Crónicas Jugonas: Semana 21 del 2016 (16/05 – 22/05)

Espectacular semana, con partidas todos los días y un sábado para enmarcar con doble sesión. También un par de estrenos a los que les tenía ganas. No me enrollo más.

El lunes comenzaba con un Rattus en el comedor del trabajo. Un juego diseñado por Henrik Berg y Åse Berg en el que los jugadores deben intentar mantener el máximo de población en los países europeos mientras la peste se lleva por delante a los ciudadanos. En su turno, un jugador debe hacer 3 cosas: introducir cubos en una región (tantos como fichas de rata haya), tomar alguno de los personajes (opcional) y aplicar el efecto de todos los que tenga. Tras esto desplazará al peón del doctor en el tablero, añadirá nuevas fichas de rata, revelándose las fichas de rata que afectarán a la población existente en función del número de cubos y los personajes que cada jugador posea en ese momento. Así hasta que un jugador logre introducir todos sus cubos o se acaben las fichas de rata. Como ya es costumbre, también traje los personajes de la expansión Pied Piper, aunque solo sustituimos a la Bruja por el Mago, que permite asociarle pociones a los cubos que les protegen de una muerte segura. En la mesa solo éramos tres: Borja, Raquel y el que os escribe. Partida rápida en la que yo opté por poblar Europa con el máximo de números posibles, por lo que mis personajes más reclamado fueron el Granjero y el Mercader, para dispersar mis cubos lo máximo posible. Mientras, Raquel tiraba mucho del Rey para poner a buen recaudo a muchos de sus cubos. Borja, por su parte fue alternando. Con todo, mi estrategia fue ganadora gracias a que logré esquivar las fichas de peste. Resultado: yo 12 por los 8 de Borja y Raquel.

Mis ciudadanos tenían salud de hierro
Mis ciudadanos tenían salud de hierro

Por la noche Sandra y yo sacamos a mesa el mejor juego de todos los tiempos (según mi atrofiado criterio), es decir, Agricola (aquí su tochorreseña).La obra maestra de Uwe Rosenberg en la que cada jugador toma el control de una familia de granjeros intentando prosperar tras la peste. Un juego de colocación de trabajadores y gestión de recursos en el que habrá que intentar desarrollar lo mejor posible nuestra granja, ampliando la casa, arando campos, cercando pastos, pastoreando ganado y sembrando trigo y hortalizas. Todo ello sin dejar de ser previsores y tener suficientes reservas cuando llegue la cosecha y tengamos que alimentar a nuestros humildes granjeros. Jugamos con el mazo I. Mi primer oficio de fue el que me permitía arar un campo cada vez que hacía la acción de tomar un cereal, por lo que mi primera meta fue montar un motor para generar comida por esta vía. Luego jugué otro que me reducía el coste de construcción y reforma en casa de adobe, momento en el que metí el turbo para completar mi dossier granja. Sandra pagó caro el no ampliar la familia casi hasta el final. Muchas acciones de diferencia. Resultado final: 42 a 28. Lo he dicho infinidad de veces y no me cansaré de repetirlo. Tiene alma. La mayoría de las acciones y situaciones tienen sentido (no todas), y el desarrollo de la granja es acorde a estas. Y, sobre todo, los jugadores lo pasan mal (como los granjeros de la época) por intentar sacar adelante a su familia. Cada unidad de comida vale su peso en oro, y cada punto hay que ganárselo. Aquí no se regala nada. Este juego es absolutamente imprescindible.

