Crónicas Jugonas: Semana 43 del 2014 (20/10 – 26/10)
Semana de depresión post-vacacional, con pocas ganas de entrenar, por lo que decidimos quedarnos en casa y jugar para recuperar el ánimo. Y casi conseguimos un pleno. Únicamente el viernes no jugamos a nada. Vamos allá.
Empezamos el lunes con magnifico Trajan de Stefan Feld. Una ensalada de puntos de las típicas del diseñador alemán en la que varios minijuegos se engarzan gracias a la mecánica principal, el mancala. Con el activaremos acciones en el tablero que nos irán reportando beneficios. La partida se mantuvo igualada en todo momento, sobre todo porque cada uno nos dedicamos a una cosa totalmente distinta. Sandra se centró en las mercancías y en ir cargando barcos, además del Senado, mientras que yo potencié a mis soldados y a mis trabajadores. Mi estrategia me daba pie a capear las exigencias del populacho, mientras que Sandra tuvo que perder una buena cantidad de puntos al final de cada trimestre. Finalmente, en el recuento final yo me lleve la partida gracias a mi desarrollo más diversificado. Resultado final: 133 a 128. Segunda partida que logramos echarle a este, ahora sí, gran juego de Feld. Y es que la primera vez que lo jugamos estuvimos algo espesos y no nos gustó. Nos pareció todo demasiado inconexo. Pero en esta segunda partida todo tenía mucho más sentido. Y el mancala está implementado de forma diabólica. No apto para jugadores con AP.
Ya no me parece tan feo… |
El martes tocaba sacar a la mesa uno de nuestros juegos favoritos de colocación de trabajadores: Dungeon Petz de Vlaada Chvatil. Para los que no lo conozcan, un curioso juego en el que somos una familia de diablillos que monta una tienda de mascotas. Tendremos que adquirir a esas pequeñas monstruosidades y atender sus necesidades de la mejor forma posible para poder ganar las exhibiciones y venderlas obteniendo la máxima rentabilidad. Como he dicho, colocación de trabajadores, aunque el elemento más llamativo es el comportamiento aleatorio de las mascotas que nos obligará a minimizar al máximo los daños que puedan causar. La partida no tuvo mucha historia. Sandra no logró conectarse lo suficiente como para mantener el ritmo. No estuvo atenta a los momentos clave y no puedo realizar las acciones que más le convenían. Ella adquirió pocas mascotas, mientras que yo fui un poco a lo loco, adquiriendo varias. Afortunadamente logré capear el temporal de necesidades y las vendí prácticamente todas. La ultima incluso con un diablillo en la tarima obteniendo unos jugosos puntos extra. Como se veía venir, la victoria cayó de mi lado. Resultado final: 75 a 56. Una diferencia demasiado abultada para los puntos que se suelen conseguir en este juego. Un juego ideal para los que disfrutan de los juegos estresantes. La fase de resolución de necesidades es una lluvia de palos de la que hay que intentar salir lo mejor posible. Y cuantas más mascotas se tengan, mas agobio. Me encanta.
Sandra no logró conectase a la partida |
Como el martes no tuvimos suficiente colocación de trabajadores, el miércoles repetimos mecánica. Esta vez, Tzolk’In: El Calendario Maya. Esa maravilla diseñada por Simone Luciani y Daniele Tascini en la que no solo tendremos que gestionar recursos y colocar trabajadores, sino que además tendremos que calcular el tiempo que necesitamos dejarlos colocados para poder realizar las acciones que deseemos, ya que el avance del mecanismo hará que en cada turno, nuestros trabajadores giren una posición. Una partida tranquila en cuanto a conflicto, ya que la estrategia de cada uno fue totalmente distinta. Sandra fue directamente a subir en los templos, mientras que yo fui a tecnologías, sobre todo incitado por el Monumento que premiaba este avance. La partida se la llevó Sandra por pequeños detalles, especialmente porque una acción mía debió ser ir a Chichén Itzá, ya que comencé la partida con una calavera que al final no me sirvió para nada. Resultado final: 70 a 64, primera victoria de la semana para la señorita. Este es otro de esos juegos que debéis probar si os gusta la colocación de trabajadores y la gestión de recursos. El tema de ir cuadrando los turnos que debes dejar a tus currantes en las ruedas dentadas es una absoluta maravilla. Y ahora que está editado en nuestro país no tenéis excusa.
