Reseña: Monkey Palace
Introducción
Hace mucho, mucho tiempo, se erigió un impresionante palacio en la selva, un palacio que acabó abandonado durante largos años, hasta que… ¡Menos mal que estáis aquí para reconstruir el Palacio del Mono!

Así se nos presenta Monkey Palace, diseñado por David Gordon y Tam Myaing (Crear el Cosmos). Publicado por primera vez en 2024 por Dotted Games en una versión en inglés. De las ilustraciones se encarga Matthieu Martin (Zoo Tycoon: The Board Game, FootClub).
Se encuentra publicado en español por Dotted Games y distribuido por Asmodee (el juego es completamente independiente del idioma). Permite partidas de 2 a 4 jugadores, con una edad mínima sugerida de 10 años y una duración aproximada de 45 minutos. El precio de venta al público es de 39,99€. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la versión en español y portugués de Dotted Games, que Asmodee nos ha cedido amablemente.

Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 26,8×26,8×5,6 cm. (caja cuadrada mediana similar a Mesos), encontramos los siguientes elementos:
- Piezas de Construcción (80 Arcos, 80 Ladrillos, 16 Columnas) (de plástico)
- Piezas Decorativas (32 Hojas de bambú y 16 Ladrillos decorados) (de plástico)
- Animales (1 Mono, 1 Mariposa, 1 Rana) (de plástico)
- Base y 4 Esquinas (de plástico)
- 84 Cartas (45×68 mm.):
- 67 Cartas de Mono
- 14 Cartas de Bonificación
- 3 Cartas de Trofeo
- 4 Tableros Personales (de cartulina)
- Bandeja de Piezas (de cartón)
- 2 Mapas de Terreno a doble cara (de cartulina)
- Reglamento

Mecánica
Monkey Palace es una propuesta de LEGO en la que los jugadores construirán un palacio con arcos y pilares representados con piezas de LEGO. En cada turno cada jugador intentará construir la mayor cantidad de arcos posibles generando una sucesión de escalones, de forma que cada arco que coloque el jugador tiene que estar conectado al anterior y subir al menos un nivel (se pueden subir más usando pilares de distintas alturas). Al terminar de colocar arcos, el jugador colocará en el extremo del último arco un ornamento correspondiente al color de la casilla en la que comenzó a construir, y generará tantos créditos como alturas haya alcanzado más uno adicional si el ornamento ha sido colocado a mayor altura que cualquiera de su mismo tipo ya colocado previamente. Con los créditos el jugador podrá comprar cartas que proporcionarán ingresos inmediatos y recurrentes, además de puntos de victoria. La partida finaliza cuando un jugador no puede obtener todas las piezas que le corresponderían, completándose la ronda.
Conceptos Básicos
Empecemos por el elemento fundamental del juego, las Piezas de Construcción. Los jugadores podrán obtener durante la partida tres tipos de piezas: arcos (de dimensiones 4×1), ladrillos (de dimensiones 1×1) y columnas (de dimensiones 1×3). Los jugadores obtendrán de una reserva general estas piezas y las utilizarán para construir escaleras e ir conformando poco a poco el palacio. En cada turno el jugador activo construirá una escalera ascendente atendiendo principalmente a los arcos, ya que cada arco colocado generará un crédito.

Cuando finalice una escalera, el jugador colocará una Pieza Decorativa al final del último arco. Así, tenemos tres tipos de piezas decorativas: plantas verde oscuro, plantas verde claro y ladrillos dorados. Interesará colocar esta piedra decorativa a la máxima altura posible, ya que si es la más alta de su tipo el jugador obtendrá un crédito adicional.

Estas piezas se colocarán sobre una gran Base que tiene cuatro piezas de esquina para delimitar el área de juego.

Sobre esta Base se colocará uno de los Mapas de Terreno que establecerá un color de tres posibles a cada casilla de construcción. Estas casillas tendrán una separación de casillas, de forma que los extremos de los arcos proyecten sobre estas casillas. El color de la primera casilla que un jugador ocupe al colocar su primer arco determinará el color de la pieza decorativa a colocar al final de la escalera.

