Reseña: Gravity Superstar
Introducción
En los confines del espacio conocido, los más famosos aventureros convergen en un extraño y pequeño planeta, que tiene la capacidad única de atraer el precioso polvo estelar con su gravedad variable. Están allí para intentar recoger tanto de este recurso como puedan, mientras que sus rivales tratarán constantemente de robárselo. Tú eres una de esas superestrellas en busca de riqueza, ¡y debes superar los retos gravitacionales que te encuentres!
Así se nos presenta Gravity Superstar, un diseño de Julian Allain (Titan Race, Dungeon Academy). El juego fue publicado en 2019 por Sit Down! en una versión multilenguaje (inglés, francés, alemán y holandés). De las ilustraciones se ocupa Gyom (Magic Maze, Overbooked, Goths Save The Queen).
En nuestro país se encuentra publicado en español por 2 Tomatoes Games (aunque el juego es completamente independiente del idioma a excepción del reglamento). Permite partidas de 2 a 6 jugadores, con una edad mínima sugerida de 7 años y una duración aproximada de entre 15 y 30 minutos. El precio de venta al público es de 30€. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la versión en español de 2 Tomatoes Games, que la propia editorial nos ha cedido amablemente.
Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 24,5×24,5×6,5 cm. (caja cuadrada de dimensiones similares a Pelican Bay), encontramos los siguientes elementos:
- 37 Cartas (63,5×88 mm.):
- 30 Cartas de Acción
- 6 Cartas de Personaje
- Carta de Jugador Inicial
- 6 Peones (de plástico)
- Peón de Puerta Abierta (de plástico)
- 6 Tableros a doble cara (de cartón)
- 78 Estrellas (de plástico)
- Bolsa
- 18 Fichas de Repetición (de plástico)
- Reglamento
Mecánica
Gravity Superstar es un juego familiar en el que controlaremos un peón sobre un tablero cuadriculado en el que encontraremos flotando una serie de estrellas. El objetivo es acumular la mayor cantidad de estas estrellas. Para ello tendremos que entender que la gravedad afecta a nuestro peón según su orientación, cayendo siempre hacia abajo (sus pies). En cada turno, el jugador activo deberá poner en juego una carta de su mano que le permitirá realizar un movimiento, tras el que se comprobará como aplica la gravedad. Siempre que pase por una casilla con una estrella, la acumulará. Existe la posibilidad de expulsar del tablero a peones de otro jugador, robándole una estrella. Al final de la partida, cada estrella proporciona un punto y cada pareja de estrellas de un mismo color proporciona un punto adicional. También se podrán conseguir unas fichas de repetición, que permiten ejecutar turnos consecutivos, aunque al final de la partida también proporcionan puntos.
Conceptos Básicos
Empecemos por el Tablero. Este se compone mediante una serie de piezas que muestran una serie de casillas (seis filas y seis columnas). En estas casillas encontramos un fondo espacial sobre el que puede aparecer un símbolo de estrella o un símbolo de ficha de repetición en color violeta. Adicionalmente encontraremos en los bordes entres algunas casillas una especie de ramas de tonos verdosos que servirán de puntos de apoyo. Por último, en cada pieza, sobre alguna de estas ramas encontraremos una puerta. En función del número de jugadores, el tablero se compondrá de un determinado número de estas piezas.
El objetivo de los jugadores será acumular Estrellas que se dispersarán sobre el tablero conformado por las piezas anteriores. En la preparación, se colocará una estrella en cada casilla con un símbolo de estrella o de ficha de repetición. Al final de la partida cada estrella proporcionará un punto, más un punto adicional por cada pareja de un mismo color, existiendo cinco colores distintos.