Hacía mucho que no dejaba parcelas vacías
Hacía mucho que no dejaba parcelas vacías

El martes tocaba partida con Enrique a la hora del café a Hive (aquí su tochorreseña) con Enrique. Diseñado por John Yianni, nos encontramos ante uno de los mejores juegos abstractos a los que he jugado. Una especie de ajedrez con bichos donde el tablero lo forman las propias piezas hexagonales (cada una con un tipo de movimiento distinto). Una regla fundamental: la colmena no puede separarse en ningún momento. Enrique jugaba con blancas y yo con negras. Partida cómoda en la que Enrique realizó unos movimientos iniciales erráticos que me permitieron bloquearse unas cuantas piezas con pocos efectivos. Sin embargo pudo rehacerse y me puso en aprietos, aunque en el momento justo desplacé un saltamontes que liberaba un hueco adyacente a mi reina y, además, cubría uno de los adyacentes de la reina de Enrique. Ahí se acabó todo. ¡Victoria! Si os gustan los juegos abstractos o disfrutáis con el ajedrez y/o las damas, probad esta maravilla. Además en su versión de bolsillo es muy asequible económicamente. A mí me parece un juego que toda ludoteca debería contener. Con un par de reglas y movimientos de piezas bastante sencillos de asimilar el autor consigue un juego tremendamente profundo a la par que directo.

Vuelta a la senda victoriosa
Vuelta a la senda victoriosa

A la hora del almuerzo saqué Rondo, un juego de Reiner Knizia en el que iremos colocando unas fichas de colores sobre un tablero de dos círculos concéntricos de casillas con números de esos mismos colores. Cada jugador dispone de un atril con espacio para 5 fichas máximo. En tu turno podrás robar 2 fichas o colocar tantas fichas como desees siempre y cuando se haga en casillas vacías consecutivas en una misma dirección. También se podrán apilar fichas de un mismo color para una única casilla. Cada casilla cubierta con una ficha de su color proporciona tantos puntos como su valor multiplicado por el número de fichas colocadas. Así hasta que se cubran ciertas casillas del tablero o no se pueda robar más fichas. En la mesa: Borja (con Marta como consejera), Raquel, Sandra y un servidor. Partida muy igualada en la que el pelotón de marcadores se mantuvo compacto hasta que Sandra demarró y ya no hubo forma de pillarle. No tuve mucha suerte robando fichas, que no me encajaban demasiado bien. En ese último sprint final no pude resistir y me quedé descolgado. Resultado: Sandra 72, Borja y Raquel con 68 y yo último con 62. Un juego muy agradable y mecánicamente muy similar a Genial en sensaciones tácticas, ya que la partida consiste en robar fichas y jugarlas en el momento adecuado. Y con un acabado precioso. Aunque si tuviese que elegir entre los dos, me quedo con Genial.

Se me da fatal
Se me da fatal

El miércoles me llevé otro juego de Reiner Knizia, Spectaculum, en el que los jugadores invertirán en compañías circenses que itineran por las aldeas buscando fama y fortuna. En cada turno, los jugadores harán avanzar estos espectáculos mediante unos discos que les permitirán actuar en ciudades, lo que aumentará/disminuirá la cotización de los mismos, así como ingresos/gastos, siempre en función del número de artistas patrocinados que los jugadores posean. Al final de la partida, el jugador con más monedas será el vencedor. En la mesa: Borja, Marta, Sandra y yo. Partida mucho más tensa que la última, ya que Marta y Borja estuvieron más finos. La victoria cayó de mi lado gracias a una importante inversión en el espectáculo amarillo, que tenía un gran margen de mejora y losetas de pagos extra. Además Borja también la potenció, por lo que mis ganancias aumentaron más de lo esperado. Resultado: yo 113, Sandra 110, Borja 73 y Marta 71. Un juego de gestión de acciones básico y entretenido que se juega en un periquete. Es cierto que ya existen juegos familiares de este estilo con no mucha más carga conceptual. La nota diferencial es la duración. Si se tiene poco tiempo y no se quiere optar por un filler de cartas, es una opción aceptable. Pero si se dispone de más tiempo, Chicago Express Airlines Europe son opciones mucho más interesantes.