Si esa calavera la hubiese puesto en Chichén Itzá… |
El jueves llegó el momento de retomar el Krosmaster: Arena, de Nicolas Degouy y Édouard Guiton, que se ha llevado un buen tiempo en la estantería tras una época en la que veía mesa semana tras semanas. Para los que no lo conozcáis, Krosmaster es un juego de figuras coleccionables táctico de combate entre dos equipos. Solo uno podrá ser el vencedor. Sandra formó equipo con el Capitán Amakna, Tristepin y el Caballero Gota, mientras que yo junté en mi bando a Merkator, Kitty Rajo y Lianna Bella. La partida quedó marcada por mis dos primeros turnos, en los que la suerte quiso que sacase en mi tirada de tensión dos resultados iguales, por lo que nos colocamos con 4 Galones de Gloria antes de darnos si quiera un tortazo. Sandra fue la primera en lanzarse a tumba abierta contra Lianna Bella, lanzando ataques con Tristepin, dejándola bastante tocada. Pero antes de que fuese eliminada, reaccione lanzando todo mi arsenal sobre el Yopuka, que no aguantó la ronda. Me ponía 7 a 1. Y la suerte quiso que el combate finalizase pronto, pues volvió a salirme otro doble en la tirada de tensión, acabando con la reserva de Galones de Sandra. Victoria para el que os escribe. La verdad es que fue una partida relámpago. No nos dio apenas tiempo a darnos leches, aunque seguramente Sandra se habría llevado por delante a alguna de mis figuras alargando la historia. Un juego muy divertido, aunque hay que invertir bastante pasta en el para sacarle rendimiento.
Partida relámpago |
Como la partida anterior fue un visto y no visto, decidimos echar algo más, y sacamos el siempre socorrido Noah de Ludovic Maublanc y Bruno Cathala. Un juego de gestión de mano en el que tendremos que ir ubicando animales en ferris para ayudar a Noé a completar su arca antes de que el diluvio universal arrase con todo. Pero cuidado, los animales que no logremos salvar pondrán triste al pobre Noé, sobre todo si son animales adorables o pequeños (a los grandes que los parta un rayo). Como algunos sabréis, la partida se juega en tres rondas. Las dos primeras estuvieron dominadas por mí. La primera de forma clara y la segunda remontando una derrota casi segura. Llegamos a la tercera ronda con una diferencia de 10 lágrimas, por lo que era prácticamente imposible que la partida se me escapase. Además dije en voz alta -Es imposible que pierda esta partida-. ¿A que no sabéis que pasó? Pues eso mismo. La tercera ronda se la llevó Sandra con una jugada clave y yo anoté 11 lágrimas, cayendo derrotado de forma estrepitosa. Grandes momentos que nos ha deparado este maravilloso filler. De los mejores de mi ludoteca.
Malditos animales adorables… |
Como la cosa no podía quedar así, reté a la señorita a echar algo más, y desplegamos en la mesa el horrendo Toscana de Niek Neuwahl, un juego abstracto de colocación de losetas y control de áreas, en el que gana el que más losetas logre utilizar para formar su mayor área. Cada jugador dispone de una serie de losetas con 8 casillas, de las cuales 6 son de su color y 2 del contrario. Y para colocar una loseta siempre debe colocarla adyacente a alguna casilla de su color. Se juega a dos rondas. En la primera mucho toma y daca, con un resultado apretado. Me dejé llevar de forma impulsiva y Sandra se llevó la ronda por 1 punto, 14 a 13. Pero en la segunda me lo tomé con más calma y partí el tablero en dos creando una línea vertical, evitando que Sandra pudiese crear una zona importante y tuviese que conformarse con medio tablero. Yo me dediqué a ir expandiéndome todo lo posible. Esta segunda ronda me la llevé yo con un marcador mucho más abultado, 20 a 14. Es decir, que el resultado final fue de 33 a 28. Victoria para el que os escribe. Este Toscana es uno de esos juegos antiguos que muestran como han ido evolucionando las producciones. Con mucho más cuidado en los detalles y no solo pura mecánica desprovista de tema. Aun así, un juego entretenido, aunque es más atrayente como rareza que otra cosa.