La representación sobre el tablero de los jugadores serán unos Peones que se colocarán tumbados, ya que la gravedad les afectará según la orientación, de forma que estos peones caerán hacia abajo, esto es, hacia donde apunten sus pies hasta encontrar un punto de apoyo. Si, al realizar un movimiento, sus pies dejan de estar en contacto con este punto de apoyo, caerán hacia abajo, teniendo en cuenta que si se salen del tablero aparecerán en la misma orientación por la casilla opuesta al otro lado del tablero. Inicialmente estos peones estarán fuera del tablero, debiendo entrar por la puerta indicada por el marcador cilíndrico. También será posible expulsar a otros peones y, adicionalmente, robarles estrellas.
Para identificar al color de cada peón con cada jugador se dispondrá de unas Cartas de Personajes que cada jugador colocará delante de su zona de juego.
Para realizar movimientos cada jugador dispondrá de una mano de cinco Cartas de Movimiento. Cada una de estas cartas muestra un movimiento que debe poder ejecutarse íntegramente (sin chocar con un borde). Alternativamente, cada carta permite realizar un movimiento lateral simple al ser jugada por la cara contraria. Las cartas jugadas permanecerán en la mesa hasta que el jugador las recupere, ya sea perdiendo el turno para ello o al ser expulsados por otro jugador.
Finalmente tenemos las Fichas de Repetición, que se conseguirán al pasar por ciertas casillas en las que inicialmente había una estrella, pero, tras ser obtenida por algún jugador, queda el símbolo visible. Estas fichas proporcionan puntos de victoria al final de la partida, aunque pueden ser utilizadas durante el turno del jugador para realizar un segundo movimiento de forma consecutiva.
Con esto tenemos suficiente.
Preparación de la Partida
- Se escoge el número de piezas de tablero determinado según el número de jugadores (2/4/6 piezas en partidas de 2/3-4/5-6 jugadores y se forma una estructura de 2×1/2×2/2×3).
- Se introducen en la bolsa todas las estrellas y se sacan de ella estrellas para ocupar las casillas de las piezas del tablero que muestren símbolos de estrella o símbolos de fichas de repetición. Cuando se hayan completado las piezas de estrellas, las estrellas sobrantes se devuelven a la caja.
- Se forma una reserva general con las piezas de repetición.
- Se coloca la pieza de puerta abierta en la puerta de la pieza de tablero situada en la primera posición de la primera fila.
- Cada jugador escoge un color y recibe 1 peón, 5 cartas de acción y una carta identificativa. En partidas de menos de 6 jugadores, el resto de cartas y peones se dejan en la caja.
- Finalmente se escoge al jugador inicial y se le entrega la carta identificativa.
¡Ya podemos comenzar!
Desarrollo de la Partida
Una partida de Gravity Superstar se desarrolla a lo largo de un número indeterminado de rondas. En cada ronda, comenzando por el jugador inicial y continuando en el sentido de las agujas del reloj, cada jugador disfrutará de un turno de acción.
Al comienzo de cada turno, el jugador deberá introducir su peón al tablero si se encuentra fuera de él, colocándolo en la puerta (respetando la orientación de la misma) en la que se encuentre el cilindro de puerta abierta, desplazando el peón a la siguiente casilla de puerta (siguiendo el sentido de las agujas del reloj) en el que no haya un peón. Si todas las casillas de puerta estuviesen ocupadas, el peón permanece en la misma puerta.
Tras esto, el jugador activo tendrá tres opciones:
- Jugar una Carta para un movimiento avanzado. El jugador escoge una de las cartas de su mano y la pone en su zona de juego aplicando el efecto según la orientación de su peón teniendo en cuenta que la gravedad afectará al peón según dicha orientación, cayendo hacia abajo (sus pies) hasta que encuentre un punto de apoyo.
- Jugar una Carta para un movimiento simple. El jugador pone cualquier carta de su mano bocabajo y realiza un desplazamiento lateral de una casilla, aplicando posteriormente el efecto de la gravedad.
- Recoger Cartas. El jugador pierde el turno en recuperar todas las cartas que tenga en su zona de juego.
Por último, el jugador activo tiene la opción de descartar una ficha de repetición para realizar una segunda acción consecutiva. Está permitido utilizar una ficha obtenida en el mismo turno. Solo se puede utilizar una ficha por turno.