Spectaculum especulorum
Spectaculum especulorum

Por la noche Sandra y yo echamos un Hong (aquí su tochorresñea), diseñado por Néstor Romeral Andrés e ilustrado por el gran Chechu Nieto. Un abstracto asimétrico en el que un jugador, el maestro del dragón, intentará formar hongs (dragones con 2 cabezas y al menos un cuerpo), mientras que otro, el emperador, intentará evitarlo. La mecánica principal es la colocación de losetas, que muestran dos cabezas (en lados opuestos) y un cuerpo que cruza la loseta entre los otros dos lados. En el tablero habrá tres puntos que funcionarán como un obstáculo. El maestro del dragón vencerá si consigue un determinado número de hongs al final de la partida (cuando se coloquen todas las losetas) dependiente del tablero utilizado. En caso contrario, el vencedor será el Emperador. Jugamos con el tablero del jardín y con la expansión de las losetas de acción. Esta vez jugué con el Maestro del Dragón y, en contra de lo que creía que iba a pasar, logré hacerme con la victoria. Jugando a defender Sandra sufre más, aunque estuvo cerca de impedir mi victoria, ya que conseguí el mínimo de hongs requeridos para ganar. Decente abstracto, de reglas muy sencillas y corta duración. Lo más destacable es su importante carga táctica y su desarrollo asimétrico, a pesar de tener una mecánica común para ambos jugadores. Su mayor defecto es que se puede volver monótono con facilidad, pero dosificado adecuadamente, no es una mala elección, sobre todo si los pequeños ratos muertos (15-20 minutos) son habituales en nuestro día a día y no queremos perder la ocasión de echar una partida.

Me mantengo invicto
Me mantengo invicto

El jueves me llevé al trabajo para después de comer Kingdom Builder (aquí su tochorreseña), del gran Donald X. Vaccarino. Un juego en el que iremos colocando una serie de asentamientos sobre un tablero formado por cuatro cuadrantes con 5 tipos de terrenos edificables. El terreno en el que tenemos que edificar en cada ronda viene fijado por una carta que vamos robando de un mazo en el que hay 5 cartas de cada tipo de terreno (25 cartas en total). Por otro lado, tres cartas nos marcan los objetivos a intentar cumplir en la partida. Además, una serie de casillas nos proporcionarán acciones especiales. En la mesa: Jorge, Marta, Raquel, Sandra y yo. Las losetas especiales disponibles eran el oasis, el puerto, el establo y el oráculo, y los personajes fueron lores, pescadores y trabajadores. Sandra y Jorge se tiraron de cabeza a por las losetas de Puerto, por lo que tuve que conformarme con las de establo. Mi partida no estuvo mal, pero me centré demasiado en el objetivo de los lores, cuando lo más rentable era intentar colocar asentamientos que cumpliesen los otros dos personajes. Esto lo bien y pronto Jorge, quien maximizó la obtención de puntos por esta vía. Sandra se unió a la fiesta, pero no con tanta eficiencia. Resultado: Jorge 84, Sandra 60, yo 50, Raquel 48 y Marta 37. Un grandioso juego, superdinámico una vez que se sabe jugar adecuadamente (al comienzo puede no ser muy fluido). Aquellos que hayáis probado el juego y sigáis teniendo la sensación de que el juego funciona solo y no hay nada que decidir, jugad a la versión para dispositivos móviles contra la inteligencia artificial y ya veréis que no es tan azaroso. A mí me encanta y tengo las dos expansiones, aunque en esta ocasión no utilizamos ninguna (salvo los materiales para el quinto jugador). Muy recomendable.