Con los créditos generados al construir una escalera y colocar una pieza decorativa, el jugador podrá adquirir Cartas de Mono. Estas tienen un coste en créditos en su esquina superior izquierda y un valor en puntos de victoria en la esquina superior derecha. Cada carta muestra un color (algunas muestran los tres), ya que el jugador activo solo podrá comprar cartas del color correspondiente a la casilla inicial. Estas cartas pueden mostrar un ingreso en piezas inmediato y/o un ingreso recurrente.

Estas cartas se colocarán sobre un Tableros Personal que tiene un ingreso predeterminado en la zona izquierda y cuatro espacios para colocar cartas. Por su reverso se indican las piezas con las que el jugador comienza la partida en función del orden de turno.

Existen dos tipos de cartas adicionales. Por un lado las Cartas de Bonificación, que serán cartas con plátanos que proporcionan 4 puntos de victoria y que se obtendrán si el jugador, en su turno, ha colocado una columna de al menos cinco niveles de altura.

Por otro, las cartas de Trofeo, que tendrán asociadas un animal. Durante el turno, los jugadores podrán reclamar estas cartas atendiendo a ciertos criterios (ya sea del suministro general o de otro jugador que las posea). Si están en posesión de estas cartas al final de la partida, se anotarán o restarán los puntos indicados.

Con esto tenemos suficiente.
Preparación de la Partida
- Se forma una reserva general con las piezas de construcción y decorativas.
- Se coloca la base en el centro de la mesa.
- Se escoge uno de los mapas y se coloca sobre la base.
- Se colocan dos arcos cualesquiera en las posiciones centrales haciendo un ángulo, con un ladrillo para hacer soporte del segundo arco.
- Se despliegan las cartas de mono, de bonificación y trofeos (colocando sobre ellas las figuras).
- Se escoge aleatoriamente al jugador inicial, que recibe el tablero correspondiente. El resto de jugadores reciben el tablero con el siguiente número. Cada jugador toma de la reserva general las piezas indicadas en su tablero.
¡Ya podemos comenzar!

Desarrollo de la Partida
Una partida de Monkey Palace se desarrolla a lo largo de un número indeterminado de rondas. En cada ronda, comenzando por el jugador inicial y continuando en el sentido de las agujas del reloj, cada jugador disfrutará de un turno.
En cada turno, el jugador activo deberá ampliar el palacio. Para ello procederá de la siguiente forma:
- Construir una escalera. El jugador debe comenzar a construir una escalera comenzando por una casilla libre del tablero principal en un recorrido ascendente. Cada arco que se coloque debe estar al menos un nivel por encima del anterior. Se pueden utilizar ladrillos y columnas. Se puede utilizar cualquier cantidad de piezas siempre que cada arco esté al menos un nivel por encima del anterior. Con cada pieza se puede mantener la misma dirección o girar noventa grados. sobre los arcos siempre se deberán apoyar piezas en los extremos. No se permite apilar directamente arcos completamente sobre otros arcos. Cuando el jugador no quiera/pueda colocar más arcos, colocará en el último arco un ornamento del color correspondiente a la casilla inicial. Adicionalmente, si se ha colocado un ladrillo dorado, el jugador reclamará la carta del mono y podrá situarlo en cualquier escalón del palacio. Si el ornamento colocado es el de mayor altura de cualquier tipo, el jugador colocará sobre él la mariposa y reclamará la carta. Optativamente, el jugador podrá colocar la rana en la casilla inicial del primer arco que haya colocado en la escalera actual, reclamando la carta, y obteniendo de la reserva una columna (que podría utilizar este mismo turno).
- Adquirir Cartas. El jugador acumulará tantos créditos como arcos haya colocado más un crédito adicional por el ornamento si este se ha convertido en el de más altura en el palacio de su tipo. Con estos créditos el jugador podrá adquirir cartas, no pudiendo comprar dos cartas del mismo tipo. Solo se podrán comprar cartas del color que corresponda al ornamento colocado. Las cartas deberán colocarse en espacios del tablero personal (primero obteniendo los elementos inmediatos, si tuviesen y luego, volteándolas para ocupar un espacio). Si el jugador ya tuviese ocupados todos los espacios, deberá decidir en qué espacio coloca cada nueva carta, solapando la anterior (se pueden colocar varias cartas en un mismo espacio en el mismo turno en el que se obtienen). Si el jugador ha construido al menos una columna de altura cinco (sin contar arcos y utilizando únicamente ladrillos y/o columnas), el jugador obtendrá una (y solo una) carta de plátanos.
- Ingresos. Finalmente, el jugador tomará de la reserva todos los elementos mostrados en su tablero personal.
Tras esto, el turno pasará al jugador de la izquierda.
Fin de la Partida
La ronda final se activa cuando un jugador no pueda obtener todas las piezas que le correspondan en el paso de ingresos o al adquirir cartas con beneficios inmediatos. Se completa la ronda para que todos los jugadores hayan disfrutado del mismo número de turnos y se procede al recuento final, en el que cada jugador suma los valores de las cartas obtenidas. El jugador con más puntos será el vencedor. En caso de empate, ganará el jugador que tenga la carta del mono. Si la igualdad se mantiene, se comparte la victoria.
Opinión Personal
Admitámoslo. El primer pensamiento que se os pasó por la cabeza cuando LEGO anunció su primer producto enfocado al nicho de los juegos de mesa modernos (y no aprovechando franquicias diversas con tirón entre niños) fue que intentaban subirse a la ola del auge que ha experimentado la afición, sobre todo a raíz de la pandemia. Un pensamiento que, probablemente, haya causado rechazo. Siendo yo, vuestro humilde tochorreseñador, uno de los que lo experimentó. Es fácil caer en el prejuicio de pensar que estamos ante un producto de marketing. Y, por ello, lo dejé pasar.
Pero entonces llegó la magia. El boca a boca empezó a funcionar y la mayoría de los que probaban el diseño quedaban satisfechos. Así que, como amante de LEGO y con una pareja aún más aficionada a los conjuntos de la empresa danesa, no quedó más remedio que hacerse con una copia para comprobar si, tras esas buenas palabras, efectivamente había un buen diseño. Pero antes de proceder, agradecer a Asmodee la cesión de la copia que posibilita esta parrafada.
En Monkey Palace debemos ayudar a reconstruir el antaño esplendoroso Palacio del Mono, ahora en ruinas. Este emblemático lugar fue famoso por sus arcos e impresionantes columnas, que conformaban una estructura elevada hacia los cielos, ornamentada con preciosas plantas y lustrosos ladrillos dorados.

