Reseña: Un Imperio en 8 Minutos
Introducción
Hay muchas razones por la cual un juego acaba entrando en tu ludoteca. Pero rara vez ocurre que el motivo principal sea el título del mismo. Parece una operación de marketing más que otra cosa.
Si amigos, el motivo de que hoy esta reseña esté ante vuestros ojos es que el juego que nos ocupa tiene el título que tiene. Si se hubiese llamado de otra forma, seguramente no habría generado tanto revuelo, así que un diez para el que apostó por la idea, porque ha dado en el clavo. Otra cosa será el juego, pero eso lo veremos más adelante.
¡Crea un imperio y conquista el mundo en menos de 10 minutos! En Un imperio en 8 minutos los jugadores deben elegir en su turno una carta de entre seis disponibles. La carta proporciona una mercancía y también una acción que el jugador deberá realizar de inmediato. Las acciones permiten ir conquistando el mapa poco a poco, pero las mercancías aportan puntos al final de la partida, de modo que los jugadores no podrán descuidar ninguno de los dos aspectos.
Así se nos presenta Un Imperio en 8 Minutos, que en la lengua de Shakespeare se tituló Eight-Minute Empire, es un diseño de Ryan Laukat, autor de otros títulos como City of Iron o Empires of the Void. Además, también toma el papel de ilustrador en su propio juego. El juego se lanzó mediante un exitoso KickStarter, éxito por el cual se convirtió en objetivo de numerosas editoriales.
El juego se encuentra editado en España por Devir, a un precio recomendado de 15 €, permite partidas de 2 a 5 jugadores, con una duración media de entre 8 y 20 minutos.
Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
En una caja de tamaño medio, de dimensiones 19,8 x 19,8 x 3,2 cm nos encontramos los siguientes componentes:
- Tablero de juego con dos caras (de cartón)
- 42 Cartas de Mercancía/Acción
- 44 Fichas de Moneda
- 10 Fichas de Mercancías
- 5 Conjuntos de fichas de jugador (rojo, azul, blanco, amarillo y verde), compuestos por:
- 3 discos (de madera)
- 14 cubos (de madera)
- Reglamento
Mecánica
Un Imperio en 8 Minutos es un juego de mayorías y colección de cartas en el que iremos expandiendo nuestros dominios mediante la creación y movimiento de tropas en una serie de turnos delimitados.
Conceptos Básicos
En primer lugar hay que hablar del único recurso del que vamos a disponer durante toda la partida, y que habrá que saber gestionar adecuadamente. Me estoy refiriendo a las monedas. Durante la partida utilizaremos estas monedas para dos fines: intentar ser el jugador inicial y comprar cartas de acción. No hay forma de conseguir nuevas monedas a lo largo de la partida.
Y ya que estamos, expliquemos un poco como son las cartas de acción. En la parte superior viene dibujada uno de los cinco tipos de mercancías: comida, madera, hierro, mineral y gemas (en orden de importancia). En la carta podrán aparecer una o dos unidades de un mismo tipo. Justo debajo, aparece un listado de puntos de victoria (los escudos dibujados) otorgados al final de la partida en función del número de unidades de la mercancía que aparece en la carta. Hay cartas que sirven de comodín, y por tanto, podremos usar como cualquier tipo de mercancía al final de la partida para completar la que más nos convenga. Adicionalmente, como ya veremos más adelante, en el tablero puede haber fichas de mercancía. El jugador que obtenga la mayoría en dicha región, obtendrá el marcador y, por tanto, dispondrá de una unidad más del tipo de mercancía impreso en el marcador.
Finalmente, hablemos un poco de cómo se resuelven las mayorías. Se luchará por ser el jugador con más ejércitos sobre regiones y continentes (en los dos tableros hay cuatro continentes). Un jugador tendrá la mayoría en una determinada región si poseemos ejércitos que cualquier otro jugador en dicha región. En caso de empate, ningún jugador tendrá mayoría. Y un jugador tendrá la mayoría en un continente si domina más regiones que cualquier otro jugador
Preparación de la Partida
Muy sencillo. Antes de nada, si somos menos de cinco jugadores, hay que dejar en la caja las cinco cartas indicadas con un cinco. La preparación es como sigue:
- Se despliega el tablero por la cara que deseemos jugar.
