Reseña: In the Year of the Dragon
En este juego, cada jugador toma el papel de un príncipe chino que intenta prosperar y aumentar el prestigio de su provincia en el año 1000 en la antigua China. Para conseguir este objetivo, los príncipes deben convocar los diversos talentos de sus cortesanos, desde eruditos y monjes hasta guerreros y artesanos. Estos personajes leales prestarán sus servicios para proteger a sus gobernantes y al pueblo de las desastrosas consecuencias de los sucesos que los asolaban de mes en mes. Ya sea una sequía, plaga o una invasión mongol, solo la planificación salvará al príncipe y sus leales de estos destinos. El jugador que mejor administre su provincia y consiga aguantar la embestida de los peligrosos eventos, será quien obtenga más honor y puntos de victoria al final de la partida.
Así se nos presenta este In the Year of the Dragon, un juego diseñado por el celebérrimo Stefan Feld allá por el 2007 (fue uno de sus primeros juegos en ver la luz). Por si alguno de los que estáis leyendo estas líneas lo ubicáis, es el responsable de juegos como The Castles of Burgundy (aquí su tochoreseña), Bora Bora (aquí su tochoreseña), Trajan (aquí su tochoreseña) o Aquasphere. El juego, como he dicho, se publicó por primera vez en 2007 siendo el juego número 12 de la serie Big Box de Alea, por supuesto, en alemán. Paralelamente, Rio Grande Games sacó una edición en inglés y Filosofia una en francés. Del arte se encargan dos viejos conocidos. Por un lado el gran Michael Menzel , responsable del arte de juegos como The Speicherstadt (aquí su tochoreseña), Stone Age (aquí su tochoreseña) o Rokoko (aquí su tochoreseña), se ocupa de la portada, mientras que Harald Lieske responsable del aspecto de juegos como Alta Tensión (aquí su tochoreseña) o La Granja, se encarga del juego en sí.