A nivel mecánico, nos encontramos con una colocación de piezas tridimensionales, donde los jugadores alternan turnos intentando generar la mayor cantidad de créditos posible. ¿Cómo se consiguen? Pues simplemente creando una sucesión de arcos conectados entre sí, que progresen en altura formando una escalera. Al final de esta escalera colocaremos un ornamento de uno de tres posibles tipos, dependiendo del color de la casilla de inicio.
Cada arco colocado otorga un crédito, con la posibilidad de obtener un crédito adicional si, al coronar la escalera con un ornamento, este resulta ser el más alto de su tipo en el palacio. ¿Para qué sirven los créditos? Para comprar cartas que, además de proporcionar puntos de victoria, permiten obtener piezas para turnos futuros, tanto de forma inmediata como recurrente.
Así, la clave es construir escaleras cada vez más largas y altas para generar más créditos y adquirir cartas más potentes. Pero no basta con levantar arcos, ya que el juego recompensa a quienes eleven las estructuras en altura. Para ello, los jugadores no solo dispondrán de arcos, sino también de ladrillos y columnas (equivalentes a tres ladrillos apilados). Si en un turno un jugador coloca una combinación de ladrillos y/o columnas de al menos cinco niveles, recibirá una carta de plátanos.
Por último, y no menos importante, habrá tres cartas de trofeo asociadas a tres figuras que pueden colocarse en el palacio. Por un lado, el mono, un peón que bloquea la construcción sobre una pieza concreta y que podrá ser recolocado si la casilla inicial de la escalera es dorada. También está la mariposa, que se coloca solo si el ornamento que corona la escalera es el más alto del palacio, sin importar el tipo. Y la rana, que genera un bloqueo similar al mono, pero sobre la primera casilla del primer arco, y además permite al jugador recibir una columna extra.

