Reseña: Qawale
Introducción
Sencillo y táctico al mismo tiempo, Qawale se inspira en los montones de guijarros que se encuentran a lo largo de los caminos. Prepárate para ser experimentar los numerosos giros y vueltas en este increíble juego al igual que estas pequeñas piedras en sus trazados serpenteantes.
Así se nos presenta Qawale, un diseño de Romain Froger y Didier Lenain-Bragard (este último es diseñador de Medieval Pong). Publicado por primera vez en 2022 por Gigamic dentro de su serie de juegos abstractos en una versión multilenguaje.
En España lo distribuye MEBO Games (aunque, como ya digo, la edición de Gigamic ya incluye el español, además de ser un juego completamente independiente del idioma). Permite partidas a 2 jugadores, con una edad mínima sugerida de 8 años y una duración aproximada de 15 minutos. El precio de venta al público es de 36€. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la edición multilenguaje de Gigamic.
Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 28×28×6 cm. (caja cuadrada de dimensiones similares a los del resto de juegos de la serie, como Pylos o Quarto), encontramos los siguientes elementos:
- Tablero de Juego (de madera)
- 24 Piezas de Juego (de madera):
- 8 Piezas de Color Claro
- 8 Piezas de Color Oscuro
- 8 Piezas de Color Naranja
- Reglamento
Mecánica
Qawale es un abstracto para dos en el que cada jugador dispone de un conjunto de piedras con el objetivo de formar una línea recta de cuatro espacios conectados con sus piedras (horizontal, vertical o diagonal). En cada turno, el jugador coge una de sus piedras y la coloca en un espacio con al menos otra piedra. A continuación, coge la pila de piedras y la despliega una a una en espacios ortogonalmente adyacentes formando un camino, no pudiendo colocar una piedra en un espacio ocupado justo inmediatamente.
Conceptos Básicos
El Tablero de juego muestra una cuadricula de cuatro por cuatro casillas en las que estas son unas protuberancias que salen hacia arriba y tienen un pequeño borde para remarcar el relieve.
Por otro lado tendremos las Piezas con forma de piedra que se colocarán sobre las protuberancias del tablero principal. Hay tres colores de piedras. Las claras y oscuras serán de los jugadores que compiten en la partida (cada uno controlará un color), mientras que las naranjas serán piedras neutrales que se irán desplazando sobre el tablero. El concepto fundamental es que para añadir una pieza habrá que escoger una casilla ocupada, formando una pila de al menos dos piezas, tras lo cual se ejecutará un mecanismo de siembra estilo mancala, esto es, que vamos a coger todas las piezas de esa pila y vamos a ir desperdigándolas en casillas que estén conectadas entre sí, debiendo respetar el orden en el que estaban apiladas.
Con esto tenemos suficiente.
Preparación de la Partida
- Se coloca el tablero en el centro de la mesa.
- Se colocan 2 piezas naranjas apiladas en las cuatro esquinas del tablero.
- Cada jugador escoge un color y recibe las 8 piezas correspondientes.
- Se escoge aleatoriamente al jugador inicial.
¡Ya podemos comenzar!
Desarrollo de la Partida
Una partida de Qawale se desarrolla a lo largo de un máximo de 16 turnos alternados por los jugadores, comenzando por el jugador inicial.
En cada turno, el jugador activo debe colocar una de las piedras de su reserva personal en una casilla del tablero que al menos tenga una pieza.
Tras eso, el jugador deberá tomar todas las piedras apiladas y las desplegará mediante un mecanismo de siembra, desplazando la pila a una casilla ortogonalmente adyacente, en la que dejará la pieza inferior de la pila, repitiendo este proceso hasta que se hayan depositado todas las piezas. La única restricción es que no se puede realizar un movimiento retornando a la casilla de la que se procede.
Tras esto, el turno pasa al rival.
Fin de la Partida
La partida finaliza inmediatamente cuando un jugador consigue formar una línea de cuatro piedras (horizontal, vertical o diagonal), proclamándose vencedor. Si los jugadores han colocado todas sus piezas y ninguno ha conseguido formar la línea, la partida finaliza en tablas.
Opinión Personal
En esta ocasión toca analizar la que, hasta la fecha, es la incorporación más reciente a la serie de abstractos de Gigamic, la cual está en constante revisión y cada cierto tiempo recibe un cambio de estilo y actualización de los títulos que la componen.
Qawale vendría a encuadrarse en ese grupo de juegos abstractos en los que hay que intentar ser el primero en formar una línea recta de cierta longitud.
Para ello los jugadores no podrán colocar directamente sus piezas, sino que harán uso de un mecanismo de siembra.
