Reseña: Exploradores
Introducción
Con Exploradores viajaras por el mundo descubriendo ruinas perdidas y consiguiendo sus tesoros. Pero ¡cuidado!, el precio de las expediciones es muy caro y pueden no salir rentables. Consigue inversores para doblar tus ganancias o gastos y conviértete en el mejor explorador del mundo.
Así se nos presenta este Exploradores, diseñado por el gran doctor en matemáticas Reiner Knizia, autor de otros grandes títulos como Ra, Tigris & Éufrates, A Través del Desierto o Samurai. El juego se publicó por primera vez en 1999 de la mano de KOSMOS (en alemán) y Rio Grande Games (en inglés). Posteriormente ha sido editado en numerosos países. Del arte se han ido encargando varios artistas. De la primera edición el responsable fue Claus Stephan (Race for the Galaxy, Russian Railroads, Amerigo), en la cuarta edición trabajó Franz Vohwinkel (The Staufer Dynasty, Francis Drake, The Palaces of Carrara), y en la edición de 2015 añadió su granito de arena Michaela Kienle (Shadow Hunters, Kahuna o Hoity Toity).
El juego se encuentra editado en nuestro país por Devir en perfecto castellano (aunque el juego es completamente independiente del idioma). Para 2 jugadores, con una edad mínima sugerida de 10 años y una duración aproximada de 30 minutos. El precio de compra recomendado es de 22 €. Para esta reseña se ha utilizado una copia de la edición en alemán de KOSMOS de 2015.
Importante: si ya conoces el juego y/o sólo te interesa mi opinión sobre el mismo, puedes pasar directamente al apartado de Opinión. Los apartados Contenido y Mecánica están destinados especialmente a aquellos que no conocen el juego y prefieren hacerse una idea general de cómo funciona.
Contenido
Dentro de una caja de cartón de dos piezas (tapa y fondo), de dimensiones 20,3×20,3×5,1 cm. (caja cuadrada mediana tipo Kahuna o Los Príncipes de Catan), nos encontramos con los siguientes elementos:
- Tablero de Juego (de cartón)
- 60 Cartas (70×110 mm.):
- 45 Cartas de Expedición (9 de cada color: amarillo, verde, rojo, azul y blanco)
- 15 Cartas de Inversión (3 de cada color: amarillo, verde, rojo, azul y blanco)
- Reglamento
Mecánica
Exploradores es un título de cartas para dos jugadores en el que cada uno de ellos intentará iniciar expediciones a cinco posibles destinos. Para ello, en primer lugar, tendrán que conseguir financiación suficiente para, posteriormente, avanzar lo máximo posible en la expedición. Pero habrá que tener cuidado, pues si no se obtienen resultados, nuestros mecenas quedarán insatisfechos.
Conceptos Básicos
El Tablero sirve para organizar las expediciones y sus pilas de descartes. Este muestra una fila con 5 espacios, cada uno de uno de los cinco colores, de forma que los jugadores colocarán las cartas en columna hacia su sitio y de forma enfrentada, tomando como referencia cada una de estas posiciones.
El mazo contiene dos tipos de cartas. Por un lado, las Cartas de Inversores. Hay tres cartas por cada tipo de expedición que muestran en las esquinas superiores un símbolo de una mano. Estas cartas representan el apoyo de los mecenas en nuestra expedición arqueológica. Cada una de estas cartas aumentará en una unidad la cantidad por la que se multiplicarán los puntos obtenidos con una expedición, aunque no son necesarias para comenzar una expedición.
Por otro lado tenemos las Cartas de Expedición. Para cada destino en el mazo habrá 9 cartas con valores del 2 al 10. Estas cartas son únicas y aportan su valor a la expedición.
A la hora de ir jugando las cartas en una expedición deberá cumplirse la norma de que cada carta jugada deberá ser siempre superior a la última colocada en la fila, siendo las cartas de Inversores las que deben jugarse en primer lugar. Una vez una carta es colocada en una expedición permanecerá ahí hasta el final de la partida, es decir, que no se podrán recuperar para jugar valores inferiores.