No supe leer bien la partida
No supe leer bien la partida

El viernes en la hora del café, nueva partida con Enrique a Rosenkönig (aquí su tochorreseña) para jugar con Enrique. Un juego de Dirk Henn, perteneciente a la serie de dos jugadores de Kosmos, en el que mediante una serie de cartas iremos conquistando regiones en un mapa, colocando una ficha con la rosa blanca de la casa York o la rosa roja de la casa Lancaster. Gestión de la mano, movimiento punto a punto, control de áreas y mucha mala leche. En su turno, un jugador juega una de sus cartas o roba una carta. Estas indican una dirección y un número de espacios. La corona se moverá a dicha posición, siempre y cuando esta se encuentre vacía, colocando una de las fichas, aunque es posible arrebatarle al rival alguna casilla (solo podremos hacerlo cuatro veces durante la partida). Al final de la partida, cada región (dos o más casillas conectadas con fichas del mismo color) otorgarán el número de casillas al cuadrado en puntos. Partida tensa porque un sutil movimiento podía provocar un importante vuelco en la situación de la partida, ya que los dos teníamos dos buenos grupos aunque con numerosos puntos flacos. Fui yo quien logro establecer conexión, por lo que me centré en alejar al marcador del rey de esta zona peligrosa. Afortunadamente para mi Enrique no tuvo suerte robando y se quedó bastante bloqueado y sin opción de romper mi espectacular grupo. Resultado: yo 316 por los 97 de Enrique. Un juego abstracto para dos que pertenece a la serie de Kosmos para este número de jugadores. De bella factura y reglas sencillas, permite disfrutar de un buen rato sin que el grado de experiencia suponga un escalón demasiado elevado como para que se pueda saber el ganador de antemano. El problema es que cuando uno quiere echar una partida a un juego de este tipo busca, precisamente, esa profundidad estratégica de la que el juego del señor Henn carece. Es un juego muy táctico.

Brutal diferencia
Brutal diferencia

El sábado por la mañana quedamos en casa de Pablo unos cuantos para una buena sesión. Inicialmente éramos tres, y comenzamos con Snow Tails. Un juego diseñado por Gordon Lamont y Fraser Lamont en el que los jugadores controlan un trineo tirado por huskys con el objetivo de ser los primeros en atravesar la línea de meta en primer lugar. Mediante una mecánica de gestión de la mano de catas, los jugadores modificarán la fuerza de arrastre de cada uno de los dos perros o del freno. A medida que los jugadores se vayan chocando irán recibiendo cartas que disminuirán el tamaño de la mano de cartas, reduciendo el margen de maniobra. Esta vez no cometí la insensatez de llevarme unos cuantos pinos puestos con tal de abrir hueco a costa de perder margen de maniobra. Se notó la experiencia de mi primera partida respecto a mis rivales, que comenzaron con algo de miedo. Y, a pesar de las precauciones que tomaron, tuvieron bastantes problemas para sortear árboles y riscos. Yo agarré la primera posición y la mantuve hasta el final. Pablo se quedó enganchado en el primer bosque (había dos) y no pudo responder al pequeño acelerón de Marcos que le permitió atravesar la mesa en segunda posición. Tenso, emocionante y con un nivel de dificultad importante a pesar de tener una mecánica sencilla y elegante. Cartas de cinco valores jugadas sobre tres actuadores distintos (dos huskies y el freno del trineo). Hay que estar fino para evitar recibir impactos que reduzca el número de cartas en mano si queremos lograr de una pieza a la línea de meta. Se consolidan las buenas sensaciones de las primeras partidas. Hasta la fecha, el juego de carreras que más me ha gustado.

Esta vez dejé que fueran otros los que se llevarán los pinos a cuesta
Esta vez dejé que fueran otros los que se llevarán los pinos a cuesta