- Se baraja el mazo de cartas y se roban las seis primeras colocándolas en fila alineadas según el esquema del tablero (0, 1, 1, 2, 2, 3).
- Se entrega a cada jugador sus elementos de su color (3 discos de ciudad y 14 ejércitos).
- Se entregan las monedas iniciales a cada jugador (14 para dos jugadores, 11 para tres jugadores, 9 para cuatro jugadores y 8 para cinco jugadores).
Y ya estamos listos.
Desarrollo de la Partida
Lo primero es elegir al jugador inicial. Esta elección se hará por puja secreta. Cada jugador apostará la cantidad de monedas que crea conveniente para intentar ser el primer jugador. Todos los jugadores muestran su puja de manera simultánea y el jugador que más haya pujado paga esa cantidad de monedas y será el que comience. En caso de empate comienza el jugador más joven.
A partir de este momento, la partida se va a desarrollar en un número concreto de turnos para cada jugador en función del número de jugadores que seamos:
- Para dos jugadores: 13 cartas.
- Para tres jugadores: 10 cartas.
- Para cuatro jugadores: 8 cartas.
- Para cinco jugadores: 7 cartas.
Cada jugador en su turno tomará una de las cartas disponibles en la mesa. Para ello deberá pagar el coste de la misma en función de la posición que ocupe en la fila (la primera cuesta 0 monedas, la segunda y tercera 1 moneda, la cuarta y quinta 2 monedas y la última 3 monedas). Una vez tomada, el jugador ejecuta la acción indicada en la carta.
Las acciones disponibles son:
- Crear ejércitos: te permite colocar en el mapa el número de ejércitos indicados en la carta. Se pueden colocar en la región inicial o en una región en la que tengamos una ciudad.
- Mover ejércitos: te permite realizar el número de movimientos de ejércitos indicados en la carta. Un movimiento es trasladar un cubo a una región adyacente a la que se encuentra (sin usar vías marítimas). Podemos repartir estos movimientos como queramos, es decir, que podríamos gastarlos todos moviendo el mismo cubo o mover varios cubos de forma independiente.
- Mover ejércitos por mar: idéntica a la acción anterior, pero esta vez sí podemos usar las vías marítimas si así nos interesase.
- Crear Ciudad: nos permite colocar un disco de ciudad en cualquier región del mapa en la que tengamos al menos un ejército.
- Eliminar Ejércitos: nos permite eliminar el número de ejércitos indicado en la carta. Puede ser cualquier ejército de cualquier jugador.
- Habrá cartas que ofrezcan la posibilidad de elegir entre dos acciones y otras que permitirán realizar dos de las que hemos indicado.
Tras esto, el jugador colocará la carta en su zona de juego y el turno pasa al siguiente jugador.
Fin de la Partida
La partida finaliza cuando todos los jugadores han tomado y ejecutado el máximo de cartas establecido para la partida (en función del número de jugadores).
Tras esto, se procede al recuento de puntos. Cada jugador obtendrá:
- 1 Punto por cada región en el que tenga mayoría (la suma de ejércitos y ciudades es mayor que la de cualquier otro jugador)
- 1 Punto por cada continente en el que tenga mayoría (la suma del número de regiones en las que se tiene mayoría es mayor que la de cualquier otro jugador)
- Puntos por las mercancías obtenidas (indicados en las cartas según el tipo de mercancía).
El jugador con mayor número de puntos será el vencedor. En caso de empate, el jugador que tenga más monedas en su poder será el ganador. Si el empate aún persiste, el ganador será el que mas ejércitos tenga desplegados en el tablero. Finalmente, si aun existe empate, el ganador será el que mas regiones controle.
Opinión Personal
Bien, ya estamos aquí. Como ya he dejado entrever en la Introducción, el éxito de este título radica principalmente en su gran estrategia de marketing, y es de lo primero que voy a hablar.
Hace algunos días publique una entrada en la que comentaba que la política del fast-food alcanza a todos los sectores, y el mundo de los juegos de mesa no iba a ser menos (sobre todo ahora que está en auge). Cada vez salen más títulos que prometen ofrecer una experiencia conocida pero en una cantidad de tiempo mucho menor y de forma igualmente satisfactoria.
