Primeras Impresiones: Alien Frontiers

Como muchos sabréis, la semana pasada estuvimos de visita en Madrid y nos pegamos un buen atracón lúdico con Nancy y Ushikai (los chicos de Análisis-Parálisis). Entre los muchos juegos que probamos, hoy vengo a hablaros del que mejor sensaciones me transmitió: Alien Frontiers, diseñado por Tory Niemann.

Una portada con un aire retro importante

En el juego tomaremos el control de una facción que pretende colonizar un planeta lejano. Para ello dispondremos de una serie de naves (dados) que podremos ir colocando en nuestro turno sobre diversas acciones, siempre y cuando estos dados cumplan ciertas reglas para poder ser ubicados en dicha acción (cada una tiene una norma distinta).

Además de las naves (dados), disponemos de unos asentamientos que prepararemos y lanzaremos al planeta a colonizar los distintos sectores del planeta.

Lo más interesante es el sistema de puntuación, y es que los jugadores solo podrán obtener una cantidad limitada de puntos de victoria. Además, esta cantidad se encuentra dividida en dos grupos:

• Una cantidad fija e inamovible, que son los puntos otorgados por cada asentamiento colocado en el planeta (1 punto por asentamiento)
• Una cantidad variable que dependerá de la situación de la partida. Se otorga 1 punto al jugador que tenga la mayoría de asentamientos en un determinado sector, así como también se pueden conseguir puntos mediante cartas o construcciones especiales

Hay dos recursos básicos que iremos manejando durante la partida: combustible y mineral. La gran mayoría de las acciones consumirán o producirán estos recursos.

Como hemos comentado ya, hay un mazo de cartas de tecnología alienígena. Estas cartas suele ofrecer dos posibles beneficios, uno recurrente (una vez por turno) y otro al descartar la carta (más poderoso).

Finalmente, tener la mayoría en un determinado sector otorga un determinado bonus, al estilo de las cartas, pero sin límite de uso y que permanecerá bajo el control del jugador mientras posea la mayoría en dicho sector.

Como veis, la mecánica recuerda a muchos juegos en los que el valor de los dados es utilizado para realizar acciones bajo unas determinadas condiciones, más que tener un valor concreto: Troyes o The Castles of Burgundy entre otros. Digamos que en este sentido, no se ha descubierto América, aunque está muy bien implementado.

Lo que sí es muy destacable (y es lo que más me gustó del juego) es lo compensado que aparentemente está (teniendo en cuenta que solo he jugado una partida). El sistema de puntuación promueve la interacción entre los jugadores, que en el momento que alguno destaque sufrirá el ataque del resto con el objetivo de evitar que siga aprovechando las bonificaciones del sector, así como evitar que detone el fin de la partida.

¡Qué asentamientos tan cuquis!

Además, la cuota de puntos fija por la colocación de permite que nadie se quede descolgado de forma definitiva. Esto es posible gracias a que el número de dados que cada jugador dispone es más o menos el mismo durante la partida, por lo que todos van a realizar aproximadamente el mismo número de acciones. Vamos que no hay una progresión exponencial durante la partida. Lo que tienes de más en unos turnos sueles tenerlo de menos en otros.

En definitiva, un gran juego, que me gustó mucho tras esta primera partida y que ya ha entrado en mi lista de deseos. De duración ajustada (jugando a cuatro no llegamos a la hora y media). Y una edición impecable, con elementos de gran calidad, algunos muy originales, como los asentamientos (al menos en la edición que he jugado).