Reseña: Bim Bam Bum
Introducción
¿Sabes decir «Bim Bam Bum»? Parece sencillo, pero solo hasta que el caos se apodera de la mesa. ¡Prepárate para un juego lleno de tensión y diversión donde gritarás Bim Bam Bum a todo pulmón!

Así se nos presenta Bim Bam Bum, un diseño de Alberto Sánchez Venegas (Remolacha, Patas Arriba). Publicado por primera vez en 2025 por Boquerón Games en una versión en español e inglés. De las ilustraciones se encarga Edu Valls (Bitoku, Coming of Age).
El juego es completamente independiente del idioma (a excepción del reglamento). Permite partidas de 3 a 8 jugadores, con una edad mínima sugerida de 8 años y una duración aproximada de 10 minutos. El precio de venta al público es de 13,95€. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la versión en español e inglés de Boquerón Games, que la propia editorial nos ha cedido amablemente.

Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 16,2×11,5×3,7 cm. (caja rectangular pequeña similar a Yokai Pagoda), encontramos los siguientes elementos:
- 55 Cartas (62,5×88 mm.):
- 18 Cartas de Bim
- 18 Cartas de Bam
- 18 Cartas de Bum
- Carta de Sentido de Juego
- Reglamento

Mecánica
Bim Bam Bum es un juego de agilidad mental en el que el objetivo es ser el primero en deshacerse de todas las cartas que el jugador tiene en mano. Estas cartas muestran una de las tres palabras del título, esto es, Bim, Bam o Bum. En cada turno, el jugador activo colocará la siguiente carta de su mazo (que lo sujeta en su mano bocarriba) en una de tres pilas que los jugadores formarán en el centro de la mesa y deberá decir en voz alta la palabra de su carta tantas veces como copias de esta sean visibles (una, dos o tres). Al hacerlo, dependiendo del número de cartas de esa misma palabra, pasará el turno a un jugador distinto (si solo hay una, al siguiente jugador en el sentido de juego; si hay dos, se salta al siguiente jugador en el sentido de juego; y si hay tres, cambia el sentido de juego). Si, tras jugar una carta, las tres cartas visibles muestran la combinación Bim, Bam, Bum (en cualquier orden), el resto de jugadores deben colocar su mano en el centro de la mesa. Quien la coloque encima de todas robará para su mazo la pila de cartas más grande y la pila de menor tamaño se retira de la partida. Si un jugador comete un fallo (juega cuando no le toca, no dice las palabras correctas, tarda mucho en jugar cuando le toca, etc.), añadirá a su mano la pila más grande y se descartará la pila más pequeña.
Conceptos Básicos
El elemento clave del juego son las Cartas de Bim Bam Bum. Estas cartas muestran una de estas tres posibles sílabas, esto es, Bim (en color amarillo), Bam (en color turquesa) y bum (en color rosa). Cada jugador tendrá un mazo del que irá jugando cartas en orden (siempre la de la parte superior del mazo) en una de tres posibles pilas. Al hacerlo, se aplicará un efecto que dependerá si entre las tres pilas aparece la palabra de la carta recién colocada 1, 2 o 3 veces. Si un jugador comete una pifia, deberá añadir al fondo de su mazo la pila con más cartas, retirando de la partida la pila con menos cartas. El objetivo es intentar ser el primer jugador en quedarse sin cartas en su mazo. Los jugadores sujetan su mazo de forma que pueden ver la primera carta, pero manteniéndola oculta al resto de jugadores.

También tendremos la Carta de Sentido de Juego, que indicará en qué orden se resuelven los turnos, en sentido horario o en sentido antihorario. Cuando se aplique el efecto correspondiente, esta carta se volteará para indicar el sentido contrario al que estaba vigente.

Con esto tenemos suficiente.
Preparación de la Partida
- Se coloca la carta de sentido de juego en el centro de la mesa mostrando el sentido horario.
- Se mezcla el mazo de cartas de Bim Bam Bum y se reparten equitativamente entre los jugadores. Las cartas sobrantes se devuelven a la caja.
- Finalmente se escoge aleatoriamente al jugador inicial.
¡Ya podemos comenzar!

