Reseña: Animal sobre animal ¡A dar vueltas!
Introducción
En realidad el cocodrilo quería hacer una excursión con toda tranquilidad y dejarse llevar por el vasto océano sentado en el tronco de su árbol favorito. Pero su plan se queda, por desgracia, en nada, ya que los demás animales acuden dándose codazos unos a otros, ya que quieren ir con él a toda costa. Tanto los grandes como los pequeños intentan hacerse un sitio a lomos del cocodrilo. ¡El que lo consiga tiene que sujetarse bien, porque todo comenzará a dar vueltas! Y caer al agua puede ser muy peligroso, pues un tiburón hambriento merodea por esas aguas…
Así se nos presenta Animal sobre Animal ¡A dar vueltas!, uno de los últimos títulos surgidos de la franquicia Animal sobre Animal, con un pequeño giro de tuerca (nunca mejor dicho). El juego está diseñado por Kalus Miltenberger (creador del juego original Animal sobre Animal) y Kristin Mückel (quien también ha desarrollado algunos juegos como Here, Fishy, Fishy! o Number Dinosaur). La primera edición del juego fue lanzada por Haba en 2012. Del arte se encarga Michael Bayer que, además de toda la saga Animal sobre Animal, tiene otros trabajos como Marco Polo Expedition o Taxi Wildlife.
Como juego infantil de Haba, se puede conseguir sin muchos problemas en nuestro país, siendo una edición multilenguaje (aunque la portada viene en alemán). Permite partidas de 2 a 4 jugadores, con una edad mínima recomendada de 5 años y una duración aproximada de unos 15 minutos. El precio de compra recomendado es de 22,50 €. Para esta reseña se ha utilizado la primera edición multilenguaje de Haba.
Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 37×27×5,5 cm. (caja similar a Alta Tensión), nos encontramos con los siguientes elementos:
- Tablero de Juego (de cartón)
- Plataforma Giratoria (de cartón)
- 22 Animales (de madera)
- Aleta de Tiburón (de madera)
- Dado con Símbolos (de madera)
- Eje Cilíndrico (de madera)
- Eje Semiesférico (de madera)
- Reglamento
Mecánica
Animal sobre Animal ¡A dar vueltas! es un juego de habilidad para toda la familia en el que los jugadores deberán ir colocando una serie de animales de madera con forma muy dispares sobre el lomo de un cocodrilo para, después, girar la plataforma. Y todo esto sin que se caiga ningún animal. Además, el dado de acción modificará ligeramente cada turno. El primer jugador en colocar todos sus animales será el vencedor.
Conceptos Básicos
El elemento principal del juego son las piezas con forma de animal, las cuales son todas distintas entre sí. Así tenemos: Rinoceronte, Pantera, Cabra, Mono, Oso Hormiguero, Serpiente, Rana, Alce, Camello, Cerdo, Canguro, Tucán Ardilla, Oveja Negra, Caballo, Poni, Oveja Blanca, Murciélago, Erizo, Cerdo Vietnamita y Pato. Adicionalmente, tendremos al Cocodrilo (animal inicial) y la aleta de Tiburón, pero estos dos últimos no son animales a gestionar por los jugadores.
Por otro lado tenemos el tablero y la plataforma giratoria (que se coloca sobre un eje). La plataforma dispone de dos huecos, uno para el cocodrilo (animal inicial) y otro para la aleta de tiburón, que indica el sentido de giro de la plataforma. Además, en el tablero principal hay dibujadas una serie de boyas, entre las cuales se encuentran animales cuyo sonido habrá que imitar durante la partida.
Preparación de la Partida
- Se coloca el tablero sobre la mesa
- Se coloca la pieza cilíndrica que hace de eje y, encima, la plataforma giratoria. Posteriormente, colocamos el cocodrilo y la aleta de tiburón en los espacios correspondientes
- Disponemos todas las piezas de animales sobre la mesa.
- Se determina el jugador inicial y, empezando por él y siguiendo en sentido de las agujas del reloj, cada jugador toma una pieza de animal para su reserva. El número de animales por jugador dependerá del número de jugadores:
- 2 Jugadores: 9 animales
- 3 Jugadores: 7 Animales
- 4 Jugadores: 5 Animales
Y ya estamos listos.
Desarrollo de la Partida
Una partida de Animal sobre Animal ¡A dar vueltas! se desarrolla a lo largo de un número indeterminado de turnos hasta que algún jugador consigue quedarse sin animales.