Tras esto sacamos a mesa el Ginkgopolis, diseñado por el genial Xavier Georges. Un juego bastante abstracto en el que tendremos que ir ampliando una ciudad futurista. Colocación de losetas, gestión de la mano, un poquito de draft y mucho combo se juntan en este peculiar, abstracto y adictivo juego. Partida complicada pues, a pesar de tener mucha más experiencia que mis rivales, me costó enganchar una buena mecánica, ya que siempre iba corto de losetas. Afortunadamente para el que os escribe, las pocas losetas que iba adquiriendo me venían bien para crecer en altura, ya que era la acción que más bonificaciones me proporcionaba. Con todo, la victoria la conseguí por un punto, ya que me sisaron un par de barrios importantes en los últimos turnos. Resultado: yo 53, Pablo 52 y Marcos 46. Un título muy abstracto que requiere echarle una serie de partidas de asimilación antes de llegar a poder apreciar su genialidad. De reglas muy sencillas y aparentemente caótico, acabas apreciando una cantidad de sutilezas magnificas. Además, de esos curiosos casos en los que una mecánica de mayorías funciona bien a dos jugadores. Muy recomendable.

¡Por un pelo!
¡Por un pelo!

Ya con Adriano y Javi en la mesa, Pablo nos enseñó a jugar a Cyclades, diseñado por Bruno Cathala y Ludovic Maublanc. Los jugadores controlan una serie de pueblos griegos intentando ser los primeros en desarrollar dos metrópolis. Las rondas se dividen en dos fases, una primera de subasta por las diversas acciones disponibles, y una segunda en la que se realizan las acciones en el orden en el que hayan aparecido. Con estas acciones los jugadores añadirán tropas o barcos al tablero, construirán edificios, obtendrán dinero y otros elementos. Todo con tal de ser el primero en alcanzar el objetivo, que se consigue por dos vías: construyendo un edificio de cada uno de los cuatro tipos o acumulando cuatro filósofos. Partida muy tensa y entretenida. Las hostilidades se entablaron pronto, ya que Javi se posicionó para lo que parecía un ataque inminente a una de mis islas, por lo que respondí sin vacilar. Esto provocó que luego me llevase un palo. El resto de la partida, guerra fría. Yo me centre en intentar alcanzar la meta por ambas vías, una metrópoli vía edificios y otra vía filósofos. Y casi me sale bien. Si no llega a ser por Adriano, habría logrado erigir la segunda metrópolis. De hecho, vio claro el movimiento y aprovechó para hacer lo propio gracias a una cantidad importante de cartas de descuento, lo que le daba un margen de maniobra brutal en la fase de subasta. Antes fue Pablo quien estuvo cerca de hacerse con la victoria, pero ser el primero en levantar una metrópoli, lo que llamó la atención de demasiados contrincantes. Tenía muchas ganas de catar este Cyclades y la verdad es que no me ha decepcionado. Tenso y con mucha interacción. El sistema de subasta es idéntico al de Amun-Re, aunque aquí las connotaciones de las distintas opciones son mucho más agresivas. El nivel de sobreproducción también es considerable, con la consiguiente subida de precio para la envergadura del juego. De todos modos, si se me pone a tiro seguramente acabará en mis estanterías.

Expectativas satisfechas
Expectativas satisfechas

Para cerrar esta primera sesión, partida a Adel Verpflichtet. Un juego diseñado por Klaus Teuber en el que los jugadores interpretan a coleccionistas británicos que intentan reunir la colección de objetos más numerosa y valiosa. Con una mecánica de selección simultánea de acciones, los jugadores decidirán primero donde actuarán (la casa de subastas o el castillo) y, en posteriormente, que acción ejecutar (comprar objeto, robar, exponer o capturar a los ladrones). La gracia está en que en el resultado de las acciones dependerá de la selección del resto de rivales. Yo supe leer bien la mayoría de las situaciones y evité sufrir robos, mientras que yo si logré sustraer unos cuantos objetos. Fue Javi quien forzó el final de la partida, pero mi extensa colección me concedió la victoria. Resultado: yo primero, Javi segundo, y Pablo, Adriano y Marcos empatados en la tercera posición. No deja de ser un piedra-papel-tijera vitaminado, con una buena carga de teoría de juegos. Tal vez se alarga un poco para mi gusto, pero, en cuanto a sensaciones, me quedo de todas con este título antes que con el que ha dado fama y fortuna al señor Teuber.