Desarrollo de la Partida
Una partida de Bim Bam Bum se desarrolla a lo largo de un número indeterminado de turnos alternados por los jugadores, comenzando por el jugador inicial y continuando en el sentido de juego establecido.
En cada turno, el jugador activo debe jugar la carta situada en la parte superior de su mazo en una de las tres pilas de juego. Al hacerlo, el jugador deberá decir la palabra que muestra su carta tantas veces como dicha carta esté presente en la parte superior de las tres pilas, salvo en el caso de que las tres cartas sean distintas. Dependiendo de lo que diga el jugador se aplicará un efecto:
- 1 Vez (Bim, Bam o Bum): el turno pasa al siguiente jugador en el sentido de juego establecido.
- 2 Veces (Bim Bim, Bam Bam o Bum Bum): el siguiente jugador en el sentido de juego establecido no juega y el turno pasa al siguiente jugador en el sentido de juego establecido.
- 3 Veces (Bim Bim Bim, Bam Bam Bam o Bum Bum Bum): se cambia el sentido de juego y el turno pasa al siguiente jugador según ese nuevo sentido de juego.
- Bim Bam Bum (independientemente del orden de las palabras): el resto de jugadores deben colocar su mano sobre la carta recién jugada. El último jugador habrá cometido una pifia.
Cuando un jugador comete una pifia, este deberá añadir al fondo de su mazo la pila con más cartas, devolviendo a la caja la pila con menos cartas. Tras esto se reanudaría la partida comenzando por el jugador que fue penalizado.
Además de la situación de Bim Bam Bum, una pifia también sucede cuando:
- Un jugador coloca una carta cuando no es su turno.
- Un jugador no coloca una carta cuando es su turno (tras un tiempo prudencial).
- Un jugador no dice las palabras correctas.
- No dice Bim Bam Bum en el orden correcto o no dice Bim Bam Bum cuando ha conformado el trío de palabras.
- Ser el jugador activo y poner la mano al decir Bim Bam Bum.
Fin de la Partida
La partida finaliza inmediatamente cuando un jugador se queda sin cartas, proclamándose vencedor.
Variantes
Modo Susurro. Algunas cartas de Bim, Bam y Bum muestran a los personajes llevándose las manos a la boca significando que están hablando bajito. Las reglas son las mismas con la diferencia de que cuando se juegue una de estas cartas no hay que decir nada. Un jugador cometerá una pifia si dice la palabra o palabras correspondientes cuando juegue una carta de susurro o un jugador corrige al jugador activo que no diga nada al jugar una de estas cartas.

Opinión Personal
Los juegos de habilidad son uno de los géneros más complejos a la hora de conseguir un producto exitoso. Y es que es muy complicado lograr calibrar adecuadamente una propuesta para que, por un lado, sea lo suficientemente simple como para que cualquiera pueda disfrutarla, pero por otro suponga un reto interesante que suponga un aliciente para sacarlo a mesa de forma recurrente.
A su vez, a la hora de hablar de juegos de habilidad, podemos dividirlos en diversas categorías. El diseño que hoy vamos a analizar se englobaría en los juegos de agilidad mental en la que se pone a prueba la capacidad de concentración de los jugadores. Veamos pues cómo se comporta en mesa este Bim Bam Bum, no sin antes agradecer a los chicos de Boquerón Games la cesión de la copia que posibilita esta parrafada.
Bim Bam Bum es uno de estos juegos en los que el objetivo es intentar ser el primero en quedarse sin cartas. Estas se repartirán equitativamente entre los participantes. En su turno, el jugador activo simplemente deberá jugar la carta superior de su mazo (visible para él, pero oculta a las miradas de los contrincantes) en una de las tres pilas disponibles en la partida que conforman una hilera.