Las cartas de estas figuras quedarán en posesión del último jugador que haya desplazado al animal correspondiente. En el caso del mono y la mariposa, interesa ser el último en moverlos, mientras que con la rana es al contrario. No obstante, los jugadores tenderán a alternarla, ya que ofrece la ventaja de obtener una columna a cambio de solo 3 puntos, lo que puede resultar beneficioso si se consigue una carta de plátanos.
Así, los jugadores alternan turnos tratando de obtener las mejores cartas hasta que se detona el final de la partida. Esto ocurre cuando un jugador no puede recibir las piezas que le corresponden al final de su turno. Se completa la ronda en curso y se suman los puntos acumulados en las cartas.
Como veis, un juego sencillo con una premisa que recuerda a Ginkgopolis (aquí su tochorreseña), ya que ambos tratan de conseguir más puntos que los rivales ampliando una ciudad en anchura y altura, aunque Ginkgopolis es más complejo y tiene más mecánicas. También recuerda a Pueblo (aquí su tochorreseña), donde todos construyen conjuntamente, pero buscando sacar ventaja de cómo se han dispuesto las piezas.
La clave es esa estructura en común, que podría sugerir un juego cooperativo, pero donde es esencial no solo saber construir para puntuar, sino también para impedir que los rivales se beneficien de nuestras jugadas. Por ejemplo, es crucial calcular la altura de las columnas que pueda generar un oponente, ya que, si colocamos una que eleve varios niveles el primer arco de nuestra escalera, obligamos a los demás a hacer lo mismo si quieren apoyarse en ella.

Pero claro, no es tan sencillo disponer de las piezas necesarias en el momento adecuado, y ahí es donde entra el punto estratégico que lo hace interesante. Hay que mirar el suministro de cartas y determinar cuál nos conviene más en cada momento, ya que eso definirá el color de la casilla donde querremos empezar nuestra escalera. Sin embargo, esas casillas pueden estar demasiado lejos o cerca para desarrollar una escalera óptima. A esto se suma la decisión de intentar construir una columna de al menos cinco niveles en cada turno para obtener las valiosas cartas de plátanos.
Es muy satisfactorio ir modelando este motor de generación de piezas, que nos permite pensar estructuras en el entreturno en función de lo que ya haya en el tablero. Por esta razón, el juego brilla especialmente a dos jugadores, donde hay más control sobre las jugadas del rival y se disfrutan más turnos. No digo que a tres o cuatro funcione mal, pero el entreturno se alarga y el caos aumenta, lo que genera una experiencia ligeramente inferior. Eso sí, aparecerá esa dinámica de persuadir al jugador en turno para actúe de una forma u otra, intentando arrimar el ascua a nuestra sardina.
Es cierto que le falta variabilidad, ya que, aunque incluye cuatro mapas con distintas configuraciones, desde la primera partida el juego muestra prácticamente todo su contenido. Aun así, resulta un título agradable que deja buen sabor de boca tras cada partida, especialmente si te gusta montar conjuntos de LEGO (esa satisfacción indescriptible de encajar piezas). Si perteneces a este grupo, es probable que lo saques a mesa con frecuencia.
Le pasa algo similar a Project L, con el que compite en peso y público objetivo (aunque en Project L las construcciones son en dos dimensiones y personales). Ambos comparten la idea de generar un motor de piezas y hacer más en cada turno. Project L gana profundidad con sus expansiones. Habrá que ver si Monkey Palace sigue el mismo camino para añadir variabilidad.