Muy divertido
Muy divertido

Por la noche se vinieron Alba y Borja para la segunda sesión del día. Antes de la cena, un rato lanzando cocos con Coconuts (aquí su tochorreseña). Un juego diseñado por Walter Schneider que adapta el “juego del duro” de toda la vida utilizando unos monos catapulta que lanzan unos cocos de goma, vitaminado con unas cartas especiales y la posibilidad de ir robando cubos a los demás. La partida finaliza en el momento que un jugador levanta una pirámide de 6 cubiletes o se acaban los cocos (y gana el que más cocos tenga en sus cubiletes). En la primera estuve varias veces en disposición de ganar, pero no fue Sandra quien logro hacerse con la victoria tras un par de turnos certeros. En la segunda sí demostré mis habilidades como experto francotirador de cocos. De hecho, el turno en el que conseguí la victoria hice tres lanzamientos, acertando en los dos primeros en cubos rojos. Es sorprendente como una idea tan tonta puede convertirse en un juego de mesa deseado por todos. Ideal para estos momentos festivos con los colegas. Lo único malo es que te puedes llevar buscando cocos por el suelo un buen rato si no se pillan al vuelo.

Donde pongo el ojo, pongo el coco
Donde pongo el ojo, pongo el coco

Tras la cena sacamos Spartacus, un Juego de Sangre y Traición (aquí su tochorreseña). Un juego diseñado por Aaron Dill, John Kovaleski y Sean Sweigart en el que cada jugador controlará un ludus en busca de alcanzar el máximo prestigio. Para ello tendrán que adquirir esclavos y gladiadores, conspirar y luchar con honor en la arena. Puñaladas y mucha tensión. Partida emocionante e igualada. Yo jugaba con Solonius, y desde un primer momento tuve una gran cantidad de guardias en mano, por lo que me centré en ir acumulando esclavos y gladiadores para, en el momento justo dar el zarpazo final. Sin embargo, Sandra se situó en una posición muy ventajosa gracias a llevarse repetidas veces el título de anfitrión y autoinvitarse a la arena, consiguiendo la victoria. Afortunadamente para mí, Alba, Borja y yo le aplicamos varios ataques que la dejó tiritando. Tras un gran combate que mantuve con Alba (ella con Theokles y yo con Spartacus), me sitúe en disposición de hacerme con la victoria, y esta vez no hubo respuesta. El juego con el que los chicos de Galeforce Nine se dieron a conocer, con una implementación acertadísima a juego de tablero de una de las series de televisión de moda en el momento que se publicó. Muy temático, muy tenso y tremendamente dinámico. A pesar de que puede alargarse, la partida se disfruta constantemente y es difícil desengancharse. Muy recomendable.

Zarpazo final
Zarpazo final

Para cerrar la velada, partida a Steam Park (aquí su tochorreseña), uno de los familiares que más nos gustaron el año pasado. Un juego diseñado por Aureliano Buonfino, Lorenzo Silva y Lorenzo Tucci Sorrentino en el que los jugadores competirán por construir el parque de atracciones para robots más divertido (e higiénico). Un juego de acción simultánea con lanzamientos de dados para fijar las acciones a desarrollar. Con ellas iremos levantando atracciones, puestecillas, limpiando, jugando cartas de bonus y atrayendo robovisitantes. Gran comienzo de partida en el que conseguí desarrollar un parque base rentable. A mitad de partida comencé a centrarme en limpiar los numerosos desperdicios acumulados. Aun así, por no disponer de letrinas, me costó bastante. Afortunadamente para mí, la cantidad de billetes que acumulé fue suficiente para proclamarse vencedor. Como detalle, comentar que se nos olvidó comentar el detalle de que atracciones de un mismo color solo pueden estar conectadas por una casilla (ortogonalmente). Pero bueno, tampoco nos íbamos a poner tiquismiquis. Resultado: yo 125, Alba 124, Sandra 100 y Borja 71. Un juego muy divertido y apto para toda la familia, y con una producción bastante interesante, con un despliegue en tres dimensiones muy atractivo, sentando las bases de una tendencia de moda. Muy recomendable.