Al comienzo no habrá ninguna carta en ninguna de estas pilas, por lo que en el primer turno un jugador colocará su primera carta iniciando una de estas pilas. En turnos sucesivos los jugadores pueden iniciar una segunda y una tercera pila o jugar una carta sobre alguna de las pilas ya iniciadas.
La cosa está en que, al colocar una carta, el jugador activo debe decir en voz alta una determinada combinación de sílabas que dependerá de las cartas visibles que haya en la parte superior de todas las pilas abiertas. Estas cartas muestran una de tres posibles sílabas. ¿Adivináis cuáles? ¡Efectivamente! Bim, Bam o Bum.
La combinación de sílabas dependerá principalmente del número de copias visibles de cartas con la misma sílaba que muestre la carta que coloque el jugador activo en una de las pilas sean visibles. Mínimo habrá una (la que acaba de colocar el jugador activo), pero puede haber una o dos más, de forma que una misma sílaba podrá estar presente de una a tres veces.
Pues tan sencillo como repetir esa sílaba ese número de veces. Si, por ejemplo, el jugador activo coloca en una de las pilas una carta con la sílaba Bum y las otras dos pilas muestran cartas con otra sílaba distinta, el jugador activo solo dirá «Bum». Pero si en la parte superior de una de las otras dos pilas hay ya una carta con la sílaba Bum, entonces el jugador activo deberá decir «Bum Bum». Y lo mismo si las tres pilas muestran la misma sílaba, debiendo decir «Bum Bum Bum».
Cada una de esas combinaciones de sílabas tiene un efecto. Una sílaba sola simplemente pasa el turno al siguiente jugador en el sentido de juego, dos sílabas provocan que el siguiente jugador en el sentido de juego vea cómo le saltan, y tres sílabas cambian el sentido de juego, de forma que le vuelve a tocar al penúltimo jugador.
La única excepción a la primera opción, esto es, que solo haya una carta visible con la sílaba de la carta colocada por el jugador activo es que las otras dos pilas muestren las otras dos sílabas disponibles en cartas, de forma que se podría leer la combinación «Bim Bam Bum» (el orden en el que estén las cartas en las pilas es irrelevante, lo importante es que haya una de cada tipo).
En este caso el jugador activo deberá decir «Bim Bam Bum» (toma lacasitos… sí, ya sé que es Pim Pam Pum, pero será inevitable que alguien lo suelte) y provocará que el resto de jugadores deban colocar su mano en la zona central de la mesa, siendo penalizado el último que lo haga.
Esta penalización consistirá en añadir al fondo de su mazo todas las cartas de la pila en la que más cartas haya, devolviéndose a la caja la pila con menos cartas. Esta penalización también se aplicará si algún jugador comete una pifia, como por ejemplo no jugar cuando le toca, jugar cuando no le toca, no decir la combinación de sílabas que le corresponde…
Y así hasta que un jugador consiga quedarse sin cartas. Parece sencillo ¿Verdad? Pues en la práctica es muy divertido ver cómo algo tan aparentemente simplón genera verdaderos cortocircuitos mentales. Obviamente es un juego en el que hay que mantener cierto ritmo, y los jugadores deben llegar a un convenio al principio de la partida de cuánto se considera un tiempo razonable para penalizar a un jugador que no reaccione cuando le corresponda.