Y con esto tenemos suficiente.
Preparación de la Partida
- Se despliega el tablero entre los dos jugadores.
- Se mezclan todas las cartas y se forma un mazo, que se deja a un lado del tablero.
- Se reparten 8 cartas a cada jugador.
- Por último, se elige al jugador inicial (según el reglamento, el jugador de más edad).
¡Ya podemos comenzar!
Desarrollo de la Partida
Una partida de Exploradores se desarrolla a lo largo de un número indeterminado de turnos alternados entre ambos jugadores hasta que se cumple la condición de finalización.
En su turno, un jugador realiza dos acciones:
- Jugar una Carta. Esta carta podrá colocarse en dos posibles ubicaciones:
- En una expedición, colocándola en la columna correspondiente en el lado del propio jugador (no encima del tablero), cumpliendo que el valor de la carta jugada no puede ser inferior a la última colocada (no tiene por qué ser consecutiva). Las cartas de inversión se consideran de valor inferior a 2. La carta jugada se colocará solapando a la última de la columna (visible completamente), de forma que se pueda ver de un vistazo todas las cartas jugadas en la columna.
- En la pila de descarta de esa expedición, encima del tablero.
- Robar una Carta. Esta carta se puede tomar de una de las pilas (si el jugador ha descartado una en la acción anterior, no podrá ser esta la que se robe) o del mazo de robo.
- En ningún momento podrá examinarse la pila de descartes de una expedición. Solo se podrá ver la carta superior de cada una de estas pilas.
Tras esto, el turno pasa al otro jugador.
Fin de la Partida
La partida finaliza tras el turno en el que un jugador ha tomado la última carta del mazo. Se procede a evaluar cada expedición de cada jugador.
Cada expedición proporciona a cada jugador puntos de la siguiente manera:
- Se suman todos los valores de las cartas jugadas en una expedición.
- A este valor total se le restan 20 unidades (puede resultar un valor negativo).
- El resultado de esta resta se multiplica por el número de cartas de inversión más 1 (si era un número negativo, el resultado de esta multiplicación también lo será), conformando la puntuación de la expedición.
- Si un jugador no ha comenzado una expedición (no hay cartas jugadas), no resta ni suma puntos.
- Si la expedición tiene 8 o más cartas (incluyendo las de inversión), el jugador recibe 20 puntos de victoria adicional a los anteriores (pero estos no se multiplican).
El ganador será aquel jugador con más puntos positivos en total.
Variantes
Varias Partidas. Esta es la variante recomendada, decidiendo en la preparación cuantas partidas se van a jugar. Será necesario algún soporte en el que anotar las puntuaciones de cada partida. El ganador será aquel que más puntos haya obtenido tras jugar todas las partidas.
Opinión Personal
Hoy toca analizar uno de los juegos más famosos de nuestro querido doctor en matemáticas. Exploradores es, junto a Battle Line, su diseño de cartas para dos jugadores más reconocido. Vamos a ver cómo ha alcanzado y mantenido este buen cartel tras tantos años.
Juegos de cartas de dos jugadores hay para parar un barco. Son sencillos de producir, fáciles de testear y salen muy fácilmente a mesa. Títulos como Jaipur (aquí su tochorreseña), Fungi (aquí su tochorreseña) o el más reciente Trambahn. Todos ellos comparten como mecánica principal la gestión de la mano de cartas y la acumulación de diversos sets para obtener puntos al final de la partida.
De nuevo, todos utilizan el timing y el control sobre un suministro más o menos visible y común para ir desarrollándose ofreciendo el mínimo de información posible al contrario para que este no pueda entorpecernos.
Si tantos juegos hay parecidos… ¿Qué destaca en Exploradores? Pues, en primer lugar, su sencillez. De todos los títulos mencionados es, con diferencia, el que más rápido se explica y se asimila. Hay que crear una serie de columnas de cartas en orden ascendente. En tu turno juegas sobre estas columnas o descartas, y luego robas de alguna de las pilas o del mazo. Y poco más. Sacárselo a una persona que no haya jugado nunca no supone ningún problema. En pocos minutos ya se está disputando la partida.
