Reseña: Valley of the Kings
Todos conocemos el gran Dominion de Donald X. Vaccarino. Ese magnífico juego de cartas que, probablemente, sea la última gran mecánica desarrollada, la construcción de mazos o DeckBuilding (lleva tiempo sin aparecer algo con igual repercusión). Cuando un evento de esta magnitud sucede, el consabido siguiente paso es, obviamente, el reciclaje y redefinición de esta mecánica. Dominion fue el primero, pero luego llegaron muchos otros, añadiendo elementos y consiguiendo productos más redondos. Títulos como Ascension o Thunderstone son ejemplos. Y el juego que hoy nos ocupa entra dentro de este grupo, tomando la mecánica principal del juego del diseñador norteamericano añadiéndole nuevos elementos. Hoy reseñamos Valley of the Kings.
Cuando mueres, ¡lo llevas todo contigo! Eres un noble egipcio en la época de los faraones preparándose para la muerte y posterior entierro en el Valle de los Reyes. Los jugadores deberán llenar sus cámaras funerarias de estatuas, alimentos, amuletos y otros tesoros, los cuales se adquieren en un suministro en forma de pirámide, la cual colapsa cuando un jugador compra alguna carta de la base. Al final de la partida, el jugador que sea enterrado en la tumba más lujosa y repleta será el vencedor.