Al realizar un movimiento pueden darse las siguientes situaciones:
- Si el peón pasa por una casilla con estrella, el jugador obtendrá dicha estrella.
- Si el peón pasa por una casilla con símbolo de repetición, el jugador obtendrá una ficha de repetición de la reserva.
- Si el peón pasa aterriza en una casilla con el cilindro de puerta abierta, este se desplaza a la siguiente puerta libre siguiendo el sentido de las agujas del reloj.
- Si el peón pasa por una casilla con un peón rival, éste quedará expulsado del tablero y el jugador en turno podrá robar una estrella al jugador expulsado, quien, como contraprestación, recuperará todas las cartas jugadas.
- Si el jugador puso en juego su quinta carta, recuperara todas a su mano.
Tras esto, el turno pasa al jugador de la izquierda.
Fin de la Partida
La partida finaliza al término de la ronda en la que en el tablero queda 4/8/12 estrellas o menos en partidas de 2/3-4/5-6 jugadores. Se procede al recuento final. Cada jugador anota:
- 1 Punto por cada estrella que posea.
- 1 Punto por cada pareja de estrellas de un color.
- 1 Punto por cada ficha de repetición.
El jugador con más puntos será el vencedor. En caso de empate, el jugador con menos cantidad de fichas de repetición será el ganador. Si la igualdad persiste, se comparte la victoria.
Variantes
Modo Avanzado: el final de la partida no se detona cuando queden menos de un determinado número de estrellas en el tablero, sino cuando un jugador alcance una determinada puntuación. Se completa la ronda y el jugador con más puntos será el vencedor. El umbral es de 18/24/18/24/18 puntos para partidas de 2/3/4/5/6 jugadores.
Opinión Personal
El de los juegos familiares es, junto al de los fillers, el nicho más complejo que existe a la hora de diseñar un juego y dar con la tecla. De entrada, por la heterogeneidad de los propios jugadores, abarcando desde los más pequeños a los más creciditos, gente más jugona y menos jugona, y, sobre todo, gente que no ve los juegos de mesa como una afición principal, jugando ocasionalmente porque algún amigo o pariente le sienta a la mesa con la promesa de pasar un buen rato. También es cierto que, si se acierta con el tiro, es de los productos más rentables, porque la masa de jugadores es extensa, y el boca a boca un poderoso aliado. Normal que todas las editoriales busquen, año tras año, dar con la gallina de los huevos de oro.
Dentro de estas propuestas hasta cierto punto generalistas nos llega Gravity Superstar, un diseño que ya se vende a sí mismo como una producción «europea» (con editorial, autor, ilustrador y distribuidor de países distintos de la Unión), lo que considero una política acertada en cuanto a reducción de costes y alcance. Pero no entraremos en estos detalles y sí en cómo se desenvuelve el diseño una vez desplegado en mesa, no sin antes agradecer a 2 Tomatoes Games la cesión de la copia que posibilita esta tochorreseña.
Gravity Superstar nos propone la sencilla tarea de intentar ser quienes consigamos recolectar la mayor cantidad de estrellas, las cuales se encuentras desperdigadas por un tablero que representa el espacio, o, al menos, un entorno en el que la fuerza de la gravedad no actúa de forma uniforme. Estas estrellas proporcionan, de base, un punto de victoria, aunque por cada pareja de alguno de los cinco colores que se reúna, se obtendrá un punto adicional. Cada jugador estará representado sobre el tablero cuadriculado por un peón tumbado cuyos pies determinarán la dirección en la que la fuerza descubierta por Sir Isaac Newton actuará hasta que se tope con un punto de apoyo.
La mecánica principal del juego será una gestión de una reducida mano de cinco cartas, cuatro de ellas con un movimiento especial (consistentes en saltos, desplazamientos, deslizamientos hacia abajo o rotaciones) más una quinta que actúa como comodín. Además, cada una de estas cartas podrá ser utilizada de forma básica para realizar un movimiento lateral simple.