Ahí tenemos esa franja vertical partiendo el tablero |
El viernes como he dicho, descanso. Pero el sábado tocaba visita a casa de José Luis y Silvia. No íbamos a tener una supersesión de las nuestras porque José Luis estaba de mañanas y tenía que acostarse pronto. Pero nuestras 5 horitas no nos las iba a quitar nadie. Empezamos con un Puerto Rico, al que yo hacía bastante que no jugaba. ¿Qué decir de uno de los grandes? Un juego diseñado por Andreas Seyfarth cuya mecánica principal es el uso de roles con habilidades especiales para ir edificando la ciudad de San Juan a la vez que vamos creando plantaciones. Respecto a la partida, yo fui a una estrategia muy clara: colonos. Me construí el hospicio y la universidad para olvidarme de tener que depender del Alcalde para rellenar mis edificios. Además, en prácticamente todas las fases de Capitán lograba meter algo en los barcos, por lo que no tenía un mal ritmo de acumulación de puntos. Pero, cuando todo pintaba genial, José Luis construyo el edificio de puntuación que bonifica el número de colonos para evitar que yo me lo cogieses, por lo que tuve que optar por el que premiaba el tener la isla completa de plantaciones, cosa que yo tenía casi cumplido. Pero no fue suficiente. José Luis se llevó la partida con una estrategia centrada en la construcción de edificios y en una buena gestión de sus recursos. Resultado final: José Luis primero con 41 puntos, yo segundo con 36, Sandra tercera con 27 y Silvia ultima con 26. Siempre lo digo, Agricola fue mi primer juego en propiedad, pero el título que me descubrió el mundo de los juegos modernos fue este Puerto Rico, al que tengo un cariño especial y que tarde o temprano acabara entrando en mi colección, sobre todo porque cada vez tengo más títulos de la serie de Alea (tanto grande como mediana). Un imprescindible.
Mi isla era una fiesta de colonos |
Y después de freír unas cuantas neuronas, subimos las apuestas. Tocaba sacar el Terra Mystica, el grandioso juego de Jens Drögemüller y Helge Ostertag en el que iremos terraformando las distintas casillas de terreno para poder expandir nuestras edificaciones, donde cada raza tiene unas habilidades especiales que potencian diversas estrategias, con algunos elementos diabólicos, como los cuencos de poder, cuyos puntos casi nunca estarán distribuidos como más nos interesen. José Luis jugaba con los Cultistas, Silvia con las Brujas, Sandra con los Magos del Caos y el que os escribe con los Ingenieros (como debe ser). Se notó que era nuestra segunda partida (la primera para la pareja anfitriona). Primeras rondas espesas, ajustadísimos de recursos y con movimientos erráticos. A medida que la partida cogió ritmo nos fuimos divirtiendo mucho más, aunque hubo momentos de bastante Análisis-Parálisis. Sandra fue la que antes supo aprovechar el poder de su raza, construyendo templos a diestro y siniestro para poder acumular muchas losetas de bonificación y tener unos buenos ingresos extras con los que meter quinta. Yo, por mi parte, logre no perder comba gracias a que logré edificar dos ciudades, pero vi tarde el uso de mi raza, apenas construí puentes y no fue arañando puntos de forma constante. Además pasé olímpicamente de los templos, y en la puntuación final apenas logré rascar nada. José Luis y Silvia, a pesar de su primera partida, se mantuvieron siempre en la brecha. De hecho, Silvia le disputó bastante la partida a Sandra, cuando parecía ser José Luis su gran rival. Pero se desinfló en la recta final. Resultado: Sandra vencedora con 90 puntos, Silvia segunda con 88, José Luis tercero con 78 y yo último con 77. Un grandioso juego, con una producción brutal (tal vez exagerada), pero con unas mecánicas superinteresante, sobre todo el uso de los cuencos de poder, cuyas sensaciones son muy similares a las del mancala del Trajan, cuyas fichas nunca están como nos gustaría en cada momento. Merecido puesto en el Top 10 de la BGG.