Parque pequeño pero eficiente
Parque pequeño pero eficiente

El domingo un par de estrenos. En primer lugar, Barragoon, un juego abstracto diseñado por Frank Warneke Robert Witteren el que los jugadores controla el unas piezas que se pueden desplazar un determinado adopción número de espacios sobre un tablero cuadriculado. La gracia está en una serie de dados, los barragoons, que forzarán determinados movimientos y aplicarán bloqueos. Como era de esperar, a Sandra le costó entrar en la dinámica y le costaba interpretar los patrones. Era cuestión de tiempo que se quedase sin margen de maniobra. Aun así, logró sorprenderme un par de veces, eliminándome piezas cuando menos lo esperaba. Ya le seguía la pista desde hace tiempo y tenía la certeza de que encajaría perfectamente con mis gustos, como así ha sido. Me gusta que existan dos planos de actuación: por un lado las piezas de cada jugador, y por otro el uso de los barragoons para forzar movimientos y eliminar libertades. Un muy buen abstracto.

Superabstracto
Superabstracto

Por la tarde le tocaba el turno a The Capitals, diseñado por Thiago Boaventura. Los jugadores toman el control de una pequeña ciudad que intentarán convertir en la más próspera de la región según una serie de indicadores (población, economía, servicios sociales, desarrollo, nivel de empleo y cultura). Los edificios se representan mediante losetas que Plica efectos sobre estos indicadores. Posteriormente, los jugadores podrán activar algunos de estos edificios mediante unos cubos proporcionados por la central eléctrica, que habrá que ir mejorando para no quedarnos atrancados. La partida consta de tres eras, y al final de cada una de ellas se realizará una evaluación parcial. Antes que nada, comentar que cometimos un fallo importante ya que no leímos la utilidad del nivel de población (sirve como límite del nivel de empleo) por lo que desmadramos el track de empleo, consiguiendo muchos puntos que no nos correspondían. Independientemente de este detalle, Sandra fue quien mejor asimiló el comodín construye do para aprovechar las sinergias, lo que le habría dado la victoria de todos modos. Resultado: 37 para Sandra por 11 míos. Muy buenas sensaciones. Esperaba algo mucho más duro a nivel conceptual y el juego es tremendamente sencillo (para mentes entrenadas). Eso sí, una carga simbológica importante y poco margen debido a las pocas losetas que se pueden adquirir durante toda la partida. Pero como digo, muy buen sabor de boca. Deseando repetir.

Pifias aparte, muy buen sabor de boca
Pifias aparte, muy buen sabor de boca

Y con esto finaliza esta intensa semana, repleta de partidas y con estrenos de importancia. A ver si la que hoy comienza mantiene el nivel.

10 comentarios

  1. Se me ha caído un mito… Mira que no ganar en el kingdom builder…!!! xD

    Bromas a parte, ese Cyclades es otro de mi wishlist que sigo retrasando su compra hasta el infinito. Lo quiero desde siempre perso al final me sigue echando para atrás la relación precio/veces que me pueda apetecer jugarlo. Es demasiado ligero?

    Y el The Capitals algún día terminare comprándolo, porque aunque sabes que me atraen este y el Small City, Alvan Viard me está empezando a caer gordo xD

    1. Troll! No se puede ser infalible 😛

      Respecto al Cyclades, a mi me gustó. No es especialmente duro, pero tiene chicha. Sobreproducido al máximo eso sí. No lo veo como un imprescindible, pero para 4-5 me ha resultado muy tenso. A menos jugadores no sé que tal funcionará-

      Y The Capitals me pareció mucho menos duro de lo que esperaba. Me lo bajaré en Junio o me lo llevo a las CLBSK. Sea como sea lo vas a probar el mes que viene 😛

