Reseña: Bali
Los lugareños de la isla de Bali consideran que su hogar es un mundo donde habitan dioses y demonios. Para aplacar a sus ancestros, los rituales y ofrendas son algo común y gran parte de las cosechas acaban en los santuarios y templos de la isla. Como jugador, tendrás que competir contra los demás por conseguir la mayor cantidad de puntos de victoria. Tus agricultores generarán distintos bienes en los campos. Cuando se construya un santuario, deberás realizar una ofrenda utilizando tus cartas de ofrenda. Es importante mantener una buena relación entre las cartas de ofrenda que conservarás al final de la partida y aquellas que ofrendarás en el altar, pues el valor de las ofrendas cambiará constantemente durante la partida y solo parte de la información será conocida por cada jugador. Los sacerdotes y picapedreros te ayudarán en el camino, proporcionando puntos de victoria y recursos.
Así se nos presenta este Bali, un diseño de Klaus-Jürgen Wrede, responsable del archiconocido Carcassonne o The Downfall of Pompeii. El juego fue publicado en 2017 por White Goblin Games en una edición en inglés, alemán, francés y holandés. Se trata de una reimplementación de un juego anterior de Wrede, Rapa Nui, que data de 2011. De las ilustraciones se encarga Dennis Lohausen, quien ya nos mostró sus aptitudes en juegos como Terra Mystica, Los Viajes de Marco Polo o Qin.