Como ya estaréis suponiendo, el desarrollo de la partida consistirá en ir jugando estas cartas para «aprovecharnos» de cómo actúa la gravedad sobre nuestro peón para intentar recolectar el mayor número de estrellas posibles, las cuales caerán en nuestro saco tan solo con pasar por la casilla en la que se encuentre, aunque ya os digo que, como mucho, se podrán conseguir 2 estrellas con un único movimiento. Y claro, a medida que progrese la partida, el número de estrellas «disponibles» disminuirá.
La partida finalizará cuando, al final de una ronda, en el tablero quede menos de un determinado número de estrellas (dependiente de la cantidad de participantes) o, en su modo avanzado (y el que yo recomiendo jugar desde primera hora), se complete la ronda en la que un jugador alcanza una determinada cantidad de puntos.
Digo que es el modo que recomiendo porque es el que enfoca a los jugadores en lo que de verdad interesa y que hace que Gravity Superstar sea una experiencia, al menos, entretenida. Hablo de los ataques entre los jugadores, algo no tan evidente de entrada porque requiere que estos tengan cierta visión espacial para detectar movimientos para poder sisar alguna estrella a un rival y entorpecer su progresión.
Aquí hay que tener muy presentes dos elementos. El primero es la infinitud del escenario. Como si de un videojuego clásico de pantalla fija se tratase, las casillas del borde del tablero se consideran adyacentes a las ortogonalmente opuestas en el borde paralelo. Dicho de otra forma, si no hubiese obstáculos de por medio en una determinada fila o columna y un peón cayese por ella, entraría en una caída infinita. Afortunadamente los tableros están diseñados para que esto no ocurra, pero es necesario que los jugadores aprendan a saber utilizar esta «teleportación» a su favor, y no es algo trivial en las primeras partidas.
El segundo es el tema de las fichas de repetición. En determinadas casillas con estrellas, una vez recolectadas estas, aparecerá un símbolo rosa que permitirá a los jugadores obtener unas llamativas y enormes fichas de plástico de este color que, si no se utilizan, proporcionan puntos de victoria al final de la partida. Pero su uso principal y el más interesante es el permitir al jugador ejecutar dos movimientos consecutivos (el primero sería el propio del turno, y el segundo, tras gastar una de estas fichas previamente obtenidas). Aquí es donde el juego alcanza un segundo nivel, ya que permite a los jugadores un margen de maniobra mayor con el objetivo principal de interceptar rivales y/o alejarse de los mismos.
En este sentido es importante controlar las opciones que cada jugador tiene disponibles para cada turno en función de las cartas jugadas en mesa. Si un jugador tiene muchas cartas en mesa, será una amenaza menor ya que su capacidad de movimiento será muy reducida, mientras que si un rival dispone de la mano completa, ya sea porque le han expulsado en el turno anterior o porque ha jugado todas sus cartas, será un enemigo temible si dispone de alguna de estas fichas.
Obviamente, este sistema de juego abre la puerta al kingmaking, sobre todo cuando se está jugando en el modo avanzado, ya que en esa última ronda podemos encontrarnos que un jugador sin opciones de ganar puede determinar quién se lleva la partida pudiendo atacar al que ahora mismo está en cabeza si su situación en el tablero y las cartas en mano se lo permiten. Pero bueno, es un juego de corta duración y no es algo especialmente preocupante.
Por poner alguna referencia, me recuerda, salvando las distancias y con unas mecánicas principales muy distintas, a Ricochet Robots (aquí su tochorreseña), en el sentido de que un jugador debe ser capaz de proyectar movimientos en función de las cartas disponibles y lograr encadenarlo para, desde una posición A, alcanzar la posición B donde se encuentra un rival. Algo que a muchos jugadores se les atraganta de inicio e, incluso, puede llegar a generar rechazo ante el dominio de otros rivales y tener esa sensación de inutilidad, aunque puede ser un buen entrenamiento para los más jóvenes que aún están dispuestos a aprender.