    2. Ya somos dos lo que estamos detrás de ese juego, Yol.

      El juego tiene una mecánica simple pero con mucha mala leche. Hay varias vías para ganar, no tiene que conquistar si no quieres, pero tienes que estar siempre alerta, ya que el puteo es continuo. De hecho alguien puede empezar con una mala estrategia o meter la pata en una jugada y no queda «relegado en la partida». Puede que en siguientes turnos recupere dinero, se haga con el kraken (que no es una criatura de la mitología griega), lo saque a pasear a hundir barcos y la líe, pudiendo llegar a ganar. A mi me mola eso, además de su ambientación y diseño, el cual agradezco que no sean meeples o cubitos. Eso sí, creo que es caro, aunque eso realmente depende de las veces que vea mesa y las horas de diversión. Y siempre puedes expansionarlo con Titanes (mayor grado de torteo entre jugadores) o Hades (más elementos, estrategias más sibilinas). Por lo que dicen, Hades termina de redondear el juego.

      Si lo veo de oferta o segunda mano a precio curioso me lo pillo.

  2. Snow Taaaaaaails, algún día caerás en mis estantes.
    Cyclades nos encanta. Lo que no le veo es la sobreproducción; me parece una producción espectacular. Con ese toque bélico que tiene me parece que está soberbio. Si le cambias las miniminis por cubos, no molaría tanto, y con ese arte gráfico y esa cuna ilustrada, da gusto abrir la caja hasta para mirarlo nah mas. No soy muy devoto de la palabra sobreproducción, la verdad.
    Recuerdo que probamos Steam Park cuando viniste a casa. Qué divertido es.
    Tengo ganotas de probar el Rattus y el Capitals, pero son de esos que no tengo oportunidad de verlo mucho.
    Un abrazote grande, Iván. Seguimos esperando tus textos con avidez. ;o)

  3. Spartacus es un juegazo en toda regla, divertido, tenso, emocionante, con puñaladas traperas que pueden acabar con amistades. Lo probé hace unas semanas y tal como llegué a casa, lo insinué como regalo de cumple xDD

    Es curiosos que cuando se lanzó Spartacus, al principio no funcionó en ventas ya que a muchos les echaba para atrás un juego basado en una serie y con ilustraciones de las mismas. Eso imagino que tendría que ve conque no se vaya a reeditar la única expansión que salió en castellano y que está actualmente descatalogadísima: Las Serpientes y el Lobo. Se puede encontrar aún en inglés y alemán, junto con la segunda expansión que solo salió en inglés: The Shadow of Death. Ojalá la reeditasen, porque somos muchos los que hemos descubierto Spartacus tarde y nos hemos quedado sin ella. A ver si a vosotros, que tenéis influencia en los medios audiovisuales, hacéis llegar esta petición a quien corresponda 🙂

  4. Juegazo el Cyclades, y con la expansión Hades mucho mejor, si puedes píllalo todo junto! A mí me encanta. Además no es largo. Imprescindible!

  5. Hola iMisut! qué tal el barragoon? Lo tuve en la cesta metido y al final lo quité porque me parecía mucho 30€ por un abstracto de 2 jugadores y que según vi en bgg se va bastante de tiempo (90 minutos o más). Cuanto tardasteis en vuestra partida?

    1. Pues a mi me ha encantado. El precio me parece ajustado a los materiales que incluye (no diré que es barato, pero tampoco me parece caro). Nosotros esta primera partida la ventilamos en 40 minutos, pero apunta maneras a partidas que se pueden alargar, ya que no es sencillo controlar todos los patrones posibles, ya que el juego, a pesar de ser tremendamente sencillo, puede tener vuelcos muy importantes. Si los jugadores no tienen AP, yo creo que en una horita puede andar la media. A ver si le doy mas partidas, que la pobre Sandra salió escaldada 😛

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