Empezando por el jugador inicial y continuando en el sentido de las agujas del reloj, cada jugador resuelve su turno de la siguiente forma:
- Se lanza el dado de acción
- Se coloca un animal sobre el lomo del cocodrilo o sobre algún otro animal que ya se encuentre en la pirámide de animales. A excepción del cocodrilo, ningún animal podrá tocar la plataforma.
- Hay que girar la plataforma en el sentido que indique la aleta de tiburón hasta la siguiente boya, imitando el sonido de los animales que se encuentran entre las boyas.
El dado de acción puede modificar la mecánica estándar del turno según la cara resultante:
- Dos Puntos: el jugador apila dos animales en su turno, en vez de uno.
- Signo de Interrogación: los compañeros de juego deciden qué animal debe apilar el jugador en turno.
- Mano: el jugador entrega un animal de su reserva a otro jugador, que será el que desarrolle el resto de su turno. Si el derrumba la pirámide de animales, el será quien reciba uno o dos animales. Y también tendrá que ser el que imite a los animales al desplazar la plataforma.
- Dos Boyas: el jugador en turno, después de apilar su animal, deberá girar la plataforma una segunda boya. Por tanto, tendrá que imitar el sonido de dos animales.
- Flecha Giratoria: el jugador en turno, después de apilar su animal, deberá realizar una vuelta completa con la plataforma, pasando por todas las boyas e imitando a todos los animales.
- Aleta de Tiburón: cambia el sentido de giro de la plataforma, girando la aleta de tiburón.
En caso de derrumbe de la pirámide de animales, el jugador que lo haya provocado deberá tomar 2 animales de todos los que hayan caído (si solo ha caído uno, pues solo cogerá ese). El resto de animales que han caído se devuelven a la caja. Si algún animal cae sin la intervención de ningún jugador, se devolverá a la mesa.
Fin de la Partida
La partida termina tras el turno del jugador que haya logrado quedarse sin animales, siendo proclamado vencedor.
Variantes
El juego incorpora un segundo eje semiesférico, que aporta una mayor inestabilidad a la plataforma, de modo que al girarla la pirámide pendula muchísimo mas, aumentando de forma critica las probabilidades de derrumbe.
Opinión Personal
Uno de los vuelcos más importantes que se producen en la vida de muchos aficionados a los juegos de mesa es cuando nace su primer hijo. De repente, el tiempo para sentarse delante de una mesa durante unas cuantas horas se ve críticamente reducido y quedar con los amigos, sincronizando agendas, es cada vez más complicado. Pero los hay que lo ven como una oportunidad (por no decir todos). Una inversión de futuro en la que nuestro propio hijo se convertirá, en unos pocos años, en nuestro mejor compañero de juegos. Es en este momento en el que ampliamos el abanico de juegos y empezamos a adquirir títulos infantiles. Y en este sector hay una editorial que es dueña y señora del mercado: Haba. Y la saga Animal sobre Animal es su máximo referente. Y hoy analizamos uno de los juegos de la franquicia: Animal sobre Animal ¡A dar vueltas!
Antes que nada, informaros que no, aun no soy padre ni parece que vaya a serlo a corto plazo. Pero Haba no solo es una editorial especializada en desarrollar juegos para los más pequeños, sino que también genera unos productos terriblemente adorables. Y es aquí donde hace acto de aparición esa personita que comparte prácticamente todo mi tiempo (y yo encantado): mi novia (la famosa Sandra de las Crónicas Jugonas). Si yo soy un coleccionista que se pirra por las mecánicas, la señorita se vuelve loca cuando ve un juego bonito, o cuqui, como diría ella. Este es el motivo de que el juego que hoy nos ocupa descanse en mis estanterías (junto al Alta Tensión). Y, por si acaso, ya está ahí…
Como siempre que un juego se convierte en franquicia y se lanzan al mercado varios productos distintos, lo primero que hay que preguntar es cuales son las grandes diferencian que justifican el lanzamiento y si verdaderamente merece la pena adquirirlo, ya sea como primer juego de la franquicia o, incluso, teniendo ya uno de la misma serie.