El principal problema de Gravity Superstar es que hay que rascar bastante en la superficie para darse cuenta de estos pequeños detalles, algo a lo que la mayoría de jugadores del público objetivo anteriormente mencionado no suelen estar dispuestos. Ellos necesitan, sobre todo, una primera experiencia satisfactoria, y si no hay un jugador experto que les dirija en cierto modo para que se percaten de estos detalles, lo normal es que se dediquen a recolectar estrellas y poco más. Por eso digo que considero fundamental jugar al modo avanzado, ya que este obliga a los jugadores a interactuar entre ellos.
En este sentido, el segundo problema, consecuencia del anterior, es el de la escalabilidad. Gravity Superstar es un juego que requiere movimiento sobre el tablero, y, aunque a pocos jugadores se escale el tablero reduciendo sus dimensiones, como resulta interesante es con al menos cuatro participantes dando saltos y quitándose estrellas. A tres jugadores es muy fácil que se convierta en un dos contra uno, y a dos jugadores directamente es una carrera sin gracia por ver quien ejecuta mejor sus movimientos. De hecho, creo que como más diversión puede generar es a cinco o seis jugadores, para que el caos le aporte un poco de chispa al asunto.
Y como tercer problema, la falta de alicientes para el público al que está destinado. Al final nos encontramos con un juego bastante abstracto, de reglas muy sencillas, pero que no tiene más que ir jugando las mismas cartas turno tras turno. Una vez disfrutadas de unas pocas partidas, las ganas de tenerlo en mesa no serán especialmente elevadas. Tal vez le habría venido bien una segunda variante con objetivos o haber desarrollado poderes distintos a cada personaje para que tenga un punto de asimetría que le dé vidilla. Algo parecido a lo que en su día propuso Mutant Meeples respecto al magnifico juego de Alex Randolph (manteniendo el símil a nivel no mecánico con Ricochet Robots).
Pasemos a la edición. Nos encontramos con una producción peculiar y que, probablemente, sea su mayor punto a favor por su vistosidad (aunque en materiales es bastante normalito). Por un lado, la resina utilizada para las estrellas y los peones tiene un tacto rugoso y es ligeramente translucida, lo que les confiere a estos elementos un aspecto de gominolas muy sugerente y en sintonía con el público al que está orientado. Las cartas tienen un gramaje aceptable, textura lista y una respuesta elástica pasable. Es cierto que las cartas se manosean bastante, pero no hay que barajarlas, por lo que el enfundado tampoco es algo fundamental. Y los tableros son de un cartón de grosor aceptable, aunque se ha recurrido a una capa final brillante que se desconcha con cierta facilidad. A destacar la bolsa «espacial» para aleatorizar las estrellas, que parece del material con el que se hacen las mantas térmicas de aluminio que se llevan en el coche o que utilizan los servicios de emergencia. El reglamento está bien estructurado y ofrece suficientes ejemplos como para que no queden dudas.
En cuanto a las ilustraciones, nos encontramos con una portada sugerente y un aspecto desenfadado, especialmente en las cartas de personaje, porque en los tableros y en las cartas de movimiento la verdad es que no hay mucho que destacar. Supongo que se habrá optado por la simplicidad para evitar confusiones en los movimientos, pero creo que se podría haber trabajado algo más el aspecto de las mismas. De todas formas, tiene un acabado resultón.
Y vamos cerrando. Gravity Superstar es un juego familiar bastante abstracto mecánicamente accesible y con un desarrollo muy directo. Las partidas son relativamente agradables, sobre todo cuando hay muchos participantes en la mesa, aunque es un diseño que rápidamente pierde sus pocos alicientes. Visualmente es llamativo, lo que puede hacerle destacar de inicio, pero considero que le faltan alicientes para mantenerse como una opción interesante con el paso de las partidas. Por todo esto le doy un…