Pues bien, esta idea, llevada al extremo, es la que ha provocado la salida al mercado de Un Imperio en 8 Minutos. A todos nos ha llamado la atención el hecho de que un diseñador se atreva a ofrecernos un juego de imperios y conquista cuya duración «en teoría» es de ocho minutos aproximadamente. Y es aquí donde radica su éxito, en llamar la atención. Si el juego se hubiese llamado de otra forma, seguramente no habría cosechado tal éxito y, probablemente, esta reseña no habría visto nunca la luz. Pero el juego se llama como se llama, así que vamos allá.
Lo primero, ¿se puede jugar en ocho minutos? La respuesta es depende (olé, esto podríamos usarlo para cualquier pregunta). Pero en este caso es la respuesta que hay que dar a esa pregunta, la cual es la que está mal planteada. La pregunta debería ser ¿en condiciones normales, se juega en ocho minutos? La respuesta es, como suponíais, no. El juego podría ser jugado en ese intervalo de tiempo con jugadores experimentados, ágiles de mente y, sobre todo, en partidas de dos jugadores, tres a lo sumo. Pero lo normal es que la duración ronde los veinte minutos, que para ser un juego de conquista y expansión no está nada mal tampoco, pero ya no es Un Imperio en 8 Minutos. Parece como si Ryan Laukat, durante la fase de testeo haya estado con un cronometro y haya llegado al ocho como número mágico. Supongo que estará relacionado con el título en inglés, pues Eight-Minute Empire tiene gancho. Seven, Nine, Ten, Eleven… Demasiadas «enes» entre el cardinal y Minute. La otra opción podría haber sido Twelve-Minute Empire, pero Eight-Minute Empire es claramente mejor. Hasta aquí este pequeño off-topic. Sigamos con la reseña.
Independientemente de todo esto y, como hemos dicho, el gran éxito de este juego es llamarse como se llama. Ahora lo más importante es saber si aprovecha ese gancho en ofrecernos de verdad un juego interesante, o simplemente se queda en promesas incumplidas.
De entrada hay que matizar, porque muchos os llevaréis a engaño con el título y la portada. Nos encontramos ante un juego de mayorías y de colección de cartas (que son las dos vías para obtener puntos de victoria). Aquellos que estéis buscando un juego de civilizaciones o de conquista seguramente os llevéis un chasco. El juego bebe directamente de uno de los grandes clásicos de los Eurogames: El Grande. Una forma rápida de definir este título sería decir que es El Grande, sin rondas de puntuación ni subastas por el orden de juego, y con el añadido de las mercancías y la gestión del dinero.
Adentrándonos un poco más, sentimos que nos falta tiempo. Con tal de haber intentado reducir al mínimo la duración de la partida, se ha llegado a una configuración en la que hay muy pocos turnos para llevar a cabo una mínima estrategia. Esto además se pone de manifiesto cuantos más jugadores haya en la partida, pues menos rondas por jugador van a haber. Pongamos por ejemplo, que somos cuatro jugadores. A cuatro, vamos a comprar ocho cartas (ocho turnos). Con eso tenemos que intentar ser el jugador que más puntos obtenga. Partimos con solo tres ejércitos en una zona central, y otros once ejércitos más en la recamara esperando entrar al tablero. Si queremos usar todas nuestras tropas, no nos quedará más remedio que gastar tres de esas ocho acciones en desplegar ejércitos. Ya solo quedan cinco. Seguramente querremos expandirnos. Las cartas de desplazamiento permiten realizar tres o cuatro movimientos (aunque hay alguna carta que permite más), por tanto mínimo dos o tres cartas de movimiento vamos a tomar. Ya solo nos queda dos o un turno, que seguramente habremos invertido en colocar alguna ciudad, para que la generación de tropas haya ocurrido en una región más alejada de la central, permitiéndonos optimizar los movimientos. Y se acabó la partida. Como veis, muy poco margen de maniobra.