El otro factor diferenciador es la gestión de los riesgos. Mientras que en juegos como Jaipur o Fungi los participantes luchan entre sí, en Exploradores, adicionalmente, deberán luchar, en cierto modo, contra el juego.
Iniciar una expedición conlleva riesgos, y no lograr alcanzar ciertas metas supondrá una pérdida de puntos. Cada una de estas que comencemos partirá con un balance negativo, de forma que si no obtenemos resultados, perderemos puntos en vez de ganarlos. Claro, el problema está en que carta que tenga el rival en mano es carta que, a priori, no podremos jugar nosotros.
De esta forma, se genera un toma y daca constante entre los jugadores intentando acumular las mejores cartas de cada expedición intentando no mostrarlas al colocarlas en el descarte, aunque muchas veces no tendremos más remedio que rechazar ciertas opciones.
Y es que, como es habitual en estos juegos, el tamaño de mano es un límite que hay que saber gestionar. Los jugadores tenderán a acumular las mejores cartas de las expediciones en las que hayan decidido embarcarse con la intención de recopilar aún más para lograr alcanzar el bonus por 8 cartas jugadas. En el momento que se vayan pudiendo colocar de forma consecutiva las iremos bajando, pero si partimos con valores altos tocará esperar, ya sea porque no queremos dejarla a alcance del rival o porque necesitamos meter cartas delante de esa.
Este detalle es importante, ya que podemos ser muy puñeteros con nuestro rival. Si este ha comenzado una expedición y nosotros tenemos cartas altas, las aguantaremos todo lo posible para no dejárselas asequibles, y solo las descartaremos en el momento que ya no tenga opción a jugarlas porque haya colocado una de mayor valor en su expedición. También es habitual comenzar una expedición a sabiendas de que no nos va a rentar puntos o, incluso, va a sustraernos algunos pocos. Pero lo que sea con tal de evitar que el rival consiga valores altos, especialmente si dispone de muchas cartas de inversión.
Todo esto está muy bien, pero hay un detalle que lo cambia todo: el tiempo de partida. Los jugadores aguantarán cartas en sus manos todo lo posible para optimizar estas expediciones. Pero llegará un momento en el que comenzarán a ponerse nerviosos porque el mazo ha menguado demasiado y el final de la partida se acerca. Ajustar el momento en el que hay que poner toda la carne en el asador es clave para no pillarse los dedos y verse en la situación de haber comenzado una expedición pero no tener las cartas más valiosas en juego, sino en la mano.
Esto hace que haya que hilar fino a la hora de jugársela con una expedición. Acumular muchas cartas de inversión sin tener cierta seguridad, esto es, muchas cartas de la ubicación correspondiente en mano, puede suponer una monstruosa pérdida de puntos. Hasta 80 se pueden llegar a perder. Y el de enfrente estará deseando ver como perdemos esa morterada de puntos.
Obviamente, como en todo juego de cartas, el azar influye, aunque con el ritmo de salida a mesa de las cartas y los riesgos que toman los jugadores, uno no tiene la sensación de que el resultado de la misma dependa de lo que uno robe, sino de lo bien que juegue.
Así es como consigue Knizia un juego tremendamente ágil y tenso. Con muy pocas normas y dejándolo todo en el lado de los jugadores. Además, como se desarrolla a la velocidad del rayo, las revanchas se sucederán una tras otra.
En mi opinión, la rejugabilidad es tal vez un punto más elevada a la de Jaipur, en la que las opciones son menores y la información oculta es escasa. Es cierto que nos podemos llegar a enganchar y jugar muchas partidas seguidas, pero no conviene abusar si no se quiere dejar en la balda mucho tiempo. Al fin y al cabo no es más que juntar cartas en orden de hasta cinco familias distintas.