Cerebros fritos |
Para cerrar la sesión, sacamos The Island, diseñado por Julian Courtland-Smith, un juego que tiene ya sus años. En él tendremos un grupo de isleños a los que tendremos que salvar del hundimiento de la isla en la que se encuentran antes de que el volcán entre en erupción y acabe con todo lo que haya alrededor. Movimiento punto a punto y mucha interacción a la hora de acabar con los isleños de los otros jugadores haciendo uso de la fauna marina del lugar. Uno de esos juegos que se me dan fatal. En esta partida nos repartimos las tortas de forma equitativa. José Luis cedió su sitio a Nico para que jugase un poco, aunque le tutoraba lo suficiente como para que no hiciese jugadas poco eficientes. Lo más destacable fue el fin de la partida ocurrió de forma repentina, a la segunda o tercera loseta de montaña, quedándonos compuestos y con la mitad de los isleños flotando en el agua. Resultado final: José Luis y Nico vencedores con 11 puntos, yo segundo con 10, Sandra tercera con 6 y Silvia última con 5. Muy divertido y con mucha interacción y puñaladas. Da un gustirrinín brutal cuando revelas una loseta de isla que pone en juego un tiburón y en la loseta había isleños. Tengo que pillarme las expansiones para poder jugar a seis jugadores. Y ya de paso seguramente caigan la de los calamares y los delfines. Total…
El hundimiento ha comenzado |
Y el domingo se vinieron a casa María y Juan. Empezamos con el maravilloso Ticket to Ride: Märklin, la mejor versión del juego de Alan R. Moon. Un juego de gestión de mano y creación de rutas en las que tendremos que ir cumpliendo una serie de tickets de objetivos conectando ciudades mediantes trayectos ferroviarios. ¿Quién no conoce este juego? Tras la explicación pertinente (María no había jugado), nos pusimos a colocar vagoncitos por la geografía alemana. A mí me tocaron unos objetivos algo fastidiosos, sobre todo porque el resto de mis rivales cogieron muchos tickets de corto alcance y la zona suroeste de Germania se empezó a llenar de vagones de colores que no eran el mío. Peligroso. De hecho, casi me cortan una de mis conexiones vitales. Cuando la partida enfilaba su fin, yo me sentía vencedor, con mis tickets iniciales cumplidos y recién culminados unos que había robado posteriormente. Pero Sandra tuvo ese puntito de suerte que desnivelan partidas de este tipo, al robar unos cuantos tickets que ya tenía cumplidos gracias a la maraña de conexiones que estableció, llevándose el bonus de 10 puntos. Resultado final: Sandra vencedora con 188 puntos, yo segundo con 169, Juan tercero con 157 y María ultima con 138. Tal vez tuve que intentar trabar a Sandra cuando se veía claro que ciudades tenía que conectar, para intentar hacerle perder algo más de tiempo. Un grandioso juego que debería estar en las estanterías de todas las casas. Una puerta de entrada magnifica al mundillo y por el que no pasa el tiempo. Siempre sienta bien echar una partidita de ¡Aventureros al Tren!
Tenía que haber robado tickets de destino antes… |
Después volvió a la mesa ese juego que tan mal se porta conmigo, el Marrakech de Dominique Ehrhard. Un juego de control de áreas y colocación de losetas-alfombras en el que tendremos que intentar ganar la mayor cantidad de dinero posible haciendo que el administrador caiga sobre nuestras casillas en los turnos de otros jugadores. Si bien la dama fortuna no suele tratarme muy bien en este juego, esta vez al menos no se cebó conmigo, sino con Juan, que entró en una espiral catastrófica, similar a aquella en la que me vi envuelto la semana pasada. De hecho, justo en su penúltimo turno no tuvo suficiente dinero para poder pagar a María y fue eliminado de la partida. Y hablando de María, que magnifico debut, destrozándonos a base de pisar sus alfombras. Resultado final: María vencedora con 68 puntos, Sandra segunda con 46, yo tercero con 41 y Juan ultimo eliminado. Para mi este es uno de los juegos ideales para ir ofreciéndoles a los más peques un salto a algo más interesante, con su puntito de interacción y fastidio, de forma que los más grandes no se aburran. Este y El Laberinto Mágico, dos que debería estar en toda ludoteca con pequeños que empiecen a pasar de los 5-6 años, pero que supongan un buen entretenimiento para los mayores.