Es aquí donde va a radicar nuestra capacidad de gestión y adaptación. Cada vez que volvamos a jugar, tres cartas habrán sido comprada por nuestros rivales y la situación del tablero se habrá modificado sensiblemente, y solo tendremos las seis cartas de acción disponibles, de las cuales las dos primeras ya estaban cuando nos tocó la vez anterior. Puede darse el caso de que la suerte se alíe en nuestra contra y no surjan las cartas adecuadas a nuestra miniestrategia. En ese caso podemos darnos por vencidos. Pero bueno, afortunadamente el tema de la gestión del dinero reduce este factor, pues si las cartas interesantes son las que salen al principio de cada turno, cada jugador va a tener que ir desembolsando monedas para hacerse con ellas, y tal vez en los turnos finales se encuentre que no tiene con qué pagar esa carta tan necesaria para alzarse con la victoria.
Al final, lo más normal es que todo esté apretadísimo. Pocas rondas para marcar diferencias. Pocas diferencias entre las acciones. Poco espacio en el tablero. El que mejor haya sabido gestionar de forma más ajustada todas las variables acabará llevándose la partida.
Y ahora os soy franco. A mí me ha gustado mucho. Tengo que admitir que antes de jugar mi primera partida ya iba con la mente bastante abierta después de haber leído bastantes reseñas y saber a lo que nos enfrentábamos. Pero asumiendo el juego como un reto con los limites establecido, es muy disfrutable.
No se jugará en ocho minutos, pero si en veinte, y tenemos un juego de mayorías y set-collection, por lo que es muy interesante tenerlo en la colección, ya que no hay muchos juegos que puedan comparársele con estas características. Por decir uno, el Condottiere podría partir de una premisa similar. Si ya tenemos este último es probable que el juego de Ryan Laukat no destacase en nuestra colección.
El tema, al igual que en El Grande, está pegado. Pero bueno, aquí no nos lo disfrazan mucho. Es un juego de expandir nuestro imperio, y eso es lo que hacemos. No nos montan ninguna historia extraña que intente lograr una inmersión mayor en la partida. Es un juego de conquistar regiones y punto. Así que cuidado si sois de este tipo de jugador para el cual el tema tiene bastante peso a la hora de elegir un título.
Como ocurre con la mayoría de los fillers, la rejugabilidad es uno de sus puntos flacos. La combinación reglas sencillas y duración corta suelen provocar partidas muy similares, por lo que si lo sacamos a la mesa de forma muy continuada, probablemente nos acabemos cansando de él relativamente pronto. Afortunadamente, la escalabilidad que ofrece viene a paliar un poco este aspecto negativo, pues las partidas son totalmente distintas en función del número de jugadores. A dos jugadores, como suele ocurrir habitualmente, hay mucho más control, de ahí que haya más rondas para intentar establecer una diferencia sustancial que defina claramente al ganador de la partida. A más jugadores tenemos menos rondas porque, como hemos comentado, la situación del tablero entre ronda y ronda de un jugador varía bastante, y la interacción entre todos los jugadores es suficiente como para generar diferencias significativas al final de la partida. Pero claro, desde el punto de vista de un jugador concreto, menos rondas son menos acciones. Por tanto hay que intentar hacer más con menos. Esto nos llevará a intentar estrategias que se adecuen a la situación en el tablero, potenciando nuestra capacidad de adaptación. También mejora la rejugabilidad el que el tablero sea de doble cara y la opción de añadir mercancías a las regiones, pues podremos ofrecer escenarios bastante distintos que inciten a los jugadores a expandirse de diversas formas en función de la partida que se nos plantee.
Hablemos un poco de los componentes. Como suele ser habitual con Devir, nos encontramos con elementos de una magnifica calidad. Cartas de buen gramaje, con borde blanco y que no van a ser manoseadas excesivamente, es uno de esos raros casos en los que podríamos plantearnos no enfundarlas (aunque mi consejo es que enfundéis todo lo enfundable). El tablero también es de gran calidad, aunque en mi opinión es un poco pequeño, sobre todo teniendo en cuenta el tamaño de la caja en el que viene el juego. Ya sé que por el precio del juego tal vez sería pedir demasiado, pero cuando la partida es a cuatro o cinco jugadores, a veces es difícil meter tantos cubos en regiones tan pequeñas. Respecto al arte del juego podríamos decir que es limitado. Hay que tener en cuenta que es el propio Ryan Laukat quien se encarga de él. Con esto no quiero decir que haya hecho un mal trabajo. El elemento más llamativo, por seguir con la campaña de marketing, es la portada, que si es muy llamativa y que, unido al tema del nombre del juego, dan ganas de comprárselo a verlo en cualquier tienda. Pero una vez que abrimos el juego, vemos un mapa en tonos amarillentos bastante plano, que cumplen totalmente su función, pero que carecen de cualquier ornamento que nos llame la atención (únicamente una pequeña leyenda con un alfabeto desconocido). Y las cartas, en mi opinión, están algo descompensadas. Lo que más peso tiene en la carta es lo que menos importancia tiene durante el desarrollo de la partida, que son los puntos de victoria que van a otorgar ese tipo de mercancía, mientras que la acción aparece en la parte inferior, a un tamaño mucho menor y sin destacar. A mí me habría cuadrado más si la acción hubiese aparecido en la zona central, a un tamaño mucho mayor (aunque tampoco hay mucho más que ilustrar). Afortunadamente tenemos las cartas comodín, que le dan algo de vistosidad a la baraja (precisamente porque no incluyen el listado de puntos de victoria de las mercancías y si la imagen de la portada que tanto me gusta).