Pasemos a la edición. No hay mucho que comentar ya que dentro de la caja solo encontramos un tablero plegado en 3 hojas y un mazo de cartas. Estas últimas son de enorme tamaño y buena calidad. Es cierto que podrían ser más pequeñas, pero bueno, dejan mucho espacio a las ilustraciones que visten muy bien. Pero podría jugarse con cartas con número sin problemas. Y el tablero es pura sobreproducción, ya que realmente no es necesario. Con cinco cartas más como bases de las pilas habría bastado. Son elementos que encarecen el producto y que realmente no aportan al disfrute del juego. Con un mazo de cartas pequeño y una caja tipo ¡Toma 6! (aquí su tochorreseña) habría triunfado igual. Y, por último, con un reglamento tan sencillo es difícil destacar nada, ni positivo ni negativo. Habría sido de traca que no se entiendes como jugar.
Si algo estamos pagando en Exploradores es el aspecto. Los diversos artistas que se han visto involucrados en este título han tenido un precioso espacio en esas enormes cartas y en la portada para explayarse. No negaré que el acabado es bastante atractivo, pero, como he dicho antes, no aporta más que fachada. Si al menos sirviese para zambullirse en el tema, pero es que al final solo veremos números y estaremos haciendo cálculos hasta el último turno, algo que no es malo, pero puede confundir a más de uno.
Y vamos cerrando. Exploradores es un muy buen juego de cartas para dos jugadores. Con una mecánica extremadamente sencilla los jugadores deberán formar columnas de valores ascendentes para obtener puntos al final de la partida, teniendo en cuenta que cada columna que comiencen tendrá una puntuación inicial negativa que habrá que contrarrestar. A esto le unes una constante lucha por las cartas (especialmente de expediciones en una misma ubicación) y una tensión creciente por el miedo a quedarse con cartas valiosas en la mano y ya tienes un buen producto que funciona magníficamente. Como suele ocurrir con este tipo de juegos, la rejugabilidad puede ser su punto flaco, pero, en mi opinión, está por encima de la media. Por todo esto le doy un…
Buena reseña, para variar!
Yo le encuentro un punto flaco al juego. Con tal de poder bajar algunas de las mejores cartas que te hayas guardado, cuando ves que el mazo empieza a agotarse, siempre puedes coger cartas del tablero para poder ir alargando un turno más al menos, y al contrario le costará conseguir que no bajes muchas de tus mejores cartas.
Pero al menos es de los pocos juegos que consigo que juegue mi mujer conmigo!
Hombre, para mi no es un problema porque, precisamente, le aporta cierto control sobre el final. En Fungi, por ejemplo, se acaba el mazo inexorablemente.
No conozco Fungi, tocará mirar.
Y me encanta Exploradores, pero ese control final siempre me deja sensaciones contradictorias.
Estoy con misut, también lo veo mas una ventaja del juego , estirar la partida quedándote con cartas que no te son útiles.
A mí lo que menos me gustaba del juego era recontar, porque siempre me tocaba a mí. Pero , por suerte, hay una app para móviles sólo para eso. El juego ha mejorado muchísimo 🙂
Gracias por la reseña, he visto que del juego de Exploradores también hay el «Exploradores el juego de tablero», ¿lo has probado?¿Que te ha parecido?¿Cual de los dos es mejor? Te pregunto porque estoy entre comprarme este o el de tablero. Saludos y gracias
Pues no he tenido oportunidad de probar la versión de tablero, así que no sabría decirte. Lo que si parece es que, en general, la de cartas es la mejor considerada.
Un saludo!
¿Este juego no es el Keltis?
Gracias por la magnífica reseña.
Guarda muchas semejanzas con él, aunque Exploradores es anterior (y solo para 2 jugadores).
¿cual consideras mejor juego? o cual te comprarías si tuvieras que elegir, Fungi o Exploradores
Mmmm, dificil elección. A mi personalmente me gusta mas Fungi porque creo que aprieta mas. Pero ambos son una muy buena opción de lucha contra el tiempo (el mazo) y formar colecciones.
Gracias por la respuesta me quedo con Fungi entonces