Primeras Impresiones: Batavia
Batavia lleva a los jugadores a la edad dorada de las empresas comerciales de las Indias Orientales – las creadas por Inglaterra, Holanda, Suecia, Francia y Dinamarca. Y Batavia, hoy conocida como Yakarta, no era simplemente la delegación principal en Java de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, sino también el nombre de su buque insignia. Los jugadores, en el papel de comerciantes, visitan los puestos comerciales de las cinco compañías extendidas por toda Asia. La base de cada compañía ofrece un producto distinto que está disponible para los comerciantes que la visiten. Para obtener un pasaje para llegar a cada puesto, necesitarás la carta de barco de la compañía correspondiente.
Así de directo se nos presenta este diseño de Rejchtman y Glimne, ilustrado por el gran Menzel. La clave del juego está en lograr colocar una serie de tokens en unos espacios que representan los mercados de las distintas compañías. Cada uno de estos mercados tendrá un espacio para cada una de las compañías. Para poder colocar un marcador de mercancía en uno de estos espacios, el jugador deberá desplazar a lo largo de un camino de losetas hexagonales que muestran una mercancía y una compañía. Para poder colocar su peón en uno de estos marcadores, el jugador debe acumular suficientes cartas de flota de la compañía de la loseta hasta ser el más tenga.
Aunque una de las vías para obtener estas cartas sea perder el turno y robar 2 cartas del mazo, el procedimiento habitual para obtener cartas será una subasta al comienzo de cada ronda en la que se revelará un determinado lote de cartas dependiendo del valor de una tirada de dado. Lo curioso está en que el dinero del mejor postor será repartido entre el resto de jugadores a partes iguales.
Por último, a medida que los jugadores vayan poniendo cartas de barco en juego, los piratas irán aumentando su interés por nuestras mercancías, de forma que cuando haya un determinado número de barcos revelados, los piratas atacarán a aquella compañía con más navíos en juego.
Y poco más. Nos encontramos ante uno de esos eurogames que muchos reconocen rápidamente pero que, cuando busca información en la red, encuentra entre poco y nada. Un juego de subastas, mayorías y set collection bastante procedimental y con un tema pegado. Un claro ejemplo de lo que era el género hace unos años. Un diseño que, si bien no muestras descosidos importantes, es más que aburrido en su desarrollo, con decisiones aparentemente poco relevantes, siendo la más importante la subasta, ya que será la fuente más importante de cartas, gasolina de lo que ocurre en el resto de la ronda.
El juego ofrece dos disyuntivas básicas en cada turno: primero, intentar llevarnos (o no) el lote de cartas a subasta. Y, segundo, poner en juego cartas (o no) para intentar obtener un token de mercancía. Hay que tener en cuenta que estos tokens son únicos, por lo que tendremos que intentar lograr acumular el máximo de estos tokens posibles, ya colocar mercancías en los mercados será la fuente más importante de puntos en la partida. También será interesante acumular tokens de mercancías distintas, ya que podremos venderlas para obtener puntos de victoria, aunque no será sencillo lograr vender, ya que para ello deberá obtenerse una loseta de una compañía de la que no se tuviese aún ninguna.
También es curioso el sistema de uso del dinero, ya que el pago del jugador que gana la subasta debe repartirlo entre el resto de los jugadores, en vez de devolverlo a la banca. Así, aunque un jugador se quede sin dinero, en rodas posteriores irá recibiendo billetes a medida que sean el resto de os jugadores quienes ganen las subastas.
El último detalle interesante es el tema de los piratas, que se llevarán por delante a los barcos de la compañia con más navios en el mar en el momento que el número de estos alcance determinado valor. De esta forma, no será trivial qué cartas jugar en cada turno, ya que, dependiendo de la eleccion, podremos forzar que los jugadores pierdan barcos que puedan resultar vitales para sus siguientes turnos.
Pero como digo, a pesar de tener todos estos detallles interesante, el desarrollo de la partida es tremendamente aburrido. Es de esos juegos que se exceden en la abstracción y, a pesar del grandioso trabajo de Michael Menzel, nunca se llega a conectar con el juego. Uno de tantos juegos en los que parece que se ha puesto mimo por parte de todo el mundo y no ha sido suficiente como para echar un poco de sal y pimienta a un juego anodino e irrelevante.
Es posible que funcione para jugadores con poca experiencia que aún no conozcan a los clásicos del mundillo, pero para un jugador con cierto recorrido, Batavia es una medianía que no merece la pena sacar a mesa con la variedad y calidad de los títulos disponibles hoy en día. Y, por si fuera poco, viene contenido en una caja enorme con una cantidad de aire suficiente como para buscar tesoros escondidos en el Titanic sin tener que subir a la superficie en unas cuantas horas.
Totalmente de acuerdo contigo en todo, una obra maestra atemporal por la que no pasan los años, una muy buena idea magistralmente desarrollada, con maravillosos componentes, cartones de perfecto grosor, fichas de madera de formas variadas, que escala perfectamente y está ilustrada con muy buen gusto.
Chapó.
¿En serio no vale la pena el juego? Estoy tentado a comprarlo porque ahora está barato en Amazon y está muy bonito.
Tal vez suceda como con Grog Island, un juego sencillo pero algo raro para captar, es uno de esos juegos que cada vez que lo juegas empieza a aparecer algo de brillo entre tanta pátina.
Estuve a punto de venderlo hasta que lo jugué y me convenció. ¿No será lo mismo con Batavia?
Saludos
Una medianía. No es que sea un mal diseño ni tenga errores de bulto, pero hay mil cosas a las que jugaría antes.