Algún día ganaré… |
Y para cerrar la sesión, estreno del último juego del prolífico Reiner Knizia que ha entrado en mi colección, el Age of War publicado por Edge Entertainment. Un juego de dados en el que tendremos que cuadrar tiradas para poder ir conquistando los distintos castillos de Japón para lograr su unificación. Un push your luck con bastante interacción, ya que permite arrebatar los castillos conquistados a otros jugadores, siempre y cuando no hayan logrado reunir todos los de una misma región. La partida la comenzó Sandra como un tiro, consiguiendo cerrar 2 regiones y asegurándose 8 puntos para el final de la partida. A partir de ahí todos fuimos contra ella, para intentar evitar que cerrarse la partida y nos diese una paliza importante. Pero no fue posible, y, aunque varios castillos cambiaron de mano unas cuantas veces, no fue suficiente para arañar los puntos necesarios. Finalmente Sandra cerró la partida conquistando el último castillo y llevándose la victoria. Resultado final: Sandra vencedora con 12 puntos, Juan segundo con 8, yo tercero con 7 y María ultima con 6. La verdad es que me ha sorprendido. Me esperaba algo más frío, pero el tema de estar robándonos los castillos entre nosotros le da un puntito de interacción bastante interesante. Como era de suponer, el tema es una mera excusa para lanzar dados y tomar cartas. Puede darse un aire al King of Tokyo, aunque a mí me ha gustado más este Age of War al tener ese “todo o nada” que tanta emoción le da al asunto, especialmente por los requisitos de infantería. Y es que conquistar un castillo parece una tarea fácil, pero nos quedaremos a un dado de conseguirlo en bastantes ocasiones.
Un entretenido tiradados |
Y con esto finaliza la semana. Como veis, bastante bien cubierta. No me puedo quejar de la vuelta a la rutina. A ver si mantenemos el ritmo en esta ultima semana de Octubre.
Me gustó el Terra Mística aunque menos de lo que esperaba. Cada vez me gustan menos los juegos en los que se puntua de mil maneras, pero aún así me lo pase bien. Nada que decir del Puerto Rico ya que es uno de mis juegos favoritos y sobre el Island, decir que como ya sabes, soy un afortunado poseedor de la primera versión del mismo, llamada Atlantis, que me compré de muy pequeño allá por los 80s y me gustó mucho volverlo a jugar con el lavado de cara que le han hecho.
Gran semana lúdica una vez más.
Hombre, el Terra Mystica no tiene tantas formas de puntuar, sobre todo comparados con otros (por ejemplo Feld). Yo creo que las primeras dos rondas que fueron mas lentorras ensuciaron la sensación, porque de mitad de partida en adelante estábamos supermetidos.
Una semana muy completa, con mayoría de colocación de trabajadores jeje, y bastantes partidas a dos. Estaremos atentos a las primeras impresiones o reseña sobre el Trajan, que alguna vez nos ha tentado!
Hombre, podría parecer que la mayoría son de colocación de trabajadores, pero de 9 partidas, solo 2 lo son, el Tzolk'In y el Dungeon Petz :P, pero como están al principio, pues engañan.
El Trajan es el Feld mas quemaneuronas que tengo. Un Bora Bora con menos interacción pero mas sesudo (aun mas).
Me alegra ver que no pierdes el ritmo 😉
Me pones los dientes larguísimos con el Terra Mystica. Llevo musho tiempo queriendo probarlo. A Trajan me gustaría rejugarlo, y el Marrakech… ains! creo que nunca lo probaré! xD
Saludos!
Esta segunda partida a 4 me encantó. Cada uno hizo lo que pudo y la partida se mantuvo supertensa. Hay que jugar mas. Y al Trajan era mi segunda partida, mucho mejor que la primera. El mancala es una diablura. Y al Marrakech le voy a acabar cogiendo tirria. Que mal se me da el jueguecito de marras…
Caramba, cuantas partidas a buenos juegos! Y felicidades por este blog, muy interesante!
Muchas gracias a ti por pasarte y por el comentario!
Saludos!