Así, en cada turno, el jugador deberá colocar una de sus piezas en una casilla ocupada para, a continuación, coger la pila de piezas de la casilla que acaba de ocupar y desplegar sus elementos formando un camino de casillas ortogonalmente conectadas entre sí (no se puede retroceder a una casilla anterior de forma directa).
Los jugadores alternan turnos hasta que alguno consigue el objetivo o bien ambos agotan su reserva de piezas, algo que ocurrirá una vez los dos jugadores hayan completado ocho turnos, pudiendo acabar en tablas si ninguno forma la línea.
Y no tiene más. Como veis, un abstracto de corta duración con reglas sencillas y concisas, características comunes a todos los diseños que forman o han formado parte de la serie de Gigamic.
Lo más interesante de Qawale respecto a sus hermanos de serie es que aquí tenemos un amplio abanico de opciones a la hora de realizar movimientos, pues, a medida que los turnos se sucedan, menos casillas libres quedarán y, por tanto, mayor será el número de casillas desde las que poder iniciar el movimiento de siembra.
Esto provoca que estemos ante uno de esos juegos en los que el análisis de la situación del tablero no sea trivial, pues un movimiento puede impactar en muchas casillas, alterando de forma importante la posición.
Imaginad que hay una pila de cinco piezas en una casilla y el jugador activo decide colocar una de sus piezas en la susodicha. Esto supondrá el despliegue de seis piezas en al menos cinco casillas (con pilas de cinco o más es posible formar un bucle y colocar dos piezas en una misma casilla respetando las reglas).
Es difícil proyectar cómo va a quedar el tablero antes de realizar el movimiento y, por ende, analizar si estamos dejando una opción demasiado ventajosa a nuestro contrincante.
A todo esto hay que sumarle el tema de las piezas neutrales, tal vez el añadido más interesante del juego respecto a otros similares, como Tak (aquí su tochorreseña). Que haya piezas que sirvan como elementos de corte al no ser útiles para ningún jugador da pie a movimientos «ofensivos» en el que intentaremos colocar esas piezas de forma que permitan cubrir espacios controlados por el rival para dificultar su desarrollo.
Por todo esto colocaría a Qawale en los puestos de cabeza de la colección actual de Gigamic, ya que es difícil encontrar un abstracto que con solo ocho turnos por jugador, consiga generar tensión desde el primer al último movimiento y la incertidumbre se apodere de los jugadores. Aquello de fácil de aprender, difícil de dominar.
Tal vez este sería el principal defecto que le encuentro al juego. Y es que hablamos de un diseño cuyas partidas duran un suspiro para la parafernalia que implica una partida. En este sentido, Tak por ejemplo quedaría por encima al dar más margen a los jugadores al tener un límite de piezas mucho mayor. Con todo, es cierto que hay gente que prefiere juegos más conciso y lo que para mí es un problema, para ellos sea una virtud.
Pasemos a la producción. Como siempre con los abstractos de la serie de Gigamic, nos encontramos con un tablero principal fabricado en una pieza de madera, en este caso barnizada en color oscuro con unas protuberancias que actúan como casillas remarcadas por un borde de color claro, siendo uno de los acabados más elegantes de la serie actual. Y las piezas de madera que simulan piedras tienen formas originales y dan pie a un despliegue muy llamativo y fotogénico, estando ante otro producto que bien podría servir como ornamento en una estantería. El reglamento está bien estructurado y no deja lugar a dudas.
Y vamos cerrando. Qawale ha sido el último título en entrar en la serie de abstractos de Gigamic y se ha encaramado a los primeros puestos de un hipotético ranking gracias a mantener las señas de identidad de sus hermanos, esto es, reglas sencillas, duración muy contenida y producción tremendamente llamativa, pero ofreciendo a los jugadores un nivel de profundidad superior a la mayoría de ellos. Mucha tensión e incertidumbre en los ocho turnos por jugadores como máximo. Tal vez este es el defecto que le encuentro, ya que a jugadores más experimentados se les quede corto. Pero por lo demás, es muy recomendable. Por todo esto le doy un…
¡Hola! ¿Has podido probar alguna de las versiones Mini de estos abstractos de Gigamic? Me llaman la atención, pero si la caja puede ser más pequeña, pues mejor que mejor. De momento este Qawale es el que con diferencia, más me llama de todos.
No, pero son exactamente el mismo juego. Y no hay mucha diferencia de tamaño. Mira esta imagen:
https://m.media-amazon.com/images/W/IMAGERENDERING_521856-T1/images/I/81+IHil66yL._AC_UF894,1000_QL80_.jpg
Ahí se ve un Pylos normal junto al Pylos mini. Diría que es un 20% mas pequeño, así que me parece suficientemente funcional como para no necesitar el grande.