Aun con todo, el juego sigue teniendo una excelente relación calidad precio. Pocos títulos pueden ofrecer tanto con tan poco. Un mazo de cartas amplio, tablero a doble cara, muchos marcadores de cartón y cubos y discos de madera por 15 euros. Difícil de superar. Además es algo distinto a la mayoría de los fillers, con una rejugabilidad algo más alta para este tipo de juegos. Para mí, es una compra acertadísima. Eso sí, si los juegos de mayoría no son santo de vuestra devoción, mejor que lo dejéis en la tienda, porque probablemente os llevéis un chasco. Por todo esto le doy un…
Bastante de acuerdo con tus comentarios. A mi el nombre no me gusta, sinceramente, y además lleva a cierto engaño, pero bueno. El juego en sí, me parece genial. Es divertidísimo, y sencillamente hay que comprender a lo que estás jugando. No busques más en 20 minutos, porque no se puede. La gestión de las monedas, y la decisión de coger carta por su acción o por su mercancía, ya son decisiones no triviales.
Fíjate que a mi, tan básico gráficamente, me parece muy agradable. Una de las más gratas sorpresas últimamente.
Estupenda reseña, por cierto.
Javi
Totalmente de acuerdo. Y a mi la sencillez gráfica me mola, lo que critico es que, en mi opinión, en las cartas tiene mas peso lo que menos importa. La acción está ahi, abajo, escondidilla, cuando es lo mas importante de la carta.
Como dices, si se tiene claro de qué se trata (y te gustan las mecánicas), es un gran juego.
Muchas gracias por pasarte y por el comentario!
El tamaño del tablero y la duración del juego vienen dados por la "intención original" de jugarlo durante el almuerzo en el curro y poder terminar una partida.
En la edición original, la caja era tipo "Ciudadelas", por lo que el tamaño del mapa doblado en 2 entraba perfecto.
Solo comentaba que, ya que Devir nos obsequia con una caja de un tamaño interesante, podrían haber aprovechado y aumentado el tamaño del mapa, que hay espacio suficiente.
Si no, con una caja tipo Ciudadelas habría bastado para contener todo el juego.
Gracias por pasarte y por el comentario!!
Yo hubiera preferido una caja como la del Agrícola para 2 jugadores.
Buena reseña!
A mí tb me ha gustado el juego bastante. Y entiendo que haya decepcionado a muchos, pero es que creo que han pretendío pedirle demasiado a un juego ligero ligerísimo (no les culpo, el título invita a engaño, siendo estrictamente puristas).
Y muy de acuerdo en todo lo que dices, menos en lo de (y esto realmente no es de la reseña en sí) que "Como ocurre con la mayoría de los fillers, la rejugabilidad es uno de sus puntos flacos". Con esto no estoy de acuerdo xDD, no creo que la mayoría de fillers tengan poca rejugabilidad. Pero bueno, eso es otro tema.
Saludos!
Tal vez es una conclusión algo aligerada. Pero mi forma de verlo es la siguiente:
1. Un filler, por definición, tiene reglas sencillas para tener una corta duración
2. Reglas sencilllas suelen permitir pocas variantes a la hora de jugar
3. Pocas variantes implica una rapida asimilación del juego y sus posibilidades, ergo, sensación de repeticion.
Quitamos de esta deducción el factor "jugador". Los juegos en los que la forma de jugar sean fundamentales (juegos de roles por ejemplo), obviamente la rejugabilidad aumenta muchisimo, porque simplemente con cambiar de jugadores, tienes un juego distinto 😛
Por eso digo la mayoría.
