Aquí estamos una semana más para repasar lo jugado durante los últimos siete días, en los que destaca, como es costumbre, la sesión de los sábados en la que se concentraron la mayoría de los estrenos, a saber: Cabale (un abstracto con movimiento rectilíneo sobre un tablero hexagonal), Perudo (un filler clásico con dados y mentiras), Northgard: Uncharted Lands (un 4X ligero con temática vikinga) y Mississippi Queen (un clásico ganador del Spiel des Jahres en 1997).
Comenzamos el lunes con una nueva partida a Triqueta, diseñado por Stefan Dorra y Ralf zur Linde. Un juego con mecánica principal de colecciones en el que cada jugador competirá por obtener la máxima puntuación posible. Existen seis tipos de animales y la idea es intentar completar tripletes de cada uno de esos tipos de animales, ya que permitirá obtener la máxima puntuación para dicho tipo de animal, pero si se acumulan más fichas de un determinado tipo de animal, pasará a perder puntos. En cada turno, el jugador activo deberá escoger entre tomar una ficha del suministro y, tras consultarla en secreto, colocarla en una de las hileras disponibles y quedársela en secreto (esto último solo se puede hacer dos veces en toda la partida), o escoger una de las hileras y acumular todas las fichas de la misma. La ronda finaliza cuando todos los jugadores han escogido una hilera y se comienza una nueva ronda. La partida finaliza al termino de las cuatro rondas, procediéndose a la puntuación. Partida en la que por primera vez me pasé de frenada quedándome de forma temprana con una ficha de carnero que más tarde se volvería en mi contra. La señorita forzó mucho en la segunda ronda, con lo que me obligó a arriesgar, saliéndome mal la jugada y acumulando más de tres piezas en varios animales, perdiendo de forma irremediable. Resultado: victoria de la señorita por 39 a 15. Triqueta es claramente un homenaje a Coloretto, siendo casi un calco en el tema de las colecciones, las puntuaciones negativas y el forzar la suerte, con la particularidad de que los jugadores pueden acumular algunas fichas en secreto y que ser el último en escoger tiene un pequeño premio. A dos jugadores a lo mejor es como peor funciona, pues es mucho más fácil controlar la situación y el azar puede tener más impacto, pero creo que va mejor que Coloretto en esta configuración, ya que, al descartarse las fichas del grupo activo, no sabes qué queda por salir en las pilas, por lo que la mecánica de forzar la suerte se ve potenciada. Visualmente es muy atractivo, con una producción bastante coqueta.