Pues este Animal sobre Animal ¡A dar vueltas! posee dos grandes diferencias respecto al juego original. La primera es que todos los animales son distintos. En Animal sobre Animal cada jugador dispone de un set de animales idéntico. No hay diferencia en el momento de comenzar. Obviamente, esta modificación aporta cierta asimetría, ya que cada jugador va a disponer de un conjunto de animales totalmente distintos, tanto en tamaño como en forma. Así aparece esa nueva fase en la mecánica de juego, posterior a la preparación pero previa al apilamiento animal, en la que los jugadores deberán decidir, como si fuesen los capitanes de un equipo de fútbol en el colegio, que animales forman parte de su conjunto. Y es que no es lo mismo elegir al grande y pesado rinoceronte, al voluminoso e inestable alce o a la pequeña y diminuta ranita. Todos tienen sus pros y sus contras, aunque, obviamente, un animal grande y pesado será un lastre a medida que la pirámide crezca, pues será más complicado conseguir ubicarlo sin realizar ningún destrozo.
El otro gran elemento diferenciador es la base giratoria sobre la que se apilan los animales. En el juego original todo se realiza sobre una superficie estable y fija, mientras que en este juego disponemos de una plataforma sobre la que se encuentra el tranquilo cocodrilo esperando que el resto de animales se sumen a la fiesta. Si colocar animales uno encima de otros os parecía sencillo, esperad a hacerlo sobre un elemento que responde a las modificaciones del reparto de pesos. Y no solo eso, sino que, además, hay que ir girando dicha plataforma en cada turno. El juego incluye la regla de ir imitando el sonido de los animales a medida que la flecha de la plataforma los apunta. Obviamente, cuando solo juegan adultos esta regla puede obviarse (salvo que haya alcohol de por medio, que entonces debe ser obligatoria). Pero con los niños se convierte en un elemento de dificultad más, ya que deberán elevar su nivel de concentración para, mientras giran cuidadosamente la plataforma sin derribar nada, acordarse del sonido del animal correspondiente e imitarlo sin que los nervios les jueguen una mala pasada.
Por todo lo dicho, ya os haréis una idea del nivel de dificultad del juego, que deja en pañales al del título original de la saga. Pero, por si no fuese suficiente, el juego incorpora un eje semiesférico para añadirle aún más emoción al asunto. Si con el cilíndrico ya hay poca estabilidad, con el esférico parecerá que estamos en mitad de una tormenta oceánica, con los animales mareados a punto de vomitar. Cualquier paso en falso implica derrumbe. Cuesta Dios y ayuda lograr apilar tres o cuatro animales. Ni os cuento intentar alcanzar algo de altura. De hecho, en las primeras partidas es probable que se finalice porque los animales se han ido eliminando tras repetidas caídas, quedándose los jugadores con un par de bichos que, ya si, lograrán colocar encima del pobre cocodrilo.
Centrándonos en los más pequeños, es cierto que este tipo de juegos son ideales para ellos gracias a incorporar animales con formas y colores muy llamativos. Además son un suave entrenamiento para mejorar su capacidad espacial, precisión y tener cierta noción de como la gravedad afecta a los cuerpos. Pero hay que tener claro que este juego posee un nivel de dificultad bastante superior al del juego original de la serie. De hecho, es perfectamente jugable con adultos (como he dicho anteriormente). Por esto, hay que tener muy claro si los niños que van a jugar van a poder disfrutar con él, ya que pueden llegar a frustrarse demasiado al no poder, apenas, apilar animales. Como siempre, luego ellos jugaran como crean conveniente. Con los animales puede ser suficiente. ¿Quién quiere aburrirse intentando apilarlos en posiciones inverosímiles cuando podemos jugar a corretear por la sabana africana u otro paraje natural?
La rejugabilidad es la típica de cualquier juego de habilidad. En función del nivel de los mismos, será un reto mayor o menor y, por tanto, aburrirá más tarde o más temprano. Y también es importante intentar mantener un nivel igualado entre los jugadores. Mezclar unos participantes distinto nivel puede hacer que la historia pierda su gracia, viendo como unos colocan animales sin apenas problemas mientras que otros se las ven y se las desean para conseguir que la pirámide se mantenga en equilibrio.
El rango de jugadores no es que sea muy amplio, aunque el juego tiene algo más de vida a pocos jugadores que a muchos, ya que cuantos más participantes haya, menos animales tocan a cada uno, por lo que las diferencias de nivel se acrecientan, aunque el dado de acción que permite elegir un rival para que coloque una pieza por ti tiene más gracia con el mayor número jugadores posible.