Si este tiempo es relativamente exigente (digamos, uno o dos segundos) los jugadores se verán obligados a estar en un estado de alarma constante. Estado de alarma que conducirá a nuestra mente a funcionar de forma errática, sobre todo por el cambio de chip que supone que un jugador consiga conformar la combinación que da título al juego, ya que, de repente, tenemos que activarnos físicamente.
Conseguir mantener la concentración de forma continua no es sencillo y da pie a situaciones que llegan a ser hilarantes cuando un mismo jugador tropieza una y otra vez con la misma piedra. Y es que no es tan simple lograr activarse cuando toca al tener cambios de sentido de juego, turnos que se saltan, tener que colocar la mano en el centro. Sobre todo si los jugadores son relativamente estrictos con el «tiempo razonable».
Luego también hay pie a la estrategia. Por ejemplo, lo interesante es siempre jugar en la misma pila para engordarla lo máximo posible, de forma que el jugador que sea penalizado, reciba una gran cantidad de cartas. Pero claro, jugar siempre sobre la misma pila genera patrones recurrentes a los que es fácil acostumbrarse, por lo que a veces conviene cambiar el paso para pillar desprevenido a algún rival.
En general me parece un juego muy divertido que consigue este equilibrio entre juego de agilidad suficientemente sencillo como para que cualquiera pueda entenderlo y disfrutarlo desde el primer turno, pero a su vez suponer un reto lo suficientemente estimulante como para que la tensión generada derive en risas nerviosas y grandes carcajadas.
Sí que tal vez echo en falta una regla que obligue a abrir una pila si no hay ya tres abiertas, porque podría darse la situación de que los jugadores se dedicasen a jugar cartas en una única pila y ganase el jugador inicial. Obviamente es una estrategia perdedora para todos los demás jugadores, pero bueno, hay gente a la que le gusta ver el mundo arder.
Bim Bam Bum vendría a competir con juegos como Jungle Speed o TrisTristisTigris (aquí su tochorreseña). La principal virtud del juego que hoy nos ocupa es el equilibrio entre la parte física y la parte mental. Ninguna supone una gran complicación y la mezcla de ambas funciona muy bien. Es cierto que, a nivel mental, TrisTristisTigris me parece más efectivo, pero también es cierto que es un juego que se le puede atravesar a más gente. Por eso Bim Bam Bum me parece una buena propuesta para sacar a mesa si la intención es divertirnos un rato.
Con todo, si la propuesta os parece demasiado sencilla, el juego incluye una variante en la que el jugador activo debe quedarse callado si la carta que juega muestra una ilustración distinta a la habitual, lo que eleva las probabilidades de que ocurra una pifia, ya sea porque el jugador activo hable o porque un rival le inste a hablar cuando no corresponde. Personalmente a mí ya me funciona muy bien con el modo normal.
En cuanto a escalabilidad, es un juego que creo que funciona bien en todas sus configuraciones. Es cierto que a más de cuatro cada jugador recibe pocas cartas, por lo que si un jugador mantiene bien la concentración, la partida puede acabarse pronto. A tres o cuatro es algo más frenético, ya que el ritmo de turnos por jugador se eleva y es más fácil meter la pata.
Respecto a la rejugabilidad, es un título que puede salir muy fácil a mesa gracias de su portabilidad y duración de partida. De hecho, será difícil no encadenar varias partidas, siempre y cuando el juego encaje en el grupo (que es lo más probable). Ideal para grandes reuniones.

Pasemos a la producción. Nos encontramos con una pequeña caja en la que encontramos un mazo de cartas de muy buen gramaje, textura en lino y magnífica respuesta elástica. Además la caja está pensada para enfundar las cartas y que no haya problemas de espacios (enfundado que recomiendo porque las cartas están en constante tránsito). El reglamento está bien estructurado y no deja lugar a dudas.
Y en cuanto a las ilustraciones tenemos a un Edu Valls ofreciéndonos unas divertidas imágenes de una abeja, un chimpancé y un elefante con gestos que trasmiten muy bien la onomatopeya que coincidiría con la sílaba mostrada en la carta. Además, muestra unos motivos con formas geométricas que, junto con el gran espacio que ocupa la sílaba en el interior de la carta, dificulta diferenciar las cartas en las que hay que decir la combinación de sílabas y las cartas en las que hay que quedarse callado (si jugáis con la variante avanzada). Sencillo y atractivo.
Y vamos cerrando. Bim Bam Bum es una propuesta eléctrica que fusiona con acierto la agilidad mental basada en un sistema de onomatopeyas encadenadas con una mecánica de descarte de cartas sumamente dinámica y exigente para los sentidos. El control de las sílabas para evitar pifias bajo la presión del tiempo, el cálculo de las cartas visibles para reaccionar ante cambios de sentido, saltos de turno o tener que activarse físicamente junto con la exigencia de mantener la calma para no ser penalizado permiten disfrutar de partidas caóticas y divertidas, cargadas de una tensión constante que deriva en risas nerviosas y situaciones hilarantes. Un ejercicio de concentración que demuestra cómo un reglamento mínimo puede derivar en una experiencia muy efectiva. Por todo esto le doy un…


