporciona tantas monedas como ovejas haya en total en ese tipo de terreno, teniendo en cuenta que la oveja negra cuenta como 2 ovejas. Estas monedas se suman a las que cada jugador aun posea.
El vencedor será el jugador con más monedas. En caso de empate, se comparte la victoria.
Variantes
- Modo a 2 jugadores. Se aplican las siguientes modificaciones:
- Cada jugador comienza con 30 monedas en vez de 20.
- Cada jugador posee 2 peones de pastor en vez de 1.
- En cada turno, el jugador elige 1 de los pastores y lleva a cabo todas las acciones con este.
- El resto de normas permanecen sin modificación.
Opinión Personal
Hoy toca analizar el juego que, probablemente, menos ha llamado la atención de los diseñados por esta pareja de italianos que nos deslumbraron con el gran Tzolk’In: El Calendario Maya o Los Viajes de Marco Polo). Toca analizar el por qué esta poca repercusión en comparación con el resto de sus títulos.
Sheepland se nos presenta como un familiar vistoso, con unos componentes enormes que dan ganas de toquetearlos en cuanto uno los ve. Quiero recalcar la palabra familiar, porque si alguien espera encontrar un juego que se acerque en peso a los títulos anteriormente mencionados, la decepción que se llevará será importante.
Supongo que la pareja de autores italianos pretendía ofrecer un título asequible y para todo tipo de jugadores con el que disfrutar en una media horita de algo más consistente que un filler de cartas.
Los jugadores toman el papel de pastores que deben dirigir a las ovejas de la isla hacia las regiones que más les interesen en función de las losetas de terreno que vayan obteniendo. Tres acciones por turno a repartir entre tres posibilidades: mover al peón, mover ovejas (entre las regiones que se encuentra el peón) o comprar loseta de terreno (de los tipos de las regiones entre las que se encuentra el peón). Y nada más. Se explica en un periquete y se juega en otro.
Se trata de un juego económico con una capa de chapa y pintura muy importante para hacer el titulo más digerible, y este es su punto fuerte. El diseño es sólido y el juego funciona, y como una primera experiencia, incluso para los más pequeños, es un título bastante decente.
Con él se introducen mecánicas como la especulación mientras se ejercita la memoria y la capacidad de planificación a la hora de ir desplazando al peón. Y, por supuesto, optimización. Porque para intentar optar a la victoria hay que sopesar cuidadosamente cada inversión que realicemos, ya sea desplazamientos del peón o compras de losetas de terreno.
Y es que, a diferencia de otros juegos económicos, Sheepland no es alcista. Es bastante común que se den casos en los que compremos losetas que supongan perdida de capital si nuestros rivales desplazan las ovejas con un poco de picardía.
El gran problema de Sheepland son las altas expectativas. Cuando salió al mercado, los autores y la editorial no tenían aun el historial que hoy en día tienen. Adquirirlo a ciegas puede suponer un chasco importante porque el juego se encuentra en las antípodas de los anteriormente mencionados.
Es más, si nuestra intención es jugarlo con gente iniciada en el mundillo de los juegos de mesa, lo más probable es que se quede corto desde la primera partida. A pesar de estar bien diseñado y ofrecer una propuesta clara y bien construida, no llegaremos a conectar con el juego por estas acostumbrados a retos más exigentes.
Por ponerlo en contexto, Sheepland vendría a competir con juegos como Spectaculum (aquí su tochorreseña) o Hab & Gut (aquí su tochorreseña). Para mí, este último está en un nivel superior y, siendo apto para todos los públicos, tiene suficientes elementos como para resultar muy entretenido a pesar de haber superado ya unas cuantas etapas en la afición. El primero está un escalón por debajo, pero incorpora ciertos elementos que pueden mantener la tensión durante la partida.
Desgraciadamente, Sheepland no termina de conectar y puede llegar a resultar aburrido. Al final cada turno consiste en elegir la opción aparentemente más rentable. Es cierto que tiene sus decisiones, especialmente el referente a los bloqueos al eliminar posibles puntos de actuación. Pero resulta demasiado mecánico y monótono si ya hemos probado las mieles de juegos más interesantes, y eso que la partida dura lo que indica la caja.
Lo único por lo que podría recomendar Sheepland antes que otros juegos de este estilo es, como ya he dejado caer anteriormente, por su ambientación temática. Y es que el pastorear ovejitas adorables sobre un tablero colorido es mucho más atractivo para alguien no iniciado que el mercadear con mercancías (lo típico).
Otro pequeño problema que se le puede sacar al juego es su escalabilidad. De nuevo nos encontramos con un título que como funciona adecuadamente bien es a cuatro jugadores. A tres se deja llevar, mientras que a dos hay demasiado terreno disponible, por lo que hay que añadir un par de modificaciones para que el juego tenga algo de interés. Pero meter un segundo peón a controlar no resulta suficiente, y las partidas pierden bastante.
Ya hemos dejado caer que la rejugabilidad no es precisamente el fuerte de Sheepland. Salvo que nuestra ludoteca carezca de un juego económico de iniciación, lo más normal es que descartemos su adquisición, pues con una partida el juego nos habrá contado toda su historia.
Pasemos a la edición. En este sentido tengo que admitir que Sheepland es de los títulos mejor producidos de la editorial italiana. Cartón de un grosor generoso, elementos de madera de un tamaño considerable y una caja rígida y que parece que soportará bien el paso del tiempo. Lo único negativo que se puede decir en este aspecto es que, en partida de dos jugadores, los colores quedan limitados a rojo y azul (son los peones extra). Casi preferiría utilizar 2 colores y listo, se habría ahorrado 2 peones. El reglamento no deja lugar a dudas, aunque hay algún concepto ordenado de aquella manera.
El trabajo de Giulia es magnífico. Probablemente el único motivo por el que podría poner a Sheepland por delante de otros juegos de su nivel. Ese aspecto desenfadad y colorido podría servir como cebo para sentar a la mesa a algunos incautos que saldrían despavoridos con otras ambientaciones.
Y vamos cerrando. Sheepland es un diseño decente de unos autores que han adquirido fama por desarrollar juegos con mucho más peso. Es un familiar económico (especulación de acciones) disfrazado con un aspecto adorable y atractivo. Si no disponemos de ningún título de iniciación a estas mecánicas, podría ser interesante, aunque considero que hay opciones mucho mejores. Por todo esto le doy un…
Muy interesante reseña, y sobre todo el comentario final » Si no disponemos de ningún título de iniciación a estas mecánicas, podría ser interesante, aunque considero que hay opciones mucho mejores». Y es precisamente esto lo que me gustaría saber, ya que pretendo enseñarle a mi hija de 5 años este tipo de juegos y estaría muy agradecido si me comunicas algunos de esas opciones mejores que este juego en concreto. Enhorabuena por el servicio que prestas a jugones y todo el dinero que nos ahorras, tus consejos nunca caen en saco roto.
Hombre, 5 años es una edad complicada, pues depende del desarrollo del niño. Meterle un económico, por muy sencillo que sea, es un delicado. Este tiene la ventaja de que es muy directo y no hay fases de transacciones importantes. Simplemente pagas por moverte y por cada loseta, y el capital es fijo para toda la partida. Es decir, para una personita de 5 años, lo veo de los mas aceptables para sacar.
Ahora bien, si el niño tiene ya madera de jugón y es capaz de asimilar conceptos algo mas complejos, a mi juegos como Hab & Gut o Acquire me parecen economicos asequibles mucho mas interesantes que este Sheepland.
Saludetes y gracias por seguirme!!