Pasemos a la edición. Haba nos tiene acostumbrados a un nivel de producción cercano a la excelencia, y este caso no iba a ser una excepción. Empecemos por los animales, que son los verdaderos reyes del juego. Realmente dan ganas de ponerse a jugar con ellos y olvidarse del objetivo final. Y todos tienen un encanto especial. Sin embargo, existe un gran pero en este sentido, y es que los animales, a excepción del cocodrilo, son completamente lisos. En el juego original si tenían ciertos contornos y dibujos, pero en este no. Ni unos míseros ojos. Y por esto los animales parecen menos adorables. ¿Qué habría costado haber perfilado los animales? Es cierto que son muchos distintos, pero habría sido la guinda al pastel. El tablero es de un cartón normal, pero la plataforma posee un grosor fuera de lo normal, aunque es entendible, ya que tiene que soportar el peso de todos los animales y resistir los golpes de estos al derrumbarse la pirámide. La caja tal vez es un poco exagerada para lo que contiene. Podría haberse plegado el tablero en cuatro. Supongo que quisieron evitar al máximo el plegado del tablero para no interferir en el giro de la plataforma, cuya flecha suele ir rozando el tablero.
Respecto al tema de ilustración, el trabajo de Michael Bayer se aprecia en la caja y en el tablero principal. El primero muestra una imagen típica de los juegos de Haba, con animales simpáticos y una estampa desenfadada, a pesar de la crudeza del momento, con el tiburón esperando un desliz de los animales para darse un festín. En el tablero hay más relax aun, con los animales flotando a la espera de poder subirse al cocodrilo. Un detalle muy curioso y que parece puesto para pillar a la gente es el gallo, que lleva un flotador de patito el cual destaca mucho más que el propio gallo, por lo que más de uno se confundirá e imitará a un pato cuando la plataforma pase por delante.
Y vamos cerrando. Animal sobre Animal ¡A dar vueltas! es, sin duda, uno de los juegos más difíciles de la saga, subiendo el nivel varios peldaños por encima, lo que provoca que no sea apto para los más pequeños (salvo que solo vayan a jugar con los animales, que entonces solo habrá que tener cuidado con los animales de menor tamaño). Juego de habilidad apto para toda la familia y que dispone de un modo difícil y otro ultra difícil (apilar animales aquí no es tarea sencilla). Obviamente, si no os van los juegos de habilidad o rara vez tenéis a niños en la mesa, no echareis en falta este título en vuestra ludoteca. Pero si no, gracias además al nivel de producción habitual de Haba, es un éxito seguro. Por todo esto le doy un…
Muy buena reseña, como siempre!
Lo que está claro es que es un espectáculo visual de la leche y las figuitas, además de estar muy bien hechas, resultan adorables.
Un saludo y enhorabuena por tu labor, Iván!
Muchas gracias Miguel Ángel! El juego desprende adorabilidad por todos sus poros 😛
¿Y para cuando una reseña del Qin? Es que estoy ahí ahí, entre pillármelo o no. Necesito una reseña de las tuyas para ver si tiene potencial, jeje
Pero hay gastos de envío y demás, ¿no?
Pues a ver cuando le toca salir, que la lista de espera es larga 😛
A mi las 3 partidas que le he echado me ha gustado mucho. Tiene un toque al Tigris & Eufrates, pero mucho mas directo y mas sencillo. Yo lo pille a 15 pavos en Dracotienda, así que si es esa la oferta que manejas, no te lo pienses mucho porque es un GRANDIOSO precio. No te arrepentirás 😛
Si claro. La cosa es que hicieses un pedido para que te ahorres los gastos. Lo normal con estas cosas.
Estoy convencido de que dentro de poco tiempo le regalaré este juego a mi sobrino, que dentro de unos meses cumple 6 años. Aunque es un poco manazas y en realidad creo que le compraré el básico.
Gran análisis. Un saludo!
Muchas gracias Lord Neiban!
El juego, nada mas que por lo cuco que es ya merece la pena. Y el básico trae a los animales dibujados!
Hola, los Reyes Magos nos lo dejaron en casa y lo disfrutamos mucho. Mi hijo de 4 años no tiene problema al jugar y es curioso, como no tiene miedo de que se le caigan los animalitos, los pone con mucha más seguridad que los adultos.
Lo recomiendo totalmente.