Pasemos a la producción. Las cartas tienen un gramaje adecuado, textura lisa y una respuesta elástica aceptable (solo se barajan al comienzo de la partida y nunca se tienen en mano, por lo que no es necesario enfundarlas). Las piezas de LEGO son, pues eso, piezas de LEGO (se agradece que sean fáciles de desacoplar). El reglamento está bien estructurado y no deja lugar a dudas. Tal vez los mapas podrían haber sido de una cartulina más densa, pero esto no afecta significativamente al desarrollo de la partida.
A nivel visual, la portada es atractiva (es un acierto que no hayan recurrido a un render o fotos del juego). Me gusta ese contrapicado del palacio con piezas cayendo del cielo, como si fueran obra de una entidad divina (los jugadores), y los tres animales colocados sutilmente. El resto de elementos son puro diseño gráfico.
Y vamos cerrando. Monkey Palace es una sorpresa: un peso medio-ligero entretenido, que funciona muy bien a dos y te mantiene conectado a la partida, con un punto de profundidad inesperado. Además, encajar piezas de LEGO resulta muy satisfactorio. Se echa en falta más variabilidad, ya que solo cambia el mapa y eso no impacta demasiado en la toma de decisiones. Tal vez un mayor conjunto de animales y que en cada partida entrase un subconjunto de ellos sería una buena solución. A tres o cuatro jugadores funciona peor a causa del aumento del entreturno, un punto de caos y un menor número de turnos por jugador. Pero, aun así, un juego que nadie esperaba y que sorprende gratamente y que puede funcionar muy bien tanto con niños como con adultos. Por todo esto le doy un…
Totalmente de acuerdo con la opinión. Me lo sugirieron en una tienda con la misma premisa («te vas a divertir!»), y ha sido un triunfo en casa.
Por cierto… Te has desahogado esta vez con la preparación de los materiales para la foto! XD
Jajaja, sí, esta vez ha sido mas sencillo y no he tenido que usar apenas la regla xD
Lego ya incursionó en el mundo de los juegos de mesas allá por el 2009, con muchos títulos que se fueron publicando en los siguientes 3-4 años, algunos vinculados a las varias líneas, Lore y franquicias que Lego gestionaba (chima, el señor de los anillos, etc.) y otros totalmente independientes; en la bgg hay unos 82 títulos de Lego aunque algunos,varios anteriores al 2009. Alguien, en algún momento, deberá profundizar y ordenar un poco esta producción, sobre todo la que podríamos decir de la segunda oleada (la del 2009) cuando realmente pareció que Lego quería meter un pie en el mundillo. No tengo idea que éxito comercial y crítico tuvo la operación hace 10 años…quizás no mucho considerando que de repente Lego dejó de crear juegos de mesa hasta la vuelta con este Monkey Palace que quizás será el primero de una serie?
Un saludo Ivan
Lo comento brevemente en la reseña, porque la gran mayoría de juegos de LEGO que aparecen en la BGG son reversiones y sobre todo subproductos de sus franquicias.
Con todo, siguen cometiendo el error de considanrolo más un producto de LEGO que un juego de mesa. Por ejemplo en la FNAC te lo encuentras en las estanterías de conjuntos de LEGO y no junto a los juegos de mesa (al menos a la que yo voy).
Ya viene en camino el segundo título, muy poco arriesgado porque es el Brick Party pero con piezas oficiales de LEGO.
Te confieso Ivan que comenté sin leerme entera la reseña porqué me parecía, pasándola muy rápido, que no hablabas de esta parte de la producción «antigua» de Lego.
Es cierto que es complejo el tema de como se comercializan estos juegos. La sensación es que en su momento el target al que apuntaban los de Lego eran niños (8-10 años) apasionados de Lego…y no jugadores de mesa. Y quizás (hipótesis para verificar) esta estrategia de marketing no tuvo mucho éxito tanto a nivel de diseño como de éxito comercial? Quizás ahora viendo cuanto y como ha crecido la afición de los juegos de mesa en Lego están cambiando un poco el chip?
Por otro lado creo seria interesante analizar mas en detalle esta producción «antigua», no estoy seguro que todos los juegos que salieron entre 2009 y 2014 fueron reversiones, etc. En algunos casos quisieron involucrar nombres de peso como Knizia en el Ramses Pyramid y dentro de lo normalitos y planos que creo son estos juegos introdujeron algunas ideas interesantes que después han tenido alguna repercusiones en el mundillo (pienso al dado Lego con las caras modificables…después en Dice Forge, Dice Realms, etc o la serie Heroica donde los diferentes juegos se podían juntar).
Carlo me ha quitado el comentario de la boca! Yo aún conservo, aparte de uno de Harry Potter, otro que nos gusta mucho, Minotauro, un parchís vitaminado pero muy divertido, y otros dos más pequeños también sin licencia, uno de robots y otro de policías y ladrones. Y el Creationary, casi injugable. A Lego no le debió ir muy bien, porque cerró la línea de juegos. Me sorprendió gratamente ver que han vuelto a la carga. Ojo, que las piezas de ABS de Lego se degradan con el tiempo y se rompen con facilidad, especialmente las manos y los ganchitos.
¡Tremendo Iván! Me encantó Monkey Palace. Lo compramos para mi hijo en casa y terminó siendo un hit entre jugones, partiendo por sus padres, jajajaja.
Espero ansioso el próximo juego de Dotted.