Gracias por pasarte Neiban!
Difiero. Entiendo tu punto de vista (genialmente explicado) pero yo en el punto 2 me desmarcaría.
Te animo a que hagas una entrada sobre ello. Me comprometo a participar 😉
P.D; Y yendo al juego que nos toca, imprescindible que te imprimas/fabriques los nuevos mapas que hay.
Encantado! Voy creando el borrador 😛 A ver cuando la saco, que no solo de reseñas vive el hombre.
Respecto a los mapas: ENLACES!!!
Los 2 mapas adicionales que hay me los saqué de bgg. De una foto a gran tamaño que hay colgada.
Se nota de hecho que es que está colgada a tal resolución pa que la gente se la imprima. Así lo hice yo, jijiji.
Nos has vuelto a dar ganas de pillarlo, cuando casi nos habíamos desenganchado, porque parece que para dos también tira bien (y encima es un pelín más largo, que no molesta, al contrario). Además se puede ampliar con mapas que hay rulando por la BGG, según nos dijo Neiban.
Aunque van a sacar el Eight-Minute Empire: Legends, que dicen que es como una versión mejorada de este, así que igual nos esperamos para decidir.
Bueno, lo que nos dijo Neiban ya lo ha dicho, sólo que abrimos la reseña muy pronto, no hemos actualizado antes de comentar y hemos comentado tarde…jeje.
Y con respecto al debate de la poca rejugabilidad de los fillers…bueno, es como todo. Hay juegos de reglas más complejas en los que al final tienes que hacer "lo mismo" para ganar y juegos de reglas sencillas que sin embargo permiten muchas variantes, como el Agrícola, sin ir más lejos. Por eso la afirmación 2 es un poco "polémica" aisladamente, aunque en su conjunto entendemos lo que quieres decir, Misut 😉
Tal vez pueda no quedar claro, aunque vosotros si me entendéis.
Lo que quiero decir es que, normalmente, un juego cuya duración no sobrepasa la media hora, suele tener un conjunto de mecanicas y variables muy limitado (de ahí que se pueda jugar en ese intervalo de tiempo). Es matemático. Entonces el conjunto de posibilidades a la hora de plantear tu estrategía también es, obviamente, muy limitado. En el momento que conoces todas las combinaciones, el volver a jugar pierde la gracia.
No quería decir que reglas sencillas igual a filler, porque eso mismo, el Agricola es de reglas sencillisimas, pero por contra, añade una cantidad de variables increibles. Los mazos provocan que tengas que estar adaptandote y la rejugabilidad es infinita.
Pero vamos, para mi un gran juego y que puede servir como gran introducción a la mecanica de mayorías sin abrumar. Y los expertos en la matería también disfrutarán de esta minidosis 😛
¡Muy buena reseña! Estoy de acuerdo con que el mapa es bastante pequeño pero bueno, el juego es bastante barato para lo que trae. Otros juegos más caros tienen menos cosas…Al jugarlo, quizá he echado un poco en falta más cartas para cruzar el mar o para fundar ciudades, pero bueno, en general el juego cumple lo que promete, es sencillo y de duración corta, que a veces se agradece.
Muchas gracias por el comentario! Si, sobre todo lo mas importante es tener claro lo que se tiene delante. Mucha gente le achaca que se queda corto, cuando precisamente esa es su intención. Si se quiere algo mas complejo, pasar al El Grande 😛
De nuevo, gracias por comentar!
Hola iMisut!
Has probado el Eight-minute Empire: Legends? Por lo visto no llegó a España, pero a mí siempre me pareció mucho mejor que el normal, puestos a que era un juego parecido, creo que las sensaciones son mejores. Tiene además una expansión con un «reino» nuevo, al que nunca he llegado a jugar.
Que va, no llegué a probarlo. Siempre le tuve ganas pero no se me puso a tiro.
Pues si te apetece, me dices cómo hacértelo llegar, yo me encargo de mandártelo. Y si vuelves a Córdoba el año que viene ya me lo puedes devolver y si no ya me conseguiré otra copia 😃